Las Entrevistas de El Gráfico

"Me gusta más Pavone que Henry"

El Mencho, gran artillero de Racing, River y la Selección, repasa anécdotas, historias y momentos de su vida que lo marcaron. Palabra de goleador.

Por Diego Borinsky ·

13 de agosto de 2008


 

Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de febrero de 2007

 

1 ¿Qué te genera el nombre Tita? Mi recuerdo de ella es muy lindo. Siempre decía: “Yo tengo muchos hijos”. Los pibes de la pensión de Racing éramos su familia. Además, tenía como seis perros, les daba de comer a las palomas y a los gatos... La queríamos mucho. Ella se levantaba muy temprano y se ponía a cantar para que nos levantáramos.

2 ¿Es cierto que, cuando estaban enfermos, les llevaba el desayuno a la cama? Sí, siempre. Era como una mamá para nosotros. Además, éramos todos muchachos del interior que, a veces, pasábamos un mes, mes y medio sin irnos a nuestras casas.

3 ¿Llegaste a pasar hambre en la pensión? No. En una época teníamos un cocinero, pero un día se fue porque no cobraba. Con Tita sucedía lo mismo, pero ella siempre se quedó. Había días que no tenía plata, aunque era tan conocida en Avellaneda que le fiaban en todos los negocios. Pese a que era una época complicada, nunca nos faltó de comer.

4 Cuando apareciste en Racing, algunos te decían El Tanquecito, ¿te gustaba? Al principio me confundían con Néstor Raffo, el hijo del Toro. Por eso, cuando arranqué en Tercera, me empezaron a putear: que Raffo esto, que Raffo aquello. Encima, al principio andaba como perdido. Miraba la tribuna y estaba como loco. Lo de Tanquecito no me acuerdo, pero no me olvido de que me comí insultos que no eran para mí...

5 Tu primer gol en Primera se lo hiciste a River, ¿qué esperabas del fútbol por esos años? Yo quería jugar, nada más. Me pasa lo mismo hoy. Siempre espero los lunes o los miércoles para ir al torneo de veteranos de River. A mí me gusta jugar, sea con quién sea. Nunca pensé que iba a tener una carrera así. En Entre Ríos escuchaba los partidos y pensaba: ¡Qué lindo sería!

6 Cuando ganaron la Supercopa, ¿imaginabas que Racing iba a pasar tanto tiempo para conseguir un título local? Con Basile había buen equipo. Pero en Racing no es ni era fácil. La gente alienta, es muy seguidora, pero es difícil. Además, la situación institucional nunca ayudó. En ese sentido, yo tuve suerte: cuando empezaron los grandes quilombos pasé a River.

7 ¿Se sentía mucho la presión? Presión no, pero sí mucha ansiedad. La gente sabía que el equipo estaba para cosas grandes. La Supercopa fue algo hermoso, pero no se pudo más.

8 ¿Es verdad que, con la camiseta de River, estuviste a punto de gritarle un gol a Racing? Sí, el primero que le hice, en el Cilindro. Reaccioné justo. Estuve a punto de arrancar para atrás del arco, pero me contuve a tiempo.

9 ¿Qué pensás de los jugadores que les gritan goles a sus ex equipos? Cuando uno se fue bien de la institución... A mí casi me gana la emoción, pero fue sólo esa vez. Convertí un par de veces más ante Racing y nada. Hoy ando por la calle y todo bárbaro. Hasta cuando me cruzo con hinchas de Independiente y de Boca me saludan y todo bien.

10 ¿Qué sentís cuando alguien dice: “Le pegó un Menchazo”? Es lindo que se acuerden. Me pone contento. Siempre me encuentro con hinchas que me dicen: “Hacías goles pero, a veces, la tirabas muy arriba”. Ahí les digo: “El que no prueba, no hace goles”. Y se ríen.

11 ¿Sos consciente de que tus fierrazos marcaron una época? Nunca fui de prestar mucha atención a lo que podía generar. Hoy, con la pelota livianita, se está dando más que prueben de afuera, algo que complica a los arqueros.

