Las Entrevistas de El Gráfico

Juan Ramón Carrasco: "Para Maradona debe ser aburrido ver a su equipo"

El ex futbolista y entrenador uruguayo no se calla nada y responde las 100 preguntas de El Gráfico. Asegura que no dice bolazos, que el tiki-tiki lo inició él y que le encantaría dirigir en Argentina.

Por Redacción EG ·

15 de diciembre de 2009

Nota publicada en la edición noviembre 2009 de la revista El Gráfico.

Imagen Dirigiendo a River de Uruguay dejó afuera de la Sudamericana a San Lorenzo.
Dirigiendo a River de Uruguay dejó afuera de la Sudamericana a San Lorenzo.
1 ¿Sos o te hacés un poco? ¿Si soy qué? ¿Si soy diferente? Sí, soy diferente. Lo fui como jugador, también lo soy en las respuestas que doy en las notas y en cómo dirijo a mis equipos. Depués, el que acá es frontal o auténtico dicen que es loco, y nada que ver. Se quiere crear una imagen de mí que no es. Te puedo decir que Carrasco no es ningún loco, ni atolondrado, ni dice cualquier bolazo.
2 “Carrasco es un Quijote para pelear el contrato y Sancho Panza para entrenarse”, dijo un dirigente cuando jugabas en River. A mí me hicieron una fama tremenda, hablaban de mis desplantes en vez de hacerlo de mis goles y de mi magia. Me pasa hasta el día de hoy, cuando me hacen notas. El problema es que era derecho y en el fútbol es más común ver tipos con cintura para durar, o que piensan todo diez veces antes de declarar. Yo tenía los huevos bien puestos para hablar.
3 “Un caso de escopeta”, tituló El Gráfico en 1981. ¿Exageraban? Mirá, te la explico corta: yo, si no estaba a gusto, lo decía, quizás otro por cobrar el sueldo se deja transgredir y que le tocaran el culo. Yo no me dejaba.
4 ¿JR Carrasco tiene algún punto de contacto con JR Ewing, el villano de Dallas? No, soy un tipo transparente que no actúa con malicia ni vive de la desgracia.
5 ¿Quién es Juan Ramón Carrasco, entonces? Un tipo de fútbol, que le pone pasión y convicción a lo que hace. Y que disfruta de su trabajo todos los días.
6 ¿Sabés de memoria en cuántos equipos jugaste? Creo que son 14, aunque no sé cuántas veces en cada uno, salvo en Nacional, donde tuve 5 etapas. Creo que es récord Guinness. Jugué en Nacional, Peñarol, Bella Vista, Rampla Junior, Danubio, Rocha y River, todos de Uruguay. River y Racing de Argentina, Cúcuta de Colombia, Marítimo de Venezuela, San Pablo de Brasil, Tecos de México y Cádiz de España. ¿Estamos en 14, no? Todos en Primera, salvo un año en segunda con River de mi país. Me quedé con la promesa de subirlo. Metí 15 goles en 15 partidos y subimos.
7 ¿En qué año? ¡Ah, nooo! No me preguntes por años, ni sé la edad que tengo. Y ojo que no es complejo de nada, eh. Es medio pintoresco el tema, todo el mundo me dice: “¡Cómo estás, eh! ¿te conservás en formol?”. Estoy a destiempo, entonces como salgo favorecido por el aspecto, para qué voy a andar diciendo la edad. Como jugador decía que la edad es el rendimiento dentro de la cancha, y también pasa que vos conocés gente de 20 años que parecen de 40.
8 ¿En tu cumpleaños no ponés velitas? Pongo una simbólica. Yo tengo tres edades: la real, la que aparento y la que digo. La que digo es de acuerdo con la mujer que está a mi lado. Y Claudia tiene 35.
9 ¿Qué equipo disfrutó al mejor Carrasco? Nacional y el River argentino, por el paladar futbolístico, que era acorde a mi modo de jugar. Igual, hoy les aconsejo a mis jugadores que hagan de cuenta que están en el equipo que soñaron siempre, es la mejor manera de que les salgan las cosas.
10 ¿En qué país disfrutaste más del fútbol? El  más lindo es el de Argentina, cuando no existía esto que se ha sobrepasado, la violencia. Es el más lindo por la pasión que despierta, la fiesta de las tribunas, el color. Eso no lo vi en ningún otro país, salvo un poquito en Brasil.
11 ¿Quién era tu ídolo de pibe? Ildo Maneiro, el 10 de Nacional. Siempre fui hincha de Nacional y cuando empezaba mi carrera estuve con él, y le conté que era mi ídolo. El me dio manija con los técnicos del primer equipo para que me hicieran debutar en Primera. Y al final lo hice con 16 años.
12 ¿Apodo de pibe? Pita, porque cuando iba a la escuela arrancaba pitanga de los árboles. La pitanga es una fruta chiquita, como un granito de maíz, muy dulce y te mancha a cantidad. Yo llevaba la túnica (traducción: guardapolvo), siempre manchada de rojo. También la boca, por eso me quedó Pita. Hoy, si me doy una vuelta por Sarandí del Yí, mis amigos de infancia dicen: “Ahí vino el Pita”.
13 Definí a Sarandí. Una ciudad muy acogedora, que vive del campo y el ganado, que tiene como costumbre típica el raid hípico. Están los clubes con sus billares, sus futbolitos (metegoles), y ahora con las maquinitas. Tiene 6 mil habitantes y hace un tiempo la declararon ciudad. Ya no es más pueblo. Voy cada tanto, porque todavía tengo a mi mamá y a muchos amigos.
