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Hasta la Victoria
A los 6 años empezó a jugar al golf, a los 7 ya ganaba torneos y ahora con 17, esta niña prodigio considerada la mejor de la historia de nuestro país, desembarca en el LPGA, el circuito más importante del planeta.
Por Redacción EG ·
08 de marzo de 2012
Nota publicada en la edición febrero 2012 de la Revista El Gráfico
Verdad revelada N° 1: la gente comenzó a jugar al tenis gracias a Guillermo Vilas. Verdad revelada N° 2: El hockey femenino creció en forma vertiginosa gracias a Las Leonas. Verdad revelada N° 3: el rugby multiplicó su audiencia para recibir a montones de chicos fascinados con Agustín Pichot. Si todas estas conclusiones son veraces, en el futuro inmediato se debería producir un efecto similar con el golf femenino. Porque desde hace unos meses, la Argentina cuenta con una joven Profesional en el circuito más importante del planeta: el Ladies PGA Tour.
Este febrero, Victoria Tanco cumplirá 18 años, y siendo ya considerada por la mayoría como la mejor jugadora de todos los tiempos en nuestra tierra, comenzará a forjarse un camino distinto al que hasta ahora venía andando. El Gráfico, que fue su confidente en 2008, puede dar fe de que llegar a jugar profesionalmente en Estados Unidos era uno de sus sueños en aquel entonces, cuando solo contaba con una sonrisa para los fotógrafos y muy pocas palabras para los periodistas que combatían su timidez. “Quiero jugar el Ladies”, fue una de sus escuetas pero contundentes respuestas.
Tres años después, Victoria recuerda ese sueño y lo disfruta despierta. Tras una extenuante clasificación en Florida, logró la membresía total para jugar el PGA rosado, algo que otras jugadoras de mayor edad y con mucha más experiencia consiguen después de muchos años de intentarlo. Y lo mejor de todo: lo hizo como Aficionada para despedirse a lo grande del amateurismo. El periplo que la llevó a conseguir esa meta se dividió en tres etapas jugadas en distintas épocas del año pasado; cada una de ellas eliminatorias y terriblemente competitivas. Pero fue la última fase la más dura. Una batalla de 90 hoyos, a la que solo sobrevivieron una veintena de aspirantes.
“Se me vinieron a la mente los años de trabajo para llegar al mejor nivel; la cantidad de pelotas que tiré, las horas de putt que practiqué, las millas que acumulé en viajes y, sobre todo, el sacrificio de estar lejos de mi casa. Todo lo que había soñado desde chica se hizo realidad en un segundo cuando metí esa última pelota”, cuenta la Victoria actual, mucho más parlante y joven, ya saliendo de la adolescencia. “Lo primero que pensé fue: creo que lo hice”, resalta. Y efectivamente, lo había hecho. Se recibía de Profesional con Honores, terminando con una ronda final de 69 golpes.
Lo cierto es que Sarna será quien más la va a extrañar cuando inicie su nueva vida como Profesional en USA. El perrito fue adoptado por la familia Tanco en circunstancias en las que casi no tenía chances de sobrevivir. Al costado de la ruta, cerca del country San Diego, halló su salvación en los brazos de Vicky, quien no dudó en llevarlo a curar, sarnoso y todo, para integrarlo al clan. Hoy, con seguridad, Sarna le reza todos los días a San Roque agradeciéndole la suerte que tuvo y pidiéndole además que a su protectora le vaya de maravillas con la elite del golf mundial.
“Lamentablemente no puedo llevarme a Sarna, ni a Felipe, ni a Negrita, ni a Cindy. Va a ser un año donde voy a empezar de cero; y con casi veinte torneos en el calendario no podría ocuparme de mis mascotas”, acepta la realidad esta porteña de nacimiento. Una realidad que como contrapartida, la llena de expectativas y otros nuevos sueños. “Es verdad que la adaptación será más llevadera en lo competitivo si tenés en cuenta que ya llevo jugados cuatro US Women's Open como aficionada. Sin embargo, creo que vivirlo siendo parte del Tour va a generar en mí otras sensaciones distintas. Debo sentirme parte del circuito para ganar confianza y adaptarme lo mejor posible”.
