(sin categoría)

Nalbandian y Berlocq, paralelas que se juntan

David y su lucha por volver a los puestos de elite son la contracara de Charly y su gran presente. Dos senderos que se cruzarán en busca de un objetivo: los Juegos Olímpicos de Londres.

Por Redacción EG ·

01 de marzo de 2012
Imagen DAVID busca regresar a los puestos importantes del ranking y disputar los Juegos Olímpicos (Foto: José Rieiro).
DAVID busca regresar a los puestos importantes del ranking y disputar los Juegos Olímpicos (Foto: José Rieiro).
El circuito ATP es caprichoso. Puede hacer que jugadores lejos de consagrarse ocupen puestos de vanguardia cercanos al Top 20. O todo lo contrario: que los más talentosos desciendan escalones hasta desaparecer de los 100 mejores del mundo. O casi.

El caso de Nalbandian sirve como ejemplo actual. ¿Quién puede dudar, a esta altura, de su talento y jerarquía? Sin embargo, la realidad que vive hoy David no es la que realmente merece. “El calendario es muy duro, aunque puedo ganarles a los mejores si me siento bien en lo físico”, dice El Rey. Suena sencillo, pero a veces cuesta más de lo debido.

Hoy, ronda el 70 del mundo. Antes del ATP porteño, se ubicaba 85°. Increíble para un jugador de la talla de Nalbandian, pero real si se tiene en cuenta que en los últimos años no pudo encontrar la continuidad deseada. “Mi ranking no miente. Planteé el año como cualquier otro, pero a veces las cosas no salen como uno quiere”, aceptó.

David protagonizó un gran ATP de Buenos Aires. Se lo vio entero, sólido y con la magia de siempre. Pero en semifinales no tuvo chances y sucumbió con Ferrer, en un partido que sacó a la luz algunas dudas: ¿Realmente puede ganarle a los mejores? El propio Nalbandian admitió luego de la derrota que, en este momento, está “un escalón por debajo de los Top”.

11@numerof@Son los títulos ATP de Nalbandian. Berlocq, por su parte, no cosechó ninguno, pero tiene 14 Challengers.

Uno de los objetivos próximos que se planteó Nalbandian es la cita olímpica en Londres. Parece mentira, pero ahora su meta peligra, y mucho. A los Juegos Olímpicos clasifican los primeros 56 del ranking -que sellen su ubicación al 11 de junio, seis semanas antes del torneo-, con un tope de cuatro jugadores por país. Si los Juegos se disputaran en las próximas semanas, Nalbandian no cumpliría con ninguno de los dos requisitos; se ubica 5° de Argentina, por debajo de Del Potro, Mónaco, Chela y Berlocq. “Hoy estoy afuera, pero tengo esperanzas de poder llegar”, comentó tras el ATP de Buenos Aires.




No obstante, El Rey cuenta con dos situaciones a su favor. En principio, sabe que es una estrella del circuito y que cualquier torneo de envergadura lo querría tener en su Main Draw. La gran oportunidad de David, por lo pronto, tendrá lugar en los Masters 1000 de Miami e Indian Wells, dos torneos importantes que le otorgaron una invitación para jugar el cuadro principal.

En segundo lugar, no defiende puntos en esta parte del año -fue operado en marzo pasado, tras la Copa Davis con Rumania, y regresó después de la gira de Roland Garros-. Es decir, tendrá torneos como Miami, Indian Wells, Montecarlo, Roma, Madrid y Roland Garros sólo para sumar y escalar posiciones. Sin embargo, al no ser preclasificado, podría encontrarse con los mejores en rondas más tempranas; o bien complicar a otros jugadores con el sorteo, como le pasó a Mónaco en Buenos Aires, cuando lo tuvo que padecer en segunda ronda -David lo venció 6-3 y 6-1-. En fin, riesgos que son necesarios.

La explosión de Berlocq



Imagen CHARLY, en el mejor momento de su carrera. A los 29 años, debutar en la Copa Davis y clasificar a Londres 2012 no sería una locura (Foto: José Rieiro).
CHARLY, en el mejor momento de su carrera. A los 29 años, debutar en la Copa Davis y clasificar a Londres 2012 no sería una locura (Foto: José Rieiro).
Charly es la contracara de Nalbandian, en todo sentido. Luchador por naturaleza, se destacó durante toda su carrera en el nivel Challenger, su hábitat natural. De hecho, es el argentino que más ganó en la historia de la categoría con 14 títulos. Ya había tenido alguna transición por el nivel ATP, cuando llegó a ser 60 del mundo, pero no supo mantenerse.

La situación cambió el año pasado: obtuvo los Challengers de Buenos Aires y Montevideo de manera consecutiva y comenzó a ascender en el ranking. A los 29 años, pasa por el mejor momento de su carrera: alcanzó la final en Viña del Mar -cayó con Mónaco- y los cuartos en Buenos Aires, San Pablo y Acapulco, su primera gran actuación en un ATP 500. Además, se impuso a Gilles Simon, 12 del mundo, dos veces en torneos consecutivos. “Que este momento no termine más. Sé que es difícil, pero toda la vida soñé con jugar la Copa Davis”, expresó Charly. No sería nada descabellado.

El presente de Berlocq echa por tierra la teoría que sostiene que los tenistas no explotan su potencial pasados los 23 o 24 años. Cuando parecía estancado en los Challengers, pegó el salto y consiguió victorias frente a los mejores. Así, se transformó también en una amenaza para Nalbandian. Justamente Charly es quien ocupa la cuarta plaza del país y, si su ranking cerrara hoy, estaría clasificándose a los Juegos Olímpicos. Un sueño que se acerca a la realidad.

Nalbandian y Berlocq. Cara y ceca. Uno lucha por volver a ser lo que fue, al menos en los números, porque el talento sigue intacto. El otro, sueña en grande; la clasificación a los Juegos sería un premio al esfuerzo. Dos caminos separados, una misma ilusión. Ambos en el epílogo de su carrera, pero en situaciones y con expectativas muy distintas. Nalbandian quiere volver a ser algo de lo que fue. Charly, llegar a donde jamás llegó.

Por Pablo Amalfitano
-@amalfitanopablo-