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Mascherano: todo terreno

Es defensor central de uno de los mejores equipos del mundo y responsable del equilibrio en el mediocampo de la Selección. En la recta final a su tercer Mundial, el subcapitán aborda temas de interés general: Messi, Neymar, Martino, Tevez, su posición, a qué conviene jugar.

Por Redacción EG ·

10 de noviembre de 2013
  Nota publicada en la edición de noviembre de 2013 de El Gráfico

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La pregunta era por qué aparecía en casi todos las imágenes de entrenamientos del Barcelona al lado de Messi, en los servicios fotográficos de las agencias de noticias. Y entonces relampagueó el recuerdo.

-¿Javier, te acordás de la foto que armamos entre vos y Leo para la Copa América 2011?
-Ehhh, sí, sí, claro, la hicimos en el predio de la AFA, fue la tapa de la revista.

-Bueno, armamos una gigantografía con esa foto para llevarla a la Feria del Libro, ahora la tenemos en la entrada de la redacción, sólo que en lugar de tu cabeza hay un agujero. Lo hicimos para que la gente pusiera la cara ahí y se sacara la foto con Messi...
-(Silencio de unos segundos, piensa el contraataque) Bueno, por lo menos la foto sirvió para algo... –devuelve la pared, ya definitivamente largando la sonrisa sin complejos.

Debe haber pocos futbolistas argentinos como Javier Mascherano capaces de ser tan autoexigentes y críticos consigo mismo. En tono risueño, como lo acabamos de escuchar, o en un sentido más cruel y sin ironía, como lo expresará mañana, después de cometer un error ante el Milan que cobrará notoriedad porque terminó desembocando en el 1-0 del local en un partido por la Champions League.

“Es un error mío, uno más. Ya son varios y duelen bastante. En partidos tan importantes no te podés permitir este tipo de fallos. Desgraciadamente, el equipo tiene que sufrir otro error mío”, declaró tras el empate, autocrítico como ninguno. Ni el periodista más duro lo trataría así. Sincericidio atroz.

Es lunes por la mañana en Buenos Aires, primeras horas de la tarde en Italia. Javier atiende el teléfono por skype y durante una hora y 25 minutos se mostrará locuaz y predispuesto. Son demasiados los temas para charlar con el subcapitán de la Selección, responsable del equilibrio indispensable para que podamos disfrutar a los cuatro monstruos de arriba, en esta recta final a Brasil 2014: cómo está físicamente Messi, con el que convive todos los días, si no es un riesgo potenciar a Neymar, qué piensan los cracks españoles campeones del mundo vigentes sobre las chances de nuestra Selección, qué enseñanzas le dejaron las dos Copas del Mundo anteriores para no repetir errores, por qué cree que Carlos Tevez –ex compañero de muchas aventuras– no tiene ni siquiera una oportunidad de sumarse al plantel, y si no es peligroso arribar a un Mundial después de haber disputado una temporada entera en otra posición en su club.

Nos metemos rápido en las preguntas, porque el temario es amplio, mientras Javier se prepara para volver a jugar tras casi un mes, después de la insólita lesión provocada por su compañero Sergio Busquets.

-¿Busquets te sigue pidiendo perdón?
-Ja, ja, pobre, la verdad que no tuvo la culpa. Es una jugada en la que él gira y no me ve que estoy llegando de frente. Se sintió mal, me mandó mensajes de disculpas, aunque no tenía por qué pedírmelas, son cosas del fútbol. Lamentablemente las dos lesiones que sufrí en el Barcelona fueron causadas por golpes de mis compañeros, la otra fue con Jordi Alba, cuando en abril de este año chocamos y me rompí el ligamento lateral…

-Bueno, con compañeros así no hacen falta rivales…
-Ja, ja (se ríe con ganas). Pasa, a veces pasa, ¿qué le vamos a hacer?

-Además, justo Busquets, que no es un bruto, un tipo de pegar patadas...
-Claro, no es un torpe como yo, ¿no?, sino todo lo contrario, es mucho más fino. Si hubiera sido al revés, tenía más lógica. Igual, fue una lesión muscular pequeña, pero tampoco quisimos apurar y por eso decidimos con la gente de la Selección no tomar riesgos yendo a jugar los últimos dos partidos de Eliminatorias para no tener que recaer de una lesión.

