Las Entrevistas de El Gráfico

Leonardo Astrada, de vuelta en casa

El Jefe cuenta públicamente detalles de su relación con el Pelado, asegura que si le ofrecieran gratis a Ameli y a Tuzzio no los aceptaría y cree que la Libertadores 04 con Boca la perdió en un escritorio.

Por Diego Borinsky ·

21 de noviembre de 2008


 


 


Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de septiembre de 2007

1 ¿Es cierto que una vez le dijiste a Ramón Díaz en la cara: “Sos un hijo de re mil putas”? De “re mil”, no.
2 ¿Cómo fue? A mediados del 96, después de ganar la Libertadores. Salíamos para la pretemporada, vino Davicce y me dijo: “El técnico no te quiere, dice que sos contraproducente para el grupo, pero mientras yo esté acá, vos no te vas a ir, así que andá a la pretemporada a Tandil y esforzate al máximo”. Allá, Ramón me comentó que los dirigentes me querían vender, que no estaban conformes conmigo. Me volví loco. Y se la canté clarita en la cara: “Vos sos un hijo de puta y un cagón, porque no tenés huevos para decirme las cosas de frente”. El negó. “Vamos a hacerla fácil –seguí–, el domingo viene Davicce, nos sentamos los tres y solucionamos esto”. El me contestó que no podía sentarse con un jugador delante de un dirigente. “Bueno –la terminé–, entonces a mí no me boludees, porque el día que me quieras boludear, yo cazo el micrófono y te destrozo”. Al final, mirá cómo son las cosas: a la semana vendieron a Almeyda y yo seguí jugando.
3 ¿Te boludeó alguna vez más? En su siguiente etapa en el club, en el 2002, me licenció una semana antes del final del torneo para que no pudiera dar la vuelta olímpica con mis compañeros. Es más: no me dejaba pisar el vestuario.
4 ¿Y es verdad que en esa pretemporada en la Posada de los Pájaros, en 1996, los jugadores hacían cola para boxearlo? Uhhhhh, esa cola era larga, larguísima...
5 Ahora, los jugadores de San Lorenzo hacen cola para abrazarlo. Creo que está cambiado.
6 ¿Alguna vez tuviste que frenar a algún compañero que le quería pegar? A Cardetti, en la cancha de Palmeiras. No creo que fuera a pegarle, pero sí le iba a gritar el gol en la cara. El enano era joven y no tenía sentido que se arruinara así la carrera. Yo compartía la habitación con él y cuando metió el gol lo vi venir, salté del banco y lo intercepté con un abrazo.
7 Te ofrecen gratis a Ameli para tu equipo, ¿lo agarrás? No.
8 ¿Y a Tuzzio? Tampoco.
9 ¿Es cierto que vos te enojaste más con Tuzzio que con Ameli porque te metió el problema en el vestuario? Me enojé con Eduardo porque me planteó una situación distinta a la que después se dio. Por eso digo que no le creo a uno ni al otro. Porque a mí no me cagó uno, a mí me cagaron los dos.
10 El tema explotó antes de la semifinal 05 con San Pablo. ¿Qué pensaste: se acabó todo, no podemos nunca ganar la Copa? Sabía que era muy muy difícil. Traté de acomodar las cosas como pude y si quedaron los dos fue por un desafío futbolístico. Una pena. Estaba convencido de que ese año teníamos todo para ganar Copa y Campeonato.
