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La nuestra, la de ellos

Argentina se encamina a formar un equipo compacto basado en la defensa, con mucho músculo e inspiración limitada a 3 jugadores. ¿Alcanza en un Mundial?

Por Martín Mazur ·

15 de marzo de 2010
Un tiempo después de la eliminación argentina en Corea-Japón, Daniel Passarella admitió públicamente que le habría gustado decirle a Marcelo Bielsa algo que él había experimentado por cuenta propia: en las eliminatorias, a los sudamericanos se les gana jugando a la europea, pero para ganarles a los europeos en un Mundial, la receta no sirve. A los europeos, dijo Passarella, hay que ganarles jugando a la sudamericana. O sea, mucha posesión de pelota, rotación, armado más lento, juego asociado por abajo, cambio de ritmo, gambeta y apariciones por sorpresa.

Hoy, que tanto se piensa en que para ganar un Mundial habrá que pelear los partidos basándose en la solidez de la defensa, con el 4-1-3-2 como estandarte, cabe preguntarse si nuevamente no se está errando -o apresurando- el análisis.

En ese sentido, repasando una entrevista a César Menotti en El País, en 1978, una respuesta parece  tener poco y nada de anacrónica: "En esas giras nos dimos cuenta de que cuando nos ganaban ellos era porque jugaban mejor al fútbol. No porque fueran más ligeros ni porque saltaran más. Ningún 'tronco' que corría mucho nos ganó nunca. Siempre nos ganaron los habilidosos. Los que tocan bien, los que jugaban como nosotros. O mejor, pero dentro de nuestras características. Los que se llevaban todo por delante no nos ganaron nunca. Al contrario, rogábamos para que hubiera muchos de ésos. Lo que pasa es que cada vez aparecían más de los otros. Es ahí donde nos dimos cuenta de que el secreto de ellos estaban en lo mismo que lo nuestro. Buenos jugadores de fútbol. Durante años nos pasamos discutiendo, vivimos teorizando si jugáramos con fuerza o sin fuerza, y cuando faltaban quince días, poníamos lo que había a mano más rápido para resolver los problemas, buscando que no nos complicara el periodismo que siempre hacía preguntas  pedía cuentas... Y así, a la cancha. No ganamos nunca. A nada. Y de pronto, esos mismos jugadores que no habían hecho nada, salían a Europa y eran figuras, y Argentina de repente estaba regalando 360, 400 goles de delanteros argentinos que goleaban en Europa. Y en la selección, no hacíamos un gol ni de casualidad".

Conclusión 1: Ojalá que el faro mirando al Mundial no sea el partido contra la Alemania del choque, sino el baile que Argentina se comió contra la España del toque. Si es así, la gran ilusión de ganar la Copa tendrá más alternativas de convertirse en realidad.

Pero si el esquema de Uruguay y Alemania se mantiene, con 4 centrales en la línea de fondo, lo que habrá que hacer en el famoso mes previo antes de la Copa será maximizar las capacidades ofensivas de todos, para que la gestación del equipo no quede limitada a la inspiración de tres jugadores -Verón, Di María y Messi-, que si no están finos dejan aislado a Higuain y a Argentina sólida atrás pero sin ideas adelante. Se vio contra Alemania: Higuain tuvo una sola oportunidad y la concretó. Di María tuvo dos. Messi, arrancando casi de 8, no pudo ni pisar el área grande una sola vez.

Y para esto, vale otra respuesta de Menotti de hace 32 años, tras la victoria ante Holanda, demostrando que el fútbol cambió muy poco, y anticipando lo que pueden estar pensando los técnicos rivales: "Para proteger el contragolpe, regalábamos hombres en el fondo nuestro pero regalábamos a los más incapaces de ellos en el fondo, los que no nos podían complicar. De los cuatro en el fondo que tenía Holanda, sólo uno nos podía complicar, que era Krol. Los dos volantes se iban a tirar atrás y entonces nosotros tomamos a Krol con Luque, los dos punteros nuestros marcando a los dos volantes que se retrasaban, y los dos volantes nuestros a los dos punteros de ellos, Resenbrik y Rep. Y Gallego tenía que trabajar arriba del número nueve, que es un jugador que se tiraba atrás. Eso me dejaba cuatro jugadores libres en el fondo: Tarantini no tenía marca, Olguín tampoco, Galván estaba más libre que ninguno... Estabamos marcando a todos y nos sobraban cuatro, por lo que esos cuatro eran fundamentales para el ataque argentino. No quedaban atrás para defender, esos cuatro eran para atacar, para sorprender, porque no tenían compromiso defensivo".

Conclusión 2: será importante que Otamendi y Heinze sepan aparecer por sorpresa, que Samuel o Demichelis se desprendan con pelota en movimiento, porque cobertura de Mascherano no faltará nunca; que Jonás haga diagonales a la izquierda y Di María termine alguna jugada de nueve bis. Así, con todos esos movimientos de distracción, Messi tendrá más posiblidades de aparecer solo en la puerta del área para terminar las jugadas como lo hace en Barcelona. Y hasta podrá darse el lujo de errar dos fáciles primero para después meter tres imposibles, como lo hizo en el 3-0 contra el Valencia.