14 ¿De qué trabajabaste? De nada, por suerte mis padres no nos hicieron faltar cosas. Soy el más chico de cuatro hermanos. Mi papá, Juan Carlos, era albañil y agarrador en las esquilas de ovejas. Era famoso por su fuerza, y por eso muy bien cotizado en el rubro. El que tiene la máquina de esquilar siempre busca a un agarrador fuerte y resistente. Y así era mi padre. Y mi mamá, Ramona Torres, era ama de casa. De los dos nombres de ellos dos surgió el mío, Juan Ramón.
15 Heredaste la fuerza de tu viejo, ¿no? Sí, tengo mucha fuerza natural. Igual, la futbolera de la familia era mi vieja, ella me insistió para que viniera a practicar a Montevideo, porque no se acostumbraba hacerlo en esa época. “Andá a buscar tu futuro”, me decía. Yo no estaba muy afín de venir: cursaba tercero de secundaria, practicaba atletismo, y la pasaba entretenido con el fútbol en Sarandí, estaba apegado al pueblo, pero mi madre insistió y vine con 15 años.
16 Y casi te volvés. Al principio comía salteado porque no se le daba trascendencia a los juveniles, hasta que llegó Miguel Ignomiriello y los dignificó. Nacional debería hacerle un monumento a Don Miguel. No me pagaban y comía salteado, así que decidí volverme y justo ahí llegó un vecino de Sarandí a visitarme, con una carta de mi madre, y me convenció para que no me fuera.
17 ¿Es cierto que en Nacional te la pasabas jugando al truco? Mentira, a las cartas no jugaba, yo jugaba siempre al casin, que es como el billar pero con cinco palitos en el medio. En Buenos Aires iba con Víctor Hugo Morales a Los Billares, de Callao y Corrientes.
18 La pegada tan fuerte que tenías, ¿se trae o se adquiere? Se trae y la podés perfeccionar. Yo le daba fuerte de chico pero como vivía en Parque Central, a dos cuadras de la cancha de Nacional, me quedaba siempre pateando desde distintos sectores.
19 De pibe practicaste salto en alto y lanzamiento de bala, ¿te sirvió para el fútbol? Me sirvió en el sentido de la vocación del deportista, en tratar de ganar en todo lo que compitiera. Siempre me gustó ser el mejor, que no es lo mismo que decir que sos el mejor. Algunos me lo han cambiado.
20 ¿Cuántos hijos y nietos tenés? Del primer matrimonio están Juan Carlos, Naike y Makarena; después tengo un argentino, Jonatan Jossen, que vive en Carlos Paz, y de mi matrimonio actual, con Claudia Finkbein, tengo tres hijas más: Melanie, de 15, y Aymara y Aylin, mellizas de 4. Y tres nietos: Dieguito (16), Yara (9) y Juanita, de un año.
21 Llegaste a 10, te falta uno para armar el equipo. Falto yo, si todavía estoy para jugar... No, no (risas), ya fue, era divino jugar, pero estoy del otro lado.
22 ¿En Nacional, los hinchas te acompañaban hasta tu casa? Yo siempre fui hincha de Nacional y vivía en un departamento en la calle Secco Illa, cerca de la cancha, donde ahora vive mi hijo. Muchas veces salía del estadio, me iba caminando y me acompañaban los hinchas hasta casa.
23 ¿Por qué te costó tanto adaptarte a Buenos Aires, cuando llegaste a River? Porque en Uruguay yo era titular e idolatrado, la gente me acompañaba a mi casa, y en mi primera salida al exterior, de repente no me tenían en cuenta, me sentía relegado, y entonces sólo esperaba el fin de semana para irme a Montevideo.
24 Hubo varios problemas por tus viajes no autorizados a Uruguay. Es que no estaban acostumbrados a eso, además River había pagado una fortuna por mí, hubo miles de reuniones para poder tenerme. Yo era un jugador de técnica, de fútbol, de goles, y de garra. River venía de perder una final con Independiente y cuando dijeron que habían ido a buscar la garra que le faltaba al equipo, no cayó nada simpático en el plantel. Era como que a River le faltaban huevos y nos llevaban a mí y a De Los Santos para tenerlos.
25 ¿Por qué se dilató tanto tu pase a River? Es que yo no andaba como loco para irme, estaba muy cómodo en Nacional. Lo mismo me pasa hoy como técnico: estoy en River de mi país y muchos podrían pensar que vivo desesperado por ir a la Argentina. Nada que ver. Me gustaría, y me hablaron de varios equipos, pero hay que esperar el momento justo, porque estoy muy cómodo y no soy de los que se van ante la primera oferta. Soy bastante particular. Lo fui como jugador y lo soy como técnico, ya te lo dije.
26 ¿Pero no te tentaba jugar en River en aquel momento? Sí, pasó que hubo miles de reuniones por la plata. A De Los Santos le ofrecieron 10 veces más que en Nacional y arregló en cinco minutos. Conmigo quisieron hacer lo mismo pero no pudieron. Me ofrecían 45 mil dólares y yo quería 130 mil, el representante me decía que estaba loco. Lo terminó arreglando Samuel Ratinoff, el que hacía las giras de Pelé. Terminamos en 107 y medio. Y con un cierre de película.