-Me imagino que en el año previo a un Mundial están todos muy alertas para no equivocarse.
-Sí, es cierto, y sobre todo cuando, además, te vas poniendo más grande. Hay muchas cosas que están fuera de nuestro control, pero tratás de tomar todos los recaudos para minimizar los riesgos.

-¿De qué manera te cuidás en este año tan especial?
-Uno va diagramando todo para llegar a junio no sólo bien en lo futbolístico, sino también en lo físico, porque estando en clubes grandes como el Barcelona, la temporada termina siendo desgastante por la cantidad de partidos. En mi caso, por mi situación particular, suelo agregar ejercicios a mi entrenamiento habitual, para no perder distancias que tengo que recorrer cuando juego con la Selección. Los recorridos del central y del 5 son muy diferentes, por eso en muchas ocasiones me quedo haciendo un poco más en la parte física. Me vino bien la llegada de Gerardo, lo hablo mucho con su cuerpo técnico y con el Profe Paolorroso.

-¿Lo conocías a Martino?
-De enfrentarlo, pero no había hablado con él.

-¿Te consultaron antes de elegirlo?
-Noooooo, no, yo me enteré por los diarios cuando surgió esto.

-¿Te sorprendió que lo eligieran?
-Y… en principio sí, no por la capacidad sino porque no es común que un entrenador sudamericano agarre en un club grande de Europa.

-Varios de tus compañeros declararon que les cayó bien Martino, ¿en qué cosas cayó bien?
-Es un entrenador serio al que le gusta trabajar, que no pide cosas difíciles, y que su manera de entender el fútbol tiene mucho que ver con este club. Cuando llegó, Gerardo fue claro. “Yo no vengo a imponer ni a cambiar nada, sí a recuperar cosas que le vi hacer a este equipo y que en los últimos tiempos no lo han estado haciendo”, declaró.

-Se armó una polémica hace unas semanas porque el equipo tenía menos posesión que con Guardiola, porque era más directo.
-Contra el Rayo Vallecano, sí, que ganamos 0-4, pero el Rayo tuvo más posesión que nosotros. Un 51 a 49 creo (risas), un debate medio absurdo, ¿no? El equipo sigue de la misma manera. Ahora: si tenés la posibilidad de llegar al arco rival con tres pases, no vas a hacer 20 para que se acomode el rival ¿o sí? Pero bueno, siempre va a haber debate y gustos diferentes en el fútbol.

-¿A Martino le ves cosas de Bielsa?
-Sí, sí, algunas cosas me hacen acordar al Bielsa que tuve hace 10 años. Gerardo es un técnico al que le gusta que los entrenamientos sean intensos, ágiles, cuando lo escucho hablar me hace acordar mucho a Marcelo, como algunas cosas de Guardiola también me hacían acordar a Bielsa: en su manera de pensar conceptos del equipo, en su manera de ver el fútbol, en su manera de preparar los partidos.

-¿Martino mantuvo la costumbre de no concentrar antes de los partidos?
-Cuando jugamos de local no concentramos: vamos al club el día de partido, nos entrenamos a la mañana, comemos, dormimos la siesta en un hotel y nos vamos al estadio.

-¿Qué te parece mejor?
-Es que hace 8 años que no concentro porque en Inglaterra hacíamos lo mismo. De visitante sí, porque los partidos allá son a las 3 de la tarde o al mediodía, entonces viajábamos el día anterior y ya dormíamos en el hotel, pero para los partidos de local no concentrábamos. Lo hablábamos con el profe cuando llegaron: acá el futbolista sabe que esta es su profesión y que tiene que dedicarse a esto.

-¿Por qué no se puede aplicar en Argentina?
-Quizás por una cuestión cultural, de costumbres. Lo que te digo es que si acá no rendís, a los 6 meses te traen a otro y te tenés que ir, así de fácil, entonces no vas a estar haciendo cosas que no debés hacer, porque te cambian por otra figurita y se terminó, el que pierde sos vos.

-En la Selección sí concentran.
-Sí, pero en la Selección nos vemos cada tanto y es lindo juntarte con tus compañeros después de no verte por mucho tiempo. Aparte son dos noches.

-No me contestaste qué te parece mejor.
-Y... a mí me gusta dormir en mi cama, estar con mis hijas, ¿qué mejor que compartir las horas con tu familia antes de un partido? Te desconectás un poco, disfrutás de tus hijas, mirás una película con tu mujer, porque la realidad es que vos también podés concentrar la noche anterior en un hotel y acostarte a las 3 o 4 de la mañana en tu habitación. En definitiva muchas veces terminás descansando menos en un hotel que en tu casa.

