Maradona y El Gráfico

Los excesos del pasado que lo colocaron al borde de la muerte y casi lo dejan sin presente

Estuvo en situación crítica, pero se sobrepuso. Recuperado, festejó los cuarenta a todo trapo: más de 500 invitados y champagne por doquier. Antes, presentó su libro, se realizó una supuesta cirugía en la frente y se fue a Cuba a iniciar un tratamiento contra su adicción.

Por Redacción EG ·

28 de octubre de 2010
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Cinco décadas, cinco momentos en la vida de Maradona retratados en las páginas de El Gráfico. Sus sueños, sus conflictos, sus reacciones, sus aliados y sus enemigos, entremezclados en este mosaico que se detiene en cinco estaciones -los 10, los 20, los 30, los 40 y los 50- de la vida del más grande futbolista de todos los tiempos.

(Producción: Ignacio Arias y Mauro Gurevich)

Nota publicada en la edición número 4231 de noviembre 2000 de la revista El Gráfico.


Imagen EL BAILE de la copa. Rodeado de champgne, Maradona festejaba sus 40. De fondo, Don Diego.
EL BAILE de la copa. Rodeado de champgne, Maradona festejaba sus 40. De fondo, Don Diego.




DIEGO A LOS 40



DIEZ POR CUARENTA

Definitivamente instalado en el centro de la farándula, Maradona concentró la atención periodística –incluidos los medios europeos- en un cumpleaños a todo trapo.

“Hablan de faltazo como si me tuviera que ir a entrenar con Almagro. Tengo 40 años; no juego más”. Firmado: Diego Maradona, 30 de octubre de 2000. Sí, Maradona cumplió los 40, dio una conferencia de prensa en la que repartió duro y parejo, y se fue a disfrutar de su fiesta. Lo medios no lo dejaron pasar. Hubo recuerdo y conmemoraciones, pero también adulaciones y severas críticas. La mayoría se hicieron eco de las declaraciones del Diez, pero algunos cubrieron su cumpleaños como si se tratara de la final del Mundial.

Olé le dedicó la doble central y con tono alegre hizo una crónica sobre lo que pasó en la conferencia de prensa y en la fiesta. Además adaptó el clásico “medallero” para los hechos destacados de la noche.
Diario popular también le dio una página al festejo “rodeado de amigos”, que incluyó “una lista de 500 invitados que escribió de puño y letra Guillermo Coppola”.

Pasión hizo un recordatorio de cómo festejó cada uno de sus cumpleaños desde su debut en Primera, en 1976. El periodista Natalio Gorín opinó: “Le toca ahora, a los 40 años, ser por siempre feliz. Gozar la vida, como antes no pudo, por su culpa, por nuestra culpa. Que pueda disfrutar lo que ganó con legítimo derecho… Que los dioses del fútbol no lo abandonen jamás”.

Dos páginas después, el que lo abandonó fue el mismo periodista, criticándolo por no haber ido a la cancha a ver a Almagro. Otra que los dioses.

La Gazzeta de Milán fue breve pero tiró al fleje: publicó el saludo que Diego Jr. Sinagra -hijo de Maradona, según reconoció la justicia italiana- mandó por e-mail a dodici.com. Decía: “Aunque nunca me has abrazado te dese feliz cumpleaños”.

Imagen DESCONTROL. Con un look desfachatado, el Diez celebra junto a Claudia Villafañe.
DESCONTROL. Con un look desfachatado, el Diez celebra junto a Claudia Villafañe.
Clarín aprovecho que Almagro jugaba el domingo y adelantó el homenaje para ese día con 40 facetas de la historia de Maradona. El final complaciente de Julio Chiappetta no coincidía con el resto de la nota: “¡Feliz cumpleaños, señor fútbol!”.

