Las Entrevistas de El Gráfico

2012. Nicolás Burdisso 100 x 100

El defensor argentino anunció su retiro del fútbol profesional a sus 37 años y luego de una extensa carrera, parte importante quedó reflejada en esta sección de cuando jugaba para Roma.

Por El Gráfico Mundial ·

12 de octubre de 2018
Nota publicada en la edición febrero 2012 de la Revista El Gráfico

Imagen NICO, por las calles de Núñez, donde hizo la rehabilitación con Araguas y García, kinesiólogos de la Selección.
NICO, por las calles de Núñez, donde hizo la rehabilitación con Araguas y García, kinesiólogos de la Selección.
1 ¿Cuántas lesiones de más de un mes tuviste en tu carrera?
Esta es la primera.

2 ¿Cuál fue el mensaje que más te sorprendió después de la lesión?
Ehhh, hubo muchísimos llamados y mensajes. De jugadores que sufrieron lesiones hasta técnicos como Mourinho, Villas-Boas, Bianchi, o Antonio Conte, de la Juve y al que no conocía. Uno que no esperaba, porque hacía mucho que no hablábamos y porque nunca tuve afinidad más allá de la admiración que sentía, fue Román. Fue un lindo gesto.

3 Totti escribió: “Para nosotros eres una columna, un guerrero, demostralo en esta ocasión de nuevo”.
Totti es un mito en Roma, es como el Papa, la gente tiene devoción por él. En estos años aprendí a conocer qué tipo de persona y líder es y recibir elogios de personas como él me hace sentir muy bien.

4 ¿No fuiste demasiado a lo bestia en esa jugada contra Colombia? Si iba derecho al rival, le hubiera hecho daño y a mí me sacaban la roja. Fui a interceptar el pase o de ultima a cortar la jugada, pero fui al espacio, por eso levanté la pierna. Yo había visto de reojo que el que estaba con Clemente metió la diagonal, entonces pensé que había que cortar la pelota o la jugada, pero sin lastimar al rival. Al ir con la pierna allá y bajarla, quedé sin defensa y con las piernas muy abiertas. La rodilla se dobló para atrás y para adentro, como los flamencos.

5 ¿Enseguida te diste cuenta de que te habías roto?
Supe que algo muy muy malo había pasado, porque el dolor era desgarrador. Lloraba del dolor. Recién te aliviás cuando entrás al vestuario, te meten un calmante y empieza a hacer efecto.

6 ¿Estabas al tanto del partido?
Cuando empezó el segundo tiempo me llevaron al hospital. Sabía lo que pasaba porque en la ambulancia escuchaban la radio, en el hospital las enfermeras y los médicos estaban con la camiseta de la Selección Colombia, era imposible no saber. Del triunfo me enteré en el hospital. Los colombianos fueron muy respetuosos, éramos casi locales, obviamente por Messi.

7 ¿Qué te rompiste, al final?
Ligamento cruzado, ligamento posterior, los dos meniscos, ligamento colateral interno y tuve fractura de platillo tibial. Un combo bastante completo.

8 ¿Cuál es el peor momento en una lesión así?
Como me dijeron Heinze y Walter (Samuel), que han pasado situaciones similares, al principio todos te saludan y te llaman, después te operás, y a las tres semanas te quedás con tu señora y con tu rodilla que no podés mover y preguntándote si vas a volver de la misma manera o no. Ese es el peor momento.

9 ¿En qué etapa estás ahora?
Hasta el 20 de enero no puedo apoyar el pie izquierdo, se debe pegar el hueso. Por ahora gano en flexión de la rodilla. El 20 empezaré a caminar y recuperaré mi autonomía. Ya no aguanto más.

10 ¿Por qué?
Mirá, tuve que ir todos los días desde Banfield hasta Núñez para hacer la rehabilitación con Aragüas y García, los kinesiólogos ex Boca, hoy en la Selección. Me prestaron un auto con cambio automático para poder moverme pero es medio loco, porque si me para la policía, tendría que bajar en muletas (risas). Al principio usé silla de ruedas y comprendí qué desesperante es ser discapacitado. Aspiro a arrancar la pretemporada próxima con el equipo.

11 Después de lo vivido con tu hija, esta lesión debe ser una anécdota, ¿o no?
Son cosas completamente diferentes, pero al lado de lo que pasé, esto no es nada. Igual, siempre que surge el tema de mi hija yo parezco el héroe de la película y al final no hice otra cosa que hubiera hecho cualquier padre: dejar todo para que su hijo se recupere. Acá, si hubo alguien grandiosa, esa fue Angelina, mi hija.

12 ¿Ya está totalmente curada?
Desde hace dos años no hacemos nada. Cuando pasás los cinco años de la quimioterapia te dan un diploma de que estás totalmente curado. Le hacemos controles anuales, nada más.

13 Cuando le diagnosticaron leucemia, ¿te hablaron de la probabilidad de que saliera adelante?
Me dijeron que el 80 por ciento de los chicos con leucemia se curaban. Y si caía en el otro 20 hubiera tenido que optar por el trasplante de médula. Por suerte no hizo falta.

