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Marcelo Bravo, bonus de confesiones

Se retiró a los 20 años a causa de un problema cardíaco. Era uno de los cracks del Vélez campeón del 2005 y hombre de la Sub 20 argentina. Con nostalgia pero sin bronca, revive sus momentos más duros y sus cuentas pendientes en el fútbol, que hoy le otorga una segunda vuelta como entrenador.

Por Redacción EG ·

13 de agosto de 2012
La nota original fue publicada en la edición de agosto de El Gráfico
Imagen MIOCARDIOPATIA hipertrófica le diagnosticaron al Indio Bravo. Fue en agosto del 2005, venía de ser campeón con Vélez y era compañero de Messi en la Sub 20 argentina.
MIOCARDIOPATIA hipertrófica le diagnosticaron al Indio Bravo. Fue en agosto del 2005, venía de ser campeón con Vélez y era compañero de Messi en la Sub 20 argentina.


CUANDO ME dieron la noticia de que iba a concentrar con Primera pensé que era una broma. Carlos Ischia anotaba los nombres de los concentrados en una pizarra. Yo no iba nunca a fijarme, hacía poco tiempo que entrenaba con ellos. Pero Fernando Escobar, un arquero que también era nuevito e iba siempre a ver si estaba su nombre, me sorprendió un día: “Chelo, andá, mirá, estás citado”. Le dije que con esas cosas no se jodía, pero igual me acerqué a ver si era cierto. Leí: Jonas Gutiérrez, Marcelo Bravo… No lo podía creer.

TUVE QUE haberme ido afuera para asegurar del todo mi futuro. A veces pienso eso, pero no soy rencoroso con el pasado, aunque cuando estaba en mi mejor momento pude haber dado el salto. Me terminé quedando por pedido de los dirigentes. Me acuerdo que el presidente Raúl Gamez me decía: “Dale, quedate seis meses más, quedate a jugar la Copa Libertadores”. Y uno, a los 21 años, ¿qué iba a decir? El Paris Saint Germain, River y Boca se habían interesado por mí.

EL FUTBOL es un deporte muy ingrato. Implica un esfuerzo enorme y la gran mayoría, salvo uno o dos por categoría, se quedan en el camino. Es terrible ver cómo pibes de 20, 21 años quedan libres y se les viene el mundo abajo. Mi hermano fue campeón varias veces en juveniles, siempre jugando como titular, llegó a la Reserva de Vélez pero no pudo pegar el salto. Yo jamás había dado una vuelta olímpica en inferiores y a los 19 años estaba festejando con la Primera. También es cierto que cuando empecé a hacerme los estudios no sabía qué iba a hacer si se determinaba que no podía jugar más. No lo había pensado, toda mi vida siempre había sido el fútbol.

MI PRIMERA concentración duró solo tres horas. Estábamos en el hotel y nos enteramos de que ese fin de semana paraba el fútbol por una huelga de Agremiados. No se me pudo dar y a los pocos días me lesioné los meniscos. Tuve que parar dos meses, pero nunca me volví loco. Confiaba en mí, sabía que tarde o temprano me iba a llegar la oportunidad. Hay que asumir los golpes con tranquilidad, si no, corrés el riesgo de que un bajón termine afectando tu futuro.

PUDE HABERME consagrado antes del campeonato que ganamos con Vélez. Aquel famoso partido con Arsenal, íbamos empatando en Liniers y necesitábamos ganar para ir a un desempate con Newells, que perdía con Independiente. Entré al área, pasé a dos jugadores, pero Limia (arquero de Arsenal) hizo “La de Dios” y me la sacó. Siempre pienso en esa jugada. Si hacía ese gol probablemente hubiera cambiado mi carrera.

SI IBAMOS a un desempate con Newells, estoy seguro que le ganábamos. Aquel equipo de Vélez jugaba lindo, venía en levantada. Hubiera llegado en un gran momento a esa final. Nos faltó un gol para ganarle a Arsenal. Se dio seis meses más tarde.

NUNCA SUPE por qué no fui al Mundial Sub 20 de Holanda, que ganó Argentina con Messi y Agüero. Nunca pregunté pero me agarró una bronca bárbara. Miguel Russo me lo había anticipado unos días antes de que Ferraro diera la lista. Se dijo que no me llamaron por una supuesta pelea entre Raúl Gamez y Grondona.

CON EL TALENTO solo no alcanza. Siempre fui muy profesional. Inclusive me sentía un jugador profesional antes de llegar a Primera. Ya en inferiores evitaba salir de noche y priorizaba al fútbol por sobre un montón de otras cosas. Hasta a veces hacía esfuerzos sin necesidad. De chico, en vez de jugar en varios equipos de baby fútbol como hacían muchos de mis compañeros, iba a uno solo y porque era de mi barrio: el Club Almafuerte de Lomas de Zamora. O estaba ahí o en la Villa Olímpica con los chicos de Vélez.

NI EL DINERO ni la fama me marearon. Vengo de un barrio muy humilde, de una familia muy humilde también; mi viejo siempre estuvo al lado mío para enseñarme cómo eran las cosas. Siempre trato de aconsejar a los chicos de Vélez con lo que aprendí en mi corta carerra. Cuando llegó la oferta por Cristaldo, de Ucrania, conversé con él y le dije que si esperaba, en dos o tres años, lo vendían por el doble a una liga más importante. Es muy difícil cuestionar esas decisiones cuando uno sabe que el futbolista elige pensando en su familia. Pero no tengo dudas que el Churri debió haberse quedado.

SE PUEDE enseñarle táctica a un chico de 12 o 13 años. Hay que hacerlo de manera ordenada y parando el juego. Si hay que parar mil veces el juego, lo paro. Yo sé que la táctica es muy aburrida, pero sirve para que el jugador crezca en virtud del equipo.

ES INCREIBLE cómo cambia el fútbol visto desde afuera. Cuando empecé a dirigir observaba a los que jugaban en mi posición y me daba cuenta de que se cerraban demasiado. “¿Yo haría eso?”, me preguntaba. Desde el otro lado de la raya uno aprende de táctica mucho más que siendo parte del propio juego.

EL BUEN JUGADOR salta a Primera con edad de sexta. Esa frase es una gran verdad, me la dijo el Toto Galvanese cuando yo estaba en esa categoría. Al poco tiempo me subieron y fui comprobando cuánta razón tenía El Toto. En cuarta división es muy difícil, se juntan tres categorías y la competencia es terrible. Además, la cabeza te juega en contra porque empezás a pensar que se te está pasando la hora.

BIANCHI SE fijo en mí. En su momento, cuando recién empezaba, me llegó el rumor de que había preguntado por mí para llevarme a Boca. No le di importancia, estaba muy bien en Vélez y si se daba una venta prefería que fuera al exterior. Pero siempre me quedó la duda de si era cierto aquel rumor. Entonces, hace un par de años, cuando ya me había retirado, le pedí a uno de los que trabaja en el fútbol amateur de Vélez que es conocido suyo, que me averiguara si en verdad había sido así. Al tiempo me lo confirmó.

Por Alfredo Merlo