27 ¿Qué pasó? Después de muchas reuniones, vino Aragón Cabrera, el presidente de River, me dio la mano y me dijo: “Lo felicito, ya es jugador de River, espero sepa administrar los 130 mil dólares, que es mucha plata”. Miré al representante y el loco, que me había ofrecido 45 mil, no sabía dónde meterse. No te digo el apellido porque no me gusta pegar en el piso y antes de hablar mal o de serrucharte, me callo. De ahí fuimos al escritorio de Miguel Restuccia, el presidente de Nacional, un fenómeno de persona. Empecé a juntar los fajos y dije: “Yo tendría que quedarme con los 130 pero como soy de palabra, me llevo 110 y con el resto hagan lo que quieran”. Y los dos y medio que me sobraban, se los di a mi viejo.
28 ¿Qué recordás del 5-2 en la Bombonera, del Metro 80? Que en el entretiempo, Labruna me pidió que diera todo porque me iba a sacar a los diez minutos. ¡Qué raro! Entonces fui, hice dos goles y les metí dos asistencias a Ramón Díaz y al Negro Ortiz para que hicieran los suyos. Cada vez que yo jugaba bien o metía goles, para Labruna era un compromiso, porque se sentía muy paternal con sus jugadores. Alonso era su preferido.
29 ¿Cuál era la clave para que se entendieran tan bien con Ramón Díaz? Se dio espontáneamente por nuestras características: mi pegada y su velocidad para el pique. No hubo ningún trabajo. Es todo lo contrario de lo que intento inculcar como entrenador: yo hago todo para que un jugador sepa cuándo picar, cuándo triangular, que tenga todas las opciones en la cabeza. Quiero que mis equipos sean de Play Station, que se manejen con un botón. El cráneo es el técnico y el jugador se mueve como un robot.
30 ¡¿Cómo un robot?! Si un técnico te decía eso a vos, lo mandabas al demonio. No lo lleves para el lado irónico, pensalo por el lado de un equipo en el que potenció las características de cada jugador, y donde cada uno descansa en la enseñanza del DT. No soy un dictador: “Vos sos un robot y hacés lo que yo digo”. No. Trato de que de mitad de cancha en adelante los jugadores se automaticen y sepan jugar de memoria y no que todo pase por la inspiración del momento, que es lo que teníamos con Ramón.
31 ¿Te volviste a cruzar con Ramón? No, porque no soy de ir a visitar a los equipos si vienen a mi país, no me gustan las relaciones públicas, no me va eso de ir a manguear o charlar, soy más bien reservado.
32 ¿Y con Alonso, te viste de nuevo? Sí, y todo bien, ningún recelo. Nunca nos peleamos, en realidad, más allá de algún tiro libre que me sacó y por el que lo increpé, porque de la derecha pateaba él y de la izquierda, yo.
33 ¿Cuántas veces los hinchas te confundieron con Passarella? Todo el tiempo. Mirá que no soy de regalar elogios pero Passarella era un tremendo jugador y es un tipo derecho, sano, pero claro, viste, yo también tengo mi ego (risas), entonces me calentaba. “Sos hincha de River y no conocés a tus jugadores; yo soy Carrasco”, les contestaba.
34 ¿Passarella era de los que te hablaban para que no te calentaras con Labruna? Los que más me aconsejaban eran Jota Jota y el Mostaza. Los dos me tenían simpatía porque eran muy hinchas de River y sabían que yo era flor de jugador. Me decían: “Vos, Uruguay, te la vamos a pasar porque tenés una potencia impresionante, te sacás dos tipos de encima, tenés unos huevos bárbaros”. Yo me sentía respaldado por ellos, aunque después, y con cierta lógica, me hicieron el vacío por solidaridad con Labruna. Yo era muy frontal, demasiado auténtico, y sumale mi temperamento y la juventud. No dio para más.
35 ¿Cuántas veces te levantaste del banco de suplentes y te fuiste? Una sola, en cancha de Vélez. Y lo hice porque Labruna faltó a la palabra. Lo habíamos charlado en la pretemporada. Le pedí que si iba al banco, al menos me metiera 15 minutos. Que si no me iba a hacer entrar, prefería que pusiera a otro y yo me iba a mi casa. Viste que hay algunos jugadores que se conforman con eso, aunque sea con estar y cobrar el premio. Bueno, yo no. Entonces cuando faltaba 20 minutos de ese partido le pregunté a Talamonti, el ayudante, cuánto iba. Le pedí, en voz alta, para que escuchara Labruna, que cuando faltaran 15 me avisara. Al rato pregunto y me dice que faltaban 10. Me levanté y me fui. La gente empezó a corear mi nombre porque pensó que entraba y, cuando me metí en el túnel, vinieron los insultos a Labruna. Mis compañeros me dijeron que les había tirado la gente en contra y tuvimos que aclarar el asunto. Yo les expliqué que Labruna no había cumplido lo hablado. Y no era que ponía a un soquete, eh.
36 ¿Cuál fue el cortocircuito final? Aragón hizo una reunión con el profe, Labruna y yo. Ellos decían que no querían venderme, que Alonso ya estaba grande, que el hincha se identificaba conmigo y que podía ser como Walter Gómez. “Si soy tan bueno, ¿por qué no me ponen, entonces?”, preguntaba. Pedí que me vendieran porque veía que todo seguiría igual y tampoco quería tener esa distancia con mis compañeros.
