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Resurgió en Brasil: Bruno Etman

Tras nueve meses inactivo, el piloto de Bahía Blanca apostó por la Fórmula 3 Sudamericana y, pese a la ventaja que otorga al pertenecer a la Clase Light, cantó victoria en Curitiba en la Final General, delante de los más avanzados modelos de la Clase A. Con él, un argentino volvió al triunfo en la categoría después de 8 años.

Por Redacción EG ·

12 de octubre de 2013
      Nota publicada en la edición de octubre de 2013 de El Gráfico

Imagen COMO para no estar feliz Etman: a los 23 años, su destacada labor en la Clase Light de la F3 Sudamericana le abrió puertas para soñar con la continuidad en el exterior.
COMO para no estar feliz Etman: a los 23 años, su destacada labor en la Clase Light de la F3 Sudamericana le abrió puertas para soñar con la continuidad en el exterior.
-En 2011 habia tenido un muy buen año en la Fórmula Renault, saliendo cuarto en mi segunda temporada. Pero al parecer me puse mucha presión para el 2012, y cuando las cosas no se dan como uno espera, a la cabeza no le hace nada bien. Entonces, a mediados de año decidimos que era necesario hacer un impasse. Ese tiempo sin automovilismo sirvió para replantearse algunas cosas y tomar energías para afrontar con todo el 2013. Y como en el 2011 había probado en Paraná un auto de la F3 Sudamericana, siempre quedó la idea de volver, porque la verdad que cuando me subí a ese tipo de autos no me quería bajar más. Hacen todo bien, con una velocidad de curva, un grip y una potencia increíbles, muy superior a lo que había manejado en otras categorías.

-¿Cuáles son las principales diferencias entre la F3 Sudamericana y la Fórmula Renault?
-Principalmente, la exigencia física y mental son mayores en la F3 Sudamericana, porque uno tiene que achicar los tiempos de frenada y aceleración. Además, que los autos son de fibra de carbono, más los 100 caballos que tienen de más, y gomas que son más blandas y con un grip superior. Los F3 son el doble de rápidos, frenan espectacularmente y tienen un comportamiento como si fuesen un mini F1.

-¿Cuándo advertiste que el triunfo en Curitiba era posible?
-En Curitiba ya había sido el más rápido en los entrenamientos, por eso sabía que estaba en condiciones de andar muy bien. Hice la primer pole y tuve un muy buen arranque, que me permitió en las primeras 10 vueltas sacar una diferencia de 5 segundos y medio. La maduración de competir en Brasil me permitió conocer el auto, su desgaste, y eso resultó clave para ganar. No era problema andar rápido, pero sí mantener el ritmo por la exigencia física de estos autos. Y en las 10 últimas vueltas de Curitiba me venía saltando la cuarta marcha, lo que significó que se me acercaran los escoltas, pero lo pude controlar.

-¿Sabías que desde que en 2005 ganó Pablo Pérez Companc, ningún otro argentino había ganado en la F3 Sudamericana?
-Cuando me enteré fue un gran orgullo. No estaba al tanto, pero creo que 8 años es mucho tiempo, y el triunfo sirvió para cortar la hegemonía brasileña. Encima tiene doble mérito porque lo logré en la general con un auto de la Light. Si bien ya habíamos ganado en esa clase, yo quería vencer en la clasificación general, porque hay diferencias sustanciales entre una y otra categoría, como por ejemplo que compiten autos de F301 contra F309, es decir, autos de 2001 contra autos de 2009, lo que significa que los de la Clase A son 8 años más avanzados y mejores aerodinámicamente, con un 30% más de carga, que los hace un poco más lentos en las rectas, pero a la hora de frenar y doblar, tienen un grip superior, el desgaste de los neumáticos es menor, y el ritmo a lo largo de las vueltas resulta evidentemente mejor. Es razonable que cuando se acerca el final de carrera los de la Clase A llegan mucho más enteros. Además, tienen caja de sexta secuencial contra quinta y en H que tenemos en la Light. Las diferencias se reflejan en un segundo de ventaja, que pueden ser de un segundo y medio en los circuitos largos. Sin dudas, el haber ganado con un auto de la categoría menor dio bastante que hablar.

