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Bosman, el propulsor de una ley que lo llevó a la miseria

El ex jugador belga que revolucionó el mundo de las transferencias europeas vive gracias a un subsidio, en el garage de la casa de sus padres, intentando superar su adicción por el alcohol.

Por Redacción EG ·

22 de marzo de 2011

Imagen Bosman, 16 años después de propulsar la ley que lleva su nombre, contó su presente a The Sun.
Bosman, 16 años después de propulsar la ley que lleva su nombre, contó su presente a The Sun.
Casi 16 años después de la sentencia del caso que sentó jurisprudencia sobre normativa de transferencias en el fútbol europeo, conocida como Ley Bosman, el responsable de iniciar la querella vive de los 700 euros que recibe cada mes por subvenciones sociales, padeció depresión, fue alcohólico y quedó en la ruina. Así es la historia del ex futbolista belga Jean-Marc Bosman.
Corría el año 1990, cuando Bosman denunció a su club, el RFC Lieja, por reducirle su sueldo a más de la mitad e impedirle el paso al equipo francés Dunquerque, a pesar de que su contrato se había vencido. El jugador decidió recurrir a la FIFA y también a la UEFA para presentar una queja formal. Cinco años después el Tribunal Europeo de Justicia, dio una histórica resolución que les permitió a los jugadores profesionales europeos la posibilidad de cambiar de club al expirarse sus vínculos, actuando como agentes libres.
En declaraciones al diario The Sun, Bosman contó que después ese veredicto su vida cambió radicalmente. Pasó al Charleroi, en 1991, pero sólo le pagaban 1000 euros por considerarlo un riesgo. Cuando lo desemplearon, se separó de su primera esposa y se alejó, por ende, de la hija de ambos. Desde ese momento su vida entró en crisis: padeció depresión y comenzó a beber alcohol en exceso.
Mientras trata de recuperarse de su adicción, el belga vive en un garaje reacondicionado en casa de sus padres, en las afueras de Lieja, y no puede compartir techo con su actual pareja Carine, por temor a perder las prestaciones que ambos reciben. Ambos son padres de Martin y Samuel, de dos años y cinco semanas respectivamente. Según Bosman, son sus hijos quienes lo mantienen con vida.
“Busco trabajo, pero no lo encuentro”, confiesó ante el tabloide británico el hombre que dio un cambio radical al mercado futbolístico. “Wayne Rooney gana 200.000 libras por mí, pero yo vivo de un subsidio", afirmó.

Bosman contó que quiere poner un sitio web para promover el deporte amateur y le pidió al mundo del fútbol que reconozca su esfuerzo para que los jugadores de hoy cobren contratos millonarios, gracias a la lucha que el inició y le hizo perder todo.