11 ¿Te sorprende que Ameli casi no haya jugado más al fútbol desde aquel affaire? No, no me sorprendió. No sé si le quedó una etiqueta o no, creo que el golpe que le produjo a él en su intimidad fue lo más duro. Por lo futbolístico, cualquiera quisiera contratar a Ameli.
12 ¿La semifinal de la Libertadores 2004 la ganó Boca o la perdió River? La perdimos nosotros. Y en un escritorio.
13 ¿Por qué? Por no hablar a tiempo. Antes de esos partidos, Bianchi lanzó eso del complot de los árbitros para voltear a Boca. Y justo después salió que Taddeo, el línea, era hincha de River. ¿Y quién nos terminó cagando a nosotros? Taddeo. En ese momento no abrí la boca porque supuestamente River no tenía la costumbre de hablar de los árbitros. Al año siguiente me pasó lo mismo con Banfield: en la ida nos inclinaron la cancha. Y empezaron con que un familiar del árbitro trabajaba en River. No aguanté más y hablé. Si el año anterior hablaba, tal vez pasábamos nosotros.
14 ¿Vos creés que te faltó hablar? Sí, futbolísticamente fuimos muy superiores a Boca.
15 ¿Qué le achacás a aquel arbitraje? Un penal de Schiavi a Maxi López y la expulsión de Sambueza, que fue determinante, porque en una misma jugada pasamos de tener uno más a tener uno menos: Rojas se rompió los cruzados y no teníamos más cambios.
16 Igual, el Mellizo los hizo entrar como caballos. Entramos después de la roja a Sambueza, cuando ya estábamos jodidos. ¿Cómo no voy a entrar? Yo me estaba jugando la vida en ese partido. Si ganábamos esa Copa en nuestro primer semestre y eliminando a Boca tenía 10 años de contrato en River. Guillermo siempre lo buscaba a Hernán. Fijate que unos meses antes, en Mar del Plata, en una jugada quedaron enfrentados La Gata Fernández y el Mellizo. Le gritamos “pegale”, para que patee, porque en la anterior había enganchado. Y Guillermo pensó que era para él. “¿Por qué no venís a pegarme vos?”, saltó. Y le contesté: “Dejá, nosotros ya nos cansamos de pegarte”. Mirá el estado de locura que tenía Guillermo con Hernán.
17 Igual, ¿no creés que esa noche en el Monumental transmitieron mucho nerviosismo? Sin dudas nos equivocamos, no debimos haber reaccionado, ¿pero sabés qué difícil es?
18 De River se fueron mal Gallego y Pellegrini. Y después triunfaron afuera. ¿Dirigir a River es mucho más jodido que en otro lado? No sé si más jodido, estás obligado a salir campeón. La gente de River está acostumbrada, estaba, en realidad, a que de cada dos torneos, se ganara uno. Mínimo.
19 ¿Vos también sentiste que te fuiste como perdedor? Yo hago una evaluación distinta. Si en 1 año y 8 meses no hubiéramos conseguido nada, tal vez era para poner esa etiqueta, pero ganamos un torneo en el primer semestre, llegamos a dos semifinales de Libertadores, se promovieron juveniles y con Boca nos fue bien.