14 ¿Cuál fue tu primera reacción ante la noticia?
Yo estaba solo en Italia, porque mi mujer se había quedado en la Argentina con ella. El médico me lo dijo primero a mí por teléfono y yo se lo tenía que contar a mi señora, aunque ella intuía que había algo mal. Me dijo que tenía un tumor maligno. Volví desde Italia solo, llorando todo el viaje.

15 ¿Qué hiciste durante los ocho meses del tratamiento?
A veces eran semanas enteras en el sanatorio, diez días seguidos de quimioterapia, a veces había que dejar de hacerle porque no tenía defensas y le subía la fiebre. Fueron 8 meses intensos y, aunque hubo bajones, hicimos lo que teníamos que hacer: estar unidos, pelear hasta el fondo, hacer lo que el doctor dijera y dejarlo en manos de Dios, como creyentes que somos. Tengo que estar agradecido a algo, y es que nunca vi a mi hija mal, nunca, jamás la vi abatida o tirada. Aunque tenía 2 años para 3, lo único que hacía ella era jugar y saltar en la cama. Eso hace que uno no decaiga.

16 Cambio de frente: ¿Mancini es un calentón con pocas pulgas?
Sí, sí, es un gran calentón. Tuve muchísimos cruces con él, menos irnos a las manos, de todo, nos hemos puteado muchísimo. Allá está más aceptado que te insultes con el entrenador. El primer día en el Inter vi que entró al vestuario y empezó a cagar a pedos a uno y otro le respondió. En la Argentina eso no pasa, pero en Italia son otros códigos.

17 Contá algún cruce con vos.
A veces, él se ponía a jugar en las prácticas y se le salía la cadena, por ahí te decía: “Sos un desastre jugando, ¿quién te trajo a vos?”. Cosas impensadas acá. Una vez me expulsaron al final de un partido por una boludez. Ganábamos 1-0 y en el último minuto, centro, y nos empata el tipo al que tenía que marcar yo. Para qué. Entró al vestuario a las reputeadas conmigo: “Sos un pelotudo, te hiciste expulsar, nos empataron por culpa tuya, conmigo no jugás nunca más”. Al otro día teníamos que ir con Cuchu a pedirle permiso para que nos dejara ir a un stage con la selección de Pekerman en un convento de Madrid. Llegamos y empezamos a discutir. Pobre Cuchu, no sabía qué hacer, si irse, si quedarse, si hablar, si callarse. Al final nos dio permiso para ir. Si algo valoro de Mancini, más allá de sus conocimientos, es que jamás mostró rencor con nadie.

18 Tevez no debe pensar lo mismo. Si le tiró más de un salvavidas a Carlitos después de las cosas que hizo. Hasta el día de hoy dice: “Si pedís disculpas, todo bien”. Eso no lo tiene ningún técnico, eh. Yo tuve diferencias con técnicos y después te pasan facturas, te frizan...

19 Club Social y Deportivo y Biblioteca Popular Altos de Chipión.
Uhhh, complicado para el cantito. La hinchada gritaba “vamos la blanca”, porque jugábamos con camiseta blanca. Es mi club de origen, el club al que sigo volviendo cada vez que puedo. Y también es el único club del pueblo, en Chipión no hay clásico, así es la historia de muchos pueblos. El clásico era con Balnearia. Chipión siempre se caracterizó por ser un equipo aguerrido.

20 Para hacerle honor al nombre del pueblo, como vos en tu carrera ¿o no?
Chipión fue un cacique cuando se fundó el pueblo. No sé, creo que con eso un poco se nace, pero cada vez se ve menos porque cambió la mentalidad del jugador. Antes necesitabas de un referente en la cancha, hoy es más colectivo.

Imagen JUGO dos Mundiales. Fue titular en 2006 hasta la lesión y jugó cinco partidos en 2010.
JUGO dos Mundiales. Fue titular en 2006 hasta la lesión y jugó cinco partidos en 2010.
21 ¿Qué hacés cuando volvés a Chipión?
Lo de siempre: estar con mis amigos, mis abuelos, mi familia. El club está enfrente de mi casa, así que me cruzo y estoy con todos.

22 ¿Aprendiste a leer con El Gráfíco?
De mi viejo heredé un montón de cosas, entre ellas el amor por el deporte. Esperaba ansioso que llegara El Gráfico a mi pueblo para leerlo. Fue con lo que primero me enganché.

23 ¿De quién eras hincha?
De Instituto y de Boca, porque mi viejo era de Boca fanático y había jugado en Instituto. Mi ídolo era Giunta, en esa época en que escaseaban los títulos y Boca sólo ganaba las Copas de verano, pero me acuerdo de que pateó el último penal en la Supercopa del 89 y del Apertura 92. También me acuerdo de Juan Simón, porque yo ya jugaba de central. Y antes miraba mucho a Redondo, porque había empezado de volante central.