En este instante, Victoria cambia sueño por meta al proponerse a sí misma (y casi sin darse cuenta) sentirse “parte del circuito”. Y esta es una de las características que la hacen distintas. Como decía José Larralde: “Vive el que no se queda, el otro dura nomás”, Vicky se propone desafíos en forma constante, quizás de modo silencioso, mientras mantiene esta entrevista. “Las metas son el motivo por el que me entreno a full todo los días”, sostiene. Ya sea en la Escuela de la Asociación Argentina de Golf o en la IMG "David Leadbetter" Golf Academy en Estados Unidos, Victoria práctica más de siete horas diarias para alcanzar sus objetivos, sin quejarse y disfrutando cada golpe como si fuese el primero.
Claro que con el entrenamiento solo no alcanza.
La experiencia es sabia consejera; en este punto recuerda que 2010 no fue su mejor temporada. “Al final de ese año supe que debía dejar atrás las malas actuaciones que había tenido para seguir adelante y mejorar.Esa mala experiencia fue y es positiva, porque la próxima vez que pase por una mala época sabré cómo salir”, saca conclusiones.
De hecho, por aprender también de los errores, el 2011 fue un año consagratorio. “Pasar el corte por primera vez en el US Open me llevó a pensar que ya estaba preparada para jugar en otro nivel. Al final de la segunda ronda, al saber que seguía jugando el fin de semana pensé: el año que viene puedo estar acá jugando con estas chicas”, revela, confirmando ya esa sensación nueva que tiene de ser parte, de sentirse adentro. Sin embargo, Vicky ya se sentía distinta desde la semana previa, cuando ganaba su título más importante como Aficionada en USA, el 111° WWGA National Amateur Championship, donde se coronó con récord de cancha y campeonato dejando pipones de golf a propios y extraños. Si alguien dudaba acerca de su exitosa clasificación al LPGA, poco sabía sobre ella.
Con una mirada que no admite parpadeos, Vicky parece adivinar con antelación por qué lado vendrá la próxima pregunta y ya no la afecta la timidez de antaño. No separa las manos mientras habla, cómo si el acto reflejo del grip le demandara atención constante. Ya no es la niña de la trenza interminable y se ha convertido en la joven mujer bilingüe que camina con independencia asumida por la Oficina de Prensa del 106° Visa Open de Argentina, donde comunicará oficialmente su traspaso al profesionalismo, aprovechando el entorno periodístico que genera el Abierto de la República.
Las primeras preguntas surgen tras el aplauso y ella comienza a relatar la epopeya de la clasificación. “Espero no tener que volver a jugarla nunca más”, admite, medio en broma medio en serio. La pregunta técnica nunca falta en las reuniones de este tipo y entonces responde: “Mi distancia actual es de 260 yardas con el drive, ando muy bien en el aproach y estoy trabajando para mejorar el putt”.
Las cosas del golf hicieron que su primer Abierto de Estados Unidos haya sido el último de la multicampeona Annika Sorenstamn, y que su ídola, la mexicana Lorena Ochoa, haya decidido un retiro temprano; entonces, Vicky elije otro modelo. “Me gustaría llegar a jugar un sábado con Yani Tseng; y si es un domingo, mejor”, aclara refiriéndose a la taiwanesa N° 1 del mundo, que ostenta el privilegio de ser la más joven jugadora en ganar cinco Majors con solo 22 años (también supera las récords de los caballeros).
Después de las notas para la televisión, Victoria descansa y observa por la ventana el campo que la recibió como hija propia. Las despedidas suelen ser tristes, pero no es este el caso. Ha recibido un gran ramo de rosas sobre el cierre de la conferencia y somos nosotros los encargados de llevárselo hasta uno de los salones más elegantes de Pilar Golf para comenzar la charla que ha sido transcripción fiel de sus pensamientos en las líneas iniciales de esta nota.
Ganadora del Ranking Argentino en tres oportunidades, de dos Campeonatos Sudamericanos, del Campeonato Argentino de Aficionadas, de los Rankings Junior de Estados Unidos y de todos los tableros que le pusieron por delante, la pregunta que ronda es ¿qué le queda pendiente en el mundo amateur? “Me hubiese encantado ganar el Mundial que jugamos acá”, destaca y suma al US Girls y el US Amateur a esa lista de quimeras no cumplidas.
