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Twitter y deportistas, peligrosa combinación

La red social del pajarito, elegida por la mayoría de los protagonistas para evitar el filtro de la prensa, es a veces fuente de cruces y conflictos que en ciertos casos se terminan pagando muy caro. Repasá algunas historias.

Por Redacción EG ·

27 de agosto de 2012
Imagen CON CASI 13 millones de seguidores, Cristiano Ronaldo es el futbolista más requerido en Twitter.
CON CASI 13 millones de seguidores, Cristiano Ronaldo es el futbolista más requerido en Twitter.
La tecnología mete el rabo en todos los recovecos. Su avance, en apariencia lento pero inexorable, rediseña los paisajes de la vida social y relega al desván de la memoria las viejas virtudes de un tiempo en el que todo era más artesanal. Hasta las charlas de fútbol cambiaron en este siglo XXI marcado por la invasión de lo digital. El café, como surtidero de debates sanamente pasionales, probable recinto de “maestros”, fue retirado al plano nostálgico de lo excepcional por el acaparamiento de las páginas webs. Así, con más foros y espacios de intercambio virtual, desprovista del humo de cigarrillo y voces alquitranadas, la relación hinchas-protagonistas también se modificó.

Twitter, la red social del pajarito, una plataforma cibernética en la que los usuarios pueden expresar lo que se les antoje en 140 caracteres, se convirtió, desde su nacimiento en el año 2007, en uno de los espacios de manifestación más difundidos de todo el planeta. Fuentes oficiales dijeron en septiembre de 2011 que el número de cuentas registradas supera los 200 millones. Futbolistas, basquetbolistas, nadadores, dirigentes deportivos y atletas varios componen uno de los tantos estamentos que adoptó el Twitter como canal comunicante. El objetivo principal, interactuar con el público evitando el filtro de la prensa, se ha vuelto una fuente valorada inclusive por los propios medios de comunicación, que aprovechan el todavía inmenso caudal de público no registrado para dar a conocer la palabra del protagonista. Pero como toda red social, darle uso implica los riesgos de las frases sin pelos en la lengua. Se sabe, libres del poder intimidante del micrófono, los discursos no son los mismos. Algunos casos.

INTERNACIONALES


El inglés Rio Ferdinand trasladó al terreno Twitter un conflicto con sus excompañeros de selección Ashley Cole y John Terry. Anton Ferdinand, hermano del defensor del Manchester United, le inició juicio a Terry por presuntas actitudes racistas. Cole declaró a favor del acusado, con quien comparte equipo en Chelsea. Rio explotó. Aunque su reacción resulte difícil de explicar, porque defendió la causa de su hermano pagando con la misma moneda. Tildó a Cole de "choc-ice" (negro en el exterior, blanco en el interior) y deberá pagar una multa de 57 mil euros por “hacer referencia a un origen étnico, un color o una raza”.

Tal es el grado de inclusión de la red en la sociedad que lo que allí acontece muchas veces es concebido como un capítulo extra de lo que se ve en la propia competencia. Una suerte de tercer tiempo capaz de aguzar las brasas de un duelo. Sergio Ramos falló el penal clave en la definición ante Bayern Münich en el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League pasada. El defensor del Real Madrid elevó el remate unos cuantos metros por encima del arco alemán, lo que provocó la gastada vía Twitter de Manuel Neuer, el arquero rival. El sevillano se tomó revancha veinte días después, cuando el equipo alemán cayó en la final ante Chelsea. "No sabía que se le daban tan bien las finales a Neuer. Otro año será..!! Humildad siempre campeón..!!", escribió.

LOCALES


La versión criolla por antonomasia de enfrentamientos futboleros la protagonizaron el Chori Domínguez y Ricardo Caruso Lombardi. El cruce de insultos y acusaciones comenzó en pleno partido entre River y Quilmes, lo continuó Caruso en un programa televisivo y lo cerró el delantero en su cuenta Twitter. Allí, le respondió al ahora entrenador de San Lorenzo, quien lo había tildado de "pecho frío" poniendo como prueba sarcástica su extenso pasado en el helado fútbol ruso. El exdelantero de River defendió sus porotos y se mofó del legajo del DT quien “nunca pisó el aeropuerto de Ezeiza”.

