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Un día en el mundo del Ajax

El fútbol cambia, pero el club de Amsterdam mantiene sus principios y desarrolla su academia basada en la técnica y en el 4-3-3. El Gráfico recorrió De Toekomst, la fábrica de cracks.

Por Redacción EG ·

23 de diciembre de 2010
Nota publicada en la edición diciembre 2010 de la revista El Gráfico

Imagen PASADO, PRESENTE y futuro. El desayuno de la reserva, entre trofeos, murales y el busto del guerrero mitológico que le dio el nombre al club.
PASADO, PRESENTE y futuro. El desayuno de la reserva, entre trofeos, murales y el busto del guerrero mitológico que le dio el nombre al club.
LLEGAR A UNA casa de sorpresa puede ser una buena medida para conocer realmente cómo es. Sin tiempo para que el dueño la ordene ni pueda esconder cosas debajo de la cama, lo que uno verá es realmente cómo se vive. Así, de sorpresa, llegó El Gráfico al corazón del Ajax, a sólo veinte minutos del centro de Amsterdam.

@ContRelI@A pocos metros de la estación Biljmer se ve una construcción sólida como un bunker, rodeada de canchas de pasto natural y artificial, y decorada en el horizonte por la figura del Amsterdam Arena, el estadio inaugurado en 1996.

“Bienvenido al futuro”, dice nuestro guía mientras estaciona su camioneta Mercedes azul y señala el edificio de dos pisos. No exagera: “De Toekomst, en holandés, significa literalmente ‘el futuro’. Cuando el club se mudó al Amsterdam Arena también dejó su centro de entrenamiento. Y así nació De Toekomst”. Cuatro grandes letras rojas en minúscula, amuradas al frente, marcan territorio: “ajax”. Son las mismas que aparecían, de fondo, en la foto del mítico plantel que forjó Rinus Michels en los años 70. Algunas cosas cambiaron mucho. Otras siguen igual.

Imagen DAVID ENDT, team manager del club, y el cartel de Bienvenidos de fondo.
DAVID ENDT, team manager del club, y el cartel de Bienvenidos de fondo.
Unos pasos y ya podemos sumergirnos en el mito. Este es el paraíso de las divisiones inferiores, el Shangri-La de los wings, la Meca del 4-3-3 y el fútbol total. Una parte de la historia del fútbol está aquí, en esta fábrica de cracks.

Nuestro guía por el mundo Ajax es nada menos que David Endt, team manager y personaje influyente, con 40 años dentro del club. Fue jugador de Inferiores en la época del Gran Ajax de los años 70 y llegó a la reserva, hasta que una lesión lo obligó a irse a un fútbol menos competitivo, el de Bélgica.

De regreso en el Ajax, trabajó en el área de marketing, en prensa, escribió varios libros y fue ideólogo de muchas iniciativas made in Ajax, como el famoso museo del club.

La arquitectura simple de De Toekomst responde con fidelidad a la concepción que tiene el club: todos los ambientes dan al exterior, a alguna de las 8 canchas de entrenamiento. “Es algo filosófico: nunca deben olvidar que todo está apuntado al campo, y todo lo que un jugador hace se refleja allí”, explica Endt, que ahora oficia de nexo entre todas las áreas del club. 

Imagen AULAS PARA aprender geografía, historia pero también táctica.
AULAS PARA aprender geografía, historia pero también táctica.
Son las 10 de la mañana y el plantel profesional está entrenándose. En un ratito empezarán a llegar los padres y familiares de chicos de Inferiores. No hay lugares vedados: todo está relacionado y la sensación de comunidad se fortalece. El plantel de reserva se dispone a desayunar en la cafetería, ubicada en la entrada del primer piso, donde también están las oficinas del técnico, la sala de videos, el restaurante, la cocina y aulas para los chicos que tengan deberes, con maestros a disposición.

El piso de abajo tiene vestuarios, utilería, lavandería, gimnasio y consultorios médicos. “Esto es como una gran familia, ves siempre la misma gente. Acá están todas las divisionales, los entrenamientos, vienen chicos de 4 o 5 años con los padres, la gente de administración, todos comen juntos. Es admirable”, refleja el volante uruguayo Nicolás Lodeiro.

