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Messi: "No pienso en los récords, sólo salgo a jugar"

El pedido de los lectores hecho realidad: nota exclusiva con el mejor jugador del mundo. Cortito y al pie, con su estilo, explica por qué no quiere salir nunca de un partido, admite que aún no tolera perder, cree formar una gran dupla con Mascherano en el truco, cuenta que no le pidió ninguna camiseta a Cristiano, que no volvió a hablar con Guardiola, piensa que todavía puede seguir creciendo, que no sabe dónde vivirá en el futuro y que apenas se pare su hijo, le comenzará a tirar la pelota. Par

Por Redacción EG ·

12 de mayo de 2013
Nota publicada en la edición de mayo de 2013 de El Gráfico

Imagen EN EL BANCO, un lugar que no conoce, con algunas heridas de guerra en la pierna izquierda. Aquí en una producción de Adidas.
EN EL BANCO, un lugar que no conoce, con algunas heridas de guerra en la pierna izquierda. Aquí en una producción de Adidas.
Resultado cantado del menú a la carta que les hemos ofrecido a los lectores por nuestro 94º aniversario. La tapa es Messi. Sí, aunque se trate del personaje que más veces salió en la portada desde que la revista es mensual, aunque se quedara con 3 de las 12 ediciones del 2012. La tapa es Messi, ¿quién si no? Y con entrevista, además, porque desde el 2010 no le hacemos una. Messi ganó la encuesta. ¿Y ahora?

No nos gusta la autorreferencia, utilizar la primera persona y menos plantear el desafío periodístico como si se tratara de una expedición a Júpiter o una misión de la CIA. Simplemente nos parece interesante contarle al lector cómo se hace para llegar al mejor futbolista del mundo, cómo se intenta conseguir un mano a mano con él, con su actual nivel de popularidad y a esta altura de la temporada, cuando se definen los campeonatos y los protagonistas lo que menos quieren hacer es hablar, porque están tensos y saturados.

Hoy haremos una excepción y lo contaremos. Y destacaremos que detrás del operativo existe una breve historia que no nos cansamos de repetir porque nos enorgullece.

La llave para llegar a Lionel es Jorge, su padre. Jorge nos conoce. Hace 10 años, en julio de 2003, lo llamó por primera vez un periodista de El Gráfico, Marcelo Orlandini, que había iniciado una nota sobre talentos argentinos que se marchaban jóvenes al exterior. Se encontró, en plena recolección de información, con el dato de Lionel Messi soplado por el papá de Sebastián Domínguez, que era entrenador en las inferiores de Newell’s. Cuando tirando del carretel, El Gráfico llamó a España y Carles Rexach, encargado máximo de la cantera blaugrana, afirmó sin dudar “Este chaval es mejor que Maradona”, la nota cambió de foco. Aunque era un pronóstico gastado por el mal uso, el objetivo ya no iba a centrarse en “los talentos que se marchaban muy jóvenes al exterior”, en general, sino de un talento muy joven en particular llamado Lionel Messi.

En aquel verano europeo del 2003, Orlandini llamó más de 10 veces a Rosario para hablar con el pichón de crack que recién había cumplido 16 años y andaba de vacaciones en su tierra, pero los que atendían, inexorablemente, eran su padre, su madre o alguno de sus hermanos, porque el pibe estaba siempre por ahí jugando a la pelota. ¿Qué iba a estar haciendo?

Finalmente, después de conseguir la palabra de Lionel y de coordinar la producción fotográfica, hubo un último pedido a papá Jorge (en realidad no sería el último, sino el primero de una larga serie de pedidos): si nos podía enviar un video con imágenes de su hijo, porque los elogios se nos antojaban demasiado exagerados. El video llegó en un sobre de papel con el material fotográfico (recién amanecía la era digital) y enseguida fuimos a una sala de la redacción a ver si era para tanto. Y sí... Era para tanto. Son las imágenes que luego se verían en todo el mundo, las de Leo esquivando rivales en miniatura como si se tratasen de conitos.

