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Diego Lugano, el símbolo charrúa
Es la cara principal de la garra uruguaya. Desde el fondo es el encargado de manejar la defensa celeste.
Hoy es el capitán de la Celeste. Respetuoso del lugar que ocupa, sabe lo que significa tener la cinta en su brazo. No sólo se ocupa de ser la voz de mando dentro de la cancha, sino también fuera de ella, llama y está a la expectativa de cualquier eventualidad que puedan pasar sus compañeros en sus respectivos clubes, con esos detalles se ganó el respeto de sus compañeros.
Como buen uruguayo, es muy común verlo luego de los entrenamientos con un termo debajo del brazo, principalmente cuando viene a jugar con la Selección – dificil imaginarlo en Turquia-, en esa rondas de mates se lo suele ver con Sebastian Abreu (otro gran personaje).
Cuando Lugano tenía 18 años el ni pensaba en la posibilidad de ser profesional, ya que hasta esa edad él jugaba los torneos del interior para el humilde Libertad de Canelones, al cual prometió volver, aunque sea 6 meses. Su amor por ese club se lo inculcó su padre, el verdadero Tota Lugano, quién estuvo en el plantel de Primera por más de ¡19 años! Todavía hay quienes le dicen al capitán charrúa que su papá era mejor que él.
Pero finalmente llegó el ofrecimiento de Nacional y el central aceptó la propuesta. Al principio le costó en el Bolso, tal es así que lo mandaron a préstamo a Plaza Colonia que, justamente, vivió su mejor año en la historia y fue la sensación de la temporada 2001/02. A principios volvió a Nacional, pero otra vez comió banco, ante esta situación no dudó y se fue al San Pablo.
En el club brasileño había estado más de 10 años sin clasificarse a una Copa Libertadores.
¿Extrañamente?, con Lugano en el club, San Pablo volvió a los primeros planos. En 2005, ganó Copa Libertadores, Campeonatos de Clubes y Torneo Paulista; En 2006, el Brasileirao. La conexión que se generó entre el defensor y el club es tan grande, que cada vez que mete un gol, su casilla de mails y de SMS se llena con felicitaciones de amigos brasileños. En un partido de eliminatorias en el Morumbí medio estadio gritaba su nombre. Impresionante.
En su país es casi un héroe, tal es el respeto que se ganó en la cancha, que recientemente le robaron el bolso con sus pertenencias. Sin embargo, al enterarse que el bolso pertenecía a Lugano los ladrones decidieron devolver todo. Ah, entre las cosas sustraídas había un celular, una billetera, ropa y….la biografía de Obdulio Varela. Aquel gran capitán del equipo que logró el Maracanazo. Mística como le dicen.
Federico Lamas