Imagen MISTER AJAX. Es Sjaak Swart, un histórico del club.
MISTER AJAX. Es Sjaak Swart, un histórico del club.
Al Ajax no llegan jugadores a probarse, sino que es el club quien invita a los que hayan pasado un cuidadoso proceso de scouting. Tampoco fichan a nenes sudamericanos de 11 años, por más que gambeteen a lo Messi. “Hay un concepto que es básico: el Ajax cree en el jugador, pero no en el desarraigo de un chico. Cada uno debe desarrollarse en su ámbito natural, con una familia”, puntualiza Endt. Y revela que aquí no existe la pensión, un lugar en el que rige la ley del más fuerte. “Se comprobó que no es un ámbito ideal. Viviendo allí, quizás un chico se confunde, piensa que es especial y que ya triunfó”. En cambio, el club recluta personas para que oficien de familias adoptivas: “Un proceso muy cuidadoso que dio grandes frutos. Un joven llega con 15 años y vive en una familia tipo, va al colegio como cualquiera y tiene toda la contención necesaria”.   
 
Todas las divisiones juegan bajo la misma órbita, el 4-3-3 como sistema madre, transformable en 3-4-3. “Cuando son nenes, lo único que vale es la técnica. Luego, a partir de los 12 años, empiezan a tomar contacto con la parte táctica o la fuerza, pero muy progresivamente”, detalla Aaron Winter, ex jugador, hincha y técnico en la academia hasta el año pasado.

Los jugadores se ordenan por posición, pero también por sector: los de la derecha, los del centro y los de la izquierda. “El wing izquierdo puede jugar de volante izquierdo o de lateral izquierdo, para que conozca también sus otras zonas de influencia. Y a un defensor le puede tocar jugar de delantero, pero no es para transformarlo, sino para que entienda cómo es el juego ahí y desarrolle su mente. Siendo delantero, podrá entender cómo piensa un rival”, cuenta Endt. Así resume parte del programa conocido como TIPS, sigla que corresponden a técnica, comprensión, personalidad y velocidad. Al jugador no se le impone la mentalidad Ajax, sino que se le inculca hasta que la abraza y la defiende mejor que ninguno. La pelota está presente en todos los entrenamientos.

Imagen PAREDES REPLETAS. Los cuadritos con todos los jugadores Ajacied.
PAREDES REPLETAS. Los cuadritos con todos los jugadores Ajacied.
Las aulas tienen murales panorámicos del Ajax de Van Gaal en acción, donde se ve claramente la disposición táctica y la defensa plantada bien lejos del área propia. “Lo raro es que en este partido de la foto no jugó Danny Blind. Estaría lesionado”, se sorprende Michele Santoni, entrenador italiano que en el Ajax se desempeña como asistente de Martin Jol en el área de visualización. Santoni edita videos, lleva estadísticas y marca aciertos y errores. Como técnico joven que sabe usar la tecnología, quizás en poco tiempo vuelva al fútbol italiano para dar el salto. Pero estar en el Ajax, para él era una cuestión de sangre. “Mi bisabuelo, Couton, jugó en uno de los primeros equipos del Ajax. De hecho, en uno de los cuadros de equipos de principios de siglo él aparece. ¿Ve? Es este de aquí”, señala.

Imagen RIJKAARD, doble a la derecha. Todos los salones del club llevan nombres ilustres.
RIJKAARD, doble a la derecha. Todos los salones del club llevan nombres ilustres.
Los cuadros son mucho más que decorativos. De Toekomst es como un museo de la historia del Ajax, o sea, de la historia del fútbol holandés. En una foto se lo ve a Rinus Michels, en sus años de futbolista del club. En otra está el equipo profesional con un chico que parece la mascota. Pero es Johan Cruyff, el día de su debut en Primera. Hay otra que tiene al hermano de Cruyff, que no llegó a trascender. También se ve a quinceañeros posando en el estadio: Rijkaard, Van Basten, Kieft...

El concepto no deja de ser atractivo: si somos lo que somos, es gracias a ellos. Olvidar está prohibido. Mientras en el fútbol argentino pocos jugadores de hoy conocen lo que pasó en sus clubes antes de los 90, los chicos del Ajax se familiarizan con el club gracias a detalles tan comunes como los nombres de sus salones. Así, uno puede saber que el podólogo te espera en la sala Sonny Silooy, o que hay un periodista en la Wim Suurbier. Los carteles sobre las paredes son como señales de tránsito: Cruyff, Rijkaard y Swart a la izquierda; Keizer, Fischer y van Dijk a la derecha.