24 ¿Eras hincha fanático, de ponerte mal cuando perdían?
Sí, sí, porque en los pueblos hay muy pocas cosas para hacer, no es como la ciudad que te mantiene atareado, entonces el gran programa era esperar el partido del domingo y después bancarse las cargadas durante la semana. Y esos fueron años difíciles para Boca, más cuando River empezó a ganar en los 90. Miraba todo por la tele. Si había un asado en el camping municipal, mi viejo armaba unas conexiones y ponía la tele. Así vimos la definición del 92 contra San Martín de Tucumán. En el Mundial 94 mi viejo metió la tele en el medio del cumpleaños de mi abuela para ver un partido que ni siquiera era de Argentina. Si mi hermano y yo somos tan futboleros, es por mi viejo.

25 Boca no ganaba los títulos en tu infancia, después llegaste vos y arrasaron.
Tuve la suerte de estar en el momento justo en el lugar indicado. Con el Inter me pasó algo parecido.

26 ¿El jugador-hincha siente un plus, o es un mito?
Se siente, sí, pero llega un momento en que pensás como profesional, porque si te gana la emoción, te perjudica adentro de la cancha. Al principio sólo pensás en dejar la vida por el sacrificio que hiciste, pero al estar en el club del que sos hincha se te vienen los recuerdos encima, no somos máquinas. Cuando empezás a habituarte, a ver cosas feas, pasás a pensar de una manera más fría, a separar. A mí, en lo personal, el único momento en que me ganaba el hincha, es cuando jugaba un clásico.

27 Rompiste una ley del futbolista, que es el burro y el quilombero de la clase.
Fui abanderado, es cierto, pero también lo fueron Santiago Solari y Crespo, y el Cuchu estaba ahí. Me sentí ayudado porque mis viejos eran docentes los dos y no podía fallar en la escuela. Me miraban de reojo. Mi viejo es profe de educación física y mi vieja maestra jardinera.

28 Otra marca insólita que tenés es que debés ser el único jugador del planeta que puteó a Messi como compañero.
Hay que putear a Messi, eh… Ja, ja, no, igual la puteada fue mutua, y queda ahí, lo importante es que uno sabe qué clase de personas somos. Entiendo que pueda llamar la atención que haya insultos entre compañeros, pero en nuestro deporte hay momentos en que no podés frenarte y pensar. Lo hablé y pedí disculpas. Creo en eso.

29 ¿De qué jugaba Enio Burdisso?
Mi viejo fue defensor central, derecho como yo, muy parecido a mi hermano: cabeceaba cualquier cosa que le tiraban. Con mucha presencia, líder del equipo. Jugó en mi pueblo y lo llevaron a Instituto, donde estuvo un año con Bielsa de compañero. Como jugó poco y nada, con 23 años se fue a un equipo más chico de Córdoba y perdió el tren. Por eso, si algo valoro de lo que me pasó, es su consejo atrás, su aliento para no largar cuando quise pegar la vuelta. El no tuvo esa persona. Siguió jugando hasta los 90 en equipos de pueblos. Yo lo iba a ver, después fue técnico y lo seguí también. Por eso soy jugador.

30 ¿Qué te contó tu viejo del Bielsa futbolista?
Por lo que me dijo, era igual que ahora. Un tipo de blanco o negro. Me contó que una vez fueron los hinchas de Instituto a apretar y Marcelo se les plantó él solo y los mandó afuera.

31 ¿Por qué todos salieron defensores en la familia?
Será un poco por genética, y otro por la personalidad del puesto, puede ser una teoría. Por lo que conozco, los marcadores centrales son tipos responsables, serios, así como los arqueros tienen fama de locos, y algo de eso hay, y los delanteros son más frescos y espontáneos.

32 ¿Con Guillermo se la pasaban jugando al cabeza?
Le llevo 8 años, y aunque jugábamos bastante, cuando me fui de mi pueblo él era chiquito, por eso fue hermoso reencontrarnos en Roma. Entrenarnos juntos y conocerlo como jugador me llenó como hermano. Para él habrá sido durísimo crecer con la imagen del hermano al que le fue tan bien en Boca, pero la superó muy bien. Cada fin de año, armamos el desafío entre su equipo de amigos y el mío.

33 ¿Vale patadas entre hermanos?
En una práctica en Roma, un día estábamos cruzados los dos: salté a cabecear, le dejé el codo, no le gustó nada (risas), me puteó y salió corriendo. Al rato se le pasó. En el pueblo, nos portamos bien. Este año hubo que suspender por mi rodilla, pero hasta ahora hicimos dos ediciones: ganamos el primero y empatamos el segundo. La diferencia es abismal, porque mis amigos tienen todos sobrepeso, los de él son pibes y corren, pero se impuso la experiencia. Está bueno, el pueblo se para a ver el desafío.

34 ¿Sos un cordobés trucho, que no tenés tonada?
Soy cordobés de la provincia, casi al limite con Santa Fe. En Chipión no encontrás uno que tenga tonada cordobesa.

35 ¿Cómo era cuidar la pileta municipal de Chipión?
Tenía que estar atento las 24 horas. Ya empezaba a cuidar espaldas. Mi viejo no me dejaba en paz. “Si pasa algo, nos tenemos que ir toda la familia del pueblo”, me decía. Era así. Empecé a los 10 años limpiando el baño y después cuidé la pileta hasta los 14. Cuando mi viejo era técnico de todas las Inferiores del pueblo, me mandaba a entrenar a los chiquitos. En Rosario pasé años duros. Repartíamos panfletos a la tarde. Nos daban 10 pesos.

