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Nicolás Cambiasso, bonus de confesiones

Símbolo de All Boys, arquero que saltó de la B Metropolitana a la A en Floresta, ofrece más reflexiones sobre su personalidad, su juego, su club, el fútbol y la vida en sí.

Por Redacción EG ·

02 de febrero de 2012
La nota original salió publicada en la edición febrero 2012 de la Revista El Gráfico. A continuación, un complemento exclusivo para nuestros lectores web.

Imagen NICOLAS CAMBIASSO. Arquero, uno de los referentes de All Boys, equipo del cual es hincha y con el que saltó de la B Metropolitana a la A.
NICOLAS CAMBIASSO. Arquero, uno de los referentes de All Boys, equipo del cual es hincha y con el que saltó de la B Metropolitana a la A.
SOY TERCO, y lo acerco más a la perseverancia que al capricho. Si pienso que mi verdad no es la correcta, modifico mi opinión. Como se dice: solo los imbéciles no cambian. Si a uno le hacen ver que está equivocado, está muy bueno modificarlo. Si creo y estoy convencido de que el rumbo es uno, sigo por ahí. De todos modos, soy realista.

ME GUSTA leer el juego, anticiparme a la jugada, y conocer a los rivales para saber qué pueden hacer. Quizás no soy un arquero rápido, que pueda volar tres metros. Entonces, esa carencia la suplo con ubicación al intentar ser tiempista. Si me patean fuerte y, en vez de volar dos metros y sacarla al córner, hago un paso y la agarro, desmoralizo mucho más al delantero y fortalezco a los defensores.

EMPECE a ver a All Boys en 1991, medio de casualidad. Pero también seguía a Argentinos Juniors porque hacía las Inferiores ahí y ya estaban algunos chicos de Parque en la Primera. El sábado jugaba All Boys y el domingo, Argentinos. Entonces, me repartía. Sin embargo, soy hincha de All Boys y lo empecé a seguir mucho. Viví el ascenso de la campaña 1992/93. De grande, iba a la cancha cada vez que podía, aunque no con tanta pasión como cuando era pibe. Fui a Rosario, a Arrecifes, a la cancha de San Miguel un día que se armó una tremenda con piedras y corridas. Era otro fútbol. A mí me encantaba ir a la cancha. Esto no se volvió más peligroso, sino más violento.

TERMINE LA SECUNDARIA y comencé tres veces económicas. Pero la dejé. La primera vez fue porque partí rumbo a España. La segunda se produjo porque me nació abandonarla. Y la tercera, tras realizar el primer año de carrera en 2009, se dio porque el campeonato era corto en 2010 por el Mundial y estaba cansado por el trajín. De todas maneras, me gustaría retomar. Quizás no una carrera larga, sino una más corta.

PASAMOS CARENCIAS a nivel equipo en el ascenso argentino. Me tocó entrenarme en una plazoleta un día de lluvia porque no había otro lugar, estar vestidos todos con diferente ropa. Una vuelta, un viernes, cenamos pizza con agua mineral en la concentración de El Porvenir. Esto te hace valorar las cosas cuando no las tenés. Agradezco haber vivido esos momentos. Sé que quizás mañana puedo volver a repetirlos y seré la misma persona. Esas dificultades en lo humano fortalecen aún más a un grupo.

NO ME SUBO al exitismo cuando hablan bien, ni me vuelvo loco cuando escucho algo que no estoy de acuerdo. Trato de ser equilibrado.

NO SOY MERECEDOR de que en All Boys retiren mi camiseta cuando deje de jugar. Es un tema de ego. El reconocimiento de la gente sé que estará. La camiseta no es mía. Antes de que la use yo, se la pusieron como 200 arqueros en la historia del club. No soy el inventor de la 1 de All Boys. Hubo muchos que la utilizaron y muchos que la utilizarán. Me siento reconfortado con el cariño de la gente.

LA B METROPOLITANA es otro fútbol. El mayor cambio en las categorías se produce entre la B Nacional y la B Metropolitana. Es cierto que era más vistoso el equipo de All Boys que consiguió el ascenso en la B Metropolitana. Pero se jugaba a otro ritmo; es una realidad.

NUNCA di una charla técnica. Si el entrenador me lo permite, opino. Por ejemplo, llega el entretiempo y uno entrega su visión: por acá estamos bien, hay que mejorar por allá; podemos corregir de esta manera. Uno debe tomar decisiones y la posición mía facilita. Pero no daría la charla. No me corresponde. El técnico sabe que si doy una indicación adentro o afuera de la cancha es por el bien del equipo. Yo, obviamente, tengo la confianza del entrenador para realizar eso.

SIEMPRE hay que comparar. Necesitamos generar opinión, polémica. Está bueno hablar sobre fútbol. Eso sí: hay que contextualizar. Lionel Messi y Diego Maradona no son iguales. Tienen similitudes, pero también diferencias. Yo no los comparo porque para mí son distintos.

ME SORPRENDE que se valoren cosas que deberían ser normales en la sociedad: educación, respeto, honestidad, compromiso con el trabajo. Hoy se ponderan en exceso, aunque tendrían que ser habituales.

La entrevista completa a Nicolás Cambiasso para la sección Confieso que he Aprendido aparece en la edición de enero de 2012 de El Gráfico, en todos los kioscos.

Darío Gurevich
Twitter: @dariogurevich