12 ¿Alguna vez colgaste la pelota muy lejos? En la Cuarta de Racing, en cancha de Platense, la saqué a la General Paz, la tiré a la autopista. La gente me decía: “¡Eh, cómo la vas a mandar tan lejos!” En la cancha de River y en la de Racing, ya era más complicado.

13 ¿En el torneo de veteranos de River no juegan con las pelotas nuevas? Nooo. Nunca pateé una de esas, pero me parece que se te puede ir para cualquier lado. Está bueno, porque hay más goles.

14 ¿El gol de taco a Perú fue el mejor de tu carrera? Fue uno de los más recordados porque lo hice para la Selección. Después, en River, en el 90, en un 2-0 a Estudiantes, hice otro muy lindo. Esquivé a dos o tres, cuando me salió el arquero se la tiré por un lado y fui por el otro y la empujé al gol.

15 ¿Recordás alguna otra definición con clase? Contra Independiente, en cancha de River, en un 3-0. Compartía el ataque con Ramón Díaz y Da Silva. El mío fue el tercero, por arriba de Islas. Los goles en los clásicos siempre te quedan marcados. A Independiente le convertí mucho, con Racing y con River.

 

16 ¿Qué disfrutabas más: el clásico zapatazo o cuando la colocabas? ¡¡¡El zapatazo!!! Sabía que se movía la red, que la pelota flameaba y hacía ruido. ¡Eso era impagable!

17 ¿Qué sentís cuando ves definir a delanteros como Henry? Que son mi otro extremo. Hablamos de otra calidad. Uno siempre fue de ganar con potencia, mientras que Henry, si bien tiene potencia, hace goles que da gusto verlos. El que me encanta ahora es Pavone: le pega de todos lados. Me parece muy bueno.

18 ¿Le ves algo tuyo? Sí, su potencia es impresionante. Es un delantero que está cerca del área y le pega de zurda, de derecha. Ahí tiene una ventaja. Es un jugador con mis características.

19 Mano a mano Pavone-Henry, ¿con quién te quedás? Con Pavone, me encanta. Tiene todo lo que me gusta. Ha hecho golazos con las dos piernas y pone una polenta...

20 Hace unos años dijiste que Maxi López y Fuertes eran los más parecidos a vos, ¿te apuraste? El Bichi también es potente y goleador, pero Maxi intenta jugar más al fútbol y no anota tanto. Algo que destaco de Pavone es que se da vuelta y le pega enseguida. Yo intentaba hacer lo mismo. No trasladaba de más, giraba y le daba.

21 ¿Qué club te dejó más marcado: Racing o River? Yo salí de las inferiores de Racing: arranque en la Cuarta, estuve en la pensión, fue el club que me permitió debutar en Primera, justo contra River. Después gané la Supercopa... Es mi segunda casa. Tampoco me puedo olvidar del cariño de Tita. Son cosas que te marcan. Mis mejores años fueron en River, pero de Racing no me olvido.

22 ¿Tu única cuenta pendiente fue hacerle un gol a Boca en un superclásico? Sí. Jugando para River, fue lo que me faltó. Hubiese sido muy lindo, porque los clásicos son hermosos. En Racing-Independiente anoté, pero en el súper me costó. Encima, tuve muchísimas oportunidades. Me quedó esa espina.

23¿Dónde sos más letal: en el área o cazando nutrias? (Se ríe) En las dos cosas.

24 ¿Qué es lo lindo de cazar nutrias? No es que tenga un gustito especial. Mi viejo siempre fue nutriero. Y cuando dejé el colegio, a los 12 años, me dijeron: “Te vas a trabajar con tu papá o seguís estudiando”. Ahí arranqué. Se cazan con unas trampas que se arman en los esteros. Mi viejo hizo su casa cazando nutrias: vendía el cuero y la carne también, es rica.

25 ¿Cuándo volvés a Entre Ríos vas a cazar nutrias? No, carpinchos. Vamos a las lagunas cuatro o cinco personas con perros entrenados. Y, a veces, bajamos en una canoa, de noche y con reflectores. Ojo, no matamos por matar. Siempre repartimos la carne.