37 Metías muchos goles de tiro libre, ¿cuál era la clave? Con la pelota de ahora metería más, porque se mueve un montón. El tema es saber entrarle al balón y estar con confianza. Yo sabía que si pasaba la barrera, el golero no llegaba, porque el balón bajaba de golpe.
38 ¿Es cierto que en River tus compañeros no te dejaban patear los tiros libres para que no te lucieras? Yo trato de predicar con el ejemplo ante mis dirigidos. Para patear un tiro libre, debés tener un crédito, no es que decís: “Le pego yo porque soy más guapo o tengo más años en el club”. No: patea aquél que hizo méritos y aquel que se queda a perfeccionar. Dejemos algo en claro, porque sino seguimos con la historieta esta de que Carrasco es medio loco, y es bravísimo y yo, la verdad es que estoy en otra etapa. Soy frontal y transparente, sí, y sé que eso me puede jugar en contra. Y tengo muy claro que aquel que es falso y se maneja con el periodista, cuyo equipo después no juega a nada pero que grita los goles con la hinchada, o le paga a la hinchada, suma puntos. Yo, no. Andá y hablá con los dirigentes y jugadores a los que dirigí y a ver qué te dicen: que Carrasco no te va a traicionar, que es un tipo de buen corazón y dice las cosas de frente.
39 ¿Sentís que esa etiqueta te puede perjudicar como técnico? A ver si me entendés y orientamos la nota: parece que Carrasco es un loco de la guerra o dice cualquier boludez. No. Yo tengo una propuesta futbolística, que es 3-3-1-3, y todo está avalado por cómo juegan mis equipos y los goles que meten. Mis equipos siempre terminan como los más goleadores de los campeonatos.
40 ¿Cuántas veces te agarraste a trompadas con un compañero y cuántas con un dirigido? Como técnico estoy a años luz de pelearme con un jugador, sería una falta de respeto para el resto de sus compañeros. Y si alguna vez me tengo que pelear con alguien, lo haría donde no me viera nadie.
41 ¿Por qué quedó, entonces, esa imagen tuya de compadrito? Vos dijiste: es una imagen. Falsa imagen. Tengo mi temperamento y soy de afrontar y de pedir explicaciones, pero siempre con respeto. Ahora, si me venís a pegar, te vas a encontrar con el problema, aunque no soy de buscar el problema.
42 ¿Ya cobraste la deuda de Racing? Me la fueron pagando pero no era ni cerca de lo que me correspondía.
43 ¿Cómo fue la apuesta por los 20 goles? Pasé a Racing y les aposté a mis amigos de Sarandí que llegaba a 20 goles en el Metro 81, el que ganó Boca con Maradona. Me faltaron 2, quedé atrás de Chaparro y adelante de Diego. No llegué a 20 porque la única manera para que me pagaran en Racing era no jugar, así que falté a varios partidos. Aparte, contra Boca, en el último me expulsaron a instancias del línea y no tenía nada que ver. Estaba todo armado para que saliera campeón Boca y yo era el desequilibrante, por eso me echaron.
Imagen COMPARA su juego con el de Riquelme.
COMPARA su juego con el de Riquelme.
44 ¿Por qué jugaste tan poco en la Selección? Tenía la etiqueta de jugador complicado y era facilísimo prescindir de mí y poner a otro con mejor prensa. Además, como no tuve la suerte de salir campeón en mis equipos, por ahí alguien se fija en la trayectoria y llama a otro, aunque por ahí la dejás carozo en tu equipo sin ser campeón. Si el fútbol fuera como el tenis o como el ajedrez, yo jugué para salir campeón del mundo muchas veces.
45 ¿Jugar en Peñarol no fue una traición? De todas las macanas que me mandé en mi vida, que deben haber sido muchas, porque el que no tiene aspiraciones y es conformista, nunca se va a equivocar, lo único que no volvería a hacer es jugar en Peñarol. Lo hice porque estaba caliente con los dirigentes de Nacional.
46 ¿Cómo te recibieron los de Peñarol siendo un símbolo de Nacional? Bien, porque una vez que me pongo la camiseta la defiendo como corresponde. Vieron que no fui a robar la plata y me apoyaron.
47 ¿Los hinchas de Nacional todavía te pasan facturas por el gol que le metiste a Defensor y que le permitió a Peñarol ganar el quinquenio? Para nada. Primero, que no le permitió nada, porque después Peñarol le ganó de pedo a Cerro sobre la hora y recién ahí jugó la final para ser campeón. Además, el jugador debe tener siempre la obsesión de ganar, aun en los picados. Para atrás, yo no juego. Antes, prefiero no presentarme.
48 ¿Tu hijo Juan Carlos sigue trabajando con vos? Sí, es técnico y ya salió tres veces campeón del torneo uruguayo con la tercera: una vez con Fénix y dos con River. No fue futbolista, pero no es ningún boludo con la pelota, sabe bastante. Yo no le inculqué que fuera jugador, insistí para que estudiara, pero cuando antes de retirarme armé el famoso Dream Team, un equipo de jugadores libres, a mi hijo se le despertó lo del fútbol. Le aconsejé que hiciera el curso de entrenador, porque ya estaba grande para ser jugador, y lo incentivé para que en el futuro dirigiera conmigo. Por eso hoy trato de que sea el calco de lo que pienso como DT.