-¿Vale tener actividad sexual la noche previa o te quita piernas?
-Ja, ja, en la vida hay tiempo para todo, uno tiene que saber a lo que se dedica. Hay momentos para hacer ciertas cosas y otros en los que te tenés que brindar enteramente a la profesión.

Imagen CON EL ESCUDO y el eslogan "más que un club". Llegó en 2010 para ser suplente de Busquets y se consolidó como defensor central.
CON EL ESCUDO y el eslogan "más que un club". Llegó en 2010 para ser suplente de Busquets y se consolidó como defensor central.
Bueno, parece que quita piernas. Javier responde todo, pero también es muy cuidadoso con sus expresiones. A Martino, por caso, jamás lo nombra Tata, sino Gerardo, quizás para imponer cierta distancia, para no hacerse el amigote porque es del mismo país y de este modo buscar alguna ventaja. De la misma manera, será muy meticuloso con sus palabras para hablar de qué posición prefiere ocupar en la Selección, porque sabe que si él declara “prefiero acá”, habrá un compañero que tendrá que salir del equipo por una decisión que no debe tomar él, sino el entrenador.

-¿Seguís en contacto con Guardiola?
-No he tenido la posibilidad de hablar con Pep, sí lo hago seguido con Lorenzo Buenaventura, su profe. A Pep le mandé un mensaje de felicitación cuando ganó la Supercopa de Europa con el Bayern, pero no mucho más.

-Cuando dio su charla en Buenos Aires te llenó de elogios, te habrás enterado.
-Leí un poco y también me contaron. ¿Qué te puedo decir? Para un jugador es el mejor reconocimiento. A todos les gusta que te aplaudan los hinchas, que la gente te felicite, que la prensa hable bien, pero, en definitiva, a lo que más valor le da uno es a lo que piense la gente que trabaja con vos. Y si encima se trata de Guardiola, que es un entrenador que me ha marcado muchísimo, me llena de orgullo.

-Decime cosas puntuales que te haya enseñado Guardiola.
-Es que me ha enseñado muchísimas cosas, empezando por el cambio de posición, no es normal eso. Digamos que yo llegué a Barcelona para jugar de cinco, para darle descanso a Busquets cuando lo necesitara, y a los seis meses me encontraba jugando de titular, pero en una posición que era totalmente diferente y nueva para mí.

-¿Por qué se dio ese cambio?
-Por circunstancias, más que nada por las lesiones, por eso nosotros siempre decimos que en el fútbol las cosas cambian muy rápido. Y ahí es cuando hay que estar preparado para agarrar tu chance. Acá primero fue la enfermedad de Abidal, después la lesión de Puyol, Gaby Milito volvía también de una lesión, y de golpe no teníamos centrales, estaba Piqué solo.

-¿Dudaste cuando Guardiola te dijo que te iba a poner de central?
-Es que no me lo dijo, no hubo charla, me puso directamente. Primero probó con Busquets de central y yo de cinco unos partidos y después, contra Almería, faltando 15 o 20 minutos, me pasó a la defensa. A los cuatro días jugábamos por la Champions contra el Shakhtar Donetsk en Ucrania, partido de vuelta de cuartos de final. Habíamos ganado 5-1 en el Camp Nou, y cuando da la charla veo que me pone de central, pero no hubo antes un entrenamiento ni un comentario ni nada.

-¿Qué pensaste en ese momento?
-Ehhh, te digo la verdad: después de esos 15 minutos contra Almería, un poco lo intuía. Pep no hace las cosas por hacerlas. En el vestuario, antes de salir, sí me comentó dos o tres cosas. Y punto. Desde ahí empecé a jugar de central hasta el día de hoy, así fue....

-¿Tuviste dudas apenas viste la formación?
-A ver: uno confía en sus condiciones, pero estás más alerta, porque cuando vos jugás en tu posición natural muchas de las cosas las hacés por instinto, automáticamente, y cuando te cambian tenés que pensar todo lo que hacés. Hoy ya estoy más automatizado, pero en aquel momento no. Y otro tema es que iba a requerir una concentración máxima, porque al tener en la mayoría de los partidos la posesión, al Barcelona no lo atacan demasiado, pero cuando lo hacen, en general se provocan situaciones de uno contra uno, situaciones de pelota a la espalda de la defensa donde una falla termina en un mano a mano con el arquero.

