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Juan Martín Nero: el mejor de los mejores

Sin la popularidad de Adolfito Cambiaso, y con un marcado perfil bajo, el back de La Dolfina vivió otra temporada maravillosa en 2011, coronada con el Olimpia de Plata. Mientras cabalga por el mundo luciendo sus 10 goles de hándicap, busca más títulos y comienza a pensar en la Triple Corona.

Por Redacción EG ·

28 de abril de 2012
 Nota publicada en la edición de abril 2012 de El Gráfico

Imagen REY DEL MUNDO. Nero sonríe en Palm Beach. Ser el mejor en Palermo equivale a ser el mejor del planeta. El lo fue. (Foto: Snoopy Productions)
REY DEL MUNDO. Nero sonríe en Palm Beach. Ser el mejor en Palermo equivale a ser el mejor del planeta. El lo fue. (Foto: Snoopy Productions)
Ya se torna una costumbre: exporta su juego elegante durante el primer semestre del año, y un par de meses después también. Estados Unidos, Inglaterra y España son los destinos habituales que figuran en el esqueleto de su gira. El recorrido no asombra, porque los polistas profesionales emprenden viaje de modo anual hacia diversas partes del mundo. El comenzó a armarse las valijas en 1999, cuando apenas acreditaba tres goles de hándicap, para salir a escena en Italia y Francia. Hoy, Juan Martín Nero es un jugador de lujo internacional que contabiliza la cantidad de goles de los elegidos: diez. Sin embargo, no se la cree. Se expresa como uno más, aunque ya no sea uno del montón.

Nacido en Trenque Lauquen (cumplió 31 años el 14 de abril), empezó el periplo modelo 2012 en un sitio distinto y exótico: Dubai. “Fuimos a disputar un torneíto con Adolfito (Cambiaso) y Pablo (Mac Donough) a lo de Ali Albwardy, que puso a Dubai como sponsor en la camiseta de La Dolfina y nos invitó a jugar ahí. Pelón (Stirling) no vino porque competía en Palm Beach, en un torneo de 20 goles. Entonces, Adolfito jugó para Emiratos Arabes Unidos -equipo de Ali-; yo, para Pakistán; y Pablo, para Brunei. Dubai es increíble; hay una cultura distinta a la nuestra. La competencia resultó divertida y tranquila. Jugábamos con tres amateurs cada uno; la idea era que ellos la pasaran bien”, admite Nero.

-Fuera de los certámenes en Estados Unidos e Inglaterra, ¿existen otros países del exterior en los que haya polo de buen nivel?
-El polo se juega cada vez en más países, está creciendo. Quizás no haya un piso de 22 o 26 goles, pero hay bastantes torneos de 14 o 15. Y en agosto están los tres de 20 goles en Sotogrande, España.

-Al margen de los entrenamientos y de los partidos, ¿qué hacés en el exterior?
-Viajamos con mi mujer, Josefina, y otros jugadores con los que realizamos más o menos el mismo trayecto. Ya somos un grupo de amigos. La pasamos muy bien: andamos a caballo, vamos a la playa, jugamos al golf, al tenis. Soy bastante malo en el golf; recién arranco. También miro fútbol y tenis por televisión.

-¿Cómo evaluás este comienzo de año?
-Es bueno. Con Lechuza Caracas perdimos ante Valiente en los cuartos de final de la Copa de Oro, en Palm Beach, en tiempo suplementario. Ahora nos enfocamos en el US Open (comenzó al cierre de esta edición). Después, jugaré con Enigma la Copa de la Reina y la Copa de Oro, en Inglaterra. Y en agosto estaré en Sotogrande con Lechuza. La expectativa es conseguir un título. Estuvimos cerca en 2011: perdimos la final de la Copa de la Reina.

Su relación con el polo se construyó a través de su familia, aunque esta no arrastre una larga tradición en el ambiente. “Mi padre era fanático de los caballos, y jugaba de manera amateur los fines de semana. La familia de mi madre también lo hacía. Un tío mío, Pablo Jauretche, es polista, pero los demás jugaban por diversión. Yo arranqué de chico, cuando podía y en casa. Creo que mi papá nunca imaginó que me convertiría en un jugador destacado”, cuenta el back -léase defensor en la jerga futbolera.