36 Apodo de pibe.
Cabezón. Ahora no se nota, porque como le decía a mi nene: “A mí me creció primero la cabeza y después el cuerpo”.

37 ¿Cómo tomaste la decisión de irte de Chipión?
Siempre tuve la idea de probarme en un club a los 13 o 14 años. Mi viejo ya lo imaginaba porque me había inculcado el fútbol y yo no hacía otra cosa que jugar a la pelota, porque así como los pueblos son mágicos para la infancia empiezan a ser aburridos para la adolescencia. En esa época estaba de moda probarse en Newell’s con Griffa; mi viejo consiguió una prueba y quedé.

38 ¿Sufriste?
No fue color de rosas. Había tres equipos por categoría: el que competía en AFA, el de Liga Rosarina A y el de Liga Rosarina B. Yo arranqué como suplente del tercer equipo. Ahí te empieza a comer la cabeza pero por suerte tuve el consejo de mi viejo para aguantar. Son esos momentos en que te puede cambiar el destino para siempre. Un jueves llamé a mi viejo y le dije que no daba para más. Extrañaba mucho. Era un cambio muy grande: en mi pueblo éramos 8 en el aula; y en Rosario, 45 por grado. Me agarraban para la joda, me decían “Provinciano, no sabés hablar”. Un montón se empezaron a volver y yo me contagié.

39 ¿Por qué no volviste?
Mi viejo me habló dos, tres, cinco veces. “Tenés un compromiso y hay que cumplirlo, aguantá”. Y fijate lo que son las cosas: fui el sábado al partido, para cumplir, contra Coronel Aguirre, el club del Pocho Lavezzi. El delantero que tenía que ir al banco se había vuelto a su casa el día anterior. Estaba yo, que era volante, y dos defensores. Como perdíamos 1-0, el técnico me puso a mí de cinco, subió al cinco de ocho, cambió un poco y bueno, son esos momentos en que pasa algo: uno gambeteó, tiró el centro y yo la agarré de volea y la clavé en el ángulo. A los tres días jugamos otro partido y el técnico ya me puso de titular.

40 Quizás si ese delantero no hubiera vuelto, volvía a su pueblo, vos hoy estarías cuidando la pileta municipal.
Es así, son momentos cruciales. Ese primer año en Newell’s fue de crecimiento constante. Rezaba mucho en la pensión, siempre recé, hoy lo hago. Pedía por mi familia y por la incertidumbre en la que vivía: no saber si en cuatro años vas a estar en tu pueblo trabajando o jugando en un equipo.

41 ¿Volvías seguido a tu pueblo?
No hay una vez que vuelva a mi pueblo y pase por el lugar donde hacía dedo y no me acuerde. Son 400 km de Rosario a Chipión. Yo hacía dedo en la salida de Rosario a Rafaela, Ruta 34, esperábamos debajo de la autopista; en general, nos levantaban rápido los camiones. Uno te llevaba a Rafaela, de ahí otro a San Francisco o a Sunchales, y así hasta que llegaba a Chipión. Otras veces no te levantaba nadie y tenías que pasar la noche en un bar de la terminal de ómnibus. Lo hacíamos para ahorrar, con esa plata comíamos algo o servía para una merienda.

Imagen INSTANTE SUBLIME. Gol a River en la definición por penales de la semifinal de la Libertadores 04, en el Monumental y sin hinchas visitantes. Un triunfo épico.
INSTANTE SUBLIME. Gol a River en la definición por penales de la semifinal de la Libertadores 04, en el Monumental y sin hinchas visitantes. Un triunfo épico.
42 ¿Cómo terminó lo de Newell’s?
El segundo año jugué seguido pero al tercero, cuando esperaba fichar en AFA, me dijeron que si quería quedarme, tenía que conseguir alojamiento, que en la pensión no podía seguir; una manera elegante de avisarte que no te quieren más. Ahora lo entiendo. Me lo tomé tranquilo. Aprendí de chico y para toda la vida que cuando uno hace todo lo que tiene al alcance, no hay reproches. A mi pueblo no iba a volver.

43 ¿Y entonces?
Al día siguiente y a través de Giusti me avisaron que me habían conseguido unas pruebas. Yo sólo había venido a Buenos Aires de muy chico; y cuando estábamos llegando a la Capital, me avisaron que la prueba era en Boca. Me dio risa. “No me quieren en Newell’s y me van a agarrar en Boca, donde encima la 81 es la categoría campeona”, les dije. Hice tres pruebas tres viernes seguidos y quedé.

44 ¿Qué te dijo tu viejo cuando supo que te habías probado en Boca?
“Si vos quedás en Boca, yo te juro que cambio el auto”, me dijo. Y nosotros no teníamos auto.

