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Los acompañantes de Messi

Conclusiones del 4-3-3 que tuvo a Leo como centrodelantero, junto a Lavezzi y Di María en el primer tiempo, y a Agüero y Tevez en el segundo.

Por Martín Mazur ·

21 de junio de 2011
Con el arquero y el eje defensivo claro (Burdisso-Milito, con Mascherano como vértice alto), más Banega como abanderado del medio y Messi de centrodelantero, las dudas para el debut pasan por los laterales y los extremos, ambos grandes déficit del fútbol argentino en esta última década. En el partido contra Albania, Batista probó las posibles variantes en nombres y funcionamiento.

Veamos:

1) Zabaleta o Marcos Rojo. Jugaron un tiempo cada uno. El ex San Lorenzo se acopla mejor y más fácilmente a la mitad de la cancha. El ex Estudiantes es un lateral izquierdo más natural, con la ventaja de ser zurdo, y puede sorprender en velocidad; aunque todavía le cuesta terminar bien las jugadas y regresar velozmente a su posición. En cualquiera de las dos variantes, en la cancha estará Zanetti, por derecha con Rojo y por izquierda, como en el segundo tiempo contra Albania, si está Zabaleta. Ahora bien, el desafío de los dos que jueguen es transformarse en armas de ataque, contra equipos que naturalmente se cerrarán atrás. Son ellos los que deben marcar el cambio de ritmo, pasando por detrás a toda velocidad para romper el estatismo propio de un equipo volcado en ataque que no tiene muchos metros para resolver (salvo intervención divina de Messi). 

2) Tevez o Di María / Agüero o Lavezzi. Los unificamos porque integran la línea de ataque y entre ellos cuatro saldrán los dos acompañantes de Messi. Si uno piensa en extremos naturales, entonces lo más lógico sería pensar en los dos que arrancaron de titulares contra Albania: Lavezzi y Di María. Ambos pueden intercambiar posiciones sin problemas y ubicarse abiertos por derecha o por izquierda, indistintamente, para aprovechar ya sea el desborde para tirar el centro atrás o la penetración en diagonal a pierna cambiada, con perfil apto para el tiro. Lo que más les cuesta a ambos es cerrarse para quedar como referencia de área en el caso de que Messi abandone esa posición para acercarse al medio. Por la posición en la que juegan, pueden mostrar mejor su potencial cuando disponen de espacios y velocidad.

Si uno piensa en poder de fuego, entonces habrá que pensar en que Agüero y Tevez son, primero que nada, dos goleadores. Pueden jugar más cercanos a la raya, sí, pero siempre con el arco como mira. En ese caso, el equipo perderá desborde. Tevez se cierra indefectiblemente. De hecho, en un tramo del segundo tiempo discutió con Milito, que a lo lejos le marcó la posición. Da la impresión de que ni a los dos ex castigados de Batista, les gusta la idea de estancarse sobre la raya y aceptar mantenerse fuera del circuito de la pelota en algunos momentos, sin participar de las jugadas. Lavezzi, Messi y Di María lo toman como una circunstancia más natural, propia del on-off del mismo partido. Carlitos, en cambio, no puede estar en stand-by, corre a buscar la pelota, se impacienta y se desordena. Pero Agüero y Tevez, juntos o por separado, garantizan más poder de fuego en el área a la hora de intercambiar posiciones con Messi, o de tener que meterse en el área cuando Leo viene a buscar la pelota cerca de la mitad de la cancha. Y al contrario de Di María y Lavezzi, ellos conviven naturalmente con la falta de espacios, sin necesidad de que su estilo de fútbol se vea perjudicado. Pero sí necesitan, sin excepciones, que los laterales les pasen en velocidad para sorprender, cosa que les cuesta más a los volantes de las características de Banega, Gago o Biglia (no así Cambiasso). Y ahí volvemos a lo marcado en el punto 1.

Habrá que tener en cuenta que el primer partido es Bolivia. ¿Convendrá tener más desborde o más fuerza en el área?