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Una nueva Selección

A fines de agosto, Argentina parte rumbo a las XXI Olimpíadas de Sordos en Taipei. Walther Suller, entrenador, y Martín Moras nos cuentan con qué expectativas van al certamen.

Por Redacción EG ·

23 de julio de 2009





En el año 2007, la Selección argentina de fútbol silencioso fue subcampeona en el Panamericano de Venezuela. Ese puesto le posibilitó acceder a las XXI Olimpíadas de Sordos en Taipei, China. Dicho certamen tendrá lugar del 4 al 14 de septiembre. La delegación argentina partirá rumbo a Asia, a fines de agosto. Las disciplinas que nos representarán son fútbol masculino, natación, volley femenino, taekwondo y Bowling.
Imagen EN SUIPACHA. La Selección en su último amistoso ante Juventud.
EN SUIPACHA. La Selección en su último amistoso ante Juventud.





Walther Suller (Entrenador de la Selección)
En fútbol ya se realizó el sorteo de las zonas y Argentina compartirá grupo con Ucrania, Dinamarca y Kasajistán.



El técnico, nos contó que “la mayoría de los jugadores son sordos y el resto hipoacúsicos. Por lo que nos comunicamos mediante lengua de señas (con los sordos) y hablando lentamente con los hipoacúsicos, para que puedan leer los labios”. Este equipo pertenece a la FAFS (Federación Argentina de Fútbol Silencioso) y no está ligado directamente a la AFA, aunque la máxima entidad del fútbol nacional colabora con indumentaria y elementos para la práctica del deporte.

Ingeniero y con el título de entrenador en su haber, Suller arrancó con la preparación física del equipo y luego se convirtió en técnico junto a Pedro Escobar, que es sordo. Destaca que el esfuerzo que harán todos para concurrir al certamen es muy grande ya que la mayor parte de los gastos corren por cuenta de los participantes. El Gobierno nacional y el provincial aportan subsidios para el costo de los pasajes pero no alcanzan para la totalidad del grupo (18 jugadores y 4 del cuerpo técnico).

"Cabe destacar que el 60% de los jugadores no tiene trabajo, o lo tiene pero en negro y por poco tiempo. Por esta razón se realizan amistosos en el interior para recaudar fondos. Por lo general es en ciudades que tienen algún representante en el equipo", contó el DT.

Martín Moras (Lateral derecho)
Imagen EN CASA. En su ciudad de origen, Martín recibe un presente antes del partido ante su equipo, Juventud de Suipacha.
EN CASA. En su ciudad de origen, Martín recibe un presente antes del partido ante su equipo, Juventud de Suipacha.

A pesar de que es hincha de Boca admira a Javier Mascherano, ex River y hoy en el Liverpool, y a Marcos Angeleri, de Estudiantes. Oriundo de la ciudad bonaerense de Suipacha, a 126 kilómetros de Capital Federal, fue educado en una escuela oralista en la que aprendió a leer los labios y a hablar con naturalidad, por lo que dentro del equipo es uno de los que mejor se maneja. "Al principio me costó comunicarme con alguno de ellos, porque lo hacen con lengua de señas y yo no lo sabía. Pero de a poco me voy adaptando y los entiendo mejor. Creo que hemos formado un lindo grupo", confesó el lateral de la Argentina.

Con 25 años, Martín es uno de los más nuevos en la Selección, ya que se sumó hace algunos meses. "Me contacté a través de Internet. Yo tengo un amigo que juega acá -Ricardo Mestre, de San Juan- y siempre entraba a página de la Federación para informarme. Un día vi que había una prueba para la Selección, fui a probarme y por suerte quedé. Y ahora nos vamos a Taipei", cuenta sobre su llegada al equipo.

Desde muy pequeño participa en la Liga Mercedina para Juventud de Suipacha. Por eso, dice que "en el seleccionado, por una cuestión reglamentaria, no se puede jugar con audífonos. Yo siempre jugué con ellos y en equipos de oyentes por lo que al principio me costó un poco la comunicación con jugadores sordos como yo." Por último, afirma que "vamos con las mejores expectativas y es una gran satisfacción vestir la celeste y blanca".

El 4 de septiembre, arrancan las Olimpíadas y la Selección nacional buscará dejar una buena imagen de nuestro fútbol en tierras asiáticas. ¡Vamos Argentina!

Por Francisco Jáuregui.