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Falcioni, ¿olvido o reconocimiento?

La caída en la Supercopa ante Arsenal puso en jaque el ciclo del DT en Boca. ¿Cómo lo recordarán los hinchas xeneizes? Su producción supera la de sus últimos cinco predecesores. Un análisis sobre esta disyuntiva.

Por Redacción EG ·

09 de noviembre de 2012
Imagen EL DT OBTUVO mejor producción que sus cinco predecesores: Russo, Ischia, Basile, Alves y Borghi. Ganó el Apertura 2011.
EL DT OBTUVO mejor producción que sus cinco predecesores: Russo, Ischia, Basile, Alves y Borghi. Ganó el Apertura 2011.
Si los hinchas de Boca fueran un todo, una única persona cuyo comportamiento como hincha derivara de un promedio entre las valoraciones individuales, ese fanático absoluto estaría ahora ante una disyuntiva: ¿qué hacer con Falcioni? ¿Quererlo? ¿Condenarlo? ¿Olvidarlo? Cuando en diciembre Julio César deje de ser el entrenador del equipo – se prevé que los dirigentes no le renovarán el contrato- su nombre pasará a integrar una banca en el vasto pasado azul y amarillo, una galaxia inmemorial por la que flotan venerados y despreciados. A falta de tan poco tiempo para esa despedida, las chances del DT para mejorar o estropear su proyección hacia el recuerdo futuro son prácticamente nulas. Con lo hecho hasta aquí, y en relación con producciones de ciclos anteriores, entonces, podría trazarse un buen punto de partida para empezar a dilucidar la respuesta al interrogante de aquel imaginario hincha.

Se sabe, los que van a la cancha representan un mínimo porcentaje del total de hinchas de Boca. En la Bombonera Falcioni – más aún en los partidos posteriores a los cortocircuitos con Juan Román Riquelme- recibió y recibe la hostilidad por parte de una gran mayoría. Un runruneo de disconformidad, un murmullo vomitado luego en los foros de Internet con forma de mensaje colérico y pedidos de renuncia. Le achacan el nivel de juego del equipo, que ni siquiera tuvo brillo cuando fue campeón invicto en el Apertura del 2011. Lo enjuician por su apuesta de juego, que repara más en la dinámica y el tesón que en los pases cortos. Un credo futbolístico emparentado con la esencia bostera. ¿Será que el público de Boca enfrenta una crisis de identidad y necesita desligarse del paladar histórico del club? ¿Representa Falcioni el paladar de Boca? ¿Acaso conviene seguir hablando de paladares? Porque con Falcioni en el banco el xeneize hizo su mejor campaña desde los tiempos de la primera etapa de Alfio Basile (recordman absoluto, que ganó todo lo que disputó). Contando hasta la fecha 13 del actual Torneo Inicial, echando calculadora sobre las competencias locales, el ciclo del extécnico de Banfield es el más próspero de todos. Con un 61 por ciento de efectividad supera incluso al de Miguel Angel Russo, que en el 2007 armó aquel gran equipo de Riquelme, Palermo, Palacio y Banega, campeón de la Copa Libertadores de ese año. Russo integra el sector del pasado donde se ubican los más respetados, recinto próximo a la mesa de los intocables, personajes merecedores de un aplauso cada vez que visitan la Bombonera, o premiados con nominaciones para hacerse cargo del equipo cuando el puesto de DT queda vacante. ¿Qué le falta, entonces, al actual entrenador para ubicarse en ese sitio?

Imagen MATRIMONIO POR conveniencia. El enganche nunca fue de los predilectos del DT. El primer cruce fue a principios del 2011, en la previa de un partido contra All Boys.
MATRIMONIO POR conveniencia. El enganche nunca fue de los predilectos del DT. El primer cruce fue a principios del 2011, en la previa de un partido contra All Boys.
Las diferencias con Riquelme desgastaron su imagen. El enorme contraste entre lo que despierta uno y otro nombre en la hinchada xeneize devastó la relación con gran parte del público. El fuego mediático yendo y viniendo sobre el fantasma de JR le exigió inteligencia para evitar quemaduras que hubieran sido irreversibles. De ese drama no pudo despegarse ni siquiera cuando el volante decidió abandonar el club. La tirantez con el remanente riquelmiano  que quedó en el plantel– el tríptico Clemente, Ledesma y Viatri- congeló una atmósfera de inminente estallido. Distinta fue la historia para Basile, que en el año 2005 excluyó a Guillermo Barros Schelotto del primer equipo. El Melli bajó a Reserva y desde entonces nunca volvió a recuperar su lugar. Las experiencias no se repiten, el surgimiento fenoménico de Rodrigo Palacio fue la respuesta natural que Basile no necesitó dar. Pero, qué carnaval de histerias se habría desatado si Falcioni hubiera al menos pensado en un Román poniéndose a ritmo con el preliminar.

En el mano a mano de las estadísticas JC supera también la segunda etapa de Basile. El Coco estuvo en el Apertura 2009 tras su primer y glorioso paso. Soportó solo seis meses, renunció en el verano después de una goleada 4-0 en contra sobre Estudiantes en Mar del Plata. Durante ese semestre Boca terminó el campeonato en mitad de tabla, sumó 27 puntos (47 por ciento de efectividad) y quedó eliminado de la Copa Sudamericana en primera ronda a manos de Vélez. Carlos Ischia, predecesor de Basile, otro de los invitados de la casa, dirigió tres campeonatos con una media del 58 por ciento. Su equipo, símil al de Russo pero sin Banega, plasmó un fútbol ofensivo y de a ratos vistoso que lo llevó hasta las semifinales de la Libertadores 2008. Abel Alves y Claudio Borghi ni siquiera aguantaron un campeonato en el banco de Boca. El Emperador los aventaja holgadamente en cantidad de puntos conseguidos sobre partidos dirigidos.
@c1@ Contando solo campeonatos locales, fue el más efectivo de los últimos seis entrenadores que tuvo Boca.@cc1@
@c2@ La aparición de varios jóvenes de inferiores en la Primera es otro guiño para Falcioni @cc2@
@c3@ Del drama Riquelme no pudo despegarse ni siquiera cuando el 10 dejó el club. @cc3@
El apunte de varios jóvenes de las inferiores es otro guiño para Falcioni. Si bien durante su primer año al frente del equipo no tuvieron demasiadas oportunidades, cuando Boca se vio obligado a dividir fuerzas entre campeonato y Copa el crédito para los pibes del semillero fue recurrente. Juan Sánchez Miño, Leandro Paredes, Guillermo Fernández y Cristian Alvarez, cuatro nombres que seguramente serán protagonistas del Boca versión 2013, durante su mandato se consolidaron entre los más grandes.

La disyuntiva sigue y seguirá abierta. Tal vez el futuro más cercano despunte una nostalgia retrospectiva. Cuesta creerlo. Ese hincha imaginado en las primeras líneas de esta nota seguirá entrampado en su dilema: ¿Qué ofrecerle a Falcioni en sus recuerdos venideros? Aunque abunden los motivos para que ese no sea su destino, la silla del olvido se la sigue reservando.

[AM]