Las Entrevistas de El Gráfico

Claudio Bieler: siempre Liga

Sus goles explotaron en el exilio. Ganó la Libertadores, fue subcampeón del mundo y levantó la Recopa Sudamericana con el gran equipo de Quito. Aunque soñó con vestir la albiceleste, aceptaría nacionalizarse ecuatoriano para jugar un Mundial. Ah, la suerte también le sonríe en el casino...

Por Redacción EG ·

15 de diciembre de 2009

Nota publicada en la edición noviembre 2009 de la revista El Gráfico.

Imagen DE PASO por Buenos Aires. Bieler está en la historia grande del fútbol ecuatoriano.
DE PASO por Buenos Aires. Bieler está en la historia grande del fútbol ecuatoriano.
ANDUVO POR LA ELITE del fútbol argentino como si fuese un pasajero en tránsito. La superpoblación de atacantes sabaleros lo excluyó de la competencia interna y exhibió garantías en la B Nacional. Su declaración jurada ya denotaba sacrificio, inteligencia, guapeza y pases a la red. Sin embargo, sacó boleto de ida rumbo al exilio. Ofició de artesano en el placer de multitudes en busca de prosperidad. Si bien se consagró con el Cacique chileno, subió aún más metros en Sudámerica y recaló en Liga Deportiva Universitaria, de Quito, campeón ecuatoriano en aquel entonces, y destino prometedor. Su premisa era construir la carrera. “Estaba lejos de la familia y los amigos, pero busqué progresar, ser feliz y tener continuidad. Hago mi vida como no quiero, a la distancia, aunque sé que viviré tranquilo y en paz dentro de diez años”, admite Claudio Bieler.

El fenómeno del santafesino surgió al unísono con el crecimiento internacional de Liga, institución modelo de Ecuador para el mundo. La transformación no se generó de la noche a la mañana, sino que el proceso comenzó a gestarse hace diez años. La dirigencia ordenó elementos vitales: desarrolló un plan estratégico, trazó objetivos concisos, aumentó el volumen de la infraestructura e hizo hincapié en las divisiones formativas. “El desarrollo de Liga es impresionante. Hernán Bollilo Gómez hizo un trabajo bárbaro en el seleccionado ecuatoriano, donde el futbolista empezó a creer en él y en sus posibilidades. A eso se le agregó un club organizado, de dirigentes serios, que cumplen con determinados caminos establecidos. Así se compite bien estructurado en el plano internacional fuera de la cancha. Adentro, se cuenta con futbolistas ecuatorianos que tienen confianza en sí mismos y extranjeros que aumentan el potencial del equipo”, resume Jorge Fossati, quien atraviesa su segunda etapa como entrenador del Albo.

La enorme explosión de Taca se produjo del año pasado en adelante, cuando empezó a defender los colores del elenco de La Casa Blanca. El foráneo pisó fuerte en suelo ajeno y lo adoptó como propio. Rompió los moldes del anonimato y se transformó en un eximio criminal del gol. Bajo la conducción de otro argentino, Edgardo Bauza, en 2008, abrió la serie final frente a Fluminense para luego gritar campeón de la Copa Libertadores y anotar el primer tanto del encuentro ante Pachuca en las semifinales del Mundial de Clubes, certamen en el que terminó segundo al perder la final con Manchester United. “Todavía no caigo, no alcanzo a tomar la real magnitud que tiene haber sido campeón de América. Se mezclan sensaciones raras porque estás contento, pero no entendés mucho. Es como si fueses un chico con su primer juguete -anticipa Bieler, y prosigue-. Haber logrado quedar segundos en el mundo a nivel clubes es importantísimo. Superamos al Pachuca, pero con el Manchester se nos hizo bravo, en especial por la categoría de sus jugadores. Perdimos 1-0, aunque jugamos un buen partido. Me topé con gente que jamás imaginé cruzarme. Me marcó Rio Ferdinand, pero (Patrice) Evra me impactó. Es un jugadorazo por la manera de moverse, su desplazamiento y su salto”.

Su semblante no se modificó este año. Asesino serial en el torneo local ecuatoriano, le otorgó soluciones en la Recopa Sudamericana al entrenador, Jorge Fossati, quien salió campeón con Liga de la competencia doméstica en 2003. Fijó su apellido en la estadística en ambas victorias frente a Internacional (1-0 en Porto Alegre y 3-0 en Quito) para obtener su segundo título continental. “Maduramos en cómo jugar la Copa. Encaramos los partidos de otra manera, porque si te quedás en alguna final, lo podés lamentar toda la vida. Es un plus para nosotros. Ahora nos valoran aún más”, revela quien tiene de referente a Juan Román Riquelme.

El presente mágico del Albo no es pura liga. Sus galardones no sólo cotizan por su peso específico, sino también por ser el único conjunto de Ecuador en conseguirlos. “Causamos una revolución a raíz de nuestro fútbol y de los títulos. Somos el mejor equipo ecuatoriano; y el tercero de Sudamérica detrás de Estudiantes y San Pablo. Ya nos miran con otros ojos e hicimos historia. En cuanto al juego, definimos un estilo que trata de manejar con criterio la pelota, hacerla circular y lastimar por afuera. La fórmula es el trabajo y la humildad. Nos acostumbramos a ganar. El que subestima a Liga, pierde”, confiesa a sus 25 años el hombre que se siente más cómodo en un esquema de 4-4-1-1.

