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¿Superioridad o inferioridad numérica?

La extraordinaria capacidad para arrastrar marcas de Messi deja siempre a la Selección con superioridad numérica, si es que la saben aprovechar.

Por Martín Mazur ·

16 de julio de 2011
Imagen MESSI SE LLEVA a tres. Sus compañeros deben saber ubicar los espacios libres.
MESSI SE LLEVA a tres. Sus compañeros deben saber ubicar los espacios libres.
Con fichitas y en una mesa libre, el clásico entre Argentina y Uruguay plantea un intersante duelo táctico en la mitad de la cancha. ¿Tiene un jugador más el equipo de Tabárez? ¿O le sobrará uno al de Batista?

A priori, partimos del 4-4-2 celeste contra el 4-3-3 argentino. Si Uruguay se escalona bien en el fondo, entonces quedaría en superioridad en el mediocampo. Cuatro contra tres en el medio, como sugiere el dibujo estático (está claro que los jugadores luego se mueven, por suerte), y un jugador que le sobraría a la Selección en defensa (cuatro contra dos).

“Yo en cambio no lo veo así”, sostuvo Fernando Gago. “Si nosotros somos tres por la zona del medio, generalmente vamos a encontrarnos con sólo dos de ellos, los dos internos. O sea que al final, podemos tener superioridad ahí. Los volantes por afuera uruguayos los veo más como una responsabilidad de los laterales nuestros”.

Pero dentro de ese esquema sugerido por Gago, los delanteros uruguayos quedarían mano a mano contra los centrales argentinos. En ese caso, el que debería sobrar para cubrir espaldas y piques al vacío es Mascherano.

Se trata de movimientos que requieren mucha práctica y trabajo para aceitarse correctamente. Lo lógico lleva a pensar que Zabaleta y Burdisso tendrán que turnarse con Suárez, quien suele ir por ese lado; y que entre Zanetti, Mascherano y Milito tendrán que tomar a Forlán. Así, Gago y Di María tendrían que presionar sobre el Ruso Pérez, el mejor distribuidor uruguayo, para cortar el circuito ofensivo.

Claro que el jugador que a priori puede romper todos los esquemas es Lionel Messi. Si arranca sobre la derecha pero tirado atrás, en diagonal, con sus movimientos obligará a retroceder a los volantes, tanto Alvaro Pereira como Victorino. Así, se romperá el orden uruguayo. Y el medio argentino tendrá amplia ventaja.

En el fútbol, dos más dos nunca es cuatro. Sobre todo, si Messi está en la cancha.