De aquí y de allá

¿El fin de la era Wenger?

Los diarios británicos instalaron los rumores de salida del entrenador francés, que dirige al Arsenal desde 1996. En menos de una semana el equipo inglés quedó eliminado de la F.A Cup y necesita un milagro para seguir en la Champions. Acumula ocho temporadas sin éxitos.

Por Redacción EG ·

21 de febrero de 2013
Imagen WENGER, DIRIGE AL Arsenal desde septiembre de 1996. Tiene contrato hasta junio de 2014.
WENGER, DIRIGE AL Arsenal desde septiembre de 1996. Tiene contrato hasta junio de 2014.
Con Highbury murió una época para el Arsenal. En ese viejo estadio, que abandonó en 2006 por el lujoso Emirates Stadium, los Gunners gritaron campeón por última vez en la Premier League. Fue en la temporada 2003-2004, con Arséne Wenger como cabeza de un equipo que pasó a la historia por haberse coronado de forma invicta. Por aquellos años alegres el DT francés era puesto como uno de los mejores del mundo, a la altura de los grandes referentes de la época. Su nombre se proyectaba en una carrera que – al menos desde los rumores- muchos otros transitaron: un gigante de Europa, una selección, la cúspide de los entrenadores. Se lo vinculó al Real Madrid y se lo señaló como candidato para dirigir a Francia. Desde aquella mudanza, sin embargo, él y su Arsenal parecen atascados en un tiempo de sequía.

La derrota frente al Bayern Münich en Inglaterra (1-3), el último martes por la ida de los octavos de final de la Champions, condenó al Arsenal a otra temporada sin vueltas olímpicas, la octava desde la 2004-2005 (F.A Cup). La semana anterior el Blackburn Rovers, de la segunda división, lo había eliminado de la F.A Cup. La prensa inglesa recurrió, como nunca antes, a la teoría del fin de ciclo. Los titulares y los comentarios de los diarios merodearon la hipótesis de un cambio de nombres para forzar un cambio de rumbo.

Sin la FA Cup, sin la Copa de la Liga, sin posibilidades en la Premier, casi sin la Champions League, ¿debería estar Arsène Wenger sin trabajo?, se preguntó Daily Mirror, tras la caída con el Bayern. Esa imagen de un Wenger acabado, capitaneando un equipo sin pretensiones, fue reforzada a tal punto que los jugadores tuvieron que salir a respaldar al francés. “Ha hecho mucho por este club. No van bien las cosas ahora, pero hay que estar con él y mirar a largo plazo. Es el entrenador adecuado para este club y todos estamos con él”, dijo el capitán, Thomas Vermaelen, la voz sobresaliente entre varias que adhirieron al apoyo público.

El asunto cobró aspecto de juicio público. Quienes sostienen la inocencia del entrenador francés aducen que los males de este Arsenal serían inevitables para cualquier posible reemplazante. Desde su llegada al club en 1996, Wenger empleó una receta ingeniosa y elogiada: combinar históricos con jóvenes talentos que llegaban al club desde todas partes del mundo. El propio Wenger parece haber reconocido los riesgos de su método la semana pasada, al preguntarse en rueda de prensa por qué el joven defensor Raphael Varane prefirió el Real Madrid antes que su equipo. A mediados de 2011, los Gunners tentaron al francés, que rechazó la propuesta y le dijo sí a José Mourinho. Esta nueva tendencia de los más grandes de Europa de apostar por figuras prematuras debilita las perspectivas de equipos como el Arsenal, que todavía mantiene ese carácter de equipo de transito y vidriera para la consolidación de futuros cracks. La crisis de los principales mercados europeos obliga a los Real Madrid, Milan o Manchester United a buscar refuerzos más accesibles. No es casualidad que los últimos años de prosperidad del Arsenal coincidan con la famosa Era galáctica, inaugurada por Florentino Pérez en el Real Madrid.

El propio Wegner le puso melodía a su pesar. Como el acusado que da su coartada, enfrentó los micrófonos y se defendió como pudo: “Estoy seguro de que me extrañarán cuando me vaya. No estoy seguro si están o no interesados en que eso ocurra. Mi contrato termina en 2014, y habré cumplido treinta años a primer nivel sin interrupción. El fútbol exige mucho compromiso”. Y agregó: "Pueden decir que soy un mal entrenador. Pero creo que pro la manera en que hemos trabajado, nunca nadie podrá decir que he venido por dinero o cosas como esas. Cuando me critican por la posición en la Liga (está a 21 puntos del líder Manchester United) no puedo decir absolutamente nada. Solo puedo decir que lo siento, tienen razón, estamos demasiado lejos del Manchester United".