26 ¿Festejaste el campeonato de Racing en 2001? Sí, aunque no soy muy demostrativo. Me decían de ir al Obelisco, pero me quedé en casa, colgamos unas banderas y tiramos pirotecnia. La verdad, me movió. Fueron muchos años sin salir campeón. Con mi pibe lo vivimos como hinchas. Fue muy lindo.

27 ¿Passarella fue el mejor DT que tuviste? Uno de los mejores. Me enseñó muchísimo. También quiero destacar a Basile, que me dio esa tranquilidad necesaria para jugar.

28 ¿Cuánto le debés a Passarella en tu explosión en River? Mucho. En mis comienzos jugaba Batistuta. Cuando se fue Merlo, Daniel me dio confianza y empecé a ser titular. Pero bueno, después Bati se fue a jugar a Italia y yo... En cuanto a Daniel, tiene un carácter muy fuerte. Y como yo era tranquilo y callado... A él le gustaban ese tipo de jugadores. Como futbolista fue caudillo y como DT también. Hoy sigue teniendo ese carácter y, por ahí, con los grandes puede tener roces.

29 ¿Por qué perdieron tantos clásicos contra Boca? Creábamos situaciones y no las convertíamos. ¡Y teníamos millones de oportunidades! Ellos llegaban una, dos veces y chau. Nos faltó contundencia. Otra explicación no encuentro.

30 ¿Navarro Montoya fue el arquero que más te hizo sufrir? Sí, nunca le pude hacer goles. Me ha tapado muchas pelotas con ese estilo Gatti. Estaba atento a la jugada, sabía cuándo me iban a tirar un pelotazo y la rompía con los pies, al igual que Comizzo, el que más me gustó.

 

31 ¿Y a qué arquero tuviste de hijo? A Islas y Scoponi siempre les hice goles, incluso de a dos. Con Luis, cuando coincidimos en la Selección, hasta había cargadas.

32 ¿Cuál fue el defensor que más te complicó? Mac Allister. Me anticipaba siempre. Yo sabía lo que él iba a hacer, pero me anticipaba igual.

33 ¿Te insultaban mucho tus marcadores? Nunca me puteó un rival. Siempre fui muy tranquilo. Además, en esa época no había cargadas. Cuando perdimos 5-0 con Newell’s, ellos no dijeron nada. Después, cuando nos tocó golearlos, nosotros tampoco.

34 ¿Te frustró no haber jugado el Mundial 90? No, para nada. No pensaba estar. Decía “qué lindo sería”, pero no vivía a la expectativa. En el 89 practiqué con Bilardo, pero dejó de llamarme no bien llegué a River.

35 ¿Te arrepentiste de haber ido a Japón? No. Uno tiene que pensar en la familia. Era difícil, pero estaban Bisconti, Ramón Díaz, Zapata, después fue Pedrito Massacessi... Llegó la oferta, convenía y arranqué.

36 Contame alguna anécdota de la vida en Japón. Una vez, salimos con mi señora en el auto, agarramos una autopista y, colgados por la charla, no nos dimos cuenta por dónde teníamos que volver. Como tenía la dirección de mi casa anotada en un papel, en el primer peaje se lo mostramos al empleado y nos empezó a explicar con señas. Hicimos lo que nos dijo y, en la bajada que nos indicó, volvimos a mostrar el papelito, esta vez a una familia que pasaba. Ellos se esforzaban, pero nosotros no entendíamos. Entonces dejaron lo que estaban haciendo y nos acompañaron personalmente a nuestra casa.

37 ¿Podés creer que la Libertadores que ganaron en el 96 fue la última Copa de River? No, más que nada por los jugadores que tiene y tuvo. A veces, sin tanto plantel, se juegan dos torneos con el mismo equipo y el argentino no está preparado. Hay otra mentalidad. En Inglaterra no se concentran, pero juegan re seguido sin problemas. Acá se concentra, se labura, pero... Es distinto. Acá pasás los 30 y sos un viejo; afuera no.