49 ¿En Uruguay podés ser entrenador sin haber sido futbolista? En mi época tenías que tener hasta tercer año de liceo (secundaria) y algunas exigencias como dominar la pelota, tirar corners, tiros libres y, claro, después estudiar y pasar el curso. Porque ahí tenés psicología, biomecánica, son dos años que hay que darle duro, no te regalan nada. Fijate qué curiosidad, porque futbolistas enormes como Pato Aguilera o Ruben Sosa, que no terminaron la escuela, no pudieron hacer el curso ni ser técnicos. Es una gran injusticia.
50 ¿Qué fue el Dream Team? Como no había arreglado con nadie y quería mantenerme en forma, armé un equipo con jugadores libres. Jugaba y trataba de ir afinando lo que hoy es una realidad, plasmar una idea futbolística. Al equipo lo tenía muy disciplinado a pesar de que no se pagaba nada, pero quería que tuvieran muy clara la idea que les quería inculcar, por eso era muy exigente. Jugábamos contra los equipos de Primera, con una tabla paralela. El nombre se lo puse pensando en el Barcelona de Cruyff. Y lo armé porque estaba convencido de que tras retirarme iba a ser técnico, entonces como estaba bien físicamente, podría aprovechar e ir haciendo las dos cosas. Duró 2 o 3 años, después arreglé en Rocha, donde jugué y dirigí al mismo tiempo y ahí sí me retiré.
51 ¿Alguna vez te sacaste a vos mismo siendo DT y jugador de Rocha a la vez? Claro, tenés que pregonar con el ejemplo y ser más autocrítico que nunca.
52 ¿No tenés aspiraciones de dirigir a un club más grande? Llevo tres años en el mismo club, una rareza, y me quieren hacer contrato como a Ferguson. Por el estilo de mis equipos, con velocidad, técnica y muchas jugadas de gol, sería el súmmum dirigir en un club de Argentina, pero no es una desesperación porque económicamente estoy muy bien, incluso mejor que muchos técnicos argentinos. En todos estos años, tanto en Fénix como en River se vendieron muchos jugadores a Europa en millones por mi estilo ofensivo de juego: Ligüera, Hornos, Stoyanoff, Lagos, Méndez, Carlos Sánchez, Robert y Darío Flores, Urretavizcaya, entre otros muchos.
53 ¿Por qué rotás al capitán? Si la cinta te da un plus, quiero que ese plus lo sientan todos los jugadores del plantel. Nunca pienso que mi equipo va a pelear un descenso, sino lo contrario, entonces sacarse una foto con la cinta de capitán es participar de un logro. Todos los jugadores de un plantel deben tener voz y voto, no sólo el capitán.
54 Decime otra particularidad de tus equipos. Los tiros libres y penales, los tiran los delanteros. Es una manera de incentivarlos y obsesionarlos con el gol. El delantero vive para el gol, si lo hace otro, bienvenido, pero para algo están los roles en un equipo. Son como las piezas en un motor: los que están para que no te hagan goles, los que deben recuperarla y dársela a los de adelante y los que la deben meter. Entonces, si el delantero está con la pólvora mojada, de repente empieza a meterla de penal y endereza sus zapatitos. Mis jugadores saben que el que va goleador del equipo va a patear todos los penales. Y si no está el goleador, lo patea el jugador al que le cometan el penal. Y si el penal se lo hacen a un defensor, elijo yo al mejor de los cuatro, entre los tres delanteros y el enganche.
55 Un postulado más de tu credo. Los cambios. ¿Por qué muchos quieren cerrar partidos poniendo a un defensor por un delantero? Yo pongo delantero por delantero, porque si no, le das campo y pelota al rival. Lo mismo cuando en una Copa los equipos van a defenderse de visitante y recién atacan cuando están desesperados. ¿Por qué no jugás igual acá y allá? No me creo el dueño de la verdad, aclaro, porque sino parece que descubrí el fútbol.
56 ¿Por qué hacés más foco en la ofensiva? Construir un edificio te lleva toda una vida; romperlo lo hacés en un abrir y cerrar de ojos. Por eso hacemos hincapié en las jugadas de ataque, para jugar a mucha velocidad pensando en el arco rival. Y para mecanizar esos movimientos.
57 ¿Es un mito, entonces, que tus equipos juegan con un solo arco? Ojalá fuera así, porque querría decir que siempre estamos atacando. Acá te subestiman y te dicen que sólo pensás en un arco. Y no, porque desde que perdemos la pelota, la quiero recuperar lo más rápido posible para atacar de vuelta.
58 ¿Cuántas jugadas de ataque tenés? Tenemos 24 jugadas mecanizadas, pero cada una con sus opciones, y llegamos a 150 o 200. Empiezan desde que el equipo sale del fondo. Defensivamente, mi equipo presiona sobre la pelota y si llegamos más que el rival quiere decir que la recuperación está aceitada. Pero en las prácticas, según mi modesta opinión, hay que gastar el tiempo en qué debe hacer el jugador con la pelota para automatizar los movimientos, ¿me vas llevando? La mayoría de los técnicos pasan horas y horas trabajando en la parte defensiva, para mí eso es gastar tiempo.
59 ¿Cuál es tu sistema táctico preferido? Me gustan el 3-3-1-3 o el 4-2-1-3, cuando enfrento a un rival más pesado. Con el primero siento que estás bien defendido y estás ultraofensivo. Para mí es importante tener siempre 5 atrás (los 3 defensores y 2 del medio) y atacar con los 4 más un volante, o sea, con 5.
