Descubriendo a Rodrigo Battaglia

Pongase en situacion. Es futbolista y su madre lo lleva en auto a un entrenamiento de las Inferiores. Mientras esperan que el semáforo se ponga en verde, un rastrojero los choca de atrás. ¿La abandonaría en plena Avenida Juan B. Justo porque podría llegar tarde? Rodrigo Battaglia, sí. Atinó a acomodar el auto de Patricia –que había quedado compactado– a un costado de la calle y corrió rumbo a Vélez. La dejó allí, esperando a la grúa y a su marido, que fue al rescate.

El muchacho se desvivía por la pelota, sabía que era lo suyo y no quería fallar (ni faltar). También era buen alumno del colegio Padre Elizalde, donde fue abanderado. Nacido el 12 de julio de 1991, dio sus primeros pasos en clubes de su barrio, Ciudadela, hasta que se sumó a Los Latinos de Caseros. Después de un paso por el Club Villa Luro, se probó como nueve en las inferiores de Vélez y entró a la 13o categoría. Pasó a jugar de ocho y luego se consolidó como volante. En Séptima, el entrenador Manfredi lo descartó por la llegada de un cinco grandote (hoy, libre). El era muy flaquito y no tan alto (ahora mide 1,87). Desolado, se presentó en Argentinos, donde dieron muchas vueltas para decidirse. Entonces encaminó por Almagro. Allí tampoco pudo jugar mucho.

Sin coronita, se presentó en una prueba de Huracán y fue seleccionado entre 400 chicos. En febrero de 2010, entró a la Cuarta y cuatro partidos después, lo promovieron a Reserva. Apenas llegó Miguel Brindisi fue citado para concentrarse con el primer equipo para el partido ante Godoy Cruz. Le tocó ir al banco. Debutó en Primera en la fecha siguiente, ante Racing, cuando lloró mientras caminaba por el largo pasillo del Cilindro. Desde ese momento, fue inamovible. Brilló en la goleada ante San Lorenzo (3-0) y lo convocaron al Sudamericano Sub 20 de Perú.

Destacado por su buena técnica y amplia visión del juego, no falta quien lo compare con Pastore y Bolatti. Mientras él tiene la cabeza puesta en el Mundial de la categoría, muchos clubes importantes preparan ofertas para llevarse a este jugador exigente con proyección europea.

Alejandra Altamirano Halle