45 ¿Cómo fueron esas pruebas?
La primera fue buena, la segunda malísima, y gracias a esa quedé. Jugamos contra los suplentes de la 81 y perdimos 6-0. Cada vez que nos metían un gol, yo iba recaliente a buscar la pelota y la revoleaba para sacar. Cuando terminó el entrenamiento, Griffa les avisó a todos que podían irse, pero a mí me dijo que me quedara. Al otro día me pusieron con los suplentes de la 81, ya con un equipo armado, y anduve bien. Un tiempo después, Griffa me contó que me había llamado por esa actitud que había mostrado. Otro momento que definió mi destino.

46 ¿En Boca te fue bien, de arranque?
No. Entré en la Sexta, Mastrángelo era el técnico y no me quiso nunca; pero como Griffa sí me quería, me mandó con la 80, que tenía un equipazo. Justo se lesionó uno de los centrales y me quedé con los más grandes, que era más difícil, pero me sirvió para crecer más rápido, porque a esa edad un año es mucha diferencia.

47 ¿Te sacudieron en tus primeras practicas con los profesionales?
No, ¡yo lo sacudí a Guillermo! Fue en una práctica con el Bambino. El Mellizo estaba intratable, me había tirado cuatro caños, y en una llegué tarde y lo levanté. Veira no dijo nada, Guillermo me recontraputeó.

48 ¿Y vos tuviste que pegarle a algún pibe?
Nunca fui de esos. Carlitos Tevez suele decir que cuando subió a Primera, entre Schiavi y yo lo matábamos. Te puedo asegurar que el Flaco sí repartía para todos lados; pero yo, no. El que me exasperaba, porque parecía que te esperaba a propósito y te canchereaba, era Cángele.

49 ¿Está bien sacudir en esos casos?
Si podés hablarlo, mejor, pero hay veces que las palabras no entran, entonces hay que actuar.

50 ¿Qué compañeros te marcaron en tus comienzos?
Basualdo fue uno. Lo sufría al Pepe, porque venía a marcarme todos mis errores, y nunca te decía “Hiciste bien esto”. En ese momento le tenía cierto rechazo, pero con el tiempo vi que era para bien. También me marcaron el Patrón, Oscar, Chicho, gente muy positiva en un vestuario.

51 ¿La receta para el bajón son los abdominales?
Ja, ja, lo hacíamos con Matellán y con Walter. Bianchi nos concentraba mucho, y cada tanto nos matábamos con alfajores y facturas; entonces a la noche hacíamos flexiones y abdominales en la habitación para quemar calorías. El sábado a la mañana te pesaba Santella y, si estabas excedido, te mandaba al frente a los gritos delante de todo el plantel.

52 Hay delanteros mala leche.
Sí, y son los peores, porque así como están los que viven pensando cómo dormirte, están los mala leche: no dan ninguna jugada por banal; si ellos están a dos metros, van a molestarte; si llegan tarde, te dejan el codo...

53 ¿Podrías nombrar a un par para denunciarlos?
Mejor no, todavía estoy en actividad.

54 ¿Les hablás a los delanteros para sacarlos del partido?
Jamás. Algunos me dicen cosas. En Italia me gritan "macellaio", que es carnicero. O amargo. En general, no respondo.

55 Sí hablás con tus compañeros.
Arengar para despertar a los compañeros o para acomodar la defensa, sí. Me gusta manejar la línea, lo aprendí del Patrón, de Ayala, que con dos palabras te ubicaba. En esos casos valen las puteadas, vale todo, pero termina siempre ahí, eso es lo bueno para mí.

56 ¿Qué pasó en ese famoso tole tole con el Valencia, en 2007, que te rompieron la nariz?
Fue por Champions. En la ida yo me había peleado con Joaquín, porque me tiró lejos una pelota. En la revancha, discutimos todo el partido y, cuando terminó, vinieron dos de atrás a cargar. Me di vuelta, discutí y ahí apareció Marchena y me empujó, lo empujé yo, pim, pum y hubiera terminado ahí, si no hubiera aparecido Navarro para meterme tremendo piñón que me fracturó el tabique. Le dieron siete meses y a mí seis fechas de Champions. Cuando fui a declarar al tribunal de la UEFA nos trataron como ladrones, fue muy feo. Querían tomar una medida ejemplar con nosotros.

57 ¿A Messi lo marcaste alguna vez?
En algún amistoso y en prácticas. Si él se lo propone -y se lo propone siempre-, es casi imposible pararlo, por la rapidez con la que corre y porque cubre la pelota, no la lleva adelante para que te tires y se la saques resbalándote. Tiene una explosión y un freno único. Casi imposible.

58 El compañero de zaga con el que mejor te entendiste.
Me hubiera gustado jugar más con Samuel, por la amistad y porque lo tuve como referente. Con Schiavi me sentí como se deben haber sentido ahora sus compañeros de Boca; protegido, te ayuda su presencia, más allá de que el Flaco no habla. La presencia es algo que se tiene o no.

59 Tu día más feliz en el fútbol.
Cuando le ganamos a River por penales en el Monumental, Libertadores 04. Esas 30 personas gritando en un silencio terrible de 80 mil me hizo acordar a los partidos de mi pueblo, que gritaban tres, había dos bocinazos y nada más. Fue mi momento más sublime dentro de una cancha.