Imagen EL CORTE DE pelo de Almeyda, promesa por el ascenso con River, motivó al Chori Domínguez a desafiar al DT. El delantero minimizó esa prueba de amor ante su nuevo tatuaje del escudo millonario.
EL CORTE DE pelo de Almeyda, promesa por el ascenso con River, motivó al Chori Domínguez a desafiar al DT. El delantero minimizó esa prueba de amor ante su nuevo tatuaje del escudo millonario.
El Chori Domínguez conquistó el título de pistolero virtual durante la última temporada. Demostró su debilidad contra la tentación de “ajusticiar” las causas mediante un teclado o un celular. Durante ese año en el que desandó el laborioso camino de devolver a River a la Primera división, su carácter inflamable fue motivo de algunos contratiempos que lo obligaron a disculparse públicamente o bien ratificar o resignificar el sentido de sus tweets. Luego de la angustiosa, y clave, victoria sobre Boca Unidos en el Monumental, acusó a los hinchas y a la dirigencia de abandonar a los jugadores “en este camino” (el de llevar a River de la B a la A). Al otro día, el presidente Daniel Passarella le sugirió (le exigió) que se retractara micrófono mediante. Obedeció. Pero no volvería a exponer esa actitud reconciliadora luego de su polémica salida de River. Desde ese entonces, cargó las tintas virtuales contra el técnico Matías Almeyda y el Káiser, a quienes les achacó ingratitud y falta de amor por la camiseta Millonaria. Al entrenador lo corrió con un tatuaje del escudo de River, luego de que Almeyda accediera a cortarse el pelo en televisión en virtud de una promesa por el ascenso: “Elegí el tattoo porque me acompañará durante toda la vida, al pelo me lo corto todos los meses”. El balance de ese maridaje Twitter-futbolista, fue desfavorable para el hombre del Rayo Vallecano. Más de una vez fue apuntado por su incapacidad para desconectarse de ese mundo tan combustimble. Como tras el partido con Guillermo Brown de Puerto Madryn, cuando, desde el vestuario mismo, se  excusó por un error que derivó en el empate del rival.

En Boca, antes del inicio del Torneo Inicial, un comentario en la cuenta del capitán del equipo Rolando Schiavi avivó los rumores de cortocircuito entre los futbolistas y la dirigencia. En la caótica gira del Xeneize por Venezuela y Colombia, el Flaco explotó cuando el avión que traería de regreso al plantel no apareció. Pasó factura: "Vinimos a un hotel de cuarta, lleno de humedad, sábanas sucias, comida para ratas, y ahora nos dicen que no está pago el charter". Al rato borró la publicación y acusó un rapto de calentura.

Los dirigidos por Julio César Falcioni ya habían sufrido por motivos del Twitter en la previa de la final de vuelta de la Copa Libertadores ante Corinthians. La obligación de conseguir un triunfo no propiciaba el contexto más favorable para el Xeneize. Más si tras el aterrizaje en tierras brasileñas se alimentó una disputa jugadores-dirigentes por el famoso seguro que le impidió a Facundo Roncaglia disputar el partido. Uno de los hermanos de Juan Román Riquelme, como si fuera poco, avisó por Twitter, a diez horas del partido, que por la noche habría una “bomba”. El rumor sobre la salida del enganche se internó en los pasillos del Pacaembú. El ánimo del plantel se cargó aún más. Aunque después los protagonistas esquivarían elegantemente el asunto, Boca salió a jugar el partido incomodado por ese clima de inminente estallido. Tras la derrota 2 a 0, el enganche reunió a los periodistas y confirmó los rumores.

LOS JUEGOS DEL TWITTER


Londres 2012 fue la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Era Twitter. En la capital inglesa el pajarito tuvo no solo relevancia para los medios de comunicación, cuya producción periodística se sirvió en grandes cantidades de las publicaciones de los atletas. También fue una de las principales fuentes de expulsión de los deportistas. A los casos de dopping positivos, principal motivo de descalificación, se le agregaron las conductas racistas mediante la red social. La griega Voula Papachristou, especialista en triple salto, se despidió de los juegos antes de que comenzaran. Dos días antes de la ceremonia inaugural, publicó: “Con tantos africanos en Grecia al menos los mosquitos del Nilo Occidental comerán comida casera”. El mensaje motivó la decisión del Comité Olímpico de darla de baja de la competencia. El futbolista suizo Michel Morganella recibió el mismo castigo por discriminar a sus pares de Corea del Norte tras la derrota 2 a 1 de su equipo sobre el combinado asiático.

Según datos aportados por la consultora Mass Relevance, durante los juegos se publicaron 44 millones de mensajes en Twitter relacionados con la competencia olímpica. El velocista jamaiquino Usain Bolt fue uno de los principales disparadores de la twittermanía olímpica. Su consagración en los 100 metros le valió el récord mundial de Twitter con 80 mil menciones por minuto, superando ampliamente el caudal de tweets que generó la noticia de la muerte de Steve Jobs, que el año pasado registró 60 mil por minuto. El nadador estadounidense Michael Phelps fue otro de los que convulsionó la red. El llamado que recibió del presidente Barack Obama, que el tiburón de Baltimore dio a conocer en su cuenta personal, fue el mensaje más veces retwitteado (Retweet: republicar el mensaje de otra persona) durante Londres 2012.

Por Alfredo Merlo