Pedro Portocarrero

“No vengo pensando en tener que reemplazar a Iván Córdoba”, explicaba Pedro Portocarrero recién bajado del avión allá, por febrero de 2000. Este defensor Colombiano, nacido en el pequeño pueblo de Dagua, en el Valle del Cauca, aterrizaba en el San Lorenzo dirigido por un Oscar Ruggeri que no lo conocía ni quería para su equipo.

El verdadero elegido era Rolando Schiavi, todavía en Argentinos Juniors, pero Fernando Miele decidió apostar por el juvenil central, sin continuidad en el Tenerife de España. Por entonces sólo fue anotado en la Copa Libertadores, pero la prematura eliminación del Cuervo en primera ronda hizo que Pepe quedara afuera lo que restaba del semestre.

Morocho y de1,94 metros de altura, imponía respeto por su aspecto físico, que no se condecía con su personalidad tímida y callada. Apenas disputó 13 partidos en el año y medio que se quedó en la institución de Boedo y ni siquiera pudo gritar un gol, aunque sí convirtió uno. Fue el segundo y definitivo en la derrota 2-4 ante Jorge Wilstermann de Bolivia en la Libertadores 2001. No había demasiado que festejar.

Una situación que ilustra como Pepe quería aprovechar cada oportunidad se dio en octubre de 2000 cuando en el inicio de un partido ante Independiente chocó su cabeza con la del uruguayo Diego Forlán. Portocarrero aguantó hasta los 21 minutos, cuando salió y se desvaneció. Debió ser internado en el Sanatorio Mitre por un traumatismo en el fronto orbitario izquierdo.

Estuvo en el plantel del San Lorenzo campeón del Clausura 2001 aunque no participó. Manuel Pellegrini tampoco lo tuvo en sus planes. Luego, retornó a su país para seguir su carrera en Independiente Santa Fe, el club que lo vio nacer. Tuvo un fugaz paso por Atlético Huila, hasta que en el 2006 recaló en Cúcuta.

También defendió los colores de su selección. En 1999 participó de la Copa América de Paraguay, y al año siguiente jugó en el Preolímpico Sub-23 de Brasil en el que los colombianos sufrieron una de sus mayores derrotas históricas: caída 9-0 ante el local que tenía como figuras a Ronaldinho y Adriano. En ese equipo había varios jugadores que después pasarían por el fútbol argentino, aunque con diversos resultados. El arquero Robinson Zapata (casi nula participación en Independiente y Rosario Central), Fabián Vargas (Boca), Jairo Castillo (Vélez, Independiente y Godoy Cruz), Alexander Viveros (campeón con el Racing de Merlo) y Mayer Candelo (muchas lesiones en Vélez).

Iván Sandler