20 ¿Renunciaste porque no toleraste que un grupo de hinchas te puteara?

Para nada, si en mi época de jugador me putearon bastante. Me fui porque el equipo no respondía y porque cuando ves que desde afuera se les pega demasiado a los jugadores, la única forma de descomprimir el ambiente es dando un paso al costado. Entonces llega otro entrenador, y se aflojan las críticas con los jugadores. Nosotros tuvimos que hacer un gran recambio a mediados del 2005 y el período de adaptación a River puede llevarte 6 meses o un año y medio. El problema es que River hoy no tiene una base de jugadores de inferiores, y los que vienen de afuera no tienen en quién apoyarse.


 

41 El jugador que más te deslumbró. Enzo. Por la simpleza para jugar y por su compromiso.

 

42 ¿Por qué la Juventus aplastó a River en la Intercontinental 96 cuando la venían descosiendo en el torneo local? Primero, porque encontramos un equipo superior, Y segundo, porque estuvimos 10 días de pretemporada. En vez de mantener lo futbolístico, hicimos físico y físico en Japón. Llegamos todos duros, y el partido lo terminamos todos acalambrados.
43 ¿Se siguen juntando con la banda de River? Hasta hace tres años nos juntábamos cada tanto en una parrilla: Sorin, Berti, Enzo, Hernán, Ortega, Rivarola, Gallardo. Y nos cagábamos de risa de lo que vivimos. Después se enfrió, pero si hay varios y se arma, nos juntamos.
44 Estuviste 27 años casi seguidos en River, como jugador y DT. ¿Te costó cortar el cordón? No. Soy una persona que le estaré agradecida de por vida a lo que me dio River, pero sabía que un día se cortaba. La tranquilidad que yo tengo es que si voy a ver un partido de River soy bien recibido, si tengo ganas de ir a ver un entrenamiento de River, también.
45 ¿Es bueno o malo arrancar como entrenador bien arriba para después tener que remarla? Todo pasa por el momento en que se da. Yo no tenía experiencia y se me presentó a los seis meses de retirarme. Era River. Lo mejor es estar en el lugar donde realmente te sentís cómodo, aunque el nivel de exigencia con nosotros mismos sea siempre el mismo, así se trate de River o Colón. El objetivo que nos proponemos siempre es pelear el campeonato.
46 ¿Te tuviste que ir de Central por no querer al Kily González? El Kily no fue el problema. Los directivos me decían: “Mañana nos sentamos a firmar con el Kily, pasado nos sentamos, la semana que viene nos sentamos, el Kily está cerca”. Así todos los días. En un momento dije: “Si el Kily quiere jugar acá, que venga y se entrene, hace tres meses que está parado”. Porque si no, ¿después qué pasa? Arregla con Central, hay que ponerlo en forma, y si en las cuatro primeras fechas nos va mal, nos putean a nosotros por no ponerlo. Entonces pedí que lo definieran de una vez, por sí o por no. Ahí se convulsionó todo, y dijeron que no quería al Kily, que no quería a Wanchope, pero todo mentira, si no, no hubieran llegado.
47 ¿Todavía tenés ganas de tirar a Scarabino por la ventana? Me pasó algo que en mi vida me hubiera imaginado. Un diálogo insólito. Nos dijo que no podíamos seguir porque el grupo inversor les planteó “nosotros o ellos” y que necesitaban la plata, que le estaban vendiendo el alma al diablo, aunque estaban muy conformes con nuestro trabajo. Ahí Pablo me dijo: “¿no me podrías recomendar un técnico?”. Me cayó como una bomba. El que saltó más fuerte fue Hernán: “¿Para qué nos pedís un técnico si igual te lo va a poner el grupo inversor?”.
48 ¿El problema era con Carbonari? Me ofrecieron a Wanchope y dije que sí, que firmara, que después del Mundial tuviera cinco días de descanso y se sumara al trabajo. Y pasó algo parecido a lo del Kily. Que sí, que no, que ya viene, que falta, que vení a un almuerzo a convencerlo. Después lo pasearon dos noches por Rosario y terminó quedándose. Pero hacían las cosas al revés, no es que nos oponíamos.
49 De los refuerzos que trae un club, ¿cuantos pide el entrenador y cuantos caramelos de los dirigentes se tiene que comer? No siempre llega lo primero que uno pide, por lo económico. Yo no tengo problemas en aceptar que venga un jugador ofrecido por la dirigencia aunque a mí no se me hubiese ocurrido, siempre que el jugador me sirva. Si no me sirve, no lo acepto. Porque hoy es incorporarlo, mañana es probarlo, y pasado que juegue. Por ahí te dicen: “Puede venir Fulanito, ¿qué te parece?”. Veo unos videos y pido referencias. Y por ahí termino aceptando. Eso no quiere decir que te metieron un jugador.
