Las Entrevistas de El Gráfico

Pepé Santoro, en primera persona

Emblemático arquero Rojo. Jugó 343 partidos, ganó 4 torneos locales y 8 internacionales.

Por Redacción EG ·

10 de mayo de 2011

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>> El error está cerca del fracaso. Y sobre todo en el puesto de arquero, en donde no pueden existir disculpas, porque no existen para el hincha. No pueden existir distracciones. Y se tiene que trabajar mucho para merecer el puesto.

>> El arquero es el jugador más completo. Antes se creía que el arquero era sólo eso. Hoy hay que saber no sólo usar el cuerpo, sino también las dos piernas, salir jugando. La exigencia es mucho mayor en todo.


>> No se puede hacer nada sin pasión. Yo aprendí jugando en los potreros y mirando a los grandes, como un Amadeo, un Rugilo, un Roma. De todos se aprende algo. Pero si uno no está enamorado de lo que hace, no sirve para nada.


>> Siempre se puede aprender. Yo había ganado todo cuando fui al Hércules de España. A los 33, tuve un entrenador de arqueros como Benito Joanet. Aprendí muchísimo y me di cuenta de que podía rendir mucho más.


>> En la vida, todo vale. Mi viejo era mecánico además de haber sido arquero. Yo trabajé bastante con él y, cuando empecé a jugar, me di cuenta de que a fuerza de ajustar tornillos y bulones y de laburar con los fierros, ¡tenía una tremenda fuerza en los dedos y en los brazos!


>> Las pelotas fáciles son las peores. Pensás que la tenés controlada y ¡zas!, se te escapa. Más hoy, porque son muy veloces, muy rebeldes, a veces hasta se piantan de las manos.


>> El peor delantero es que le pega fuerte. Los talentosos, muchas veces, quieren hacer “una más” y en eso la pierden. El que te cañonea es el más bravo. Me acuerdo de Luisito Artime... un error era gol. Otro que era bueno: Sanfilippo, le pegaba con las dos, te mataba.


>> La solidaridad no es una cosa de palabra, sino de hechos. Cuando El Pato Pastoriza era secretario del gremio de jugadores y se armó la huelga, a comienzos de los 70, fue una experiencia dura para todos. Yo era el capitán de Independiente. Fuimos unidos aunque estuvimos parados cinco partidos. Ahí entendimos lo que eran las necesidades de muchos compañeros. Y nadie aflojó.

 
>> Siempre se aprende del error. Una vez quise hacer una volada contra Vélez, se me escapó y gol. Resultado: nunca más. Otra, ante Estudiantes, pretendí retener una pelota y la perdí. Ibamos 0-0 y perdimos 1-0. Entonces traté, ante todo, de asegurarla bien, los chiches para otros.

 
>> Es difícil tener muchos amigos. Yo tengo un montón de conocidos, pero a los que son de verdad, amigos en serio, los cuento con los dedos de una mano: Chirola Yazalde, El Pato Pastoriza, que ya no están, Pipo Ferreiro, Perfumo...

 
>> Hay que saber valorar el presente. Y disfrutarlo. Yo ahora tengo dos nietos: Matías (8) y Candela (4). Me encanta estar con ellos. A mis hijos, por mis viajes y todo lo demás (gasté cinco pasaportes), no pude darles todo el tiempo posible, aunque a veces es cuestión de calidad, no de cantidad.

 
>> Es lindo ganarse la consideración de la gente. Por eso estoy donde estoy. Soy coordinador del Fútbol Profesional y entrenador de Arqueros en Independiente. Dirijo una escuela de directores técnicos en Lanús, lleva el nombre de El Nene Guidi, y por eso... la dirección técnica no es para mí, se vive demasiado a los sobresaltos. Hoy sos Gardel, mañana sos mala palabra.

 
>> Un arquero puede nacer, pero tiene que hacerse. Más allá de las condiciones físicas, si no tiene una gran autoestima y una vocación, no sirve para nada.

 
>> Cuando me aparté del fútbol, me equivoqué. En un momento dejé Independiente y me puse en un negocio con mi mujer y perdí mucha plata. Por suerte, volví a lo mío. 

 
>> Ante todo hay que pensar en el éxito. Las tentaciones son muy lindas, pero el objetivo debe ser otro. Llegar a algo.