60 ¿Vos pediste patear el penal?
River nos había metido el gol en el descuento, parecía que nos comía y apenas nos junta, Bianchi nos dice: “Es una lástima, pero lo vamos a ganar igual”. Nuestro pateador era el Flaco, entonces Carlos dice “Primero vas vos, Rolando”. Enseguida avisé que yo también pateaba. “El cuarto, Nicolás; segundo y tercero van Ledesma y Alvarez”. Todos nos miramos, porque los chicos no habían pateado nunca. Ahí saltó Cángele: “Yo voy sexto”. Entonces Bianchi dice: “Pero falta el quinto” (risas), y ahí se ofreció Villarreal.

61 Esa caminata hacia la pelota debe ser tremenda.
Se te pasan mil cosas por la cabeza, lo que no podés es dudar dónde la vas a patear. Es como caminar a un duelo anticipado. Todo ese desgaste emocional del partido con River después nos afectó en la final que perdimos con Once Caldas.

62 ¿No fue de mal perdedor no ir a recibir las medallas?
Hubo un lío bárbaro en la cancha, no es que pusieron el podio y nos invitaron a subir. Se metieron periodistas, policías, hinchas, y para evitar cualquier problema nos fuimos rápido al vestuario.

63 El día más triste en tu carrera.
Cuando nos eliminó Alemania en Sudáfrica. Fue durísimo por la ilusión que se había creado y porque perder de esa manera, a mí como defensor, me pareció humillante. También fue muy duro contra Uruguay, en la última Copa América.

Imagen ABRAZO con su hermano Guillermo, con el que compartió un año en Roma.
ABRAZO con su hermano Guillermo, con el que compartió un año en Roma.
64 Una cancha que te impactó.
El Azteca. En Europa hablan de tal y cual cancha y yo siempre digo: vayan al Azteca. Impacta escénicamente, son dos Bomboneras, una arriba de la otra.

65 ¿La pasaste mal alguna vez en un vestuario?
Por apretadas de los hinchas, no. La pasé mal cuando recibía reproches de mis compañeros. Una vez, perdimos 1-0 con Cerro Porteño por un penal tonto que hice, y vino un compañero a decirme: “Estás muy pelotudo”. Agaché la cabeza porque tenía razón. Si no sos fuerte, esas cosas te hunden.

66 ¿Cómo viviste tu primera Libertadores?
Todavía estaba en la pensión. Volví de San Pablo y me esperaban los chicos para festejar. En la final no jugué, pero sí entré en varios partidos, como en la revancha contra River. Entré unos minutos después de Palermo. Al levantar la Copa, Bianchi me decía: “Nicolás, pensá que con 19 años ganaste la Libertadores”. No me dijo “Ganaste una Libertadores”. Como que ya habíamos llegado. Y al final fue la primera de un largo camino.

67 El título que más disfrutaste.
La Intercontinental 2003 contra el Milan, después de haber vivido el triplete del 2000 como suplente.

68 ¿La Intercontinental del 2000, la sumás?
Claro, entré faltando dos minutos y aunque no toqué ni una vez la pelota, me acuerdo de que corrí a Savio hasta su casa. Siempre se lo agradecí a Bianchi. “Fue un regalo que me hizo”, le dije, porque entré como volante por derecha y en el banco estaban Marchant, Pereda y el Mellizo Gustavo, que eran todos volantes por derecha. “¡Qué regalo, si necesitábamos altura, y Savio lo estaba llevando a pasear el Negro Ibarra”, me respondió.

69 ¿Por lo menos fuiste a tocar la pelota cuando terminó el partido?
No, solo pensaba en festejar y disfrutar. Yo me metí sobre la hora a ese viaje. En los meses previos iba mucho a entrenarme con la Sub 20 y casi no estaba en Boca, veía que me apartaban. Ya ir a Japón era un premio, después me metí en el banco y hasta jugué unos minutos, ¡qué me importaba si tocaba o no la pelota!

70 Los mejores amigos del fútbol.
Matellán, Coloccini, Samuel obviamente, los Milito, con ellos hablo muy seguido.

71 ¿Por qué se fue tu hermano de la Roma?
Guillermo vino un año a préstamo y fue un año difícil para el club: no había presidente, la sociedad estaba en venta, todo lo contrario de ahora. Aunque no jugó demasiado creció muchísimo, nos conocimos ya como adultos, y la decisión de venir a Arsenal fue para jugar. Hoy está mostrando el valor que tiene.

72 Los mejores centrales del mundo, hoy.
Thiago Silva, del Milan, para mí es el mejor. También me gusta Kompany, el belga del City.

73 ¿El 2 de Boca tiene que saber pegar?
No, es un mito. Lo que sí debe tener un 2, y más de Boca, es la presencia. Lo que tiene Schiavi, lo que tenía el Patrón. La presencia no se compra, lo importante es saber que la confianza de todos está puesta en vos.

74 ¿Te sorprendió lo de Schiavi en Boca?
No, porque físicamente es una bestia, todo músculo y hueso. Aparte, el Flaco no basa su juego en la velocidad o en la explosión, sino en la fuerza, y en el orden táctico.

