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Idolos de la Selección: Gabriel Batistuta

Potencia y efectividad a la hora del gol. Bicampeón de la Copa América y máximo goleador histórico de la Selección argentina.

Por Redacción EG ·

05 de mayo de 2014
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Bati no encajaba en la Isla de la Fantasía: lo suyo era pisar tierra firme en el continente del gol. Una bestia suelta en la cancha. Un animal del área. Un depredador de arqueros. Un perforador de redes. Por algo es el máximo goleador en la historia de la Selección argentina. Lo que no es poco ni es mucho: es muchísimo. Entre tantos 9 con gol
que vistieron la camiseta celeste y blanca, Gabriel Omar Batistuta fue quien más veces levantó sus brazos en señal de festejo. Lo suyo fue decididamente im-pre-sio-nan-te.

Algunos de aquellos que lo vieron debutar en Newell’s tuvieron una mala impresión: que era torpe, lento, impreciso. En River tampoco logró mejorar su imagen, pero luego les cambió la idea a todos. Con la camiseta de Boca, primero. Con la de la Fiorentina, más tarde. Y con todas las que se puso, incluyendo la de la Selección. Basile no dudó en convocarlo en 1991 y Bati le respondió. Fue uno de los que colaboró, con potencia ofensiva y goles (6), a levantar la Copa América de Chile 91. Ya no se bajó más del barco de la Selección.

Fachero, tenía más estética en la vida que en la cancha. No era vistoso ni derrochaba calidad o elasticidad en el área. Pero tenía un olfato y una potencia que, si dominaba la pelota, resultaba arrolladora en su camino hacia el arco. Su cabezazo era inatajable. Su puntería rara vez fallaba. Su cuerpo, granítico, era inamovible. Su instinto goleador lo hacía casi criminal frente a los hombres de buzo y guantes. Sus disparos al arco eran casi siempre goles: ni le hacía faltar mirar al arquero. Lo del Bati era bomba y adentro. Lo del Bati era cabezazo y gol. Lo del Bati era intempestiva entrada al área seguida de una comunicación directa con la red. Luego de ser fundamental en los 32 partidos invictos de la Selección de Basile, y tras ganar dos Copas América seguidas, llegó su primer Mundial. Y allí, en Estados Unidos 94, debutó con un triplete a Grecia, el día que Maradona clavó su último gol en una Copa del Mundo.

Diego, la efedrina y la sanción de la FIFA impidieron lo que tal vez hubiera sido un título del mundo. Al Coco lo sucedió Passarella, y si bien Bati no era santo de su devoción, el Kaiser no pudo prescindir de él, salvo en algunos pasajes de las Eliminatorias en los que fue reemplazado por Crespo. Pero a la hora de Francia 98 o de Corea-Japón 2002, la número 9 siempre fue para Batistuta. El más maravilloso hombre gol.

Carnet de ídolo



Nombre y apellido: GABRIEL OMAR BATISTUTA.
Nació: 1/2/1969 en Reconquista, Santa Fe.
Jugó: 77 partidos entre 1991 y 2002.
Goles: 54.
Mundiales: 1994, 1998 y 2002.
Títulos: 4 (Copas América 1991 y 1993, Rey Fahd 1992 y Artemio Franchi 1993).