Imagen AGOSTO de 2003. Primera nota en un medio nacional. En tapa se anuncia arriba "El crack desconocido".
AGOSTO de 2003. Primera nota en un medio nacional. En tapa se anuncia arriba "El crack desconocido".
La discusión por el título de la nota fue ardua. El primero, “Barça tiene al nuevo Maradona”. Noooo, dejate de joder, bajemos un poco, ¿cómo lo vamos a comparar con Diego? “Barça muere por este pibe”. Sí, así está mejor. Y afuera, en la tapa, edición agosto del 2003, un destacado, arriba a la izquierda: “El crack desconocido. Descubrimos al pibe argentino que la rompe en el Barcelona”. Fue la primera mención del apellido Messi en un medio de alcance nacional.

Jorge nos conoce bien desde aquel bautismo mediático. Y hoy es el encargado de administrar algunos pedidos de entrevistas de medios argentinos, mientras que del resto del planeta se ocupan los responsables de prensa del Barcelona, aunque nunca falten las interconsultas. Menuda tarea. Son más de 10 pedidos por día, más de 100 por semana. De los lugares más recónditos del planeta, de las revistas más inesperadas que jamás pusieron una pelota de fútbol en sus páginas. “Aceptamos no más de una entrevista por semana y siempre que no haya partido. En general se hacen después del entrenamiento y no pueden durar más de media hora”, detallará Jorge.

Y encima de todo, el editor Jorge, el verdugo Jorge (en realidad él pone la cara, pero el que decide es Lionel), debe tratar de que los “rebotados” no se enojen, que comprendan. Y si hay alguien en el mundo que no comprende es el periodista despechado. Nos compadecemos un poco de Jorge. Son los problemas de haber engendrado a un extraterrestre.

Jorge Messi tiene tres mails y dos números de celular, uno de Buenos Aires y otro de Barcelona. Al menos, dos conocidos por la mayoría. Jorge vive en Rosario y viaja seguido a España. Los números se consiguen con cierta facilidad. Un mes y medio antes de nuestra fecha de cierre, y viendo que Lionel ganaba la encuesta con comodidad, comenzó el operativo: primero un mail (la vía menos invasiva), a los dos días un pedido en WhatsApp a ambos móviles, un rato después, mensaje de texto. Y a la semana, más o menos, la llamada y el correo de voz. No responde a ninguno.

A comenzar de nuevo el ciclo, ahora a intervalos de tiempo menores y con ansiedad creciente. Hasta que atiende el segundo llamado. Cuenta que está en Rosario, que todavía no pudo sentarse a leer los últimos mails porque viene de la doble fecha de Eliminatorias y en esos días los celulares y el correo queman. Escucha nuestra explicación: edición aniversario, encuesta, Leo afana, media hora al teléfono nada más, hace tres años que no le hacemos una nota, jodemos poco. Escucha. “Hablo con Lionel en estos días y te contesto”, es su respuesta, sin demasiadas pistas.

Igual, hasta ahora vamos bien, con un alto porcentaje de eficacia a nuestros pedidos, siempre con Jorge de intermediario. Sólo se nos cayó una vez. Era un 100 x 100 previo al Mundial 2010. Estaba todo encaminado y al final no dieron los tiempos. Pero siempre, con más o menos demora, hubo una respuesta.

Dar la cara, que para nosotros sería contestar un mail, un mensaje de texto o una llamada, es el gesto mínimo que esperamos del entrevistado. No conseguir una nota es doloroso y frustrante, pero forma parte de los derechos del deportista. Ahora, no recibir un “puede ser”, un “llamá en dos semanas”, un “por ahora no” o un “no” a secas, es directamente un ninguneo intolerable, la manifestación clara de “Me importa tres pitos tu trabajo”.

