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Con personalidad y sacrificio, Argentina ganó un punto en La Paz

Fue 1 a 1 ante Bolivia en el estadio Hernando Siles. El equipo de Sabella mostró carácter para sobrevellar un partido complicado. Empezó perdiendo, Banega lo empató sobre el final del PT, y después pudo haberlo ganado. La clasificación al Mundial podría concretarse en la próxima fecha.

Por Redacción EG ·

26 de marzo de 2013
Imagen MESSI LUCHA ANTE la marca de dos bolivianos. La Pulga empezó de delantero, acompañando a Palacio, pero después retrocedió casi a posición de enganche. No brilló, pero se hizo dueño de la pelota cuando había que frenar el partido para ganar aire.
MESSI LUCHA ANTE la marca de dos bolivianos. La Pulga empezó de delantero, acompañando a Palacio, pero después retrocedió casi a posición de enganche. No brilló, pero se hizo dueño de la pelota cuando había que frenar el partido para ganar aire.

La entrega de los jugadores argentinos se antepone a cualquier otra observación. En la Paz, esa ciudad que tanto complica a los futbolistas del llano, hizo lo que tenía que hacer y consiguió un empate costoso y celebrado. Fue 1 a 1, con final dramático, con jugadores agotados y acalambrados. El planteo de Alejandro Sabella, que cambió a ocho de los once que habían goleado a Venezuela el viernes pasado, fue un acierto. La impotencia de los jugadores bolivianos, una ayuda inestimable. La inteligencia individual para resolver bien los detalles del partido, una muestra de carácter.

La Argentina demostró que tiene alternativas cuando – sea por cualquier motivo, en este caso la altura – no puede exhibir sus credenciales originales. Porque hoy a Messi le costaron los 3600 metros de altura que hay en el Hernando Siles de la Paz, pero se las ingenió para aportar como receptor y pasador. Así, con el mejor del mundo jugando casi como un enganche, el equipo sobrellevó decorosamente un partido que hasta aquí se presentaba como uno de los más duros de las Eliminatorias.

Durante el primer tiempo, el libreto precavido del entrenador no bastó para contrarrestar el juego dinámico y vertical de los locales. Por fortuna, esa actitud avasallante de Bolivia se extinguiría rápidamente. Mientras duró, el arquero Sergio Romero impidió dos veces la caída del arco argentino.

Hubo previsión táctica pero también fallas individuales que fueron abriendo huecos por donde se filtraron los laterales y volantes locales. A Clemente Rodríguez le costó sostener el costado izquierdo de la defensa. Desde allí llovieron centros que más de una vez pusieron en riesgo el arco de Romero. Desde allí llegó el primer gol del partido. A los 25 minutos, uno de esos envíos a las espaldas del defensor de Boca cayó en el corazón del área, Martins ganó de cabeza y puso el 1 a 0.

La desventaja alertó a la Selección, que desde entonces asumió un rol más activo en el partido. Messi retrocedió, casi a posición de enganche. Gino Peruzzi se animó por la derecha al igual que Clemente por el otro costado. Y Di María corrió por todos. El volante del Real Madrid fue lo más destacado en el ataque nacional. Con más ganas y empuje que ideas claras, lideró un par de contraataques que preanunciaron el empate. Antes del gol de Martins lo había dejado a Rodrigo Palacio mano a mano con el arquero boliviano, pero del delantero de Inter demoró un segundo más de lo que pedía la jugada y desperdició la chance. A los 43, un centro de Clemente encontró la cabeza de Banega. Fue el 1 a 1.

Bolivia demostró en el segundo tiempo por qué ocupa la anteúltima posición en la tabla de las Eliminatorias. Ya había descubierto las flaquezas de la defensa argentina, pero no pudo repetir lo del primer tiempo ni siquiera conociendo la receta.

Los laterales visitantes pocas veces se lanzaron al ataque, Domínguez,Campagnaro y Basanta no volvieron a dudar y Messi abandonó definitivamente su puesto original, al lado de Palacio. Desde el centro se ofreció como receptor de todas las salidas argentinas, fue el descanso ideal de Mascherano y Banega y les dio tiempo a Di María y Palacio para buscar espacios en la última línea del ataque.

Entre la impotencia de los bolivianos y los últimos esfuerzos argentinos se consumieron los minutos finales. En ese tramo determinante, cuando los espasmos de la altura dieron tregua, Messi y Di María se las rebuscaron para, al menos, llevar el juego lejos del arco argentino. Lo tuvo la Pulga a los 39, pero el arquero local le tapó un mano a mano determinante.

La Argentina se va de Bolivia con una sonrisa en la cara. Demostró carácter para asumir paradas complicadas. Sacó a relucir atributos que hasta aquí la falta de necesidad había ocultado tras el juego vistoso y arrollador que demuestra partido a partido. Fue como una remake menos épica del 1-2 ante Colombia, en el calor de Barranquilla, del año pasado. Sigue liderando cómodamente la tabla de las Eliminatorias. Brasil está ahí, a la vuelta de la esquina. Hoy se avanzó un paso más.
Imagen DI MARIA, ACASO el más destacado del equipo argentino, sintió el desgaste y la altura. Fue, por lejos, el que más corrió. El y Messi se las ingeniaron para llevar peligro al arco boliviano.
DI MARIA, ACASO el más destacado del equipo argentino, sintió el desgaste y la altura. Fue, por lejos, el que más corrió. El y Messi se las ingeniaron para llevar peligro al arco boliviano.


Bolivia: Sergio Galarza; Ronald Raldes, Edward Zenteno, Luis Gutiérrez; Diego Bejarano, Walter Veizaga, Alejandro Chumacero, Rudy Cardozo, Jair Torrico; Marcelo Martins y Carlos Saucedo. Director técnico: Xabier Azcargorta.
Argentina: Sergio Romero; Gino Peruzzi, Hugo Campagnaro, Sebastián Domínguez, José Basanta, Clemente Rodríguez; Ever Banega, Javier Mascherano, Angel Di María; Lionel Messi y Rodrigo Palacio. Director técnico: Alejandro Sabella.
Goles: Marcelo Martins, (Bol), 25PT; Ever Banega (Arg), 43PT
Arbitro: Enrique Osses (Chile)
Estadio: Hernando Siles (La Paz).