Otra vez en el campo de los sueños, haciendo memoria de aquella primera nota que le dio a El Gráfico, la repregunta es si ser N°1 del mundo es posible. “Aún no es momento de pensar en eso. Primero tengo que empezar a jugar para ver en qué nivel estoy. Si el resultado es satisfactorio, podré empezar a soñar otra vez con llegar a la cima, como lo hice toda mi vida”.
La mejor jugadora argentina tiene muy definido lo que quiere para su futuro. La niña ya no sueña, ahora proyecta. Ha dejado de ser Vicky, ahora es Victoria.
Por Andres Wodzak / Fotos: AFP y Archivo El Gráfico
A VICKY ya la presentó El Gráfico hace cuatro años. Soñaba con jugar profesionalmente en Estados Unidos. Lo logró..
Este febrero, Victoria Tanco cumplirá 18 años, y siendo ya considerada por la mayoría como la mejor jugadora de todos los tiempos en nuestra tierra, comenzará a forjarse un camino distinto al que hasta ahora venía andando. El Gráfico, que fue su confidente en 2008, puede dar fe de que llegar a jugar profesionalmente en Estados Unidos era uno de sus sueños en aquel entonces, cuando solo contaba con una sonrisa para los fotógrafos y muy pocas palabras para los periodistas que combatían su timidez. “Quiero jugar el Ladies”, fue una de sus escuetas pero contundentes respuestas.
Tres años después, Victoria recuerda ese sueño y lo disfruta despierta. Tras una extenuante clasificación en Florida, logró la membresía total para jugar el PGA rosado, algo que otras jugadoras de mayor edad y con mucha más experiencia consiguen después de muchos años de intentarlo. Y lo mejor de todo: lo hizo como Aficionada para despedirse a lo grande del amateurismo. El periplo que la llevó a conseguir esa meta se dividió en tres etapas jugadas en distintas épocas del año pasado; cada una de ellas eliminatorias y terriblemente competitivas. Pero fue la última fase la más dura. Una batalla de 90 hoyos, a la que solo sobrevivieron una veintena de aspirantes.
“Se me vinieron a la mente los años de trabajo para llegar al mejor nivel; la cantidad de pelotas que tiré, las horas de putt que practiqué, las millas que acumulé en viajes y, sobre todo, el sacrificio de estar lejos de mi casa. Todo lo que había soñado desde chica se hizo realidad en un segundo cuando metí esa última pelota”, cuenta la Victoria actual, mucho más parlante y joven, ya saliendo de la adolescencia. “Lo primero que pensé fue: creo que lo hice”, resalta. Y efectivamente, lo había hecho. Se recibía de Profesional con Honores, terminando con una ronda final de 69 golpes.
EN 2008. Con 14 años, jugó el Us Women´s Open en calidad de amateur.
“Lamentablemente no puedo llevarme a Sarna, ni a Felipe, ni a Negrita, ni a Cindy. Va a ser un año donde voy a empezar de cero; y con casi veinte torneos en el calendario no podría ocuparme de mis mascotas”, acepta la realidad esta porteña de nacimiento. Una realidad que como contrapartida, la llena de expectativas y otros nuevos sueños. “Es verdad que la adaptación será más llevadera en lo competitivo si tenés en cuenta que ya llevo jugados cuatro US Women's Open como aficionada. Sin embargo, creo que vivirlo siendo parte del Tour va a generar en mí otras sensaciones distintas. Debo sentirme parte del circuito para ganar confianza y adaptarme lo mejor posible”.
En este instante, Victoria cambia sueño por meta al proponerse a sí misma (y casi sin darse cuenta) sentirse “parte del circuito”. Y esta es una de las características que la hacen distintas. Como decía José Larralde: “Vive el que no se queda, el otro dura nomás”, Vicky se propone desafíos en forma constante, quizás de modo silencioso, mientras mantiene esta entrevista. “Las metas son el motivo por el que me entreno a full todo los días”, sostiene. Ya sea en la Escuela de la Asociación Argentina de Golf o en la IMG "David Leadbetter" Golf Academy en Estados Unidos, Victoria práctica más de siete horas diarias para alcanzar sus objetivos, sin quejarse y disfrutando cada golpe como si fuese el primero.
