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Buenas señales

Argentina se trajo más que un triunfo de su excursión por Rusia. Maradona probó variantes de cara a la recta final de las Eliminatorias y el balance global arrojó resultados positivos.

Por Elías Perugino ·

12 de agosto de 2009
Aunque Maradona no estaba muy de acuerdo con la concreción del amistoso ante Rusia, habrá que convenir que los equipos se consolidan a través del rodaje, de las horas de vuelo futbolero que permiten consolidar las pequeñas sociedades que constituyen el todo.Y si el equipo en cuestión es nuestra Selección, que viene dando dos pasos para atrás y uno para adelante desde hace tiempo, también habrá que convenir que ninguna posibilidad de ensamble es para desestimar tan a la ligera. Sobre todo porque se acerca la hora de la verdad, los cuatro partidos que determinarán si Argentina asiste al Mundial de Sudáfrica o lo mira por televisión.
 
Diego renegó del partido, lo maldijo a los cuatro vientos. Pero es probable que, con el correr del tiempo, lo recuerde con cariño y hasta termine agradeciéndolo. Porque vaya si le dejó señales alentadoras en el umbral del crucial enfrentamiento con Brasil…
 
+ Tras la lesión de Demichelis, que obligó a reformular la estructura defensiva, Diego pudo testear a la línea de cuatro que tiene en mente para enfrentar al Scratch: Zanetti-Burdisso-Otamendi-Heinze. Salvo algunas filtraciones por la izquierda (por allí vino el primero de Rusia), cumplieron aceptablemente. Y también fue correcto el desempeño de la línea que utilizó en el segundo tiempo: Zanetti-Cata Díaz-Heinze-Papa.
 
+ Ausentes Messi y Tevez por lesión, brilló el Kun Agüero, autor de un golazo de media distancia, picante saliendo de contra y lúcido partícipe de cuanto circuito de ataque se eslabonó en los primeros sesenta minutos del partido. Lisandro López, que convirtió el segundo, aprovechó su tiempo tan bien como Diego Milito, que trabajó mejor sin la pelota que con ella y produjo diálogos punzantes con el Kun.
 
+ Jonás Gutiérrez volvió a demostrar por qué es el que más “enamoró” a Maradona desde el inicio de su gestión. Aró la cancha como carrilero izquierdo y luego, cuando entró Jesús Dátolo para trabajar ese costado, pistoneó la otra banda con idéntica solvencia. Un todoterreno que cada día cobra más relevancia.
 
+ Bolatti no desentonó, pero no fue ese eje de juego que sí puede encarnar la Brujita Verón con absoluta naturalidad. Pero a no dudar de que el volante de Huracán es una opción potable.    
 
+ Desde lo anímico y lo temperamental, todas las respuestas fueron óptimas. El equipo supo asimilar una desventaja en el resultado y en el juego. Creció sustentado en circuitos de buen fútbol y sacó nítidas ventajas en el balance global.
 
De cara al choque con Brasil, el ánimo grupal quedó por las nubes. Sin Messi, Demichelis, Gago, Tevez y Verón, Argentina mostró un semblante seductor en el patio de la casa de un rival de jerarquía. No es poco. Y hasta le dibujó una sonrisa a Maradona, que no quería jugar contra Rusia y, tal vez, con el tiempo termine agradeciéndolo…