Pero repetimos: de la familia Messi siempre hubo una respuesta. ¡Y es Messi! Este detalle nos da una pista del porqué Lionel es como es: ubicado, respetuoso y alejado de los escándalos. “Lionel es muy responsable y sobre todo respetuoso con la prensa, pero está claro que no le gusta”, admitirá Jorge.
Pasa una semana y no hay respuestas. Empieza de nuevo la cadena: mail, WhatsApp, mensaje. Y viene la respuesta: “Diego, no logro todavía hablar con Lionel por este tema. Incluso me suspendió todo lo que tenía aprobado para hacer, después de la lesión del otro día. Yo viajo mañana para allá, te mantengo informado”.

Una semana más tarde y tras una nueva tanda comunicacional completa, aparece en el teléfono el veredicto final: “Diego, acabo de estar con él y me pide hacerlo como hicimos la última. ¿Será posible? De ser así, fijate que sería la única, porque acaba de rechazar una de FIFA y le dijimos que no a varias notas argentinas. Perdoname, pero está saturadísimo”. Encima pide perdón.

Imagen "LLEVA UNA PELOTA adentro del pie", lo describió con maestría Eduardo Galeano. Y eso parece.
"LLEVA UNA PELOTA adentro del pie", lo describió con maestría Eduardo Galeano. Y eso parece.
La última había sido por mail. “Pero que te quede claro, como se los digo a todos: el que contesta es Lionel. Yo sólo le reenvío las preguntas a su correo electrónico”, ya nos había asegurado en aquella ocasión.

Por mail entonces, sin chances de repreguntar, pero con la posibilidad de contar con su pensamiento. No nos vamos a quejar. Y menos en este contexto. Lo tendremos a Messi, que es lo que importa. Le acercaremos un salpicado de temas diversos, que no lo empujen a respuestas de casete, o al menos eso intentaremos, cuestiones quizás menores, cotidianas, pero que nos sirven para conocer un poquito más al personaje. “Messi sólo entrega titulares con los pies”, lo describió con su lucidez habitual Jorge Valdano. Está claro: a Leo le gusta hablar... con los pies. Así lo debemos aceptar, mal que nos pese a los periodistas.

“¿Qué le preguntarías a Messi si lo tuvieras enfrente?”. Bajo esa consigna juntamos un buen colchón de preguntas en la redacción, en el bar, con amigos. Y una aclaración necesaria para el protagonista en el mail: “Leo, acá van las preguntas. Son muchas, contestá las que quieras y de la extensión que quieras, no te obligues a estirarlas. Gracias por el tiempo”. Sí, abrimos el paraguas, a ver si se antes de empezar a contestar, mantiene apretado por unos segundos el cursor “flechita para abajo”, se topa con el listado de las 63 preguntas y decide mandarnos a “correos no deseados”. Igual, por las dudas (pequeños trucos del oficio), las preguntas fueron sin numerar. Y volvieron desde España tres días antes de la fecha límite. Contestó 60, más del 95 %. No nos podemos quejar. Ahí van...

-“Si con Messi y el Papa no ganamos el Mundial, nos tenemos que dedicar a otra cosa”. ¿Escuchaste la frase? ¿Coincidís?
-Sí, la escuché y me causó mucha risa, pero esto no es matemática.

-¿Pudiste hablar con el Papa Francisco ya?
-No, todavía no (respuesta al 16 de abril).

-¿Estabas calentito con el arquero robot, que festejaste tanto los goles?
-La verdad que no podía creer que una máquina pudiera hacer lo que hacía.

Imagen NUESTRO ULTIMO pedido a Messi: cinco minutos de fotos con Mascherano como anuncio de la Copa América. Julio de 2011.
NUESTRO ULTIMO pedido a Messi: cinco minutos de fotos con Mascherano como anuncio de la Copa América. Julio de 2011.
-¿Cuál es la clave para que ande tan bien en el truco la pareja Messi-Mascherano? ¿Quién es más mentiroso de los dos?
-En el truco todos somos mentirosos, pero también es buena la pareja.

