Las Entrevistas de El Gráfico

Cristian Díaz, en primera persona

El técnico de Independiente conoce al club desde chico. Apuesta por ser frontal y dialogar con los jugadores. Admira a Mohamed y sabe de las urgencias del Rojo.

Por Redacción EG ·

16 de mayo de 2012
 Nota publicada en la edición de mayo de 2012 de El Gráfico   

Imagen "LA MEZCLA de trabajo más cariño por un lugar es muy buena" dice Cristian Díaz. Una fórmula que inculca a diario.
"LA MEZCLA de trabajo más cariño por un lugar es muy buena" dice Cristian Díaz. Una fórmula que inculca a diario.
SIEMPRE JUGUE al fútbol. Soy de una familia de clase media, de padres trabajadores, que me inculcaron estudiar. La secundaria era innegociable y la terminé. Mis padres me marcaron un camino de vida. 


MI VIDA la hice en Independiente desde los 12 hasta los 24 años. Me identifico con el club. Como futbolista cumplí y nunca jugué en Racing. Como entrenador ocurrirá lo mismo. Soy de Independiente, mi vida está ligada a este equipo y mi cariño está puesto ahí. No pasa por desmerecer a Racing. Con total respeto, ellos tampoco me aceptarían. Es una cuestión de identificación.

ME DESTAQUE por la constancia y la perseverancia. Tenía compañeros mucho mejores desde lo técnico, pero al único de mi categoría, la 76, que le tocó hacer una carrera como la mía fue, justamente, a mí. Recuerdo mi paralelismo entre el fútbol y el estudio porque iban a la par; también me acuerdo de haberme tomado un colectivo y viajar 45 minutos solo para ir a firmar la planilla porque el entrenamiento se suspendería por lluvia. Al final del camino, supe que aquello que había hecho era lo correcto.

NO SIEMPRE anduve bien y los hinchas me lo hacían saber. En esos momentos, cuando atacaba para el arco de la Visera, tenía ganas de irme derechito por el túnel en vez de tirar el centro. Cuando la gente de Independiente se enoja, es brava. Pero, en las épocas buenas, quería jugar todos los partidos de local porque es distinto tener al hincha a tu favor y te lleva a hacer diferencia.

TUVE LA dicha de jugar en Europa y te abre la cabeza. El Calcio es un fútbol muy táctico, y en la liga española se desarrolla un juego táctico y técnico a la vez. Me crucé con entrenadores que me dejaron conceptos para potenciar lo que sentía.

NOS INCREPAMOS con Alessandro Del Piero, aunque tengo su camiseta. Le ganábamos, con Udinese, a Juventus 2-1 en Turín. La pelota se iba al lateral. El fue a cubrirla y yo, con el balón afuera, lo pateé lejos para hacer un poco de tiempo. Me empujó y se armó una pequeña discusión. Yo no entendía mucho porque había llegado a Italia hacía poquito. Cuando terminó el partido, vino a pedirme disculpas. Me sorprendió porque él es Del Piero y yo, un ignoto en el Calcio. Y ahí me atreví a pedirle su camiseta. Aún la conservo.

NO FUE un doping positivo, sino un doping no negativo. Jugaba para Udinese ante Lecce; era noviembre de 2000. Llegué al entretiempo con una pelota de tenis en el tobillo y el médico me infiltró con lidocaína, que si lo declarás está permitido. El error fue ese: no declararlo. Me quedé helado en un principio, cuando me comunicaron la noticia que tuvo repercusión. Pero la situación se aclaró rápido. Nadie me acusó y quedó todo ahí.

VIVI MUCHAS alegrías en el fútbol: haber jugado en Independiente -el club que quiero-, en dos ligas importantes como la italiana y la española; haber logrado la Copa Intertoto con Udinese, el ascenso a la A con Huracán, y la Sudamericana y la Suruga Bank con Arsenal. Los títulos son importantes, pero también lo es hacer amistades.

LAS TRES lesiones graves que sufrí significaron las frustraciones. La tercera, la rotura de mi rodilla izquierda, me sacó del fútbol. Igual, me ayudó a realizar el luto en vida de mi etapa como jugador.
ABSORBI DE diferentes técnicos: Luciano Spalleti en Udinese, que luego ganó títulos con Roma; Gregorio Manzano en Mallorca; César Ferrando en Albacete, un entrenador capaz que leía muy bien el juego. Y en la Argentina, saqué cosas de varios: el manejo de grupo y la manera de ver el fútbol del Turco Mohamed; lo táctico de Gustavo Alfaro. En Independiente, tuve a Trossero, Menotti y Gareca, quienes me aportaron mucho.

EL TURCO MOHAMED es un pillo de la vida; un hombre con calle, recorrido, que fue un gran futbolista. Como entrenador, a diferencia de su etapa como jugador, hace muy buenas lecturas del juego. Es un tipo inteligente, de mirar videos y analizar. Yo no tengo el carisma del Turco, pero absorbí conceptos de su trabajo y su manejo de grupo, que me sirven para desarrollar mi tarea.

EMPECE COMO ayudante de campo de Claudio Ubeda en Independiente Rivadavia de Mendoza, a comienzos de 2010. Estuvimos tres meses y medio. Nos fue bien desde el trabajo, pero no en cuanto a los resultados. Cuando regresé a Buenos Aires, comprendí que quería ser el entrenador principal de un equipo, la cabeza de un grupo.

