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¿Quién miente?

La TV Pública y su inédito sistema de medición de barreras conspiran contra su propio producto y les hacen pasar papelones al relator del pueblo y los demás integrantes del Fútbol para Todos.

Por Martín Mazur ·

26 de febrero de 2010
En ese juego enfermizo de demonizar a los medios que desde hace un par de años lleva a cabo el Gobierno Nacional, es cuanto menos curioso que sean las transmisiones de fútbol de la TV pública las que en definitiva le den la razón al matrimonio presidencial respecto de la distorsión abusiva de la realidad a la que cualquier televidente es sometido, dependiendo del director de turno.

El Fútbol para Todos, pensado y conducido por Marcelo Araujo, miente. Lisa y llanamente, engaña a los televidentes con un desparpajo que sorprende. ¿Se habla de las publicidades sobre kilómetros de ruta de dudosa construcción? No. ¿Se habla sobre la primaveral visión de los clubes que otorgan sus informes especiales? No. ¿Se habla sobre la cuestionable decisión editorial de no mostrar incidentes en las tribunas para evitar la realidad? No. ¿Se habla de los furcios del autodenominado relator del pueblo o su comentarista? No. ¿Se habla de los ridículos llamados telefónicos de celebridades que asegura recibir el mismo relator durante los partidos? Tampoco.

De lo que aquí se habla es de algo mucho más básico, contrato elemental en la relación que un televidente de fútbol pretende establecer con la transmisión de un partido, cuando decide sintonizar un canal que lo transmite. Se habla de que lo que se vea dentro del aparatito sea lo que está pasando en la cancha. Ni más ni menos que eso.

Desde que empezó este campeonato, las transmisiones de Fútbol para Todos decidieron implementar un sistema de medición de barreras (instrumento que no es necesario y cuya ausencia no generaría ninguna queja) que conspira contra la realidad del partido. Antes de un tiro libre, para mostrar el circulito que gira, lo que hacen es poner una imagen diferida. Unos pocos segundos, sí, pero diferida.

Así, por ejemplo, nunca se vio un gol de Argentinos Juniors contra Boca. El jugador estaba por patear y de repente, corte mediante, se vio la pelota dentro del arco de Abbondanzieri. Esto se repitió en diversos partidos: luego de la aparición del circulito, para "tapar" la argucia de la imagen diferida, la TV Pública intentó utilizar un paneo en primer plano de alguno de los jugadores en el área, para luego, sí, retornar a la imagen en vivo. Claro que si el ejecutante del tiro libre no demora lo suficiente, el truco queda en evidencia. 

Hace un rato, en Boca-Estudiantes, hubo que padecer nuevamente el bendito adelanto tecnológico del Fútbol para Todos. Araujo demostró ser tan buen relator que supo adelantarse a todas las jugadas de pelota parada: relató intentos de Desabáto o rechazos de Luiz Alberto antes de que los tiros libres se hubieran ejecutado, según lo que se veía en la imagen. Ni Mariano Closs, capaz de adelantarse a las jugadas más finas, llegaría a tanto.

"Hasta cuándo van a seguir con estas pelotudeces", dijo el mismo Araujo en el partido de Boca-Estudiantes. Hablaba sobre un lateral que no quiso hacer Jesús Méndez, para esperar la llegada de Barroso. Hablaba de eso. Sería bueno que, puertas para adentro, tenga el mismo ímpetu a la hora de hacer que las transmisiones mejoren. O al menos, que dejen de mentir.