50 ¿Por qué aceptaste ir a Colón? Me gustó la propuesta y el desafío. Además vi un plantel competitivo que se podía acomodar al sistema de juego que buscamos.
51 ¿Qué le pasa a Colón que siempre amenaza y después se pincha? Colón siempre formó buenos planteles, tuvo grandes entrenadores pero no se convenció de que puede ser protagonista. Los jugadores, la gente, el ambiente. En Colón no tenés esa presión de la gente de que hay que ganar o ganar. Es como que se van conformando con estar cuartos o quintos. El torneo pasado terminamos sextos y lo primero que nos dijeron es que había sido la mejor campaña en los últimos cinco años. Y para adentro nos dijimos: ¿se conforman con esto? A nosotros no. Hay que hablarlo mucho.
52 ¿Cómo te llegó la invitación de Rafa Benítez para conocer Liverpool? A través de Gabriel Macaya, que conocía a Mauricio Pellegrino. Mauricio tiene mucha relación con Rafa. Fuimos Hernán, Gabriel y yo y nos quedamos tres días en el club, conviviendo con él y durmiendo ahí. Vimos los entrenamientos, tuvimos charlas, estudiamos los movimientos. Nos dejó mucho. El tipo es un fenómeno. Y sabe todo sobre nosotros. Rafa es un entrenador que colecciona El Gráfico y todo del fútbol argentino, sabe cosas jugador por jugador, un tipo que vive para eso.
53 ¿Qué te llamó más la atención? En organización estamos a años luz. Ellos confían plenamente en el entrenador, no por perder cuatro partidos lo van a despedir. Allá, el técnico es el que maneja la economía: hay que comprar a tal o cual jugador y hay que pagarle tanto, dicen. Le dan plena libertad, no está atado a nada.
54 ¿Sólo fueron al Liverpool? También vimos entrenamientos de Real Madrid. Eso sí: Capello no fue tan simpático como Rafa y al final no pudimos hablar con él. Lo hicimos por intermedio de Michel, que está en las inferiores, y conoce a Esnaider y Burgos. Con los entrenamientos te vas un poco desilusionado. Ellos compiten miércoles y domingo, entonces su fuerte es la pretemporada y el resto hacen mantenimiento. Por ahí te hacen un trabajo de fortalecimiento muscular, una transferencia en el campo y los tácticos son parados, tres o cuatro movimientos sin desplazamiento y se terminó. Por ahí un entrenamiento dura 45 minutos. Y vos decís: ¿así se entrena? Claro, pasa que tienen un mes en la montaña de pretemporada. Y en el año basan mucho en la recuperación en pileta.
55 En este torneo hay cuatro técnicos de 1970, dos de ellos debutantes: Cagna, Mohamed, Simeone y vos. ¿Son el recambio? Hay una camada joven que le hace bien al fútbol. Aquí cambió bastante la relación del entrenador con el grupo. Hoy el jugador necesita que se le esté encima, y hay que conocer más la interna, cuándo está bien o mal. En base a esas relaciones, después el jugador puede entregarse por completo hacia uno o no.
56 Fuiste compañero de Mohamed en el Preolímpico 92. ¿Lo veías para DT? En aquel momento, no, nunca pensé que iba a dirigir. Pero a medida que te llega la hora te vas endulzando. El Turco es un apasionado y tiene una relación muy parecida a la nuestra con los jugadores, directa. Es un tipo frontal, alegre, transparente, un tipo querido.
57 ¿En el ambiente se sabe quién es querido y quién no? Por supuesto. En este ambiente sabés todo: qué hablan de uno y del otro.
58 ¿A Cagna le metiste presión en el ascenso? Siempre fui hincha de Tigre pero no lo fui a ver. En la etapa de Caruso, algunos conocidos me decían que fuera a verlo, pero como ganaba siempre, decía “no sea cosa que vaya yo, pierda y me tilden de yeta”. Con Diego pasó algo parecido. No tengo relación fuera de la cancha con él, pero si nos vemos tomamos un café porque me parece una excelente persona.
59 ¿Con Simeone se mataban a patadas en las inferiores? Sí, los dos éramos cinco y aparte River y Vélez eran los mejores equipos y había pica. En los centros nos matábamos a codazos. Para mí siempre fue un asqueroso el Cholo: un tipo ventajero, que se la pasaba hablando de él, un agrandado. Hasta que un día nos encontramos en San Bernardo, me invitó a jugar al fútbol, y empecé a tener mejor relación. Después, un fenómeno, todo bien.
60 ¿Quién te puso “El Jefe”? Víctor Hugo Morales, creo que por el 94, por ahí.