-¿En los juegos de la concentración también les pasás el trapo a todos, como en los campos de juego?
-Nooooo, a veces perdemos también. Y eso no me gusta para nada, ni al fútbol ni a nada, pero hay que aceptarlo, es así.

-¿Cuál es el cantito de cancha que más te gusta, el que más te emociona cuando estás jugando?
-En realidad no escucho los cantos de la gente porque estoy metido en el partido, pero el griterío ya es un aliento que te empuja a dar más. Y eso sí lo escucho.

-Salvo por una lesión, no salís nunca de la cancha porque estás cansado o porque te podés llegar a lastimar, ¿no?
-La verdad que las veces que he salido fueron por alguna lesión, no me gusta quedar fuera aunque vayamos ganando.

-¿No es arriesgar el físico hacer un pique a los 85 minutos contra Venezuela, con el partido 3-0 y debiendo jugar con Bolivia a los cuatro días?
-No pienso en cuidarme, a decir verdad, sí pienso, pero a veces es más fuerte que yo, por eso sigo jugando.

-¿Vos les pedís a los técnicos que no te saquen, salvo que pase algo excepcional?
-No, no, yo nunca lo he pedido. Sí pasó que me han preguntado en algún partido de salir, pero si estoy bien, no me gusta hacerlo.

-¿Todavía sos muy calentón cuando perdés? O sea: llegás a tu casa después de una derrota dura y ¿te encerrás en el cuarto? ¿no le hablás a nadie?
-Y algo así, sí, no busco la explicación, pero sí que me da mucha bronca. Así fue siempre.

-¿Cuándo fue la última vez que lloraste por una derrota?
-No sé, pero lo hice más de una vez.

-Alguna vez, volviendo a la media cancha tras un gol, ¿te decís para adentro: “¡qué golazo metí!”? ¿O metés el gol y listo, ya te olvidaste y pensás en el próximo?
-Sólo pienso en ayudar a ganar a mi equipo y si me toca hacer el gol a mí, bien, de lo contrario, trato de ayudar a que lo haga otro.

-Todavía no cumplió los 6 meses y aún no camina, ¿pero ya sabés si Thiago es zurdo por la mano que usa para agarrar las cosas?
-No, todavía no apunta a nada, pero lo vamos a seguir atentos a ver qué hace.

-¿Pensás tirarle pelotas apenas se pare, como hizo el Kun con Benjamín?
-Sí, claro, pero no porque quiera que sea jugador de fútbol.

-¿Se cargan con el Kun con los hijos, si Benjamín va a ser capitán, si Thiago le tendrá que pasar la pelota?
-Todavía no, pero ya vendrá esa etapa.

-Se te ve más maduro frente a la prensa, ya no tan incómodo como antes, ¿vos notás esa diferencia?
-Me voy acostumbrando, como a cualquier cosa, y hay que crecer en esto también.

-¿Hubo algún clic en particular para que pase eso?
-Fue algo natural, una cuestión lógica de crecimiento y de práctica.

-¿Cuántas horas por semana le dedicás a entrevistas y a compromisos comerciales?
-Eso lo llevan otros, yo me ocupo de aceptar el programa o cambiarlo según mi vida.

Imagen Ilustración retro de Gonza Rodríguez.
Ilustración retro de Gonza Rodríguez.
-¿Tenés idea de qué fue el Maracanazo? ¿Alguien te lo contó?
-No me lo contó nadie, pero algo sé.

-¿Con Dani Alves se cargan con lo que puede llegar a pasar en el Mundial?
-No, con Dani no tocamos ese tema porque todavía el Mundial no llega, falta mucho.

