Argentinos en el exterior

Lautaro Acosta: "Tengo que demostrar lo que valgo en la cancha"

Lautaro Acosta, atacante del Sevilla, confiesa que está en deuda con el club español después de sufrir una lesión. Cerca del retorno, revive sus días en Lanús, donde promete regresar, y cuenta por qué es un delantero particular.

Por Redacción EG ·

26 de enero de 2009
Imagen Sonrisa efímera. Laucha jugó solo dos partidos de Liga.
Sonrisa efímera. Laucha jugó solo dos partidos de Liga.

Cambia, todo cambia. El pibe, que vendía cohetes en Navidad para pagar sus vacaciones en San Bernardo, vive hoy en Andalucía y pelotea en el Sevilla. También, claro, el pibe dejó atrás las coladas en el tren Roca, medio de llegada a Glew, su ciudad de corazón. El fuego, ahora, lo prende en cada corrida en el Sánchez Pizjuán y carga los tres tiros para donde vaya su equipo. Lautaro Acosta, el pibe, explotó en Lanús y encendió con la Selección Argentina el título Sub 20 del Mundial de Canadá 2007 y el oro en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. En vísperas del retorno a las canchas, el pibe Lautaro Acosta se brinda a la charla con elgrafico.com.ar.

-¿Cómo está tu tobillo izquierdo después del esguince?
-Estoy lesionado desde noviembre. Ahora estoy en tratamiento porque se me formó un hematoma que está calcificándose. Espero que esta sea la última etapa de la recuperación. Estoy mejorando, me quedarán dos o tres semanas.
-¿Cómo vez a la distancia el campeonato Apertura 2007 con Lanús?
-Como algo histórico, sin dudas. Algo muy lindo. Recién ahora uno va cayendo y si lo ve desde otro punto se da cuenta de lo que logramos. Aparte, lo ganamos con un grupo de personas muy bueno. El club me dio muchas cosas. Jugué la primera Copa Libertadores en la historia del club, donde hicimos un gran papel.
-¿Cuál es la clave de la buena tarea de Luis Zubeldía?
-Trabajar mucho. Es un tipo muy fanático. Y se nota que con lo que hace está muy a gusto. Mira muchos videos y está al tanto de nuevos trabajos. Igual, él sabe que es joven y que tiene mucho por aprender. Sin embargo, por ser joven es un apasionado de esto y tiene muchos conocimientos. Es muy inteligente, se sabe mover, y saca lo que necesita de cada uno, cosa que es difícil cuando se lleva un grupo adelante.
-¿Estuviste cerca de Boca antes de pasar al Sevilla?
-No. Sólo lo que se dijo en los diarios. Yo estaba tranquilo y muy cómodo en Lanús. Más allá de cualquier interés, sino no se daba una transferencia estaba cómodo en el club. Soy hincha de Lanús y uno es parte del club. Además, me sigo comunicando con mis ex compañeros. Por ejemplo, con Blanco, con Quintana, con Cano. Dejé muchos amigos. Y, además, la base del equipo es la misma.
-¿En qué lugar de la cancha te sentís mejor? ¿De mediocampista por afuera o de punta?
-Siempre digo que depende mucho del momento del partido, porque lo que quiero es agarrar la pelota y por eso a veces bajo a la mitad, cuando no me llega, y otras arranco desde la mitad.
-¿Consideras que te falta gol?
-Seguro que me falta gol. El delantero es el responsable del gol. Pero soy un delantero particular. Creo más de lo que concreto. Yo soy más que todo un asistidor. Después, todo puede variar. Desde que empecé mejoré bastante. Pero tengo que saber que uno siempre tiene muchas cosas por aprender.

Y llegó el momento de partir, nomás. Y un hombre en la calle lo paró y, entre lágrimas, le agradeció por poder morirse tranquilo, ya que el Laucha y sus compañeros ganaron un campeonato grande por primera vez en la vida del club del Sur.

