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Mirá quienes volvieron

Cinco años después del viejo duelo de la Copa Libertadores, Abbondanzieri aterrizó en Boca el mismo día en que Gallardo se convertirá en el conductor de River una vez más.

Por Redacción EG ·

30 de enero de 2009
Imagen Al Pato le curan las heridas del golpe del Muñeco.
Al Pato le curan las heridas del golpe del Muñeco.

En general, las efemérides tienen que ver con un suceso que ocurrió el día de la fecha, pero en un año diferente. Esta vez la historia es distinta y tiene que ver con la realidad de dos personajes, cuyos caminos vuelven a coincidir, exactamente en los mismos lugares donde los encontraba aquel año 2004.
Sucede que a la misma hora que Roberto Abbondanzieri aterrizaba en Ezeiza y declaraba que “no podía perder esta oportunidad” para volver a Boca, José María Aguilar se reunía con Juan Berros, representante de Marcelo Gallardo, para arreglar la vuelta del Muñeco al club que lo vio nacer. Si bien es cierto que en River hasta que el jugador no pone un pie en la cancha en su debut (y a veces ni eso alcanza) no se puede asegurar que sea incorporación, esta vez es cuestión de creer que todo irá dentro de los carriles normales.
Pato v.s. Muñeco. Abbondanzieri contra Gallardo. El duelo recordado del Boca-River de la Copa Libertadores 2004. Cinco años después el destino los vuelve a cruzar con las casacas de los dos clubes más importantes del país. Ahora las circunstancias son diferentes: mientras el arquero regresa después de un paso que fue de mayor a menor en el Getafe español, el enganche fue operado de por una pubialgia en diciembre, cuando todavía jugaba para el DC United de los Estados Unidos.
Aquel viejo duelo
“Si mantenemos el equilibrio de lo que es sentirse confiado y seguimos trabajando por los objetivos vamos por el buen camino”, decía el por entonces, y casi con seguridad nuevamente, jugador de River en la previa del partido de ida. A la vez que agregaba: “Una definición así es lo que esperaba desde que volví al club”. De lo que finalmente fue el desenlace, poco tuvo que ver Gallardo. Solamente estuvo en cancha 32 minutos de los 180 que duró la serie.
Todo comenzó con una fuerte infracción del Muñeco a Raúl Cascini. Ambos reaccionaron con vehemencia y el árbitro Claudio Martín decidió expulsarlos a ambos. A partir de allí comenzó la batalla campal, con gente que nada tenía que hacer dentro del campo de juego. Mientras Diego Cagna separaba a su compañero en el mediocampo Xeneize, Abbondanzieri intentó aportar lo suyo, pero Gallardo, desde atrás, le tiró un manotazo con el que le cortó la cara. Un nuevo capítulo dentro de los 50 años que cumple la Libertadores, había sido escrito.
Pocos días después declararía el jugador de River: “Lo que pasó después no lo justifico para nada. Yo no voy a entrar en detalles, no mando en cana a nadie. Lo que pasa adentro, pasa y ya está.”.
El final de la historia es conocido: los goles de Lucho González, Tevez y Nasuti, los penales y el triunfo de Boca. El Pato fue figura en la revancha en el Monumental y le atajó el penal en la serie definitoria a Maxi López. El Muñeco, obviamente, no pudo disputar ese partido y tuvo dos fechas de suspensión. Encima los carteles que partieron desde La Boca, con destino a Núñez, tenían como objeto de las cargadas al enlace rival: “Casi casi pasan...arañando”.
Se volvieron a ver las caras
En 2005 hicieron una publicidad, junto con otros jugadores, para una marca de afeitadoras y eso no logró apaciguar las aguas. Pero tiempo después, en el Apertura de aquel año, se enfrentaron en el Monumental dirigidos por Mostaza Merlo y Alfio Basile, y el empate 0-0 dejó algo más. Un nuevo cruce, esta vez provocado por una circunstancia de juego pero con igual resultado. El Muñeco llegó tarde a un centro de Montenegro, y con el botín derecho le raspó el brazo al arquero, que lo fulminó con la mirada y que nunca recibió disculpa alguna por lo sucedido.
La realidad, nuevamente en el año 2009, los encuentra de forma muy distinta a lo que fue en aquel entonces. No sólo porque en Boca sobreviven nada más que Vargas y Calvo y en River no hay ni uno que haya disputado ese partido de ida en la Bombonera, sino porque los clubes viven momentos opuestos desde lo deportivo. En La Ribera decidieron reforzar el arco, el punto débil en el último torneo, en busca de la Copa y el bicampeonato. En Núñez buscan un conductor adentro y fuera de la cancha que los lleve de vuelta al sendero del triunfo. Entre los nombres elegidos hay más que una historia: hay heridas que no cerraron.
El escándalo de la Copa LIbertadores 2004


Iván Sandler