38 ¿Qué responsabilidad les cabe a la dirigencia y a los cuerpos técnicos? Mirá, últimamente los técnicos que han estado no han elegido a los jugadores que debe tener River: gente que juegue bien al fútbol.

39 ¿Por qué no ganó nada en 2006? Porque no había jugadores para reemplazar a los titulares. Si salían Higuaín, Zapata o Gallardo, se complicaba.

40 ¿Te costó volver de Japón? No. No bien asumió en el 95, Ramón me quiso traer de vuelta, pero yo le dije: “Tengo contrato por tres años y llevo uno y medio. En diciembre vemos”. Allá ganabas o perdías y no cambiaba nada. Medio que nos estábamos acostumbrando. Total, llegaba el 25 y la plata estaba. Ya en el 96 Ramón me trajo de vuelta.

41 El Pelado era tu amigo, ¿volviste a hablar con él después de que te borrara? Una vez me lo crucé, lo saludé y quedó ahí. Después no lo vi más. Y mirá que éramos amigos. Pero, bueno, como le dije en ese momento: “No me gustó la forma en que quedé afuera de River”.

42 ¿Te duele haber perdido la amistad? Qué sé yo. Se dio así. Por ahí me lo vuelvo a cruzar y nos ponemos a hablar. Es algo que tiene que pasar. Por ahí decís una cosa y después hacés otra.

43 ¿Su error fue haberte colgado en enero, dejándote casi sin chances de buscar otro equipo? Sí, me molestó el momento. Si me hubiese hablado en diciembre, yo lo habría entendido perfectamente y seguiríamos hablando como si nada. El tiene todo el derecho de decirte que no te van a tener en cuenta. Pero hay maneras. El día que River se iba de pretemporada a Mendoza, cuando terminó la práctica, Ramón llamó a Maisterra, a Borelli y a mí y nos dijo que no íbamos a quedar. Tras eso no quise hablar más con él.

44 Cuando volviste de Japón, dijiste: “Ramón sabe mucho de fútbol”. ¿Mantenés lo dicho o te apuraste? Mantengo lo dicho. Si no, no hubiese ganado tanto. Podés decir: “Tenía buenos jugadores”, pero hay que estar ahí. Menotti en River armó dos equipos, trajo todos los jugadores que quiso y no logró a nada. Ramón es un tipo que sabe de fútbol.

45 ¿Se puede decir que su problema era la llegada, el trato al jugador? Al menos yo, no veía las cosas que decían los periodistas. Ramón hablaba más con uno que con otro, pero en el grupo nunca pasó nada como para decir que tal estaba peleado con el técnico.

 

46 ¿El Pelado cambió mucho cuando pasó a ser DT? Sí, pero es normal que cambie la relación. Hablábamos, pero no tanto. Es algo que tiene que pasar, debe haber un respeto entre DT y jugador. Igual, como persona no cambió.

47 ¿Por qué habrá pasado tanto tiempo sin dirigir? El arrancó en River. No es como otros técnicos, que empiezan de abajo. Ramón está para equipos grandes. Para pelear de mitad de tabla para abajo se queda en la casa. Me parece que pasaba por ahí. En San Lorenzo debe tener la intención de ser campeón.

48 ¿Es cierto que una vez se robó un micro? Fue en una pretemporada, pero no es que se lo robó. Ibamos por la ruta y le dijo al chofer que quería manejar. En ese momento, el cuerpo técnico de Passarella iba en otro ómnibus. El chofer no quería saber nada porque tenía miedo, pero Ramón agarró el colectivo y le dio un par de kilómetros.

49 ¿Qué tal te va en el torneo de veteranos de River? Bien, me encanta jugarlo. En el 2005 salí goleador, pero el año pasado convertí poco. Había arrancado bien, hasta que agarré la sequía y me quedé atrás.

50 ¿Y cómo la llevás sin hacer goles? Nunca me volví muy loco por eso. Quizá se nota más en otros jugadores que empiezan a patear desde afuera del área cuando nunca lo habían hecho. Yo sigo siempre igual. Le pego de todos lados, ja. “Erro”, pero en algún momento la racha se va a cortar.