DE ORIGEN HUMILDE, con su padre policía y su madre portera de un colegio, forjó sus características en Huracán Fútbol Club, institución de Vera, ciudad natal del noroeste santafesino. Allí debutó a los 13 años en Primera de la Liga Verense y, tiempo después, se presentó en el recordado Torneo Argentino C. Disfrutó su travesía en Renato Cesarini y la sufrió en Rosario Central, donde le robaron sus pertenencias en la pensión de Granadero Baigorria, situación que lo alejó por decisión propia del Canalla y del fútbol. “Estaba dolido, volví a Vera, me alejé de la actividad durante dos meses y retomé mis estudios. Pero apareció el Negro Oliva, que me convenció para que regresara a las canchas y jugara en Colón de San Justo. De ahí, salté a Colón de Santa Fe y me cambiaron de puesto: de enganche a delantero”, afirma.
Sin interferir en su producción futbolística, se las rebuscó de adolescente con el fin de autoabastecerse. “No alcanzaba el dinero y salí a trabajar. Hacía plantines y, cada 500 que armaba, ganaba 15 pesos. Ponía la tierra en el plástico de la planta, metía el plantín con la florcita y acomodaba. Era una tarea costosa, pero importante”, dice el segundo de un cuarteto de hermanos integrado por tres mujeres más.
Ya en el Sabalero, experimentó una concentración con Alfio Basile, debutó en Primera el 4 de marzo de 2005 con interinato de por medio (Newell's 1-Colón 1), cuando asomaba Gerardo Martino como técnico entrante. Tapado por Esteban Fuertes, Germán Denis, Raúl Estévez y Darío Gandín, entre los más destacados, emigró hacia Atlético de Rafaela y se proclamó como el goleador de la Crema al convertir 16 tantos en la temporada 2006-2007 de la B Nacional, lo que le valió su pase a Colo-Colo. Ahí conquistó el Clausura 2007, aunque no brilló individualmente.
 
QUITO PASO DE SER la tierra esperanzadora a su lugar predilecto. Las anécdotas ofrecen la muestra. “Ocurrieron dos situaciones llamativas después de obtener la Recopa. Mi familia vino a visitarme y fuimos de paseo al casino. Metí veinte dólares en la maquinita y gané mil. Se prendieron todas las luces; una locura. Era la primera vez que me sentaba, toqué un botón y logré el premio mayor. Luego, viví un hecho increíble con un hincha. Una vuelta iba para el entrenamiento, había tráfico y un tipo no paraba de insultarme. Al ganar todo, me vio un día, paró su auto, se cruzó, me hizo bajar el vidrio y se me arrodilló pidiéndome perdón (risas). Más allá de esto, la gente me respeta, me quiere y me recibe excelente, como si fuera un ecuatoriano más”, describe.
Imagen LOS GRITOS con Liga se hicieron una costumbre.
LOS GRITOS con Liga se hicieron una costumbre.
-¿Qué te falta todavía?
-Salir campeón del torneo de Ecuador y de la Sudamericana, jugar en el fútbol europeo y disputar un Mundial.
-¿Con qué seleccionado: el argentino o el ecuatoriano?
-Hay gran cantidad de jugadores argentinos de capacidad técnica, y el fútbol ecuatoriano no es demasiado visto. Entonces, la oportunidad de vestir la albiceleste, lo que uno sueña de chico, es remota. Al destacarme en Ecuador, me observan más allá, y si me ofrecen nacionalizarme, bienvenido sea. Aún no me lo propusieron, pero si viene el llamado, aceptaría gustoso.
-¿Genera bronca saber que si hubieras realizado la mitad de lo que hiciste en Ecuador, pero en la Argentina, hoy tendrías una chance en la Selección? 
-Un poco. No me dieron oportunidades en Colón; y si las hubiera tenido, quizás habría rendido como en Liga. Encima, Maradona les dio minutos a los muchachos del fútbol argentino hace poco. Podría haber estado ahí.
-¿Por qué te destapaste en Liga?
-Al principio, me adapté a la altura e igual tenía altibajos. Bauza y Fossati me apoyaron cuando no hacía goles, sumé continuidad, agarré confianza, me brindé siempre, nunca me caí del todo, mantuve una mentalidad ganadora, demostré por qué tenía que estar entre los once y reventé.
-¿Te quedan deudas pendientes en el fútbol argentino?
-Sí. Ojalá surja la posibilidad de jugar en un grande. Y si no es así, retornar en algún momento a Colón o Rafaela.

LA CASA BLANCA LATE. El hincha de Liga no se cansa de retribuirle su devoción. Compañero de otros dos argentinos destacados -Norberto Araujo y Claudio Graf-, edificó su imperio en el fútbol ecuatoriano. Delantero de goles épicos, desenfundó su capital más preciado frente a Lanús en los Octavos de final de la Copa Sudamericana. Cuatro tantos, tres en Quito y uno en Buenos Aires, y a cobrar. Su casaca, la 16, se convierte en mítica. Fanático de la caza, la pesca y el mate, impuso su melodía en Ecuador. Suena la cumbia de Los Palmeras y Los Reyes del cuarteto, Claudio Bieler se mueve y provoca emociones. Talento de exportación.

Por Darío Gurevich / Foto: Emiliano Lasalvia.

Algo personal

NOMBRE COMPLETO: Claudio Daniel Bieler. 
FECHA Y LUGAR DE NACIMIENTO: 1º de marzo de 1984 en Vera, provincia de Santa Fe.
EDAD: 25 años. ALTURA: 1,80 metros. PESO: 77 kilos.
TRAYECTORIA: Colón (2005-2006), Atlético de Rafaela (2006-2007), Colo-Colo (2007), Liga Deportiva Universitaria, de Quito (2008-2009).
TITULOS: Torneo Clausura 07, con Colo-Colo (Chile); Copa Libertadores de América 08 y Recopa Sudamericana 09, con Liga de Quito (Ecuador).