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Héroe del subcampeonato

Italiano de nacimiento, pero argentino de alma. Prefirió quedarse un año sin jugar pensando en la Selección.

Por Redacción EG ·

02 de noviembre de 2011
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No solo es el hijo de Daniel, otro bastión importante en la historia del vóley argentino, sino un proyecto interesante de gran jugador. El gigante de 1,98 se planta de opuesto, tiene 20 años y nació en Padova, Italia. “Elegí jugar en la Argentina porque me crié en el país. Empecé en el vóley y me llegó la citación al año, cuando nadie sabía ni de qué jugaba”, recuerda. Su idilio con la Selección comenzó en la categoría menor. Se integró a la mayor hace solamente dos meses.

“No quiero irme nunca de la Selección. Todo deportista sueña con estar. Deseo jugar en Argentina hasta que me retire. Es un privilegio. Desde que nací lo veo a mi viejo ahí. Parece algo natural que se da siempre, pero no lo es. Y siento como que ya lo viví”, revela. Subcampeón de la Liga Argentina en UPCN y Bolívar, lo más relevante que atravesó fue otro subcampeonato, pero en el Mundial juvenil y siendo una de las figuras del equipo; y el cuarto puesto en el Mundial de Clubes 2010 con Bolívar. No jugará en ningún club durante esta campaña porque hará un trabajo físico especial con la Selección para estar mejor armado.