61 ¿Y te gusta el apodo? Porque en general los jefes no son muy queridos... Está bien el apodo, no hay problemas. Igual, yo no me siento un garca, al contrario.
62 Vos que fuiste compañero de Emiliano Díaz en River, ¿te parece que está para la Primera de San Lorenzo? No soy quién para decirlo. Si lo llevó Ramón, debe estar...
63 ¿No es medio mariconazo abrazarte todos los goles con Hernán Díaz? Sería mariconazo si estuviéramos a los besos. Espero seguir abrazándome, es un buen indicio...
64 ¿Qué fue lo peor que se dijeron con Hernán cuando eran jugadores? Nos la pasábamos puteando, pero era lo de menos. Las agresiones más dolorosas era cuando te decían: “¿Para qué estás ahí si no la agarrás nunca?” o “¿para qué subís todos los tiros si en el área nunca lastimás?”. Muchas veces nos decíamos verdades, en medio del partido, para hacernos reaccionar. Después, terminaba el partido y éramos los primeros en matarnos de risa.
65 ¿Qué porcentaje de cosas sabemos los periodistas de lo que ocurre en un plantel? Antes te enterabas menos porque la relación periodista-jugador cambió. Hoy, son varios los periodistas que se hacen amigos de los jugadores, y, quieras o no, el jugador es bocón. Antes, el vínculo del vestuario era más cerrado.
66 Igual nos enteramos poco, ¿no? Todo depende del compromiso del grupo con el entrenador: si ese grupo está compenetrado y sabe lo que quiere, es probable que al periodista no le llegue. Caso contrario, sale enseguida.
67 ¿El entrenador debe dar explicaciones cuando saca a un jugador? Según la situación. A mí me gusta conversar con el jugador. Si tengo que explicarle porque lo veo demasiado tirado, lo hago. Unos lo necesitan y otros no.
68 Vos te retiraste de River como ídolo y a los dos años varios te insultaban. Lo mismo Burruchaga en Independiente, Gorosito y Ruggeri en San Lorenzo. ¿Sentado en el banco no te consumís el cariño que ganaste como jugador? A mí me encanta el fútbol, soy un apasionado y vivo de esto. Y el hincha reacciona de la forma en que lo siente. No piensa: “Este tipo ganó 12 torneos con River”. No, te gritan: “Andate, hijo de puta”. No comparto, pero es así. La situación que se vive en Argentina hace que la gente vaya a la cancha a descargarse.
69 Javier Mascherano. El más grande de todos, el más completo en su posición.
70 ¿Cuánto duran tus charlas? Quince minutos. Hago un repaso de lo que quiero para mi equipo, que es lo que trabajamos en la semana, 2 o 3 virtudes del rival, la zona por donde los podemos lastimar, pelota parada, les recuerdo un poco lo que somos como equipo y chau, que salgan a demostrar lo que saben.
71 ¿Por qué quedaste fuera del Mundial 94? Porque no participé de las eliminatorias. Quedé afuera después del Preolímpico de Paraguay. Esa vez fui con una pubialgia, no podía jugar, pero terminé haciéndolo porque me lo pidió el Coco y al final me limpiaron por el nivel que mostré ahí y no por lo que jugué en la mayor.
72 ¿Ir al Mundial 98 fue para vos motivo de orgullo o de bronca por no haber entrado ni un minuto? Orgullo. Me hubiera gustado jugar, pero no se dio y lo tengo que aceptar.
73 ¿Por qué creés que después del Mundial 2006 a Sorin no lo llamaron más? Lo hicieron responsable de la derrota, seguramente por su identificación con Pekerman. Siempre alguna cabeza tiene que rodar en este país...
74 ¿Quién va a ser el próximo DT de la Selección? Simeone. Es un tipo capaz, ganador y tiene personalidad para afrontar ese cargo.
75 ¿Por qué Francescoli nunca se enganchó con la idea de ser DT o manager de River? Es difícil reinsertarse después de una carrera como la suya, tenés que ser un loco como nosotros, te tiene que gustar demasiado, tenés que querer seguir viviendo el día a día, la adrenalina. Y Enzo por ahí prefiere disfrutar de los viajes, estar con su familia. Nosotros necesitamos esta adrenalina del fútbol; quizás Enzo no.
76 ¿Qué les pasaba con Boca, que los tenían de hijos? Se dieron varios partidos en que los peloteamos, ellos nos llegaban una vez y te la mandaban a guardar. Cuando entrábamos a la cancha y errábamos un par de goles, nos mirábamos y decíamos: “Ahora éstos llegan una vez y nos liquidan”. Y era así. Seguramente había un componente mental. Hoy es al revés, Boca no se quiere enfrentar con River porque no la viene pasando bien.
77 En los 90 River ganaba todo y Boca nada. ¿Por qué se dio vuelta? Porque Boca empezó a hacer lo que hacía River: mantiene una estructura de equipo, trae un par de refuerzos y también vende 2 o 3, entonces el grupo terminaba acomodándolos.
78 Viene Macri y te pone un contrato en blanco con las condiciones que vos querés...
No, dirigir a Boca jamás.
79 ¿Tus dos hermanos siguen siendo fanas de Boca? Ya no, pero en mi época de jugador, el más chico iba a la cancha. Yo le compraba las entradas en los clásicos y después me enteraba de que me puteaba desde la tribuna.
80 ¿Qué significó el Gremio? Futbolísticamente fue frustrante, como experiencia significó algo importante: en River no sabía qué era sufrir y en Gremio tuve que arrancar de cero.