60 Definite como DT. Mis equipos tratan de defenderse con el balón, no entran a dar patadas ni a hacer tiempo, no está formado por grandotes fisicudos sino por habilidosos que tocan de primera. Me siento como pez en el agua peleando cosas importantes, con la obsesión de rozar el éxito en todo momento. Apunto a llegar mucho al arco rival. Y a que cada jugador, cuando tiene la pelota, sea de Play Station, con todas las opciones posibles en la computadora de su cabeza para jugar de memoria.
61 ¿Te identificás con el tiki-tiki de Cappa?  Te aclaro que a mi River se lo identificaba así mucho antes que a Huracán, y estoy estudiando hacer una demanda (risas). Yo decía: “A mí me gusta jugar al tiki tiki y no al pumba pumba”. Y quedó. El tema es que tiki tiki suena a algo gracioso, y para mí de gracioso no tiene nada, porque son horas y horas de trabajo, hay mucho cráneo metido en esto, mucha transpiración. Yo no soy de los entrenadores teóricos, me gusta mostrar cómo se pega, cómo es el cambio de ritmo, entonces me meto y transpiro. Mi idea futbolística es barroca, no clásica, una idea con muchos recovecos, no se trata de un pelotazo para adelante o un centro a la olla.
62 ¿Usás algún método de motivación en particular? Está el “Vamos arriba que sos el mejor”, pero para mí la mejor motivación es el trabajo, que el jugador esté respaldado por las opciones que le damos. En el discurso, apuntamos a la elaboración para ganar y no para no perder, al revés de la mayoría. Y exigimos mucha disciplina táctica. Con eso, podrían pasar de ganar 100 dólares a ganar mil. Esa es la motivación. Cuando asumimos, los jugadores venían en ómnibus a entrenarse. Hoy, el estacionamiento del club parece un shopping.
63 ¿La sanata que les diste hace poco a tus jugadores fue pour la galerie? ¡Cómo sanata! Nooooooo, estás loco, todo lo que hacés tiene un sentido. Yo apuntaba a la filosofía de juego con la idea pelota-cuero-vaca-pasto, a que la pelota no fuera por el aire. Y sobre todo buscaba desdramatizar, bajar la adrenalina de un partido con 30 mil personas en contra. Lo de las cámaras fue porque querían hacer algo diferente conmigo, desde el día antes del partido hasta la charla, para mostrar lo que despierto. Me filmaron en mi casa y en el estadio. Me lo pidieron, eh.
64 ¿Qué pasaba si un jugador se te reía en la cara? La idea también es poder sonreír, que el jugador se olvide de los nervios que lo frenan, sacarlo del bullicio. Ojo: eso lo podés hacer si tenés la credibilidad del trabajo y los resultados, y te tomás una licencia para hacer algo diferente.
65 ¿Cómo te llevás con la prensa de tu país? Asumo que sin dejar de ser como soy, cambié un poco; ahora manejo más el gris, cuando la situación lo amerita, y trato de dejar pasar alguna. Siempre fui apetecible para el periodista, tengo mucha convocatoria, hacer notas conmigo gusta. Ir al psicólogo me ayudó bastante en todo esto. Jamás me imaginé que podría ir.
66 ¿Cuándo empezaste a ir? Después de la Selección, porque esa salida no fue por lo deportivo sino por un tema de la prensa, como teníamos cortocircuitos lo dejaron sin opciones al presidente Figueredo para que me sacara. Ahí me di cuenta de que debía cambiar mi modo de relacionarme e ir al psicólogo me ayudó un montón. Hoy me sirve para disfrutar mucho más a mis hijos. También me aportó en el vínculo con los jugadores.
67 ¿Vas a ser DT de Nacional alguna vez? Si hacés una encuesta entre los hinchas, robo por muerte. El tema es que todavía no tengo la decisión. Cada 10 personas con las que me cruzo por día, el tema es Nacional y la Selección. “¿Cuándo volvés?”, me preguntan.
68 ¿Te alegra la debacle de Peñarol? Ganó 1 de los últimos 10 campeonatos uruguayos. Yo no disfruto de las desgracias de nadie, sí disfruto de los logros de Nacional... salvo cuando juega contra nosotros.
69 ¿Por qué hasta ahora no dirigiste a un grande? Agarré lo más grande, que es la Selección, y en mi primer año como DT, cosa que muchísimos técnicos no pudieron. Después, a Peñarol no lo dirigiría jamás, eso está claro.
70 ¿Estuviste cerca de dirigir en la Argentina alguna vez? Montones de veces me hablaron, pero con mi cuerpo técnico y con Paco (Casal) vamos despacio..
71 ¿Cuándo creés que se va a dar? ¿En qué equipo? Se acerca el momento, podría ser el año que viene.
72 ¿Vos iniciaste a Paco Casal como representante? Sí, le desperté un genio que tenía dormido (risas). Nos habíamos hecho muy amigos en Nacional. Y somos parecidos: frontales y sanos los dos, sin envidias, sin serruchos, de buen corazón. Cuando volvió del Atlético de Madrid no estaba bien económicamente y varias veces le quise pagar el pasaje para que me visitara en Buenos Aires, pero orgulloso como es, no lo quiso aceptar. Cuando los Tecos de México le hicieron la oferta a Racing, yo quería que me acompañara, y le dije, como gancho: “¿Por qué no hacés de representante mío, me discutís el contrato y te venís conmigo”. Le pareció bien y así arrancó. Fue el primer contrato que arregló.
