Las Entrevistas de El Gráfico

Horacio Elizondo, en primera persona

Sus comienzos en el fútbol, las ventajas de ser canillita, aquella profesora de matemáticas y el sueño trunco de ser boxeador. Imperdible.

Por Redacción EG ·

15 de enero de 2009
 

 

Nota publicada en la edición enero de 2008 de la revista El Gráfico.COMO CANILLITA TE ENTERAS DE TODO. Cuando era pibe repartía diarios. Me levantaba a las 4 de la mañana, y de lunes a sábado llenaba como cuatro canastos con 70, 80 diarios y revistas. Los domingos era mucho más todavía, como 500 publicaciones. Me recorría Don Bosco, donde nací, Quilmes, Bernal, Wilde... Aprendí todos los chimentos y las intimidades de muchos clientes, pero siempre tuve la boca cerrada.

AL ESFUERZO HAY QUE AMARLO. Es parte del crecimiento. Vendía diarios, estudiaba, hacía deportes... Dormía cinco horas por día, pero me sentía bien, era una manera de ayudar a mis viejos (Agustín y Haydeé) y a mi hermana Graciela. Y tener mi independencia.

EL ESPACIO SE LO GANA UNO. De los 18 a los 21 laburé en una fundición, junto a mi viejo, que era jefe de la noyería: el noyo es lo que permite que haya aire en el molde. En esa época, hacíamos enganches y frenos de ferrocarril, y se exportaban a Suiza, Alemania, Bélgica... Siempre traté de ganarme el lugar por mis méritos, y no por ser “el hijo de”.

SI HABIA QUE PELEAR, PELEABA. En la fundición el clima a veces era bravo. Con algunos se podía hablar. Con otros, había que usar otros argumentos, como los puños, por ejemplo.

QUERIA SER BOXEADOR. De pibe era bravo, tenía mala conducta. Del colegio no me echaron en tercer año porque como estudiante era bueno. La verdad es que siempre soñé con ser boxeador, ser como Carlitos Monzón, que era mi ídolo. Me mamá no me dejó y, aunque muchos no lo crean, todavía se lo reprocho.

TODO TIENE QUE SER EN SERIO. No tomo ninguna actividad si no me comprometo, no me gusta perder el tiempo ni hacerlo perder.

Como jugador fui del montón. Cuando estaba en las inferiores de Quilmes, me dí cuenta de que iba a ser un jugador más. Entonces me dediqué a otra cosa. Lo peor es el auto engaño.

TENER OBJETIVOS. Siempre me propongo lo mejor en mi vida. Y, el día que me metí a referí, me prometí llegar a un Mundial y hacer las cosas lo mejor posible. Por suerte, lo logré.

BUSCAR SIEMPRE. Cuando largué el fútbol, me metí en atletismo. Hice pruebas de fondo, pero por mi físico (mido 1,83m) no llegaba, entonces hice medio fondo... Tampoco andaba bien... Finalmente practiqué lanzamiento de jabalina. Lo importante es no quedarse parado.

ES BUENO HABLAR CON UNO MISMO. Si uno no empieza conociéndose, no puede juzgar a los demás. Confieso que soy un solitario de pocas palabras, necesito estar a solas conmigo mismo y por eso también debe ser que me gusta escribir, es una manera de expresarme.

SER CONFIABLE. Yo aposté todo a eso, a que cuando apareciera en una cancha, tuvieran confianza en mí, más allá de los errores. Y eso solamente se logra -si se logra- con el tiempo y con la trayectoria. Y para eso, hay que ser coherente...

EN UNA CANCHA NO HAY AMIGOS. Una vez, un profe, Alfredo Miri, me puso de referí en un partido de handball. Se dio cuenta de que yo podía discernir entre el reglamento y los afectos, aunque jugaran amigos míos. Con el tiempo me di cuenta de que ser árbitro era mi vocación.