51 Si bien es un equipo de estrellas, ¿cuál de tus compañeros siente demasiado el paso del tiempo? El Gato Miguel siempre fue muy flaquito y hoy se lo nota panzón. El equipo suele ser con él al arco, Carlos Russo, Kuyumchoglu, el Pipa Gancedo... Berizzo ha ido un par de partidos, Hernán Díaz también. Y después, Sodero, Píccoli, Montenegro, Juanjo Borelli... el Luigi Villalba vino un par de veces.

52 ¿Quién se mantiene intacto? Gancedo es joven, pero al que veo siempre igual es a Hernán Díaz. Está flaquito y corre, aunque ya no se pelea más. “Festejero” le digo yo. Nunca hacía un gol, pero siempre estaba en todos los festejos. Al Turco Zarif, de Chicago, le puse igual, porque no moja nunca, pero sale en todas las fotos.

53 ¿Por qué no trabajas en River, si ganaste ocho títulos con esa camiseta? No aspiro a nada porque no hice el curso de técnico. Estoy trabajando con chicos, pero no me interesa dirigir ningún equipo.

54 ¿No te gustaría tener una chance en inferiores? Sería lindo, pero es complicado porque tendría que hacer el curso. ¿A quién no le gustaría trabajar en River?

55 ¿Cómo es tu trabajo con los pibes? Desde hace un año, de lunes a viernes, estoy en el CEDIF, un centro de entrenamiento deportivo que está en Avellaneda. Con un profe y un coordinador, entrenamos a un grupo de juveniles para probarlo en diferentes equipos. Ya fuimos a San Lorenzo y a Boca. Este año tenemos la idea de trabajar con profesionales. Es un laburo que va creciendo. Además, a los jugadores de Primera a los que conozco y no tienen representante los llevo con mis socios.

56 ¿En qué te marcó Basile al comienzo de tu carrera? En Primera me hizo debutar Rogelio Domínguez, pero el Coco me dio mucha confianza, siempre le gustó mi juego. Mientras hay técnicos que te hablan durante cuarenta minutos, una hora, Basile te decía dos, tres cositas y, no sé si por ese vozarrón, pero te hacía entender. Esa voz generaba mucho respeto.

57 ¿Te puso contento su regreso a la Selección? Sí, sin dudas. En el 94, tendría que haber seguido. Se había formado una linda Selección. A mí me gusta cómo hace jugar al equipo. Hay otros técnicos a los que les ha ido muy bien y han ganado muchas cosas, pero en una Selección tenés que apostar al buen juego, y Coco lo hace sin pensar en el resultado. Me encanta que le hayan dado la chance.

58 ¿Qué recordás del 5-0 contra Colombia? Primero que nada, la gente cuando salimos de Ezeiza. Nunca había visto tanta en un viaje hasta la cancha por la autopista. Después recuerdo que lo llevábamos bien, pero en un descuido llegó el primer gol y ya no lo pudimos sacar adelante. La bronca que te da perder así... Es feo, feo, más cuando la gente nos gritaba “ole” a nosotros. No nos salió ninguna y tuvimos que ir al repechaje contra Australia. Por suerte, vino Maradona y nos dio una inyección anímica gigante. Con Diego parecía que estabas con uno más. Pero no merecíamos llegar a esa instancia. Veníamos fenómeno, le habíamos ganado 3-1 a Paraguay en Asunción...

59 El día del golazo de Redondo... Sí. Ese día Fernando me complicó. Todos se acuerdan de su gol, pero se olvidan de que yo anoté los otros dos. Quedó la imagen de su golazo, pero uno de los míos también fue muy bueno.

60 ¿Cómo fue el vestuario después de la goleada contra Colombia? No habló nadie. Estaba bravo, era un momento muy duro. No nos esperábamos una cosa así. No pensábamos siquiera que íbamos a perder

 

61 Si lo hubieras tenido en frente a Sanfilippo luego de las críticas a Goycochea, ¿lo habrías agarrado a trompadas? Por mi forma de ser, no. Hay cosas que se pueden pensar, pero no decir. Y él no estaba saliendo tanto en la tele y, después de eso, apareció en todos los programas. Quizá por esta razón se prestó para eso. Pero ahora, ¿quién lo quiere?