Claro que con el entrenamiento solo no alcanza.
La experiencia es sabia consejera; en este punto recuerda que 2010 no fue su mejor temporada. “Al final de ese año supe que debía dejar atrás las malas actuaciones que había tenido para seguir adelante y mejorar.Esa mala experiencia fue y es positiva, porque la próxima vez que pase por una mala época sabré cómo salir”, saca conclusiones.
De hecho, por aprender también de los errores, el 2011 fue un año consagratorio. “Pasar el corte por primera vez en el US Open me llevó a pensar que ya estaba preparada para jugar en otro nivel. Al final de la segunda ronda, al saber que seguía jugando el fin de semana pensé: el año que viene puedo estar acá jugando con estas chicas”, revela, confirmando ya esa sensación nueva que tiene de ser parte, de sentirse adentro. Sin embargo, Vicky ya se sentía distinta desde la semana previa, cuando ganaba su título más importante como Aficionada en USA, el 111° WWGA National Amateur Championship, donde se coronó con récord de cancha y campeonato dejando pipones de golf a propios y extraños. Si alguien dudaba acerca de su exitosa clasificación al LPGA, poco sabía sobre ella.
Con una mirada que no admite parpadeos, Vicky parece adivinar con antelación por qué lado vendrá la próxima pregunta y ya no la afecta la timidez de antaño. No separa las manos mientras habla, cómo si el acto reflejo del grip le demandara atención constante. Ya no es la niña de la trenza interminable y se ha convertido en la joven mujer bilingüe que camina con independencia asumida por la Oficina de Prensa del 106° Visa Open de Argentina, donde comunicará oficialmente su traspaso al profesionalismo, aprovechando el entorno periodístico que genera el Abierto de la República.
PLENO 2005 "Las metas son el motivo por el que me entreno a full todos los días", sostine Victoria.
Las cosas del golf hicieron que su primer Abierto de Estados Unidos haya sido el último de la multicampeona Annika Sorenstamn, y que su ídola, la mexicana Lorena Ochoa, haya decidido un retiro temprano; entonces, Vicky elije otro modelo. “Me gustaría llegar a jugar un sábado con Yani Tseng; y si es un domingo, mejor”, aclara refiriéndose a la taiwanesa N° 1 del mundo, que ostenta el privilegio de ser la más joven jugadora en ganar cinco Majors con solo 22 años (también supera las récords de los caballeros).
Después de las notas para la televisión, Victoria descansa y observa por la ventana el campo que la recibió como hija propia. Las despedidas suelen ser tristes, pero no es este el caso. Ha recibido un gran ramo de rosas sobre el cierre de la conferencia y somos nosotros los encargados de llevárselo hasta uno de los salones más elegantes de Pilar Golf para comenzar la charla que ha sido transcripción fiel de sus pensamientos en las líneas iniciales de esta nota.
Ganadora del Ranking Argentino en tres oportunidades, de dos Campeonatos Sudamericanos, del Campeonato Argentino de Aficionadas, de los Rankings Junior de Estados Unidos y de todos los tableros que le pusieron por delante, la pregunta que ronda es ¿qué le queda pendiente en el mundo amateur? “Me hubiese encantado ganar el Mundial que jugamos acá”, destaca y suma al US Girls y el US Amateur a esa lista de quimeras no cumplidas.
Otra vez en el campo de los sueños, haciendo memoria de aquella primera nota que le dio a El Gráfico, la repregunta es si ser N°1 del mundo es posible. “Aún no es momento de pensar en eso. Primero tengo que empezar a jugar para ver en qué nivel estoy. Si el resultado es satisfactorio, podré empezar a soñar otra vez con llegar a la cima, como lo hice toda mi vida”.
La mejor jugadora argentina tiene muy definido lo que quiere para su futuro. La niña ya no sueña, ahora proyecta. Ha dejado de ser Vicky, ahora es Victoria.
Por Andres Wodzak / Fotos: AFP y Archivo El Gráfico
