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Tevez y su novela interminable

Del amor al odio en la Copa América. Comenzó como indiscutido en el City, pero terminó relegado y suspendido. ¿Que será de la vida del Apache?

Por Redacción EG ·

28 de septiembre de 2011
Imagen SU NOVELA en el Manchester City está un paso de terminar.
SU NOVELA en el Manchester City está un paso de terminar.
De millonario a mendigo. De buenas a primeras, los planes de Carlos Tevez se dieron vuelta. Y solo por un penal. Tras pedirlo públicamente, entró a la Copa América por la ventana. Batista respondió a los pedidos de la hinchada y lo puso de titular en el debut. Días más tarde, fue el centro de las críticas por haber errado su penal en la definición ante Uruguay, que significó la eliminación. A partir de ahí, todo le salió mal.

Figura, ídolo y capitán. Descomunal goleador en la Premier League que clasificó al Manchester City a la Champions. El currículum de Tevez crecía día a día. Además, los hinchas celestes – incluido Liam Gallagher, líder de Oasis- lo aclamaban, más allá de haber jugado en el eterno rival. Con esos avales llegaba Tevez a la Copa América. Con la confianza en alza, Carlitos quería consagrarse con la albiceleste y ante su público.

“En la Selección juego de cualquier cosa”, había dicho Tevez antes de la cita continental. Así enarboló su imagen de Jugador del Pueblo. Batista respondió y lo acomodó en la delantera, pero por la punta izquierda. Tras no rendir como se esperaba, el Apache reclamó: “Quiero que me juzguen como 9”. Contradictorio. Y Agüero aprovechó el vacío que Carlitos dejó.

Imagen EL APACHE tuvo un antes y un después del penal contra Uruguay.
EL APACHE tuvo un antes y un después del penal contra Uruguay.
El frío de Manchester, la estadía lejos de su familia, sus ganas de cambiar de aire y las constantes peleas con Mancini hicieron que su ciclo en el City estuviera a punto de cumplirse. De hecho, el Corinthians, el Real Madrid, el Inter y hasta Crespi, que soñó con traerlo a Boca, quisieron tenerlo. Sin embargo, las aguas en el City se calmaron y todo volvió a la normalidad. O eso pareció.

En los primeros partidos de la temporada, Mancini y Tevez parecían dos novios reconciliados. El técnico italiano se mostraba encantado con que el Apache se haya quedado en el equipo. Pero, otra vez, apareció Agüero. El Kun irrumpió en Manchester y en los primeros 6 partidos metió 8 goles. En principio, la delantera era íntegramente argentina. No obstante, el Apache perdió el puesto con Edin Dzeko. A partir de ahí, la pareja italo-argentina comenzó a desmoronarse nuevamente.

El último capítulo fue el peor. Carlitos en el banco y el City en desventaja. Mancini lo llamó para que entrara en calor. Pero Tevez dijo que no. La reacción del entrenador fue determinante: “Si un jugador se niega a jugar, su ciclo en mi equipo está acabado”. En el viaje de vuelta, el italiano pidió que nadie lo molestara. El enojo no había pasado. Un día después, el delantero salió a desmentir la situación. Sin embargo, ni los hinchas ni los dirigentes le creyeron. Es más, el club lo suspendió por dos semanas; ni entrenamientos ni partidos para el Apache. Parece ser que el fatídico penal contra Uruguay marcó un antes y un después en la carrera de Carlos Tevez.

Por Federico Lamas y Pablo Amalfitano