62 Más allá de Batistuta y Caniggia, ¿te entusiasmaste con ser titular en USA 94? No. Y también estaba Balbo. Uno siempre quiere jugar, pero veía que ellos estaban más arriba que yo. Igual, me entrenaba para tener mi oportunidad.

63 ¿Lo que pasó con Diego les pegó más en lo anímico o en lo futbolístico? No jugamos tan mal los partidos sin Diego, pero el equipo estaba mentalizado para hacerlo con él. Recuerdo que volvíamos del reconocimiento al estadio, al cual Diego no iba, y nos encontramos con la noticia. Estaba hecho mierda... El golpe fue igual de fuerte en lo anímico como en lo futbolístico. Con Maradona no parábamos hasta el final. Sabíamos que en cualquier momento podía hacer alguna jugada o dejarnos mano a mano. Faltó ese plus. Tuvimos situaciones, pero no las concretamos.

64 ¿Qué era más competitivo: jugar en Primera C o en el torneo para mayores de GEBA, donde estaban Goycochea y el Gordo Rinaldi? La Primera C, sin dudas. Se me hizo complicado jugar en la categoría. Si bien hay canchas chicas, y eso me convenía para no tener que correr tanto a los 35 años, fue difícil ponerme a la par de los más jóvenes. Encima me respetaban un montón y me marcaban varios. Pero nunca fueron con mala intención.

65 ¿Qué significó ganar el Olimpia de Plata 93? Me lo dieron porque en River estaba muy bien y había sido goleador en la Copa América. En la terna estaban Marcelo Ojeda y Perico Pérez. Ser elegido el mejor del fútbol argentino fue hermoso.

66 Cuando jugaste con Bati en River, ¿pensabas que podía llegar a ser tan grosso? Yo lo había visto poco en Newell’s. Y ya en River, con Merlo jugaba él y con Passarella, yo. No tuvimos muchos partidos juntos. Empecé a notar que iba a ser diferente en Boca. Con Dieguito Latorre, hacían una dupla tremenda. Ya en la Copa América era una cosa impresionante. Hacía goles de todos lados. Te rompía el arco con sus bombazos.

67 ¿Por qué Bati hizo carrera en Italia y vos fuiste a Japón? No sé. En Europa buscaban delanteros goleadores-goleadores, y yo no tenía esa característica, ya que me movía más por las puntas. Es cierto, yo también marqué bastante, pero en otra posición. Me pasó como al Mellizo Guillermo, que hizo un montón de goles en Boca, pero no le aparecieron grandes propuestas de Europa.

68 El Tolo Gallego siempre jode: “Si yo hubiera sido rubio y de ojos celestes...” ¿Tuvo que ver que Bati sea rubio y de ojos claros? ¿Lo ayudó eso? Y... es otra estampa. El es más grandote, tenía el pelito más largo, aunque el otro día lo vi con el pelo corto y platinado. Tenía otro estilo, una estampa distinta de la de uno, que es más petiso.

69 ¿Qué balance hacés de tus dos años en Japón? Positivo. En el 94 no se ganó nada, pero en el 95 fuimos los campeones y los mejores del año. Fue lindo, más allá de que no conocimos tanto del país y el idioma no ayudaba.

70 ¿Cómo hizo Moner para aprender japonés? Debe haber estudiado mucho. No hay otra.

71 ¿Es verdad que van más mujeres que hombres a la cancha? Sí, es impresionante. Además, las hinchadas se cruzaban y no pasaba nada.

72 ¿Que no hubiera tantos hombres en la cancha es la explicación para que Moner haya sido ídolo? Ojo, Moner quizá fue más vivo que el resto. Al igual que algunos brasileños que jugaban en la selección japonesa y tenían que saber sí o sí el idioma, Moner se interesó mucho en la cultura y en aprender japonés. Si hasta llegó a ser comentarista durante el Mundial 2002.