Imagen MUY COMODO se siente Etman en estos "mini F1", como los define él por su rapidez, frenada, potencia y agarre.
MUY COMODO se siente Etman en estos "mini F1", como los define él por su rapidez, frenada, potencia y agarre.
-Eso te perfila muy bien en el campeonato de F3 Light…
-Sí, en el campeonato de la clase Light venimos muy bien, con 37 puntos de ventaja. Si todo se da como hasta ahora, se puede llegar a ganar el campeonato, y si lo hacemos con anterioridad, en la penúltima fecha podríamos llegar a correr la última carrera en un auto de la Clase A. Esas cosas hay que trabajarlas con mucha calma, pero ojalá se den. Lamentablemente no hay un campeonato para las dos categorías, si bien corren juntas. En cuanto a las posiciones van por separado. Quedan 4 fechas: Brasilia, Tarumão, Cascabel y la última el 1º de diciembre, que volverá a correrse en Curitiba.

-Con este presente, ¿el futuro se ve con otros ojos?
-Estos buenos resultados nos han abierto algunas puertas para el 2014, que no las teníamos ni pensadas, pero hay que analizar todo con tranquilidad. El sueño es correr en Europa y habrá que pensarlo muy bien en cuanto a lo económico. Yo quedé en la Light por razones presupuestarias, ya que participar en la Clase A me costaba un 60% más. Nunca probé en Europa y este puede ser un buen trampolín para intentarlo.

-¿Y el estudio cómo viene?
-Sigo en la UTN de Bahía Blanca, con la licenciatura en organización industrial. Estoy terminando el tercero de los cuatro años de carrera. Venimos lógicamente a un ritmo más lento, pero como ya lo hablé con Facundo Ardusso y otros chicos que corren y estudian, lo importante es no aflojar y seguir aunque a veces el automovilismo nos complique con los viajes y las competencias.

-¿Cómo es la convivencia con los brasileños en la F3?
-Excelente, me han tratado bárbaro desde la organización, en mi equipo y la relación con las otras estructuras. Como yo soy hincha de Boca, se puso picante con los mecánicos el choque con Corinthians por la Copa Libertadores. Y también cuando fue la elección del Papa empezaron que nosotros teníamos al Papa, pero que Dios es brasileño… Siempre está latente la rivalidad argentino-brasileña. Ellos recuperaron la confianza para el Mundial después de la Copa Confederaciones, porque antes vivían resaltando el gran equipo que tiene Argentina. ¿Mi máximo ídolo? Ayrton Senna, a quien no vi correr por tener 23 años, pero siempre me maravillaron sus videos y documentales, porque me encanta cómo lo llevaba al límite. Y en nuestro país admiro a Pechito López y Norberto Fontana.

-¿En Bahía Blanca corriste alguna vez en midget?
-No, nunca se dio la posibilidad de los midget. Tengo amigos que sí lo hacen, aunque reconozco que me gusta más el manejo más fino, no tanto el venir derrapando. En Bahía tengo una excelente relación con pilotos como Lucas Benamo y Leandro Vallasciani, pero es una lástima que se corte el semillero, porque hoy no tenemos autódromo ni kartódromo. Siempre me atrapó el taller, a pesar de no ser un gran conocedor. En el karting metía mano, pero en los fórmulas todo es más profesional. Veremos hasta dónde puedo incursionar en los fórmulas y después será momento de pensar en los autos con techo. Ojalá en el futuro se abra la posibilidad de competir en el Super TC2000, porque me encanta la velocidad de curva que tienen esos autos.

Por Walter Nápoli