73 ¿Por qué genera tantos amores y odios? En Uruguay, el triunfador es cuestionado, pero estate seguro de que Paco ayuda a muchísima gente, y tiene un corazón enorme. Es indigno lo que se dice de él, con todas las obras de caridad que hace. Y en silencio, como le gusta. Es un tipo repoderoso, pero lo logró por capacidad, sin matar a nadie, todo en base a su talento y a virtud.
74 ¿La Selección no te llegó demasiado pronto? El trabajo estaba espectacular, lo que faltaba era un dirigente con personalidad para mirar más el funcionamiento y no tanto el resultado. Y aún en resultados no estaba mal: habíamos ganado 2, perdido 2 y empatado 1 en las eliminatorias, estábamos a 4 puntos del primero y con la ofensiva más goleadora. Además, jamás perdía sin crear 10 o 15 situaciones de gol. Ahora, también es cierto que todos crecemos con los años y que podría haber tenido otro manejo con la prensa. A mí me volteó la prensa, aunque no meto a todos en la misma bolsa. Figueredo se guiaba demasiado por la prensa.
75 ¿Comerse tres con Venezuela en el Centenario es una mancha en tu carrera? Nooooooo, porque es un partido de fútbol, no es como en casin, donde seguro gana el que sabe más. En un partido te puedo llegar 20 veces, vos me llegás 2 y me ganás, que es lo que pasó con Venezuela. Por eso hay que ver el funcionamiento, y ahí estaba respaldado.
76 ¿Creés que la gente te perdonó? Cuando me sacaron, la gente hizo un gran bullicio con encuestas y demás. Después de perder con Venezuela le pedí a Figueredo dos partidos más: si no sacaba al menos cuatro puntos, me iba yo solo. Le pareció razonable, aunque su preocupación era que el estadio me silbara. A Bielsa lo silbaron 60 mil personas después del Mundial 2002 y lo pudo revertir. Figueredo me dio la mano y me felicitó, pero se ve que se enteraron algunos periodistas a los que no les caía simpático, hicieron alguna llamada y decidieron mi salida. No tengas dudas de que, si seguía, Uruguay hubiera ido al Mundial de Alemania.
77 ¿Cómo viste el último Uruguay-Argentina? Me pareció preocupante lo de Argentina, patético te diría. Para Maradona debe ser muy aburrido ver la exposición de su equipo, pensando en las genialidades que hacía él cuando entraba a la cancha. Fue, por muerte, el mejor jugador de fútbol que hubo.
78 Uruguay tampoco hizo mucho. Siento un gran respeto por Tabárez, también coincido en un 90 por ciento con los jugadores convocados, pero contra Argentina debió poner toda la carne en el asador y no lo hizo. Yo esperaba que el equipo me vendiera su deseo de ganar. Y no lo vi. Igual, pienso que llega al Mundial, se lo merece.
79 ¿El Maracanazo fue perjudicial para el fútbol uruguayo? Para nada. Algunos periodistas lo llevaron para el lado de la garra charrúa y por eso quedó asociado a ese concepto. Ahí perdimos todos. ¿Sabés cuántos foules hizo Uruguay en ese partido con Brasil? Siete, apenas siete. Entonces el problema fue la deformación que hicieron del Maracanazo. Por eso hace más de 20 años que no se gana nada.
80 ¿Por qué Uruguay se quedó afuera de tantos Mundiales en los últimos años? Por esto que te digo de la garra, porque juega a no perder en vez de jugar a ganar, como pasa en muchas partes del mundo. El tema es que en esas otras partes del mundo los jugadores muestran atributos que acá no tenemos: son más veloces, más potentes, tienen mayor disciplina táctica e identidad futbolística. Acá cada paisano va con su estilo.
81 Por materia prima, ¿qué lugar debería ocupar Uruguay en Sudamérica? Tercero, detrás de Argentina y Brasil, y dependiendo de quién dirija al equipos puede mezclarse entre esos dos.
82 ¿Quiénes son los tres mejores técnicos del mundo? Bielsa, me encantaba Cruyff aunque no sé por qué no dirigió más, y Menotti.
83 ¿Quién es el más lírico de todos? Yo no llamo lírico al que juega a ganar, porque tampoco catalogás como picapiedras al que juega a defenderse. Hay una gran confusión: el periodista dice que el que juega a ganar es lírico y al que mete la bañadera en el arco le dice “inteligente”.
84 ¿En qué nos diferenciamos los argentinos de los uruguayos? En el fúbol (típico uruguayismo), el argentino te defiende a muerte, es una estrella; en Uruguay al jugador no se lo valora. Lo que más me llama la atención es que al argentino le gusta ser odiado, y teniendo muchísimos atributos se busca sus problemas, es arrogante, se hace odiar desde la mirada. Nunca lo entendí. El uruguayo, en cambio, se hace querer.
85 ¿Qué nos admiran los uruguayos? Y... ¡las mujeres! Se ven los programas de tele y el comentario es: “¡Viste las minas que tienen los argentinos!”. En deporte, admiro la técnica, la velocidad y lo que han evolucionado en distintas disciplinas. Son ganadores en básquet, tenis, boxeo...