 

 

 


81 ¿En el 2000 te tuviste que ir de River por Ramón Díaz? Después me enteré de que sí. Veníamos de ganar el Apertura 99, yo había andado muy bien, y pedía un contrato de tres años. Los dirigentes me decían que no lo podían hacer. Gremio me ofreció esa chance y me fui. A la semana de irme, renunció Ramón. Y un día después me llamó un directivo y me dijo: “¿Qué querés para volver”. Más clarito, echale agua.
82 ¿Te quedaste calentito cuando Ramón te sacó a San Lorenzo del buche? No, no. Esto es feo decirlo hoy, pero la verdad es que cuando nos sentamos con Savino, la mitad de los dirigentes estaba a favor y la mitad en contra. Ellos tenían que estar convencidos del entrenador que llevaban. No sirve entrar así, porque perdés tres partidos y te echan. Cuando el pibe que me juntó con Savino me dijo “mañana lo definen”, yo le contesté que ya no me servía. Queda mal decirlo ahora pero es la verdad.
83 ¿Le veías al plantel ese potencial de campeón que al final tuvo? San Lorenzo tenía buenos jugadores y con poco mejoraban lo malo que habían hecho en el semestre anterior.
84 ¿Creías que Ramón podía ser campeón en el debut? No. San Lorenzo cambió mucho con la incorporación de dos jugadores, La Gata y Ledesma, tuvo la suerte de arrancar bien, y que poco a poco el resto se fuera cayendo: Boca, Estudiantes, River. Y aprovechó el momento.
85 “Le dimos una mano más a Ramón”, dijiste cuando le ganaron a Boca y lo sacaron del campeonato. ¿Cuáles fueron las otras? Cuando nos dirigía. Algo lo ayudamos...
86 ¿Ramón es un burro? No. Decir que es un burro sería una falta de respeto.
87 Pero notás que aprendió. No es que aprendió, de Ramón siempre dije que no me gustó la forma de manejarse que tuvo conmigo. Después, podés pensar que sabés más o menos que él, que trabajás más o menos. Tuvo la suerte de contar con muy buenos planteles y supo aprovechar el momento de cada jugador, supo elegir. Conmigo nunca fue frontal.
88 ¿Quién era el verdadero DT: Ramón, Enzo o vos? Fue una conjunción: tuvo un plantel que quería ganar todo y él sumó en que no nos molestaba para nada, le daba libertad al plantel y a partir de ahí dijo juega éste, éste y éste y chau, pero no es que nosotros hacíamos charlas por atrás de él, eso tampoco es verdad.
89 ¿Lo vas a ir a saludar en el próximo Colón-San Lorenzo? No tengo por qué, no tengo una relación directa con él.
90 Si lo cruzás en un hotel, ¿te sentás a tomar un café? Lo saludaría y nada más.
91 Ahora que sos entrenador, ¿no te pasa eso de entender más a Ramón? Para nada.
92 Cuando eras jugador y los periodistas te preguntaban por Ramón, ¿cómo hacías? ¿Te mordías la lengua? Trataba de manejar la situación por conveniencia. Yo aceptaba que tenía una relación profesional, nada más que eso, sabía que nunca me había querido. En la primera de cambio me tenía que morder la lengua, tampoco soy tarado, yo quería seguir estando en River. Y si permanecí en el club fue por mi insistencia y por cómo me manejé, nunca hice quilombos. Yo sabía que me tenía que preparar con todo y cuando jugara la tenía que romper, si no era imposible que pudiera entrar.