-Por tus características, ese juego te conviene; si se metieran en el área y cayeran los centros, quizás se te complicaría...
-Bueno, yo no sé qué es más fácil, porque jugar un mano a mano con 50 metros a tu espaldas donde no sabés quién te va a salvar es bravo, eh…

-¿En qué cosas sentís que te mejoró el Barcelona como jugador?
-En muchas cosas, igual tiene que ver todo, no solamente el club, sino también la edad. Con los años vivís tu profesión de otra manera, entendés el juego de otra manera. En definitiva, con 19 años hacés muchas cosas por instinto más que por convicción o por lo que el juego requiere. Cuando sos más grande, vas entendiendo cuál es tu rol, dónde se puede arriesgar más y qué le conviene al equipo. Pero volviendo a tu pregunta, el Barcelona me ha enseñado sobre todo a estar preparado. Salvo en el West Ham, donde casi no pude jugar, en los otros equipos a los que llegué siempre fui titular, en cambio acá sabía que venía para ser suplente y que debía prepararme para jugar un partido en 15 días y ahí rendir perfecto, porque si no, en un equipo como el Barça, se nota mucho.

Imagen OBTUVO nueve títulos con el Barcelona, incluyendo una Champions League y un Mundial de Clubes. En la foto posa con el trofeo por la Liga ganada este año.
OBTUVO nueve títulos con el Barcelona, incluyendo una Champions League y un Mundial de Clubes. En la foto posa con el trofeo por la Liga ganada este año.
-Y en cuanto a lo futbolístico, ¿qué aprendiste?
-Entrenar con jugadores de la calidad que hay acá te sube la vara. Creo que he mejorado mucho con mi pase, juego más rápido, no necesito tantos toques, y en cuanto a lo táctico, entiendo mejor el juego que hace 4 o 5 años. Incorporé muchos conceptos defensivos, en ese sentido Guardiola me marcó. Es un entrenador que está todo el tiempo dando conceptos al jugador para que vaya agarrándolos.

-Dame un par de esos conceptos.
-En la mayoría de los equipos, el central se la pasa al mediocampista y listo, pero en el Barcelona se buscar generar una superioridad en el medio, entonces el central del Barça va hacia el medio: va él a buscar al rival, no espera a que el rival lo venga a encarar. Eso nunca lo había vivido yo. Después, somos un equipo que achica mucho, que utiliza la línea alta, que juega con la intención del rival. Si el rival tiene la pelota y está presionado, adelantamos la línea defensiva, pero si no está presionado y tiene tiempo para lanzar, hay que estar con la intención de correr para atrás porque la pelota va a ir para atrás.

-¿La salida de Mourinho descomprimió el ambiente?
-La temporada pasada, ya sin Guardiola, fue todo mucho más tranquilo. Creo que los dos años iniciales de Mourinho fueron muy, muy pesados, sobre todo el primero, con tantos clásicos seguidos, con muchas peleas, pero después todos nos dimos cuenta de que esto es un deporte, y que la imagen hacia la gente tampoco era buena y todos sacamos un poco el pie del acelerador.

-Igual el que generaba todos los bolonquis era Mourinho. El consiguió que se engancharan los demás...
-En este tipo de cosas no hay un solo culpable, ¿no? Pero bueno, como te decía, ya el año pasado, aún con Mourinho en el Madrid, no había el clima tenso de los primeros años.

-¿Rafa Benítez te tanteó para llevarte esta temporada al Napoli?
-Ja, ja, ja (sonríe como diciendo “me agarraste”). Con Rafa hablo siempre porque nos une una gran relación y porque es un entrenador al que le debo mucho. El sabe que yo estoy bien acá y también sabe que me gustaría que me volviera a entrenar alguna vez, porque lo hemos charlado. Rafa siempre me quiso llevar a sus equipos. Antes de venir al Barcelona, me pidió para el Inter y estuve muy cerca de ir. Ojalá que en algún momento nos reencontremos porque es un entrenador con el que me he sentido muy cómodo.

-¿El Barcelona es un club para quedarse hasta el retiro?
-Es un club para quedarse hasta que decidan prescindir de vos (risas). Estoy muy agradecido a lo que me tocó vivir en estos tres años y medio que llevo, tuve la posibilidad de ganar títulos, de sentirme útil, en el grupo sobre todo, cómodo no sólo para jugar, sino también para vivir.