-¿Cómo está la comunidad argentina en Sevilla, con Fazio, Duscher, Perotti, Armenteros y Trecarichi?
-Estoy mucho con ellos. Todos vivimos cerca. Son de mucha ayuda y se necesitan a la hora de la adaptación. Uno se apoya en ellos. Me comentan como me tengo que mover y esas cosas. Y ahora mi situación es muy difícil, porque la lesión parecía normal y ya hace tres meses que estoy parado. Pero por suerte los tengo muy cerca. Vamos a comer, charlamos, son muy importantes. Encima ahora se volvió mi hermano Rodrigo a la Argentina.
-¿Cómo entraste en el plantel del Sevilla?
-Bien. Me encontré con personas de una calidad espectacular, con muy buena predisposición para adaptar a los nuevos. Me trataron muy bien y a uno lo ayuda porque está tranquilo, feliz y más contento. Más allá de la calidad futbolística, son personas bárbaras. No es tan distinto como pensaba antes de viajar. En lo futbolístico, tienen un nivel muy parecido.
-¿Qué compañeros te sorprendieron?
-Jesús Navas, Luis Fabiano y Kanouté son los que más me llamaron la atención. Son figuras a nivel mundial. Y eso le cae bien a uno porque puede aprender mucho de ellos.
-¿Qué sensación te causó tu pase al Sevilla por 11 millones de dólares?
-Tengo que demostrar lo que valgo. Por algo pagaron esa suma. Tengo que demostrarlo en el campo de juego, porque desde que llegué jugué solo cuatro partidos. Cuando regrese se van a encontrar con el que fui en Lanús. La gente está bastante conforme con lo poco que participé y más allá de mi rendimiento voy a dejar todo en la cancha.
-¿Por tu gol a Uruguay en el Sudamericano 2007, el recordado, el de cabeza, sacaste campeón olímpico a Agüero, Messi y Gago, por ejemplo?
-Je, atrás de ese gol hubo todo un Sudamericano. Más allá de ese tanto el mérito fue grupal. Es un gol que ayudó a clasificar a los Juegos. Quizá porque se dio en el último partido y al último minuto se me da más mérito a mí, pero creo que la gratificación es grupal.
-Maradona dijo que suspendió su viaje a Sevilla porque Fazio y vos no jugaban, ¿cómo fue tu relación con él en los Juegos? Y ahora, ¿charlaste con él sobre la Selección?
-Yo lo había conocido en el Mundial de Alemania, cuando fui sparring. Pero en realidad charlé con él en el partido de Lanús ante Talleres de Remedios de Escalada, cuando jugó con la camiseta de Lanús. Después, en los Juegos tuve una relación como todo el plantel. Ahora, dependerá de mí. Primero tengo que hacer las cosas bien en Sevilla. Y la prioridad es recuperarme. Uno sabe que cuando hace las cosas bien en el club, aumentan las posibilidades. No me llamó, pero con el sólo hecho de que me haya nombrado ya me pone muy contento.
-¿Qué querés para lo que viene?
-Jugué sólo cuatro partidos y llegó lastimosamente esta lesión. El objetivo es ganar todo lo que pueda con el Sevilla. Estoy en este club y ganar algo sería muy lindo para mi carrera.

Los Albañiles de los ´60, Manolo Silva y el paraguayo Bernardo Acosta, construyeron historia con paredes inolvidables en Lanús, esa misma historia que es Lautaro, pero antes de Lautaro. Hoy, el Baby, el Acosta mayor, luego de jugar en el club español, entrena a los juveniles del Sevilla. “Se dieron muchas coincidencias -cuenta el Laucha-. El Baby también llegó al Sevilla desde Lanús. El tema llamó mucho la atención a la gente de aquí. Es muy curioso, porque además los dos jugamos con la número 10 del Grana. Hablé con él y me ayudó mucho”.

-¿Bernardo se radicó en Andalucía? Vos, ¿qué vas a hacer?
-Seguro que vuelvo a la Argentina, y seguro que a Lanús, el club que me vio crecer.

La promesa está sellada. Los vecinos de Glew tienen pirotecnia para rato. Los guardas del tren están avisados. Todo cambia, sí, pero la esencia perdura por siempre.


Roberto Parrottino