73 ¿Viste el muñequito de Moner? ¡¿Qué?! No sabía que tenía uno. Algo es seguro: no le hubiera comprado a ninguno de mis hijos un muñequito de Moner. No porque se fueran a asustar, si no porque hubiera preferido regalarles el de un habilidoso, jajajá. Era como comprarles un muñequito mío.

74 ¿Qué? ¿A vos también te hicieron uno? No, no, pero mi foto salió en unas pelotas del equipo.

75 ¿Qué fue lo más loco que te pasó en Japón? Lo que me sorprendió fue la puntualidad. Si decían “los trenes salen a las 18’05”45”, salían a esa hora. Después, había cosas increíbles. A pesar de vivir en un edificio de once pisos, parecía que no teníamos vecinos. No hacían un ruido, los quilomberos eran nuestros hijos. Otra que me pasó fue genial. Una mañana tenía que hacer un trámite y me iba a acompañar el traductor. Ocho menos diez me toca el timbre, y le pregunto: “¿Recién llegás?”. “No, hace como quince minutos que estoy abajo”, me contesta. “¿Y por qué no tocaste el timbre?”, le dije. “No, la hora, la hora”, me contestó... No te molestan para nada. A veces se querían sacar fotos conmigo y se pasaban de respetuosos. Daban vueltas hasta que uno se daba cuenta y les preguntaba si querían una foto. Los tenía que llamar yo, si no, no pasaba nada

 

76 ¿Aprendiste alguna palabrita? Algunas sueltas. Los que aprendieron fueron Zapata, Bisconti y Ramón. A mí no me interesaba, no tenía ganas.

77 ¿Volviste a Japón? No. El año pasado me llamó Zapata porque querían que fuéramos a jugar un partido de veteranos. Al final, como el Chapa no iba y Bisconti tampoco, decidí no ir; es muy lejos.

78 ¿Te gustaría volver en algún momento? No sé, pensaría antes de subir a un avión otra vez: les tengo miedo. Y hasta Japón hay más de un día de vuelo.

79 ¿Siempre tuviste miedo a volar? No. Al principio me parecía lindo, pero a medida que vas viajando y se empiezan a mover... Una vez, con la Selección, nos pegamos un cagazo importante. En el Mundial 94, tras perder con Bulgaria, tuvimos que cambiar de sede y, en el viaje, agarramos una tormenta. En un momento esperábamos el golpe para hacernos mierda. Teníamos esa sensación. ¡Lo que se movía ese avión! Algunos hasta pegaron gritos... Desde ahí me quedó una sensación horrible. Encima, ese día teníamos que salir de nuevo para completar el viaje. No queríamos saber nada. Había relámpagos, pero en un rincón se veía un claro. Los pilotos apuntaron para ese lado y no pasó nada.

80 ¿Qué significó Talleres en tu carrera? Otra linda experiencia. Era un equipazo. Yo había dejado de jugar en River en diciembre y en abril fui a la T por pocos partidos. Me llevó Ruggeri, que estaba de representante, y pudimos lograr el ascenso.

81 ¿Te sentiste defraudado cuando, después de subir, no te dieron lugar? No, porque anduve flojo. Tuve un par de tirones que no me dejaron agarrar ritmo y jugué algunos partidos, pero no hice goles. Y, bueno, en el 99 quedé libre. En la última charla con Gareca, me dijo que si le tenía que decir algo que lo hiciera, pero estaba todo claro. Hace poco lo encontré en San Lorenzo... Hay algo que él no sabe: era mi ídolo. Nunca se lo dije. Me gustaba por la fuerza y por sus goles.

82 ¿Qué sentís cuando ves al Turquito Zarif en un gran nivel en Chicago? Una gran alegría. A medida que fue pasando de categoría mejoró y se acomodó fenómeno a la A. En la C es más correr, meter, no hay tanto juego y las canchas tampoco se prestan. Hoy, a los chicos que entreno les doy el ejemplo del Turquito: arrancó en Dock Sud, después se fue a El Porvenir y luego pasó por Los Andes, Defensa y Justicia y Chicago, con el que ascendió a Primera, es capitán y rinde muy bien.