-¿Nunca se te cruza por la cabeza que el golazo a Brasil del 4-3 en Estados Unidos sea en la final del Mundial en el último minuto con el partido empatado?
-No se me cruza ese resultado, pero sí que me gustaría que fuera así, más vale. De todas maneras, Brasil es una gran selección y jugando de local, será más fuerte aún.

-Hace dos años empezaste a meter más goles de tiro libre. ¿Fue de casualidad o te lo propusiste y te quedaste practicando porque sentías que te faltaba eso?
-Casualidad y causalidad, un poco de cada cosa.

-Cuando salís a jugar, ¿estás enterado de qué récord estás por batir ese día o no tenés ni idea?
-No, no pienso en los récords, sólo salgo a jugar.

-¿Hasta qué edad te gustaría jugar profesionalmente?
-Voy a jugar hasta el día que vea que no puedo hacerlo más, no quiero dar una edad porque hoy no la sé.

-¿Y hasta qué edad creés que vas a poder jugar? Depende de las lesiones...
-Un poco sí y otro poco de que me siga o no gustando. Repito: hoy no lo sé.

-¿Llegás al quinto Mundial? En 2022 tendrás 35 años, sería récord para Argentina.
-De nuevo tengo que decir no sé, esto de dar fechas es muy difícil.

-Más de una vez afirmaste que te gustaría terminar tu carrera en Newell’s. ¿A qué edad lo imaginás? ¿Sería sólo por un campeonato o por un par de años?
-Es un poco lo mismo, voy a ver hasta cuándo decida jugar y si puedo volver a la Argentina a terminar la carrera, mejor, pero ahora mismo estoy muy bien acá en Barcelona.

-Ya sé que falta mucho, ¿pero dónde imaginás que vas a vivir cuando no juegues más al fútbol?
-No me gusta hacer futurología, ahora estoy bien donde estoy.

-¿Qué ves allá de la tele argentina?
-Todo.

-De los jugadores con los que no compartiste equipo hasta ahora, ¿con quién te gustaría jugar?
-Hay muchos, pero estaría mal que nombrara a unos y no a todos, y no voy a acordarme de todos.

-La sensación en la Selección es que los de arriba tienen una gran sintonía, adentro y afuera de la cancha: vos, Kun, Higuain, Di María, Lavezzi. ¿Es así?
-Con todo el plantel estamos bien, parece que con los de arriba más, porque nos juntamos más seguido en el juego, pero todos nos llevamos muy bien.

-¿En algún momento te abruma ser Messi o la tenés dominada?
-Abrumarme no, sólo que hay veces que no tenés demasiada intimidad en las salidas, pero lo llevo bien.

-¿Cómo preferís que te digan: Leo, Lio, Lionel o Pulga?
-De cualquier manera me va bien.

-Tu día más feliz en el fútbol.
-Tengo muchos, pero ganando la paso mejor.

-Tu día más triste en el fútbol.
-Perdiendo, por supuesto.

-El libro que más te gustó.
-No soy de leer.

-¿Cómo sería hoy un día ideal para vos?
-Un día entre la familia o con amigos la paso bien.

-Lo que más extrañás de Rosario.
-Se extraña todo, pero ya te digo, Barcelona me trata muy bien.

-¿Tenés alguna cábala?
-Ninguna.

-¿En Europa se usan las cábalas como acá o no tanto?
-No tanto.

-¿Cuántas camisetas, en promedio, te piden por partido? ¿El Barcelona te puso un tope o vos das todas las que querés?
-No hay problema, pero sólo podemos dar dos, que son las que tenemos en ese partido.

-¿Cristiano te pidió alguna vez la camiseta?
-No.

-¿Y vos se la pediste a él?
-No, porque no soy de pedirlas.

-¿Cuál fue la última camiseta que vos le pediste a alguien?
-La verdad que no recuerdo porque cambié varias.

-Cuando te cruzás con Cristiano en una entrega de premios como la del Balón de Oro, ¿se saludan?
-Sí, ¿por qué no vamos a hacerlo?

