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Tigre, entre la permanencia y la consagración
El equipo de Arruabarrena peleó el título hasta el final. No le alcanzó por poco. Esquivó el descenso y la Promoción, en una campaña memorable. El Matador logró su tercer subcampeonato.
Por Redacción EG ·
24 de junio de 2012
EL GOL DE LUNA. Tigre se ponía 1-0 y en ese momento, era campeón. Luego, terminó empatando 2-2 y al menos zafó de la Promoción (Foto: Jorge Dominelli)
Esta tarde el equipo de Victoria llegaba con chances de conseguir el título, al contar con la misma cantidad de puntos que Arsenal. Como había asegurado Román Martínez en una entrevista antes del partido clave ante Independiente, el propósito de los jugadores era asegurarse la permanencia. Pero claro, el campañón que habían hecho los autorizaba a soñar con el festejo de un campeonato, después de haber logrados dos subcampeonatos (Apertura 07 y Apertura 08) en sus cinco años en Primera.
El empate con Independiente les garantizó la estancia en la máxima categoría del fútbol argentino, después de 38 fechas a puro sacrificio y sufrimiento para engrosar el promedio. El Matador fue el más parejo de todo el torneo y, aunque el plantel confesaba que asegurarse otra temporada en Primera era más que un título, los hinchas -y ellos también- no dejaban de ilusionarse.
El gol del Chino Luna ante Independiente les daba el título y les permitía esquivar la temida Promoción. Poco después, la victoria de Atlético Rafaela y el gol de Arsenal ante Belgrano, los forzaba a jugar un desempate: uno ante Arsenal para determinar el ganador del Clausura y otro ante San Martín de San Juan –que empataba ante San Lorenzo-, para ver quién zafaba de la Promoción.
Los dos goles que marcó el Patito Rodríguez para Independiente le cambiaron ampliamente el panorama al equipo de Arruabarrena. Con ese resultado, estaban en Promoción, ya que San Lorenzo había conseguido ponerse en ventaja ante los sanjuaninos.
Así fue que el Matador buscó el empate con esa garra que puso a lo largo de esta temporada, y lo logró mediante un penal que ejecutó Diego Morales. Y la ilusión se reavivaba. Todavía había una esperanza.
Con el triunfo cerrado de Arsenal ante Belgrano, Tigre jugó algunos minutos más en busca de un gol que podía coronar su gran campaña. El árbitro Saúl Laverni decretó el final del encuentro, mientras los jugadores se abrazaban con lágrimas en los ojos con sentimientos encontrados: el desahogo por eludir el descenso y el desconsuelo por haber estado tan pero tan cerca de obtener su primer título en Primera División. Los hinchas también homenajearon al plantel que dejó todo para quedar en las puertas de la consagración.
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