75 ¿Cuál es el abc del defensor central?
Hay una cosa que no le puede faltar a ningún defensor: la concentración. En Italia aprendí que hasta el último segundo puede pasar cualquier cosa. Saber que en un instante la pelota puede caer a tus espaldas. Así viven los centrales de la Selección o de equipos grandes, que juegan con 40 o 50 metros atrás.

76 ¿Cuál es la clave en un corner a favor y en uno en contra?
En uno en contra, no perder nunca la marca. Yo no juego a cabecear la pelota sino a que no cabecee el otro. El tip es tocarlo, no dejar nunca de tocarlo, cuando lo perdiste, fuiste. Y en los corners a favor, lo fundamental es el timming para calcular dónde puede caer la pelota. Lo que nunca hago es la segunda jugada. Muchos se quedan; yo, si pierdo la primera, pico enseguida para atrás, muchas veces vienen los goles de contra por eso.

77 ¿De donde salió tu versatilidad para ocupar diferentes puestos?
Mi viejo siempre me jodía para que patee con la zurda, y eso me ayudó, porque jugué bastante de tres. En mi pueblo jugaba de cinco con los de mi edad y de dos con los más grandes. Y si faltaba un volante por izquierda, me ponían de volante.

78 ¿Y es bueno o malo eso?
Al final los técnicos nunca te ponen en tu puesto. Bianchi nos decía: “El que juega en todos los puestos no juega en ninguno”. Hoy no sé si jugaría de 3 o de 4, pero jugar de 4 me dio la posibilidad de ir al Mundial 2006 y tener continuidad en el Inter.

79 El mejor técnico.
Bianchi. Hay muchos motivos, el principal es la forma en que aplica la psicología: la motivación, el reproche, el decirte algo para que lo incorpores, el no decirte porque sabe que no es el momento, el hacerte descansar, el hacerte jugar, el hacerte sentir parte. Saber meterse en la cabeza de cada jugador como lo hace Bianchi no lo vi en nadie. Tiene un excelente grupo de trabajo.

80 ¿Qué cosas puntuales te enseñó?
Me mostró las debilidades del ambiente, del poder, el dinero, las mujeres, saber que esas cosas están al alcance de la mano y que dependen de la fortaleza de cada uno, más allá de los valores que recibiste de tus padres. Por eso le agradezco hasta hoy: no solo me enseñó cosas de adentro sino también de afuera de la cancha.

81 Pero una vez te enojaste con él.
Perdimos contra Almagro en el último minuto por un error mío. Terminó el partido, me fui al vestuario con bronca, y cuando entraba, sentí una mano que me agarraba de la camiseta. “¡Vení a saludar, Nicolás, que la gente cantó todo el partido!”, me dijo. De impulsivo y caliente me lo saqué de un empujón y me fui. Me encerré en el baño y me puse a llorar. No juego nunca más al fútbol, pensaba, por mi reacción. A la media hora, viene Bianchi y me dice: “Abrí, que el martes, para la Copa, necesito un jugador titular que no llore”. Fui titular contra Cobreloa, una noche que se llovió todo y ganamos 1-0 con gol de Pinto.

82 ¿Sos un burgués o no?
Ja, ja, el apodo me lo puso Bianchi porque dormía hasta el mediodía, hasta el límite que nos daba.

83 Las diferencias entre Palermo y Riquelme salieron a la luz hace poco, ¿se notaban cuando vos jugabas?
Yo no las veía, más con un líder como Bianchi, que jamás hubiera permitido que incidieran a la hora de jugar. Sí noté que se respiraba algo raro, de gente incómoda, en la previa al partido con Real Madrid. Nos reunimos dos días antes de la final, habló Bianchi y dejó de lado cualquier diferencia. Se notó en el partido, cuando el Chelo le tiró el centro y Martín metió el gol.

84 ¿Veías posible ganarle al Milan en 2003?
En 2000 y 2003 Bianchi planteó los dos partidos igual: a no perderlo y después, si se podía, a meter un gol. En el 2000 golpeamos de entrada; en 2003 el Milan empezó bien, nos metió un gol, estaba para que nos metiera 3, y ahí se vio la madurez de ese equipo, que empató y terminó mejor que el Milan.

85 ¿Cómo se resolvió que pudieras jugar la final de la Libertadores 01 y el Mundial Sub 20?
Lo arreglaron Bianchi y Pekerman y es algo que les agradezco porque tomaron la decisión pensando en mí, no en ellos. En general suele pasar lo contrario: no se piensa en el jugador. Al final jugué la final en el Azteca y sólo me perdí un partido del Mundial.

Imagen TREMENDO tole tole con el Valencia por Champions. Le rompieron la nariz.
TREMENDO tole tole con el Valencia por Champions. Le rompieron la nariz.
86 ¿Te alegró el descenso de River?
No, para nada, un año antes viví el de mi hermano con Central, y fue catastrófico. A Guillermo le pegó duro, los chicos se tuvieron que hacer responsables y un descenso cuando tenés 20 años no te lo sacás de la cabeza así nomás. Aparte, yo quiero que se juegue el clásico.