El diario napolitano II Mattino se centró en los años felices de Diego en el Napoli. De los últimos tiempos apenas hizo una mención, antes de desearle una vida feliz a Maradona (10)”.
En contraposición figura el Guardian inglés. Simon Kuper le dio duro. Dice que “con su cuerpo en caos por la droga, aunque quiera, el héroe argentino nunca podrá tener una vida tranquila”. Y señala: “El viernes (sic) cumple 40. Se espera que muera pronto… Pronto puede morir. Los héroes argentinos suelen morir jóvenes: Gardel, Eva Perón, Che Guevara y el cantante Rodrigo”.

La prensa española mantiene su apetito por una probable vuelta de Pelusa (todavía lo llaman así). As dio como casi un hecho que iba a jugar el Clausura. Marca hizo un recorrido similar al de II Mattino, pero enfocando su vida desde 1990, es decir su peor momento. Sport de Barcelona habló que “el Pibe se fue a un local de baile apenas bajó del avión y plantó a su equipo (por Almagro)”. Pero del cumpleaños no se enteraron.

Un mosaico auténtico. El mosaico que mejor refleja lo que significa y genera Maradona.

Nota publicada en la edición número 4239 de enero 2001 de la revista El Gráfico.

VIVIÓ EL 2000 A MIL
Diego Maradona fue el personaje más buscado por los medios periodísticos durante el año. Él contribuyó bastante.


“Maradona no es una persona cualquiera”, dice la canción de Calamaro. Por si cabía alguna duda, el 2000 lo comprobó con sobrados ejemplos. El más evidente es el de los periodistas, que corrieron detrás del Diez y su troupe por medio planeta porque sabían que es un generador constante de noticias. Y diego fue, por robo, el personaje más seductor para las páginas deportivas y de las otras.
¿Rápido repaso? En enero, el Diez se fue a Punta del Este. Varios lo siguieron esperando alguna de las bombitas con su firma. Pero lo internaron de urgencia y el dossier “Maradona-peligro de muerte” comenzó a sumar centimil. El foco se trasladó a Buenos Aires, con Maradona todavía atontado, aunque murmurándoles a los periodistas que lo entrevistaron en ese estado que “Pelé debutó con un chabón”. Mas condimentos para la ensalada: que el falso médico, que su corazón, que la droga sí, que la droga no, que le dan el alta, que se va a Rusia, a Tanzania, a Burma... Al final fue directo a Cuba, inflado como una piñata, rubio platinado hasta las cejas. Y mientras apostaba por su recuperación, comenzó a recibir visitas de distintos programas. Algunos fueron con invitados (Versus le llevó a Rodrigo). Otros, como Sorpresa y Media, le bajaron una señal de satélite para que desde allá pudiera ver el fútbol de acá. La caja de Pandora del Diez tenía más para ofrecer. Los medios, más y más espacio para darle.
El buscador digital de La Nación, por ejemplo, ubicó 471 textos con la palabra Maradona en el 2000.
Actuó en Los Buscas; se puso en forma en menos de un mes para homenajear a Matthäus; reconstruyó en México el gol a los ingleses; volvió a Cuba y dijo que no vendría al país por mucho tiempo, pero regresó por la muerte de Rodrigo y aprovechó para jugar en la despedida del Pato Aguilera en Uruguay... Un respiro y seguimos. Presentó su libro, festejó los 40 años en una megafiesta; más su supuesta separación y su supuesta cirugía en la frente; sin olvidar su arreglo (¿también supuesto?) con Almagro, que le dio al club más fama mundial que al Milan por unos días...
Y faltaba más. La entrega de su pasaporte cubano; la elección de la FIFA al mejor jugador del siglo y la polémica con Pelé; el abrazo con Blatter y Platini; la aparición de su moneda; la presentación de sus compacts; las críticas a Blatter y a Platini...
Que quede claro: a nivel periodístico, Maradona es capaz de sacarles agua a las piedras y opacar cualquier noticia. Siempre hay periodistas agazapados esperando sus idas y venidas, sus ataques o alabanzas, sus fiestas, su eternamente promocionada vuelta al fútbol, alguna chance de dirigir a la Selección Argentina o a la de Kuwait, y por qué no una pelea mano a mano con Saddam Hussein. Con Maradona todo puede ser. Empieza el 2001. Y Diego va por más.