(sin categoría)

Copa Davis: un arranque que ilusiona

Mónaco y Nalbandian se agigantaron y dejaron a Argentina con un cómodo y expectante 2-0 arriba frente a Alemania por la primera ronda. Los cuartos esperan.

Por Redacción EG ·

10 de febrero de 2012
Imagen MARTIN JAITE arrancó con el pie derecho.
MARTIN JAITE arrancó con el pie derecho.
Cuánta tranquilidad. Parece mentira si se tiene en cuenta todo lo acontecido inmediatamente antes de la serie. La baja de Del Potro; el crecimiento en el juego de Florian Mayer, jugador extraño si los hay; la cancha “rara” de la que hablaron Nalbandian y Schwank en la previa. Todo quedó atrás, al menos por el momento; Argentina lidera la primera ronda de la Copa Davis frente a Alemania por 2-0, en la fría y casi ignota Bamberg.

El encargado de abrir fue Mónaco, que en su última actuación en la Davis había padecido con su amigo Nadal. Ahora, sin Del Potro y en una situación más favorable que en Sevilla, su participación cobró un mayor protagonismo. Pico mostró solidez en todos los pasajes del partido, y esa solidez fue la que contrastó con la irregularidad de Philipp Petzschner, por lejos más doblista que singlista. El triple 6-3 refleja una constante que se mantuvo durante todo el match: Mónaco, siempre atento; Petzschner, siempre errático.

Resultó extraño que, ante la baja de Kohlschreiber, no fuera el veterano Tommy Haas quien jugara el primer single. Que Petzschner figurara en el sorteo parecía una mera estrategia, pero finalmente no lo fue. Mónaco lo aprovechó y puso a Argentina en ventaja, con todo lo que implica ganar el primer punto en una serie de visitante.

Después, fue hora de la mística, esa misma que irradia Nalbandian cada vez que pisa una cancha para representar al país. Comenzó con un traspié, de esos que a esta altura de su carrera pueden ser más que lógicos. Y Mayer, uno alemán, arrancó con el pie de lleno en el acelerador: hizo suyo el primer set por 6-2 y todo parecía cuesta arriba. Uno pensaba: ¿Qué pasaría si en el segundo la paridad se estirara hasta un 4-4, por ejemplo? Lo bueno es que David no nos sacó las dudas: arrancó con tres quiebres seguidos y cerró los dos siguientes parciales por 6-0 y 6-1. Partido raro y cambiante; una incógnita, como se lo catalogó en la previa.

En contrapartida, Mayer resurgió. Se quedó rápidamente con el saque de Nalbandian y se colocó 4-1. Varios en Alemania ya esperaban con ansias el quinto set, un pensamiento no tan descabellado. Pero volvieron las paralelas, los reveses angulados y la jerarquía de un Nalbandian que cada vez parece más gigante, más eterno. Todos esos lujos cerraron en 2-6, 6-0, 6-1 y 7-6 (5) y nos dejaron a las puertas de los cuartos de final de la anhelada Copa Davis.

Por Pablo Amalfitano
-@amalfitanopablo-