86 ¿Te prendés en picados todavía? Sí, aporta en la parte social, dicharachera, está bueno que tu entrenador haga goles, te meta un caño, que demuestre lo que fue. ¿Si estoy a nivel? Preguntales a los jugadores. Yo siento que estoy para seguir jugando.
87 ¿El mejor y el peor DT que tuviste? El mejor fue el profesor Ricardo De León, el que rompió la hegemonía de los grandes dirigiendo a Defensor. También destaco a Ignomiriello. ¿El peor? No te voy a decir.
88 Los mejores jugadores uruguayos que vos viste. El Chino Recoba, el Pato Aguilera, Francescoli, Rubén Sosa, el Polilla De los Santos y Caillava, un verdadero fenómeno.
89 Para los que no te vieron jugar, ¿eras parecido a quién? A Riquelme, puede ser.
90 ¿Cómo ves a Maradona hoy? Tiene todos los avales por lo que le ha dado a la Argentina pero no me gustó que buscara un resultado en función del antifútbol. Tiene mucho para aportar pero si no logra que sus equipos jueguen como él lo hacía, va a cargar con ese karma por mucho tiempo.
91 ¿Y qué pensás de sus declaraciones? No me gusta ese Maradona. Con lo grande que ha sido, basarse en el diario del lunes para decir algo así, me choca. Hay que decir lo mismo antes y después de jugar, sin importar el resultado. Así lo hago yo.
92 Cuando jugabas en River te sancionaron, bajaste a entrenar con Inferiores y Pedernera se quejó: “Este Carrasco les pega a todos, en cualquier momento rompe a un pibe”. ¿Verdadero o Falso? Bolazo.
93 Recibiste 7 mil dólares de River, fuiste a la sede de Nacional, jugaste al billar y los dejaste en un paquete de papel de diario en una mesa. ¿Verdadero o Falso? Cobré una plata de River, pasé por la sede de Nacional, y como tenía que hacer tiempo para darle la plata a un amigo que tenía casa de cambio, y yo quería jugar al casin, le dejé el paquete con la plata al encargado de la cantina, un viejo conocido. Puede ser que estuviera envuelto en papel de diario.
94 En un partido, Labruna te sacó, y vos te bañaste y te fuiste a tu casa mientras tus compañeros seguían jugando. ¿Verdadero o falso? No hay ningún reglamento que impida bañarse e irte a tu casa. Nadie me recriminó eso, vos tenés que tomártela con un compañero si en la cancha se va al mazo o se hace echar. Yo manejo otros códigos, que no son los típicos del fútbol.
95 En River te negaste a “darte” con algo antes de un partido contra Vélez por la Libertadores. Verdadero o Falso. Lamentablemente, fue verdad. “Los rivales también se dan, si no nos van a pasar por arriba”, me decían mis compañeros. Pero yo no acepté y preferí no jugar. Quizás era una vitamina, pero yo siempre estuve lejos de las cosas turbias, alimentado a leche y en base a la capacidad. Me respetaron y no me lo ofrecieron más.
96 ¿De verdad creés que podrías haber sido como Francescoli en River? No tengas ninguna duda de que si el entrenador no era Labruna sino otro, que pusiera por funcionamiento y no por el nombre, me hubiera quedado a vivir en River y hubiera tenido la idolatría.
97 ¿Qué hacés como DT si un jugador tuyo se levanta del banco y se va porque no lo ponés? No me pasa porque en mis equipos hay mucha disciplina, respeto y convicción. Yo estoy lejos de casarme con un nombre, el jugador eso lo sabe y lo valora. En River eso no me pasaba.
98 “Seré el Maradona de los técnicos”, anunciaste antes de debutar en la Selección. ¿Erraste el pronóstico? Yo no hablo con el diario del lunes, me gusta decir a qué apuestan mis equipos. Algunos me vieron arrogante, pero cuando decía “Maradona” lo hacía para expresar al tipo que salía a dar espectáculo siempre. Eso busco de mi equipo. Yo trabajo para ser el mejor, pero nunca me creo el mejor.
99 ¿El ego tan desarrollado lo tenés de nacimiento? No sé si es ego, siempre fui muy seguro de mí mismo y no manejo el bajo perfil para hacerme el falso humilde. Es como si a Maradona le dijeran: “Vos sí que las hacías carozo en el fútbol”, y Diego contestara “No es para tanto”. Eso a mí no me va.
100 Ese ego se puede confundir con pedantería. Soy auténtico y si quieren, te llevan para el lado de que sos egocéntrico y soberbio. Pero nada que ver, está lejísimo de la realidad, ¿no te quedó claro en estas cuatro horas de nota?

Por Diego Borinsky

NOMBRE: Juan Ramón Carrasco. NACIMIENTO: 15/9/1956 en Sarandí del Yi, Uruguay. EDAD: 53.  
COMO JUGADOR. Debutó en Nacional en 1973 y luego jugó en River y Racing (Argentina), Tecos (México), Nacional, Cúcuta (Colombia), Danubio, Nacional, Cádiz (España), River (Uruguay), Peñarol, San Pablo (Brasil), River (Uruguay), Bella Vista, Marítimo (Venezuela), River (Uruguay), Nacional, Rampla Junior, Nacional, River (Uruguay) y Rocha FC. En River de Argentina (1979-80) jugó tres campeonatos y ganó los tres, con 13 goles en 37 partidos.
COMO DT: Rocha FC (jugador y técnico), Selección de Uruguay, Fénix y desde 2006 River de Uruguay.