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Golpe bajo al boxeo

Lo que ocurrió en Mar del Plata tras la victoria de Casimero sobre Lazarte, debe ser el disparador de otros temas más profundos.

Por Carlos Irusta ·

15 de febrero de 2012
El bochorno se transmitió casi en cadena por todos los canales de aire y cable: sillas en el aire, proyectiles, señores robustos pegándole a un boxeador de 46 kilos, rotura de la mesa de control de la televisión, policías persiguiendo a quien sabe qué... La noche del viernes 10 de febrero quedará como una de las más tristes del boxeo argentino.

Es difícil encontrar casos similares, porque el público del boxeo tiene códigos que rara vez viola: se aplaude al que boxea mejor, más allá de las pasiones, por ejemplo. Justamente por eso, cuando El Gauchito Sebastián Heiland dijo por televisión: “Agradezco todo, pero yo no gané esta pelea”, a muchos les causa rareza y estupor, pero es así. ¿Cuántos escándalos pueden mencionarse en la Argentina tras una pelea de boxeo? Sí, estuvo la del Luna Park, cuando El Roña Castro perdió con el colombiano Herrera. Sólo quesea vez –casualmente- fue un choque entre las barras bravas de Boca y Chicago.

Lo cierto es que el filipino Johnriel Casimero le ganó por KO en 10 rounds a Luis Lazarte, genuina y merecidamente, en el club Once Unidos de Mar del Plata. Apoyado por el Gremio de Camioneros, del cual forma parte, “El Mosquito”, como se lo conoce, recibió el más inesperado de los reconocimientos: algunos de sus seguidores subieron al ring con el propósito de darle al boxeador filipino la paliza que él no había podido. Guapos a carta cabal, la emprendieron con el boxeador que, finalmente logró escaparse metiéndose debajo del cuadrilátero.

¿Y ahora quien se hace cargo? Sería bueno escuchar alguna declaración del gremio de Camioneros, toda vez que el propio Pablo Moyano estuvo presente en el estadio, mezclado con casi los doscientos trabajadores que fueron a alentar a Lazarte. ¿Osvaldo Rivero, el promotor? Legalmente, es el responsable, pero él se tomó el trabajo de contratar especialmente a 20 policías, quienes estuvieron demasiado lerdos en copar el ring apenas terminada la pelea. Dos efectivos, de hecho, quedaron lesionados y el Fiscal de turno pidió los videos para iniciar causas penales.

Así que mientras se alzan voces pidiendo sanciones a granel, la propia Federación Internacional del Boxeo, también buscará responsables (la FIB sancionó la pelea, que era por el campeonato mundial minimosca, Interino). De hecho, Lazarte anunció su retiro, seguramente en el 0nce Unidos no habrá más boxeo y algún retador que sea tentado para venir a la Argentina podrá negarse, amparado en los antecedentes.

Mientras tanto, los que hicieron destrozos, los que le pegaron a los visitantes, los que tiraron sillas y nos taparon de vergüenza deben estar por ahí, planeando nuevas aventuras. A pesar de que salieron por la tele, vestidos con los colores de los camioneros, a pesar que dentro del gremio muchos los deben conocer de memoria. Ojalá se conozca alguna sanción. Por ahora, gracias a estos intolerantes, que ni siquiera supieron rendirle homenaje a quien fue un justo perdedor, el boxeo ha sufrido un tremendo golpe bajo, del que le costará reponerse por mucho tiempo.