87 ¿Cómo lo viste a Lamela en su primera temporada?
Me sorprendió, primero como persona, porque es un pibe muy observador, que escucha, tranquilo; y como jugador será de lo mejor de la Argentina en los próximos años.

88 ¿Son mucho más frecuentes de lo que creemos los cruces en un vestuario como el de Lamela con Osvaldo?
Sí, y más en Italia. Una vez perdiste la marca y está bien, la siguiente es “Viejo, perdiste la marca por segunda vez” y la tercera es “Perdimos porque estás boludeando con la marca, que no pase más”. Ese tipo de diálogos está aceptado en Italia; en la Argentina te callás más.

89 Los cinco mejores jugadores del mundo hoy.
Messi, Ronaldo, Iniesta, Xavi y Agüero.

90 ¿Seguís tocando la guitarra?
Lo intento, me gustan los temas de rock. Mi top five musical es: Radiohead, John Maier, Los Piojos, Silvio Rodríguez y Charly García.

91 ¿Mourinho es tan insoportable como parece?
Todo lo contrario, para mí es el técnico más preparado y el más completo para el fútbol de hoy: sabe motivar, sabe entrenar, tiene una imagen y un carisma únicos. Su perfil mediático tiene que ver con lo que busca de sus equipos. Tanto el Inter como el Madrid son equipos agresivos, ves a cualquier jugador de su equipo y tiene rabia. Lo ves a Fideo (Di María) y va a cada pelota diferente de lo que hace en otro lugar. Tengo una relación bárbara con Mourinho. Si me fui del Inter fue por una decisión mía.

92 ¿Qué es lo que menos te bancás del ambiente del fútbol?
Los desequilibrios. De los periodistas, de la gente, de nosotros. El otro día vi a un técnico jugando con los periodistas. A ese mismo técnico tres meses antes lo estaban matando esos mismos periodistas, entonces no podés prenderte así. Hablá con ese periodista, pero con equilibrio, no entrés en la boludez.

93 Por la materia prima que tiene la Selección argentina en ataque, de 1 a 10 estamos en 10. ¿Verdadero o falso? Verdadero.

94 Y del medio para atrás estamos en 4.
Yo le pondría 6. Es muy difícil ser top en defensa. Pensá que los dos centrales del Mundial pasado habían llegado a la final de la Champions: Demichelis y Samuel. Si mirás para atrás, la Argentina nunca sacó laterales de elite en gran número. Sacó un Sorín, pero en el 94 el lateral fue Chamot, jugó Sensini, que no era lateral, en el 98 era Vivas, y stopper. A diferencia de otros años, ahora tenemos una gran cantidad de estrellas en ataque, que hace que uno mire para atrás y diga: “Estamos más o menos”.

95 ¿Tenés pensado retirarte en la Argentina?
Claro que me gustaría, pero volver bien, por ahora solo pienso en recuperarme y ganar con la Roma. Tengo millones de planes, pero es una decisión que no tomás solo. Mi ideal es jugar hasta que me dé el cuero. Sería un sueño retirarme en Boca, pero también un doble desafío después de todo lo que ganamos, por eso vale mucho lo del Flaco Schiavi.

96 ¿Alguna vez fuiste con mala leche?
A lastimar, no, porque es algo que llevo adentro. Sí fui fuerte y sí soy bruto, muy bruto. El año pasado, contra el Cagliari, me tiré a tapar un remate y le agarré la rodilla al chico. Está en youtube, está en todos lados. Ni lo vi cuando me tiré. El árbitro cobró penal, me iba a sacar la amarilla, y cuando miré al piso y vi al chico todo cortado (le dieron 13 puntos), le dije: “Sáqueme la roja”.

97 ¿Le pediste perdón al chico?
Lo fui a ver al vestuario, lo llamé a la noche, lo llamé al otro día y hasta hoy, cada vez que me lo cruzo en algún partido, le vuelvo a pedir perdón. Es Daniele Conti, el hijo de Bruno Conti, ex campeón mundial con Italia en 1982.

98 Tuviste varios choques de cabeza y quedaste groggy, ¿estás en el promedio?
Sufrí tres en la Selección, uno en el Inter, quizás es más que el promedio por mi vehemencia. Soy medio bruto, te dije. Hay tipos que llegan sobrados a la jugada. Fijate Ayala en su momento, Piqué hoy. Y mirá a Puyol, que llega con lo último del botín. Yo soy más de ese estilo.

99 ¿No te da miedo cuando vas a cabecear? No, lo que sí voy a tener que borrar urgente apenas vuelva a jugar es el miedo a ir con la pierna adelante, porque ahora veo un partido y cualquier jugada me parece agresiva.

100 ¿Los vas a trabajar con algún psicólogo?
Siempre hablo con Marcelo Roffé, que era el psicólogo de las Selecciones Juveniles con Pekerman. Para mí, la psicología en el fútbol es el futuro. De táctica y física saben todos y habrá algunos cambios, pero en el futuro van a imponerse los que tengan la cabeza equilibrada, los que sepan manejar el equilibrio emocional en una cancha de fútbol y afuera también.

Por Diego Borinsky / Fotos: Maxi Didari y Archivo El Gráfico