Imagen EL ROJO no tenía puntos en el torneo y Díaz lo encaminó.
EL ROJO no tenía puntos en el torneo y Díaz lo encaminó.
INDEPENDIENTE ME abrió las puertas para trabajar ad honorem, para sumar experiencia, con el grupo de Cacho Rodríguez en la Reserva. Cuando Cacho se fue, me recomendó para que fuera el técnico. Mi contratación estaba ligada a la del entrenador de la Primera. Mohamed, que me conocía de haberme dirigido en Huracán, me dio el visto bueno.

SOY FRONTAL y me gusta el diálogo. Existe la relación humana antes que la profesional. Incluso, para que lo laboral funcione tiene que caminar lo humano. De lo contrario, es imposible. No le puedo exigir a alguien sin tener un vínculo.

CREO EN el trabajo, acorta los márgenes de error. Después, el futbolista decide adentro del campo de juego. Confío en las dinámicas, en la mentalidad ganadora. Si vos te acostumbrás a conseguir la victoria, vas a estar más cerca de obtenerla. Creo también en el grupo, en su fortaleza para soportar cualquier situación en la cancha. Todo esto es lo que tratamos de transmitir con mi cuerpo técnico.

ME INTERESA dividir el funcionamiento del equipo en dos. Primero, cuando no tenés la pelota, los diez jugadores de campo deben saber cómo y dónde hay que recuperarla, y qué movimientos harán sus compañeros. Y accionar ante eso. Segundo, cuando sos dueño de la pelota, se buscan diferentes variantes en cuanto a movimientos para que los jugadores tengan soluciones frente a eventuales problemas, sin atarnos a un dibujo táctico y dependiendo de las características de los futbolistas. Esto, la impronta de cada jugador, es importante porque ellos deben poner sus capacidades individuales al servicio del equipo.

ME ESFUERZO de la misma manera que cuando era jugador. Siempre me aboqué de lleno y sentí en cada club donde estuve, que era mi club; más allá de que me liga una identificación absoluta a Independiente. Es mi forma de ser. La clave está en tener compromiso en el lugar donde te toque trabajar.

SIEMPRE APRENDES de los partidos. Me quedó con que fue correcto el trabajo semanal y el análisis previo que se desarrolló para enfrentar a Boca y a Racing. Ante Boca, se vio a un Independiente que había cambiado el rumbo, pese a las realidades antagónicas de ambos equipos. Pudo haber sido derrota o empate, aunque resultó victoria. Frente a Racing fue distinto. Si bien estábamos en desventaja por un error propio, no nos desesperamos ni perdimos la brújula. Revertimos el resultado en base a orden y a tranquilidad, y ganamos por tres goles de diferencia.

VALORO LA victoria ante Belgrano. Se dijo que Independiente no jugó bien y no coincido. Ellos son un equipo que pierde poco como visitante, que tiene un sistema aceitado con jugadores que se conocen; un hueso duro de roer. Nosotros resolvimos el encuentro con paciencia.

NO SE si recuperé a Rodríguez. Patricio tiene mucho potencial, pero debe convencerse de lo que es capaz de realizar. Si uno le da herramientas ante posibles problemas, el asunto se encamina bastante. Su gol a Racing, el cuarto nuestro en el clásico, es Patricio Rodríguez en estado puro. Pero él también trabaja en lo táctico, sabe dónde puede encontrar su mejor lugar cuando manejamos la pelota. El, Hernán Fredes y Julián Velázquez tienen destino de Selección en un futuro por condiciones técnicas y capacidad intelectual al tiempo de jugar. Velázquez, por su presente, es el que más cerca está.

INDEPENDIENTE NECESITA muchos puntos para no sufrir con el promedio del descenso en la próxima temporada. No quiero que al club le pase nada malo. Veremos cómo estamos a partir de junio, para pensar en un objetivo más importante.

CRECI EN Independiente, conozco sus pasillos, el predio de Domínico, y entiendo su historia. Los tiempos cambiaron y no es fácil repetir eso, porque el presente tampoco es el mejor. Despacito hay que devolver al club a esos lugares que supo alcanzar cuando ganaba todo, con trabajo, sentido de pertenencia, compromiso e inculcándoles a los jóvenes ciertos valores que a mí me enseñaron. Independiente conserva el plus de que es mi casa. La mezcla de trabajo más cariño por un lugar es muy buena.

SALEN LATERALES por derecha e izquierda. Los hay buenos en las Inferiores de Independiente y de los demás clubes. Considero que el sistema táctico o las peticiones en Inferiores conspiran contra un mayor crecimiento de los laterales. Habría que trabajarlos para que tengan posibilidades ciertas de jugar en Reserva y en Primera. Y aparecerían muchos más, si el buen trabajo que se desarrolla en las Inferiores del fútbol argentino fuese mejor todavía.

ME MOLESTA el amarillismo. Me gustaría que todos nos preocupáramos por hablar de fútbol, por saber más del juego. Se dicen a veces demasiadas cosas fuera de lo futbolístico, que no suman. Yo le escapo a eso. Me encanta charlar de fútbol, y que se discutan conceptos y se acepten críticas constructivas.

SUEñO CON tener una vida tranquila, ser feliz, ver crecer a mi hijo -Facundo- y seguir compartiendo momentos con él. En lo profesional, quiero convertirme en un gran entrenador, junto a mi equipo de trabajo. Eso lleva tiempo.

APRENDI A respetar, a asumir obligaciones, a aceptar y poner límites; cuestiones de solidaridad, compañerismo y trabajo. Se aprende siempre. Si un día pienso que me las sé todas, me equivocaré y tendré que replantearme algo. Pero me conozco: mis ganas de aprender son grandes y eso no debe mermar con los años.

LO MAS importante es ser uno mismo, y no ponerse un antifaz ante situaciones determinadas. Cada vivencia se debe sentir como la última.

Por Darío Gurevich. Fotos: Emiliano Lasalvia