 

 

 

MENOS MAL QUE PASE POR AHI. A los siete meses de lo que me dijo Miri, un día caminaba por la Capital -conozco poco la Capital, no me gusta- y veo un cartel: “Escuela de Arbitros de 13 a 18”. Seguí de largo, paré... y volví para anotarme. Cuando volví y levanté la vista, leí: AFA. Y entré...”

POBRE DADY... Dicen que nos parecemos con Dady Brieva. Fue gracioso, porque nos encontramos en un aeropuerto y le hice el comentario. “¿Te molesta que te confundan conmigo?”, me preguntó. Le dije que no, claro; pero cuando le pregunté si a él le pasaba lo mismo. “Si, y me molesta, porque a veces me putean”.

UN DIPLOMA NO ES TODO. Cuando me recibí de referi, Claudio Busca, que fue mi profesor, me dijo: “Ya tenés el diploma, ahora tenés que aprender a dirigir”. Y tenía razón, porque una cosa es la teoría... y otra actuar en primera.

SI TOMAS UNA DECISIoN, NO DUDES. Gracias al análisis pude tomar una decisión en mi vida privada, pero también como referí: ¡Me costaba cobrar los penales! Por eso, cuando pensé en mi futuro, decidí retirarme al cumplir con mi gran objetivo, dirigir un Mundial. Y no extraño nada...

LAS CABALAS NO SIRVEN. No creo para nada aunque tengo una anécdota graciosa. Rodolfo Otero, mi asistente, siempre entraba con el pie derecho a la cancha. En el Mundial, por joder, lo empujé y entró en el izquierdo. ¡Fue justo el partido entre Corea del Sur y Suiza! Cobré un offside que no era, el de Frei. Todavía me sigue echando la culpa.

COEREZZA FUE UN GRANDE. Don Angel tenía personalidad, técnica, actitud y hacía respetar los valores. Sin saberlo, me enseñó mucho.

ANTES DE ELEGIR, HAY QUE PENSAR. Hace siete meses que estoy como Coordinador de Programas Deportivos Jurisdiccionales. La idea es que el deporte pueda articular departamentos independientes, como ministerios y secretarías. Y mi idea es que haya una política de Estado con el Deporte. Así se lo dije al presidente. Sé que no es fácil, por eso antes de aceptar, lo pensé muchísimo.

 

EL REGLAMENTO NO ES LO MAS IMPORTANTE. Saberlo de memoria es útil y necesario, pero para un referí, que en 90 minutos corre entre 13 y 15 kilómetros y toma no menos de 300 decisiones, en medio de un clima altamente pasional, es mucho más importante que consiga manejar su razonamiento y pueda autocontrolarse.


2 x 3... LA MIRABA. Odié siempre a la literatura, pero cuando conocí a Susana Ivanov -que era la profe de Literatura de tercer año-, me contagié de su amor por el tema, y gracias a ella aprendí a meterme en el mundo de los libros. ¿Qué si estaba enamorado de ella? No, en realidad, estaba enamorado de la de matemáticas...

LOS HIJOS te ABREN LOS OJOS. Tengo cuatro hijos: Malena (13), Valentina (7), Joaquín (5) y Agustín (2). Después de haber vivido varios años con mi actual mujer, Myli, finalmente me casé... Cuando me lo pidieron mis propios hijos. Una de ellas me dijo: “Papá, vos hablás de la familia... pero ¿Y vos?”. Y, la verdad, tenía razón. Hoy soy muy feliz.

SI NO ESTUDIAS, ESCUCHA. Como alumno era muy bueno, aunque no le dedicaba tanto tiempo al estudio. Sin embargo, siempre tenía notas importantes. Y el secreto era sencillo. A lo mejor tenía facilidad, lo admito, pero también escuchaba todo con mucha atención. Cuando un profesor hablaba, siempre pegaba la oreja.

DEPORTE Y CULTURA VAN DE LA MANO. Es cierto que para muchos argentinos, el deporte es un espectáculo que se ve por televisión tirado en un sillón. Pero por eso mismo es necesario profundizar el concepto, tomar al deporte como un vehículo más de la cultura y que es tan importante como la Seguridad, la Educación o la Salud, porque en definitva, el deporte es todo eso... junto.