-¿Hablás catalán?
-No hablo, pero lo entiendo perfecto. Acá te pueden hablar en catalán, pero cuando vos le contestás en castellano, te hablan en castellano. Cuando recién llegué me pasó de que estaban hablando en catalán a mi lado y yo pensaba: “No quieren que me entere”, pero nada que ver, me explicaban que con ciertas personas hablaron siempre en catalán y no les sale hacerlo de otra manera.

Imagen A VECES la pone bajo la suela. Usa la 14 desde 2007, en un amistoso que le tocó ir al banco con Basile. Jugará su tercer mundial.
A VECES la pone bajo la suela. Usa la 14 desde 2007, en un amistoso que le tocó ir al banco con Basile. Jugará su tercer mundial.
El Mundial. El monotema de aquí a julio del 2014. Javier afronta su tercera Copa del Mundo, cuarta, en realidad, si computamos Corea-Japón 2002, donde concurrió como sparring. En las dos que integró el plantel fue titular y jugó todos los minutos en 9 de los 10 partidos que disputó Argentina (descansó ante Grecia en 2010). Y no es tan veterano: cumplirá 30 años durante la Copa.

-¿Quién es hoy el gran candidato a ganar el Mundial?
-Veo a España, más allá de que acá no están conformes con los últimos rendimientos. Brasil es el otro. Hay un Brasil antes de la Copa Confederaciones y otro Brasil después de esa Copa, porque ha sabido jugar con la presión de su propia gente, que es un factor que te puede patear en contra, y ellos han sabido superar ese reto.

-Le pasó a Argentina en la última Copa América.
-Exactamente. Y ahora lo veo muy fuerte a Brasil. ¡Y encima se juega en Brasil! Veo a esas dos selecciones con ventaja, y después vienen Italia, Holanda, Alemania, nosotros, hay que ver si Portugal entra, si Francia entra.

-Acá se critica mucho a la defensa, pero poniendo a los cuatro monstruos arriba es inevitable el desequilibrio, ¿cómo se hace?
-Lo primero que digo es que no se puede subdividir el equipo, porque el equipo es un todo. Después, cuando tenés jugadores tan buenos adelante, de los mejores del mundo, cualquier comparación va a ser perjudicial para los de atrás. La realidad es que Argentina siempre va a sufrir un poco en defensa porque venimos jugando con tres números 9, ¡tres tipos que en sus equipos juegan de 9! Y además con Di María de volante por izquierda, que es un delantero más. Hablamos de cuatro jugadores super, superofensivos, entonces, claro, a la hora de retroceder muchas veces tenemos que correr algún riesgo y sufrir. Ahora, en el debe y en el haber, tampoco nos ha ido tan mal, sabemos que con esos cuatro jugadores lastimamos más de lo que nos lastiman.

-El técnico es Sabella, pero me gustaría tener tu visión desde adentro del campo: ¿a esos cuatro no los tocás?
-¡Cómo vas a tocar a esos cuatro!

-Otra postura es que nada es más importante que el equipo y que si hay que sacrificar a uno o dos para tener más equilibrio, a sacrificarlos...
-El entrenador es Sabella y creo que lo que vio en los partidos de los últimos años es que hemos lastimado más de lo que nos han lastimado. Que hemos sufrido, sí; que hay muchas cosas por mejorar, también; que podemos ser más sólidos, por supuesto, pero adelante tenemos jugadores que de la nada te hacen un gol. Y eso es muy difícil de encontrar, ¡eh!

-¿Tener poca altura para el juego aéreo en contra es importante o un tema secundario?
-No es un tema secundario, ¿pero cuántos jugadores de altura querés tener? ¿Con cuántos te van a ir a cabecear? Nuestro arquero tiene altura, los dos centrales también, Higuain lo mismo. A ver: siempre te va a faltar algo. Si querés jugar por abajo, vas a buscar jugadores rápidos y chiquitos, y te va a faltar altura. Y si querés altura y buscás grandotes, te va a faltar velocidad para jugar por abajo.

-¿Qué le conviene a Argentina? ¿Esperar y salir rápido de contra o tratar de tener la pelota, un 70 % u 80 % de posesión como el Barcelona?
-Es que no queremos ser el Barcelona. Somos un equipo que intenta tener la pelota, pero no vivimos de tenerla, porque adelante disponemos de jugadores que en 3 o 4 pases te pueden inventar un gol de la nada, y, por lo tanto, queremos que esa transición de defensa a ataque sea rápida. Ahora, si por momentos da para tener la pelota, bárbaro, la tenemos, pero nuestro objetivo no es tener más posesión que el rival. Si podemos atacar rápido, lo hacemos. Queremos ser prácticos. Todo depende del momento, también: a veces se puede presionar adelante, pero muchas otras es mejor salir de contra.

