(sin categoría)

Vietto: el goleador de Racing

Pese a haber debutado hace sólo 21 meses en Primera, parece que lo sabe todo dentro de la cancha. Asegura que se entrena para ser el mejor, admite que a los pibes de Racing les falta ser más determinantes y contundentes, y agradece el respaldo de los más experimentados del plantel.

Por Redacción EG ·

03 de agosto de 2013
  Nota publicada en la edición de agosto de 2013 de El Gráfico

Imagen CONTROL. A los 19 años se convirtió en una de las figuras de Racing. Le sobra categoría para dominar la pelota.
CONTROL. A los 19 años se convirtió en una de las figuras de Racing. Le sobra categoría para dominar la pelota.
TIENE EL JOYSTICK en su pierna derecha. Cuesta horrores quitarle la pelota; si no lo asisten, se fabrica sus oportunidades; define con maestría. Luciano Vietto se transforma en amo y señor del ataque racinguista, tanto en la vida real como en el mejor jueguito de fútbol de la PlayStation 3, el FIFA 2013, donde el cordobés se elige a sí mismo. “Cuando me enfrento a mi hermano (Federico, hoy en las inferiores de la Academia), lo hago con Racing y me va bien. Pero no meto muchos goles, vengo flojo ahí”, se tira a menos mientras regala una sonrisa.

Lucho no nos engañará. La rompe adentro y afuera de la consola. Incluso, ofreció otra muestra de su varieté en la última fecha del Torneo Final, al picar un penal ante Unión. “Es un recurso. Me sentí más seguro picándola que pegándole fuerte a un palo, como le había dado cuando lo pateé por primera vez”, baja decibeles.

Si bien para muchos resulta una bestia de apenas 19 años que entiende el juego como pocos, el delantero no se considera la aparición más rutilante del fútbol argentino en el último tiempo: “Quiero ayudar a mis compañeros y ganar todos los partidos. Ese es mi objetivo. Ahora, no sé si seré la mejor aparición o no, pero uno siempre apunta a ser el mejor. Me entreno para eso”.

-¿Quiénes son los tres jóvenes que detonaron nuestro fútbol, entonces?
-Por conocimiento y cercanía, elijo a Fariña, Centurión y De Paul. Luis es hábil, parece que la tiene atada. Centurión es desequilibrio puro y Rodrigo juega con mucha clase. Además, hay chicos en San Lorenzo y River que son muy buenos, y también Juan Ignacio Cavallaro y Lucas Melano.

-¿Qué puliste en cuanto a tu juego?
-La definición con ambas piernas y el cabezazo. Si uno tiene que entrenarse por su cuenta algunas horas extra, está bien: todo sirve. Crecí mucho desde que debuté en Primera (1-1 ante Lanús, 26 de octubre de 2011).

-¿El fútbol argentino se enriqueció con los juveniles de Racing?
-Sí, le dimos algo especial, pero el fútbol argentino se caracteriza por sacar buenos jugadores. Si te fijás, hay muchos futbolistas que se iniciaron en la Argentina y que hoy juegan en Europa.

-¿Comprendés a aquellos que se ilusionan con ustedes?
-Sí, por ahí el fútbol argentino venía en decadencia, sin tantas apariciones, y surgieron varios futbolistas buenos en este último tiempo, que no salieron sólo de Racing, insisto.

-Además de vértigo y desfachatez, ¿qué le aporta este piberío a Racing?
-Frescura. Jugamos de mitad de cancha en adelante, hasta Bruno (Zuculini) llega a posición de gol en el área contraria, aunque se pare de doble cinco. Todavía nos falta ser más determinantes y contundentes en los últimos metros. Sé que lo conseguiremos con el tiempo, y ahí marcaremos más goles y sacaremos más puntos.

-¿Cómo es Zubeldía como entrenador?
-Es una persona muy abierta, con muchas ganas. Si bien es mayor que nosotros, es joven en el rol de técnico. Quiere crecer y vamos de la mano en ese sentido. El crece a la par nuestra, y nosotros, a la par de él. A mí me dio lo más importante: continuidad. Además, me aportó un montón de conceptos futbolísticos.

-¿Qué cosas te pide que no hagas?
-No me las dice, pero está claro: no tengo que perder pelotas, quedarme parado y, sobre todo, no errar en situaciones de gol (risas).

-¿Su obsesión por mejorar se la traslada a ustedes y eso los conduce a superarse?
-Sí, a todos. Luis lo vive a full. Tenés que estar a mil en cada entrenamiento y a nosotros nos sirve mucho, es la gente que se necesita.

-¿Te sentó a ver un video alguna vez?
-No, pero estoy predispuesto para cuando me toque, porque sé que me ayudará bastante.

Por Darío Gurevich. Foto: Hernán Pepe