Imagen TODOS LOS salones en De Toekomst tienen visión hacia las canchas. Filosofía pura.
TODOS LOS salones en De Toekomst tienen visión hacia las canchas. Filosofía pura.
El lujo de las Inferiores está en el concepto educativo, no en lo material: aquí no hay ostentación, sino pasillos lineales con paredes de azulejos llenas de fotos. Nombre, debut, años en el club, último partido, presencias, goles. Los cuadros con los retratos de ajacieds, jugadores nacidos en el Ajax, no hacen diferencia, por más que uno sea Cruyff, 369 partidos y 271 goles, y el de al lado Ton Fens, un partido y un gol en 1964. Todos ellos inspiran a los jugadores de la academia actual. Y hay paredes libres, invitación a los cuadritos que vendrán.

“Este es un lugar que apunta al futuro sin olvidar su pasado. No vive de la gloria de otros tiempos, sino que la usa como combustible inspirador para las estrellas que vendrán”, sostiene Endt. Una especie de yin-yang entre lo que pasó y lo que vendrá, donde el equilibrio es el presente. Un presente con un plantel joven que está en permanente reconstrucción, porque Holanda es una víctima del mercado.

Aun así, el Ajax no pierde su fama ni su norte, comenta de pasadita Frank de Boer, que también trabaja en Inferiores. “Otros clubes tienen buenas academias que se inspiraron en la nuestra, pero la del Ajax sigue siendo un honor para cualquiera que participe. Cuando uno va al exterior, siempre le hablan del Ajax, de aquel de los 70 y el de los 90, nunca de otro club”.

Imagen LA OFICINA de David Endt, y la tapa de El Gráfico del 81.
LA OFICINA de David Endt, y la tapa de El Gráfico del 81.
Integrantes de esas dos generaciones doradas conviven con total naturalidad dentro de De Toekomst. “Cada dos décadas, al club le tocó pasar un período de reconstrucción y así llegó a lo más alto. Ahora mismo está pasando por ese proceso”, cree Sjaak Swart, récord de presencias (461, con 170 goles) en la historia del club y wing de la delantera con Cruyff, ahora parado contra la raya pero del lado de afuera. A Swart nadie lo saluda por su nombre: “Hola, Mister Ajax”, le dicen dos jardineros mientras se disponen a cortar el pasto y él rememora un gol que hizo en De Meer.

Aquel viejo estadio ya no está. Cuna de las mayores proezas de la historia del Ajax, hoy es un conjunto de monoblocks que le hace poco honor a la historia. Sólo queda visible el lugar exacto del círculo central. Enfrente se mantiene el pub Meerzicht, punto obligado antes de entrar a la cancha, hoy con ese aire melancólico propio de otro tiempo, donde todavía van algunos hinchas a ver los partidos. El Ajax es el único club de Amsterdam y también el más popular del país, con 40% de arraigo, según cuenta Cock Jol, hermano y asistente del técnico, en una oficina llena de pizarrones.

Imagen DE ADENTRO. El círculo central del viejo De Meer, hoy edificios de viviendas.
DE ADENTRO. El círculo central del viejo De Meer, hoy edificios de viviendas.
La oficina de Endt, en cambio, es como un minimuseo del fútbol. Allí están, por ejemplo, las llaves de De Meer, los anteojos de Edgar Davids, el botín que Maldini le rompió a Ibrahimovic en un cruce y una tapa de El Gráfico dedicada por Maradona, entre otras reliquias.

Colgados también se ven preparados todos los banderines que el equipo intercambiará en la Champions League, con la fecha alusiva de cada partido. Son bordados sobre cuero, un trabajo artesanal. “Cada uno vale más de 300 euros, los mandamos a hacer a un especialista en Inglaterra. Pero vale la pena. El Ajax es también eso, tiene una imagen que cuidar”, aclara.

Hablando de la imagen, los jugadores tienen una pantalla touch en cada uno de sus casilleros del vestuario: allí se les informa si tienen algún compromiso publicitario, entrevistas pautadas o actividades grupales. Si no, a casa.

La fábrica de la que salieron Cruyff, Van Basten, Rijkaard, De Boer, Seedorf y últimamente Sneijder sigue funcionando a todo vapor. Ahora que en el mundo faltan laterales, el Ajax tiene dos de primer nivel, Van der Wiel y Anita, que ya llegaron a la selección.

Lo sintetiza Aaron Winter: “Este club es como mi casa. Aquí me crié y crecí, cumplí mis sueños. Yo quería ser jugador del Ajax. Hoy muchos nenes tienen ese mismo sueño. Depende sólo de ellos”.
Así es la vida en el mundo del Ajax. Un club que le hace honor a su fama cada día. Incluso cuando uno llega sin avisar.

Por Martín Mazur, enviado especial a Holanda