-En el Barcelona la idea es otra: recuperarla lo más arriba posible y tenerla.
-Sí, es cierto: tenerla, tenerla, hasta que podamos lastimar, pero en el Barcelona jugamos con dos extremos y un nueve falso y en Argentina jugamos con un enganche y dos puntas; en el Barcelona están Xavi e Iniesta en el medio y en Agentina jugamos con un volante por izquierda que es un cuarto delantero. En Barcelona, los laterales muchas veces son extremos, en Argentina uno de los laterales hace de tercer central, como verás son características totalmente diferentes de jugadores, salvo Messi, claro, por eso no hay que comparar.

-¿Coincidís en que es importante que los jugadores lleguen al Mundial jugando con continuidad en sus clubes?
-Si me hablás por Chiquito (Romero), la liga esta temporada empezó hace dos meses y faltan 8 para el Mundial, no hay que adelantarse. También puede pasar que en 8 meses juegues 70 partidos y llegues fusilado al Mundial.

-Pero es mejor llegar con continuidad.
-A ver: los jugadores queremos jugar siempre. Y todos tenemos mucha más confianza cuando jugamos que cuando no. Eso está claro, pero no hay un número de partidos para decir “tuve continuidad” o “no tuve continuidad”. A mí me pasó. Yo estuve 8 meses parado por una lesión de tobillo antes del Mundial 2006, jugué recién el último mes y medio, y me sentí bárbaro en el Mundial. Aparte, cuando estemos en abril vamos a escuchar “es mejor que no juegue para que no se lesione” y si no jugás, eso también es falta de continuidad. Entonces, ¿cuál es el punto? Acá lo importante es llegar bien mental y físicamente, con confianza, pero no es fácil, porque primero te debés a tu club, y porque, además, por más que hagas todo para cuidarte, nadie está exento de lesionarse. ¿Te acordás de lo que le pasó a Emerson, el capitán de Brasil en el 2002? Se rompió la clavícula un día antes del debut atajando en un picado. Me acuerdo bien porque yo estaba allá como sparring.

-¿Y no es peligroso que vos llegues al Mundial jugando toda una temporada en otra posición?
-¡Pero hace tres años que juego en esa posición! Yo no elijo, sino que me adapto a lo que me pide cada entrenador, no tengo problemas, aparte la de volante central es la posición en la que jugué toda mi vida.

Imagen CON LA nueva camiseta alternativa del Barcelona, que representa los colores de Catalunya. Frente al alemán Lahm, del Bayern Munich.
CON LA nueva camiseta alternativa del Barcelona, que representa los colores de Catalunya. Frente al alemán Lahm, del Bayern Munich.
-¿Dónde preferís jugar?
-En el Barcelona de central y en la Selección de cinco (risas). No pasa por dónde prefiero, sino por dónde necesitan que juegue.

-¿Dónde creés que rendís mejor?
-Es que son dos equipos diferentes, y salvo 20 minutos en Guatemala, en la Selección nunca jugué de central, no sé cómo rendiría.

-No te pregunto por polemizar, sino por saber dónde te gusta más jugar, dónde creés que podés serle más útil al equipo.
-Yo disfruto de los dos lugares, es la verdad.

-Si viene Sabella y te pregunta dónde preferís jugar.
-Le contestaría que elija él porque es el entrenador. Jamás le diría a un técnico dónde jugar, es una falta de respeto.

-¿Creés que este puede ser tu último Mundial o hay lugar para un cuarto?
-Lo tomo como si fuese el último, uno nunca sabe.

-¿Qué enseñanzas te dejaron los dos Mundiales anteriores?
-Una, que puede parecer obvia, es que todos los detalles son fundamentales. Un mínimo detalle te deja afuera. Otra, es que no podés guiarte por un resultado, sino que hay que analizar muy bien los partidos. En 2010 nosotros eliminamos a México en octavos, pero no anduvimos bien, y quizás el 3-1 nos hizo pensar que jugándole así a Alemania le íbamos a ganar, y nos pasaron por arriba. En los dos Mundiales que jugué nos eliminó Alemania en cuartos de final y ese es un poco el reto, tratar de pasar esa valla que no se logra superar desde el 90. Esos cuartos de final están siendo un escollo muy grande, yo creo que si pasamos los cuartos, nos liberaríamos y de ahí en más tendríamos todo para ganar y muy poco para perder. Ese era el partido que había que pasar, tanto en 2006 como en 2010, porque después te ponés a pensar y decís: ya estoy en una semifinal, entre los 4 mejores, y en la semifinal me juego todo para llegar a la final, pero ya más liberado, con otro espíritu.