93 ¿Qué cosas entendiste como DT que antes no entendías cuando eras jugador? Yo sigo siendo igual, dialogando con el jugador de la misma forma que lo hacía cuando jugaba.
94 Tu día más feliz y tu día más triste en el fútbol. El más feliz fue el día que debuté, en una liguilla del 89. Merlo me hizo entrar en el segundo tiempo. El más triste, obviamente, el del retiro. Y no porque no estuviera preparado para el adiós, sino porque estaba viviendo el secuestro de mi viejo.
95 ¿Cómo hiciste para poder jugar aunque sea 10 minutos esa tarde? No sé. Yo no quería saber nada, pero me llamó Hernán y me dijo que sería bueno que me pudiera despedir, por el bien de mi viejo, para que no tuviera cargo de conciencia. También se dio que los secuestradores no me llamaban, no tenía ni una noticia de mi viejo, y me hicieron ver que de ese modo podía llegar a haber un acercamiento. Lo hice más que nada por eso.
96 Adentro de la cancha eras una piltrafa. Estaba ido, no entendía nada. Manuel (Pellegrini) quería que jugara un tiempo. Yo le dije: “Manuel, no sé si puedo estar en pie un minuto”. Es más: los que me sacaron a dar la vuelta olímpica fueron mis compañeros, yo no quería darla. Toda esa tarde, por adentro pensaba en mi viejo, el sufrimiento que podía estar pasando. Y todo el tema familiar, porque delante de mi hija yo no podía estar todo el día llorando, tenía que hacerme el fuerte, como que no pasaba nada. Fue jodidísimo.
97 Vos fuiste el negociador, ¿qué les decías a los secuestradores? No llegás a decirles nada. Ellos te llaman, te dicen “¿cuánto juntaste?” y pumba, te cortaron. No tenés un diálogo con el tipo. Yo intentaba, pero no había forma.
98 ¿Cuál fue el momento más duro? Cuando me dijeron que fuera a buscar la prueba de vida. Tiraban casetes en tachos de basura y había que recogerlos. Al escuchar la primera, pensé: “Chau, está liquidado”. Te pega muy fuerte escuchar llorar a tu viejo, la voz entrecortada. A la segunda, te tranquilizás y de a poco te vas enfriando. Al escucharlo me daba cuenta de que había cosas de mi viejo y otras que no lo eran; palabras de él y otras que evidentemente eran de los secuestradores y él las leía. Y ahí armás dos historias paralelas. Es complicado.
99 ¿En el medio te quisieron mejicanear el dinero? Terrible. El primer llamado que recibí de los secuestradores fue a los diez días. Antes, todos los días me llamaba gente distinta diciéndome que lo habían visto a mi viejo en tal o cual villa y que querían equis plata. Hasta me llamaron desde la cárcel, con tarjeta. Y era todo verso. Por suerte lo encontraron.
100 ¿Cómo está tu viejo hoy? ¿Le quedaron secuelas? Secuelas quedan siempre después de un episodio como el que vivió, no tiene la misma vida que tenía antes. Por el funcionamiento que va teniendo la cabeza tuvo un derrame cerebral, por ejemplo. Y todos los años una nueva. Decí que mi viejo es bastante fuerte y por suerte puede seguir contándola. Dentro de todo, se puede decir que está bien.

 Por Diego Borinsky