Las Entrevistas de El Gráfico

El Maestro Tabárez, bonus de confesiones

El gran técnico uruguayo, entrevistado en exclusiva en la edición de octubre de 2011 de El Gráfico, y más reflexiones sobre la vida, los grandes equipos y el nacimiento del exitoso proyecto de Uruguay.

Por Redacción EG ·

28 de septiembre de 2011
Imagen OSCAR WASHINGTON TABAREZ, el Maestro. Un sentimiento para Uruguay y para el fútbol.
OSCAR WASHINGTON TABAREZ, el Maestro. Un sentimiento para Uruguay y para el fútbol.
Bonus web de la nota de tapa de la edición de octubre 2011.

Había algunas personas que cuando yo hacía mis últimos años como futbolista, y por el hecho de que yo a su vez era maestro de escuela, me decían que tenían que ser entrenador. Lo tomaba como un simple comentario. Pero en esos últimos años noté que muchos futbolistas jóvenes me buscaban muchas veces para conversar, plantearme algún asunto, pedirme una opinión. Y bueno, eso me hizo ver la posibilidad.

Como entrenador, una de las cosas que creo que tengo, porque es el objetivo, es profesionalidad. A uno le hacen un contrato para entrenar un equipo y conseguir rendimiento. El camino que uno toma para eso es la formación grupal, compartir la información, hacer todo en un clima de respeto, y procurar que también los dirigidos tengan esa profesionalidad que yo pretendo que sea un rasgo distintivo. Más o menos va por ahí. Lo demás, lo futbolístico, es ir viendo, ir leyendo, informándose y tratando de cada vez estar más preparado, aprender mucho.

A la hora de encarar un proyecto, primero que nada, hay que evaluar la realidad. Lo primero que había que hacer era entender cuál era la posibilidad de Uruguay como realidad futbolística en el concierto del fútbol mundial de estos días, que es muy distinto al de otras épocas en la que nosotros hasta teníamos una primacía futbolística, por ejemplo, en la primera mitad del siglo XX, cuando Uruguay estuvo invicto en competiciones de FIFA.

Medio siglo invicto no es para cualquiera. El problema es que aquel Uruguay era otro país y la relación con los demás países del mundo era diferente. Y establecíamos primacía no solamente en el fútbol, sino en sistema democrático, educación pública, en el bienestar, en el sentido de la pobreza, porque ser pobre en aquella época quizás era comer puchero todos los días, y no ciertas formas de la pobreza que ahora dan vergüenza. Entonces, la pregunta que nos hicimos fue esa, el análisis de la realidad fue ese, cómo hacemos.

En un país exportador de futbolistas, en un país tercermundista, teníamos que determinar un perfil de equipo. Basta con mirarse en los mejores equipos de este momento del fútbol para ver cómo juegan y qué hacen. Es así de sencillo. No solamente mirarlos, interpretarlos, y después, también definir un perfil de futbolista.

En función de todo esto trato de convencer, de persuadir, de generar trabajos colectivos que involucren a muchas personas y de sentirme parte de esa organización, pero como soy un simple entrenador, no puedo estar más arriba que otros estamentos, como por ejemplo, el sector directriz. Si hay cosas del sector directriz que no me gustan, o que considero que todavía son pasibles de mejorar, lo converso, dialogo. Es lo que debe hacer un entrenador y un educador. Ojo, según mi composición de lugar, no estoy tratando de dar clases.

En un deporte como el fútbol hay muchos imponderables, muchas cosas que ni siquiera dependen de la clasificación, del esfuerzo, y a veces ni del rendimiento. Empiezan a tallar otras cosas fortuitas. Y por eso siempre hay que estar sujeto a lo que dicte la realidad. Eso es fundamental. Inclusive a la hora de hacer análisis, planificaciones, hay que mirar la realidad y hay que interpretarla. Esta es la tarea de un estratega, en cualquier actividad, no solamente en el fútbol.

El Fair Play. En Uruguay tenemos la historia que nos juega en contra por errores que se han cometido en el pasado, por impotencia cuando no se podía obtener un resultado. Y esa misma fama que se ha hecho, yo creo que exagerada, cuando vamos a jugar, o íbamos a jugar, a muchos rivales les convenía intentar reflotarla. Y ahora hemos dado muestras en estos cinco años de que eso se revirtió.

En el Mundial fuimos uno de los equipos que menos tarjetas le sacaron, pese a ser uno de los que más corrió sin pelota y tener la mejor defensa del campeonato según las estadísticas de FIFA. Y todo esto dentro de una atmósfera de respeto, al espectáculo, a los rivales, a los árbitros, más allá de los errores que siempre se pueden cometer en un partido de fútbol.

No soy ni de andar haciendo frases ni de andar pegando mensajes en las paredes ni nada por el estilo. Respeto mucho otras técnicas que hay y otras formas de proceder pero yo trato de no quedar esclavizado frente a las frases hechas.

Hay muchísimos ejemplos de equipos que quedaron en la historia: la Holanda de los años 70, toda esta evolución del Barcelona, en la que también tuvieron mucho que ver los holandeses, con Cruyff, hasta llegar a esta versión actual que para mí es la mejor.

En este desarrollo actual del fútbol, la función del entrenador no le escapa a la del educador, fundamentalmente porque primero que nada, trata con un grupo de personas.

Es muy difícil comparar diferentes épocas. Cada prestación brillante de un equipo, tiene sentido en su contexto histórico. El 4-0 del Milan al Steaua en la final de la Copa de Campeones de 1989 fue una gran muestra, por eso lo solía mostrar a mis planteles. Videos como ese del Milan hoy son la mejor versión para resumir todo lo que ha ocurrido en determinado momento. No fue que llegaron un partido y jugaron así, sino que venían con un respaldo histórico de planificación, de la llegada de Berlusconi, de la aparición de Sacchi y una propuesta diferente a la que se venía haciendo, y de imponer y transformar a su equipo en parte de la historia del fútbol, por lo menos en la historia táctica. Lo bueno del desarrollo que ha tenido la informática es que todo queda y está a la mano de cualquiera que quiera informarse.

Si quiero formar un grupo, el respeto lo tengo que tener dándole el mismo espacio al que es famoso como al que no lo es. Por suerte, en este grupo de la selección de Uruguay, se ha demostrado que se puede. Cuando esos jugadores famosos tienen ese sentido grupal y ese liderazgo positivo, se facilitan muchas de las cosas y uno siempre sabe que está tratando personas. Porque siempre es a lo que hay que apuntar.

No es fácil ser familiar de un futbolista o un entrenador de cualquier deporte, a veces hasta de un político, supongo. Muchas veces sufren efectos de los que ellos no son para nada responsables. Acepto las críticas, es mi trabajo, lo que yo elegí, es parte de las cosas. La familia, no.

La entrevista completa a Oscar Washington Tabárez para la sección Confieso que he Aprendido aparece en la edición de octubre 2011 de El Gráfico, en todos los kioscos

Martín Mazur
Twitter: @martinmazur