-Vimos muchas fotos de entrenamientos en Barcelona en las que estás al lado de Messi, como si fueras el que le cuida las espaldas, ¿hay algo de eso?
-Nooo, nada que ver, se da porque para entrar en calor hacemos dos locos, rondos como le dicen acá, y está el rondo de los españoles y el de los sudamericanos y resto del mundo, entonces, coincide en que estamos casi siempre juntos y las fotos son de esos momentos.

-Desde 2007 Lionel jugó casi todos los minutos de casi todos los partidos sin lesionarse y en este año se lesionó un par de veces y le costó recuperarse. Vos que estás en el día a día con él, ¿qué le está pasando? ¿Nos preocupamos?
-Nada, pasa que los jugadores a veces se lesionan. Y cuando tenés tantos minutos encima, en algún momento el cuerpo te pasa la factura. Pero a Leo lo veo muy bien, es consciente de lo que le pasó este año y está tratando de prevenir todo para llegar de la mejor manera al Mundial. Muchas veces es necesario que te pasen algunas cositas de estas, no importantes obviamente, para que uno se dé cuenta de que tiene que parar un poco y en ese sentido creo que le vino bien a Leo para saber que tiene que dosificar. Como vos decís, desde 2007 Leo jugó todo, pasaron 6 años y medio y entonces tiene 400 o 500 partidos más en el lomo, ¿entendés?

-Pero cuando lo sacan en un partido ya definido, donde no vale la pena arriesgar, se enoja…
-Leo es así, es así (resignado).

-Es más fuerte que él.
-Exactamente, él vive el fútbol de esa manera. Si no lo viviera así, no sería el mejor del mundo, pero como te decía, todo esto le ha servido para saber que debe dosificarse más. Lo veo muy bien a Leo, con muchas ganas y obviamente todos estamos esperanzados en que llegue de la mejor manera. Dependemos muchísimo de él...

-¿Vos le hablás? ¿Le decís que no se mande un pique en el minuto 90 de un partido ya definido?
-No, no, muchas veces comentamos situaciones, pero tiene 26 años y se da cuenta de las cosas, no es un nene.

-Vos sos más grande y le podés decir que se deje de hinchar con querer jugar todos los minutos de todos los partidos....
-Tengo tres años más solamente, tampoco soy mucho más grande (risas).

-¿Hablan entre ustedes del Mundial?
-En cualquier charla surge la Selección, surge el Mundial y cómo será y lo que nos tocará y esto y lo otro, un montón de cosas, obviamente...

-Y con Dani Alves, Adriano y Neymar, en un rondo ponele, ¿sale el comentario “el año que viene vamos a Brasil y les damos la vuelta olímpica en la cara”?
-No, no, no existe eso, en cuanto a bromas no… De momento, no, digamos (risas). Muchas veces ellos nos comentan cómo se está preparando todo, si los estadios van a llegar a terminarse, información más que nada.

-¿No es peligroso que el Barcelona potencie Neymar y lo deje punto caramelo para el Mundial?
-Y bueno (piensa algo, se ríe)… ojalá que tenga el mejor año de su vida acá hasta junio, ¿qué querés que te diga? Neymar es un excelente futbolista y va a jugar bien acá o en cualquier otro equipo del mundo.

-Pero un equipo como el Barcelona lo va a hacer crecer.
-Seguramente, como a todos.

-¿Hablaron con Leo del cambio de capitanía en la Selección?
-Lo habíamos charlado en su momento. Cuando Alejandro agarró la Selección vino a hablar con nosotros y se consensuó que Leo tenía que ser el capitán. Yo lo tenía más que claro, lo venía hablando hace rato con Leo, le decía que para mí el capitán tenía que ser él por todo lo que representaba para el fútbol argentino, y pensaba, a la vez, que, además, iba a ser un impulso para él también. Y lo fue.

