Descubriendo a...

Descubriendo a Angel Correa

Eléctrico y encarador, el pibe en el que confió Pizzi fue una de las grandes apariciones del Torneo Final.

Por Alejandra Altamirano Halle ·

08 de junio de 2013
  Nota publicada en la edición de junio de 2013 de El Gráfico

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“No tiene techo. Va a ser de Selección. Siempre tiene algo para dar”, lo elogia Osvaldo Coloccini, Director General del Fútbol Juvenil de San Lorenzo. “Estamos en presencia de un jugador con gran futuro”, destaca Juan Carlos Carotti, entrenador de la Séptima División del Ciclón. Ambos coinciden en que Angelito, la nueva perla del club, tiene condiciones para ser un crack. El volante ofensivo nació en Rosario el 9 de marzo de 1995. Tras su paso por los clubes Sagrado Corazón y Tiro, de su ciudad natal, llegó a San Lorenzo a los 12 años. Lo acercó Jorge García, pasó la prueba, lo ficharon de inmediato y quedó pensionado en el club. Se destacó en cada categoría; pero se destapó en 2011, con la Séptima que ganó el título. “Siempre fue titular, le teníamos una confianza increíble, creció mucho. En Reserva ya apuntaba para atrevido, porque no tiene miedo. No es el típico jugador corpulento, pero es un chico fuerte”, destaca Tito Carotti. El año pasado estuvo cerca de irse al Benfica como jugador libre, hasta que la dirigencia azulgrana le hizo firmar su primer contrato. “Es habilidoso, tiene gol y gambeta, pero no es egoísta. Es muy inteligente para leer el juego y sabe cuándo habilitar a un compañero que está mejor ubicado para convertir”, resalta Carotti, quien a su vez destaca la labor de Juan Antonio Pizzi y su cuerpo técnico para darles confianza a los juveniles. Es que el entrenador permitió que los jugadores de la Reserva se entrenaran con el plantel profesional para permitirles que se foguearan y, además, para seguirlos de cerca. A Correa lo promovieron a Primera durante esta temporada y tuvo su primera chance de mostrarse el 31 de marzo, ante Newell’s, cuando reemplazó a Kalinski. En las fechas siguientes, ingresó en todos los segundos tiempos, hasta que debutó como titular ante Quilmes. Dio el batacazo en el partido siguiente, cuando clavó el 3-0 del triunfo ante Boca; le dedicó el gol a su papá, que falleció cuando tenía sólo 10 años. Hoy, con un puñado de partidos en Primera, asegura que se está sintiendo más titular que nunca.

Por Alejandra Altamirano Halle