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Sabella probó nuevas variantes

El partido ante Suiza sirvió para que Alejandro Sabella intente cambios en el esquema. Sin embargo, el hombre clave fue otra vez el mismo: Lionel Messi.

Por Redacción EG ·

29 de febrero de 2012
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Desde hace tiempo se sabe que el mayor problema de la Selección es la defensa, la línea más débil del equipo. Por eso no sorprende en absoluto que las esperanzas de Argentina hayan recaído en el poder ofensivo, tal y como sucede desde que Alejandro Sabella es el DT.

En este caso, Argentina dependió exclusivamente de la sociedad formada por Sergio Agüero y Lionel Messi: los mejores momentos del equipo llegaron cuando la explosiva dupla se encontró. De hecho, así llegó el primer gol, tras una genialidad del Kun y una gran definición de Lio.

No obstante, el problema radicó en que la Selección no logró variantes en ataque por la escasa presencia de los volantes externos en campo contrario. La desconexión del mediocampo con el resto de las líneas fue muy notoria durante los noventa minutos. Maxi Rodríguez y José Sosa no lograron asociarse con los dos de adelante y en consecuencia, los dos delanteros argentinos quedaron siempre aislados.

Por otro lado, durante varios minutos se notó un espacio muy grande en las espaldas de Javier Mascherano y Rodrigo Braña. Ese hueco en la defensa fue lo que aprovechó Suiza para controlar la pelota y generar –sin demasiado peligro- algunos acercamientos al arco de Sergio romero.

Más allá del error en el gol suizo -tres defensores se encimaron sobre el mismo jugador-, los defensores cumplieron. La joven dupla central, Federico Fernández y Ezequiel Garay, se mostró firme ante las insinuaciones locales. Por su parte, Hugo Campagnaro se mantuvo atento y, por momentos, se soltó en ataque

La idea de Alejandro Sabella en estos amistosos es encontrar variantes y hacer sentir cómodo a Messi. El plan, por ahora, funciona porque Lionel está jugando mejor que nunca.