(sin categoría)

El Huracán sigue soplando

Omar Narváez le ganó al puertorriqueño César Seda y, a los 35, demostró la vigencia de su estilo, su profesionalismo y su guapeza. Un Grande.

Por Carlos Irusta ·

18 de abril de 2011

Como decía Roberto Durán: “Viejo es el viento y sigue soplando”. No sabemos si considerarlo viejo a Omar Narváez, pero lo que sí es cierto es que El Huracán continúa fuerte y ganador. Lo demostró en Bahía Blanca, ante el puertorriqueño César Seda, 10 años menos que él, casi diez centímetros más alto e invicto hasta ese momento.
Número uno del ranking, Seda viajó a Bahía acompañado de casi una veintena de seguidores. Dispuesto a ganar sí o sí. Su equipo logró hasta que se utilizaran guantes mexicanos, que podían favorecer al retador. Sin embargo...
Narváez es Narváez, un boxeador fino, inteligente. “Es un radar humano –describió hace poco, el técnico mexicano Rubén Gómez, cuando charlamos con él en Las Vegas-. Sabe todo lo que sucede a su alrededor. Verlo en acción es un placer para los que sentimos saber de boxeo...”
Y tiene razón: es un placer. Y fue un placer verlo en acción ante Seda, un muchacho que suma ahora 21 peleas con una perdida. Venía invicto en 20 con 15 KO, claro que... solamente una vez hizo 10 asaltos. Entonces, Narváez, a los 35, puso todo su conocimiento y su veteranía en el ring. Y luego de perder los tres primeros rounds (casi un hábito, pues deja hacer a su rival para tomarle la medida) comenzó luego a mandar en el ring, ganando la iniciativa, sorprendiendo con largos cruzados de izquierda a la cabeza, rotando la cintura y obligando al “Oleeeeeeee” de la época de Nicolino Locche.
Para este escriba, ganó ampliamente Narváez. Porque boxeó más, porque hizo errar, porque conectó los mejores golpes, porque manejó los tiempos y hasta las distancias.
Guapo, sólido, fuerte y corajudo, el visitante salió en el último asalto a ver si lograba un golpe afortunado que diera vuelta una pelea sin sorpresas a la hora del fallo. No pudo ser. Ganó el asalto, pero no pudo superar a Narváez.
Mientras el equipo visitante aceptó hidalgamente la derrota sin protesta alguna, hubo tarjetas que tenían apenas ¡Un punto! Para el argentino. Lo cual significa que, de no mediar el descuento de una unidad en el quinto round por parte del referí norteamericano Raúl Caiz Jr, la pelea... ¡Hubiera sido un empate!
No es hora de polemizar sobre el fallo, ya que si los visitantes ni siquiera protestaron y, en cambio, se dedicaron a elogiar la alta calidad del argentino... ¿Hacen falta más comentarios?
Ganó Narváez, con su estilo exquisito que, sin embargo, es más discutido entre nosotros que entre los de afuera. Como si todavía, luego de 20 peleas de campeonato mundial y dos coronas conquistas, necesitara rendir examen.
De todas maneras, algo queda en claro y es que el Huracán sigue soplando...