-¿Charlan un rato, o es un “hola, chau”, cero onda?
-No somos compañeros de equipo, así que muy poco podemos hablar.

-¿Hace 3 o 4 años no hubieras arriesgado con un traje de lunares, no?
-Quizás no, no lo sé, pero uno nunca sabe, yo me sentí cómodo con ese traje y me gustó vestirlo. No pasó nada.

-¿Cuántos Balones de Oro pensás ganar? ¿Con cuántos te conformás?
-No, eso no lo sé, yo no juego para ganarlos; si se dan, mejor.

-¿Con Cruyff charlaste alguna vez, más allá de un saludo?
-No, charlar no porque no se dio.

-Cada año superás récords que parecían imposible de superar. ¿Cuál es tu límite?
-Como te dije antes, no pienso en los récords, eso son cosas que nosotros los jugadores no las buscamos, se van dando.

-¿Interiormente creés que ya llegaste al pico máximo de tu carrera o todavía no?
-Creo que estoy en una edad en la que puedo seguir creciendo.

-Supongamos que bajás al bar de un hotel y está Mourinho solo en una mesa, alejado. ¿Qué hacés? a) lo ignorás y vas para otra mesa; b) lo saludás de lejos, con una mano, y seguís caminando; c) te acercás a darle una mano y le preguntás si quiere tomar un café; d) otra que se te ocurra.
-Esto es fútbol y yo juego al fútbol, lo demás es inventado.

-¿Seguís hablando con Guardiola? ¿Cuándo fue la última vez?
-No, no hemos hablado más.

-¿Ves posible a Guardiola dirigiendo alguna vez la Selección Argentina?
-No lo creo, en Argentina no se permitiría un técnico que no fuera argentino.

-¿Y con Ronaldinho? ¿Se cruzan mensajes por el próximo Mundial?
-No hablamos de eso.

-¿Es feo ver un partido desde el banco, te genera mucha ansiedad? Te pregunto por la revancha con PSG: te enfocaban y te estabas comiendo las uñas.
-Mucha ansiedad, sobre todo si vas perdiendo.

Imagen MAYO de 2011: repaso de los récords que empieza a romper con una proyección de los que puede alcanzar.
MAYO de 2011: repaso de los récords que empieza a romper con una proyección de los que puede alcanzar.
-¿Quién son tus principales compinches en Barcelona, de salir a tomar algo o de juntarse en una casa?
-Me llevo bien con todos y si hay tiempo, también hacemos algo juntos.

-¿Cuál es la pregunta que más te hacen en las entrevistas?
-Esta (suponemos que se refiere a la anterior).

-¿Y la que más te molesta responder?
-Esta.

-¿De qué te gustaría que te pregunten y en general no lo hacen?
-Sólo me gusta hablar de fútbol, pero siempre hay cosas que tienen que ver con otros jugadores respecto al trato, y eso no me gusta.

Breve conclusion final. Messi contesta casi todo. Cortito y al pie, eso sí. Como cuando lleva la pelota, cosida al botín, aunque nunca hayamos visto el piolín. Es su estilo. Le rehúye a las polémicas, no le interesan, es más: lo fastidian. Y si es necesario, esquiva, no define, justo él. No pone fechas, no da nombres, prefiere vivir el partido de mañana, meter cinco goles. Después verá.

Pero paremos la pelota unos segundos: encima que la deja chiquitita todos los partidos en todas las canchas, pretendemos que la rompa con las palabras, que nos dé cátedra de filosofía futbolera, que nos deleite con sus conceptos y nos deje 10 títulos de tapa. ¿No será mucho? Mejor lo tomamos así como es. Y lo disfrutamos porque es nuestro. Después de la nota creemos haberlo conocido un poco más, aunque sea un poquito.

Por Diego Borinsky. Ilustración: Gonza Rodríguez