(sin categoría)

La hora de Bianchi

Su hijo acaba de confirmar que está dispuesto a sentarse con Grondona. El presidente de la AFA ya no tiene excusas para no llamarlo.

Por Diego Borinsky ·

22 de julio de 2011
Hasta el día de hoy, Carlos Bianchi le había dicho dos veces que no a la Selección (1998 y 2004) y, supuestamente, no iba a trabajar en la AFA por incompatibilidad de caracteres con Julio Grondona. “Cuando se vaya, puede ser”, solía deslizar por lo bajo el Virrey.
 
Hace unos minutos, en diálogo con Fox Sports Radio del Plata, Mauro Bianchi –hijo de Carlos- fue contundente: “Mi padre estaba dispuesto a hablar con Grondona en 2010 y lo haría ahora”. Cuando sobre el cierre del diálogo le preguntaron si a él le gustaría ver a su padre en la Selección en el Mundial 2014, Mauro no lo dudó: “Sí”.
 
Bien. De siete años a esta parte la sensación es que al mejor técnico argentino, el más ganador de la historia, ya no le interesaba dirigir. Con 61 años y cuatro nietos, ejercer de abuelo, disfrutar de los viajes y la vida en general, no podía competir con el deseo mayoritario de la población (la boquense en particular, la argentina en general) de verlo otra vez sentado en un banco de suplentes.
 
Con esta declaración de Mauro, que de ningún modo pudo haber sido dicha sin el consentimiento de papá Carlos, ahora la presión la tendrá Grondona. Las palabras de Mauro ya están rebotando en Internet y si las últimas encuestas casi no tenían en consideración a su padre porque no era un candidato viable, ahora ya rozan entre el 70 y el 80 % de adhesión. Bianchi hijo le acaba de avisar al ambiente futbolero que está con ganas y disponible. Al menos de sentarse a hablar con Grondona. Después, si su plan incluye sacar a Bilardo o dinamitar la Comisión de Selecciones, ya es otro tema. Por lo pronto, le acaba de mandar un mensaje rotundo al presidente de la AFA.
 
Argentina ha descarrilado desde la salida de José Pekerman. Primero se nombró a un DT al que se le había pasado su cuarto de hora y que encaja mucho mejor contando anécdotas en un café que dirigiendo (el Coco Basile). Luego se eligió a dos entrenadores (Maradona y Batista) sin una trayectoria como DT que ameritara sus nombramientos. Ahora suenan como máximos candidatos el Tata Martino, con correctos recorridos de equipo en el fútbol paraguayo y dos buenas producciones (en resultados, porque en juego fue muy pobre) en Mundial y Copa América; y Alejandro Sabella, que acumula menos de dos años trabajando como DT solista. Bianchi está muy por encima de ambos, con todo respeto.
 
¿Se imaginan la cara de los brasileños, recibiendo como anfitriones la Copa en 2014 y teniendo enfrente a Carlos Bianchi en una final, por ejemplo, un Bianchi que se cansó de ganarles una y otra vez en su país? Repasemos: vueltas olímpicas ante Palmeiras y Santos, para ganar las Libertadores 2000 y 2003; 3-0 a Vasco da Gama en Río de Janeiro por cuartos de la Libertadores 2001 (4-0 el global); triunfo por penales ante Palmeiras en semi de esta misma Copa; 4-2 a Paysandú en su cancha en octavos de la Libertadores 03 y empate en 0-0 frente a Sao Caetano en la Libertadores 04 (luego lo eliminó de local). Y la inmensa victoria ante el San Pablo de Telé Santana, por penales, para consagrar a Vélez campeón de la Libertadores por por primera y única vez en su historia. O sea: Bianchi, a los brasileños, los tiene de nietos.
 
Para volver a los días de gloria, hay que obrar con grandeza. Basta de improvisar. Es la hora de convocar al mejor técnico argentino. Es la hora de Bianchi (y ahora podemos afirmar que Bianchi quiere). Don Julio debe tomar nota.