-¿Leo no estaba muy convencido?
-Sí, sí, ¡cómo que no! Por la relación que tenemos, al principio me decía que yo tenía que seguir siendo el capitán y yo le contestaba que en el fútbol todo tiene fecha de caducidad, y mi etapa como capitán ya había pasado.

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-¿Coincidís en que tuviste un bajón importante en la Selección y en el último año recuperaste el nivel?
-Claro que bajé mi nivel, en realidad tuve un nivel malo. Es más: yo me hubiese sacado del equipo más de una vez.

-¿En qué momento?
-Y… al final de las Eliminatorias pasadas. Mi Mundial tampoco fue malo, creo que tuve un nivel regular, pero después en la Copa América y en los primeros partidos de Sabella no anduve bien, creo que empecé a levantar después de aquella victoria en Colombia y me fui sintiendo mucho más a gusto.

-En esa época dejaste de dar notas, ¿estabas molesto por las críticas?
-No, no pasaba por estar enojado, porque aunque muchos no me conozcan yo soy muy autocrítico, a veces en exceso, simplemente que a veces la gente se cansa de escucharte y no hay que hablar más.

-Que se calle y gane de una vez...
-Claro, que se calle y corra adentro de la cancha y que deje todo ahí, basta de palabras. Pasa en la vida, seguramente te habrá ocurrido también a vos: hay veces que tenés que agachar la cabeza y aguantar los palos, porque te los merecés. Lo que no me gusta es que te descalifiquen. Es feo que te digan que no servís. Porque vos lo podés hacer mejor o peor, pero que no servís, no. Aparte, ¿quién tiene autoridad para decir si servís o no? Yo tampoco puedo decir que vos no servís más como periodista, ¿con qué autoridad? ¿desde qué lugar? A mí me puede gustar o no el periodismo que vos hacés, ¿pero por qué te voy a decir que no servís? En definitiva, lo más importante, también te debe pasar a vos en tu profesión, es que te valoren tu jefe y tus compañeros. Ellos saben realmente cómo trabajas. Que la gente y la prensa te elogien es lindo, no lo voy a negar, pero la opinión que más cuenta, para mí, es la del técnico y la de mis compañeros.

-¿Te sentís más reconocido en Europa?
-Noooo, si yo tuve la suerte de que todos los entrenadores de la Selección confiaran en mí. Y se los agradezco. A mí lo que me reconforta no es que digan que yo juego bien o mal, sino que digan que nunca tengo cara larga cuando entreno, que me dedico a mi profesión. Después puedo hacerlo mal o bien porque soy humano, y porque no soy un fenómeno de esto, porque soy un laburador en definitiva, porque yo todo lo conseguí entrenando. Yo no soy un talentoso, ¿entendés?... A mí todo me costó un huevo, desde jugar en la Primera de River, que de hecho tuve que hacerlo antes en la Selección para tener la chance, nadie me regaló nada. Y bueno, esa es la realidad, lo que a mí me gusta es escuchar al entrenador que diga: “este tipo puede ser malo o bueno, pero viene todos los días y entrena y se dedica a la profesión y nunca un problema”.

-Te cierro con Tevez. Fuiste su compañero en el Sub 17, Sub 20, en Corinthians y West Ham, se conocen bien, ¿es una bomba de tiempo tenerlo en el grupo? Por lo futbolístico no se entiende que no esté entre los 23.
-Y… es lo que siempre pasa en Argentina. Mirá: en el 2006 decían que Riquelme no le pasaba la pelota a Crespo, pero nos llevábamos bárbaro y tomábamos mate todos juntos. En las Olimpíadas de Beijing decían que Román no se hablaba con Leo, y nada que ver. Te estoy hablando de grupos en los que estuve, eh, nadie me lo contó. Y con Carlitos es lo mismo: nunca pasó nada. De hecho, la última vez que lo convocaron fue para la Copa América 2011. Venía de no estar en el plantel, Checho lo llamó y Carlitos fue recibido como se recibe a todo el mundo, y no hubo ningún problema. No entiendo por qué siempre que un jugador no está convocado se dice que es por el grupo, la verdad que no lo entiendo.

-Estamos, entonces, no sé si te quedó algo.
-¡No, qué me va a quedar! Una hora veinticinco…

-Gracias, Javier, ahora voy y me saco una foto con Messi.
-Ya te dije: por lo menos sirvió para algo.

Por Diego Borinsky. Fotos: AFP y Archivo El Gráfico. Ilustración: Gonza Rodríguez