Se presentó en el Abierto Argentino de Palermo en 2004. Consiguió treparse a lo más alto del podio en tres oportunidades: 2008, 2010 (fue elegido jugador más valioso de la final y ganó la Triple Corona) y 2011. Las primeras dos veces bajo el sello de Ellerstina, mientras que la última la logró con La Dolfina. “Tuve la suerte de integrar dos equipazos. Ganamos siete de nueve torneos con Ellerstina, de 2008 a 2010: Tortugas tres veces, y Hurlingham y Palermo en dos ocasiones. Y con La Dolfina estuvimos en las tres finales del año pasado y obtuvimos el título en Hurlingham y Palermo. Ahora es un poco exagerado decir que La Dolfina es el equipo de los sueños, pero habrá que ver qué ocurre con los años”, sugiere.

-Si tuvieras que elegir uno, ¿cuál fue “el día de Nero“?
-Es difícil quedarse con un partido. Mi primer Abierto ganado, en 2008, quizás lo recuerde un poquito más. Pero me cuesta incluso elegir algún año. El 2011 fue uno de los mejores, seguro. Ganamos el US Open (con Lechuza) y Palermo, y recibí el Olimpia de Plata. Ni siquiera pensaba en ese premio hasta que me ternaron. Podría haber sido para Adolfito; es impresionante cómo juega. Pero me lo dieron a mí y obtenerlo resultó lindísimo.

-¿Fuiste la figura de la temporada pasada?
-No, ni loco. Sobresalió el equipo. Por suerte, el polo es de a cuatro. Nosotros tenemos un nivel bueno y parejo. Además, se puede dar que uno juegue mejor que otro compañero, y eso también es clave. Pasa en cada partido. Adolfito y Pablo la rompieron en las semifinales de Palermo, por ejemplo.

Imagen CAMPEONES: Nero, Mac Donough, Stirling y Adolfito Cambiaso. (Foto: Alejandro del Bosco)
CAMPEONES: Nero, Mac Donough, Stirling y Adolfito Cambiaso. (Foto: Alejandro del Bosco)
-¿La Dolfina tiene una jerarquía superior al resto de los equipos?
-Cada uno está bien en su posición. Tanto Adolfito como Pelón de 2, y Pablo y yo atrás, nos paramos de buena manera y sabemos qué debemos hacer en la cancha. Pelón, Pablo y yo mejoramos mucho en la organización de los caballos. Estar bien montados es vital y nos llevó a ganar.

-Los cambios reglamentarios que impuso la AAP para este año siguen apuntando a que no haya quejas ante los jueces. ¿Qué te parece?
-Bárbaro. Estaría buenísimo que no se hablara nada. Si se puede cumplir, genial. Es difícil que se logre, aunque se debería. Los árbitros tendrían que mejorar con las reglas que se modificaron, aunque el nivel del año pasado no estuvo mal.

-¿Ya conversan con el equipo sobre la próxima Triple Corona?
-Sí, uno de a poco se va metiendo en lo que vendrá. Lo primero que planeamos es el tema de los caballos. Queremos estar mejor montados al principio, y guardar lo más importante para Hurlingham y Palermo. Deberíamos mejorar aún más la caballada, para no dar ventajas. La idea es traernos alguna yegua desde Estados Unidos.

-¿Sería demasiado verlos festejar otra vez en Palermo este año?
-No, demasiado no; pero sí es difícil. Tenemos muchas posibilidades de jugar la final. Quizás los demás nos encaren con más entusiasmo, porque siempre atrae bajar al campeón.

Sencillo, callado, sereno. Así se muestra Juan Martín Nero, polista que se ubica en el pedestal de los irrepetibles, aunque él -humildad mediante- no lo considere de esa manera. Notable, conquista el mundo con su juego. 

Por Darío Gurevich