83 ¿En la C le veías pasta para jugar en Primera o creció muchísimo? Creció y aprendió muchísimo. En ese momento se notaba que era un jugador diferente, pero el salto lo pegó después.

84 ¿Si se notaba que era buen jugador, por qué tardó varios años en llegar? Y… es difícil. Antes no se pasaban tantos partidos por la tele como ahora. Hay muchos que no quieren bajar de categoría, pero si vos te perdés seis meses, ¿qué hacés? Después, ¿quién te va a contratar? Hoy por nombres no se juega. Lo que pasó con Zarif es muy lindo. Que haya salido bien de abajo es un orgullo.

85 Tenés una gran relación con él, ¿no? Sí, siempre nos consigue entradas para ir a verlo. Vamos con mi pibe y Omar Gauna, que también jugó con él en Dock Sud. El Negro ahora está de técnico en las inferiores del Doque. Este año salió campeón con la Cuarta. Yo estoy de coordinador de las inferiores.

86 ¿Quién estaba más pesado: Gauna o vos? Pasa que jugar medio pachorriento era la característica del Negro. No es que fuera lento o pesado. Yo lo tuve de compañero en Talleres y ya era así. Lo mío, en cambio, siempre fue la velocidad. Mi ventaja estaba en ganarle esos segundos al defensor. El Negro era más habilidoso y tiene una pegada excelente.

87 Cuando volviste a jugar en Dock Sud soñabas con regresar a Racing, ¿en qué momento te despertaste? La idea de terminar en el club en el que uno empezó era muy linda, pero después de Talleres había estado dos años sin jugar y, al dejar tanto tiempo, se hace difícil. Quizá si hubiera estado otra dirigencia... pero agarró una empresa que está más para el negocio que para trabajar por el club. Igual, lo mío era un sueño, sabía que jugando en Dock Sud no tenía oportunidad. No es por desmerecer, pero eso, sumado a mi edad...

88 ¿Qué fue lo mejor de jugar en Dock Sud? Que disfruté del vestuario más que en otros lugares. Habrá sido por la edad. En mis otros clubes iba temprano y tomaba mate con los utileros, pero en el Doque era el primero en llegar y el último en irme.

89 ¿Cómo te recibieron tus compañeros cuando te vieron cebando mate en el vestuario? Al principio, la mayoría me decía Ramón y yo les pedía que no me dijeran así, porque parecía que me estuvieran tratando de usted. Fue muy lindo, formamos una familia. El objetivo era ascender y aunque jugamos un par de octogonales, no se dio. Recuerdo a compañeros que venían en bicicleta desde lejos y después eran los primeros a la hora de entrenarse. Eso te enseña a valorar más las cosas.

90 En tu debut sorprendiste a muchos. ¿Te acordás por qué? Ahhh, hice un gol de emboquillada. Fue muy lindo. En varios de mis clubes arranqué con un gol: en Racing, en Japón y en Dock Sud sí. En River y Talleres, no.

 

 

 

Reportaje publicado en El Gráfico en la edición de febrero de 2007

 

91 ¿Cómo fue tu experiencia en Juventud Unida, en el Argentino B, en 2005? Jugar en un club de Gualeguaychú, a 80 kilómetros de mi ciudad, Gualeguay, fue lindo. La verdad, teníamos que viajar en colectivo a Corrientes, a Misiones y no llegábamos más. Igual, joder en los viajes estuvo muy bueno. Por suerte, pudimos cumplir el objetivo de mantener la categoría. El Negro Gauna también vino conmigo. Somos muy amigos y fuimos con las familias. Yo jugué diez partidos y marqué seis goles.

92 ¿Cómo te trataban los hinchas rivales en el ascenso? Con respeto. En Misiones, una vez, antes del partido, vino un hincha y me dijo: “Eh, mirá que ahora te saludo, pero cuando arranque el partido te empiezo a putear”. Esas anécdotas son divertidas. A la mayoría de la gente del interior le sale de adentro la bondad. Después del partido me venían a pedir autógrafos.

93 ¿Algún rival te pidió tu firma o una casaca? Sí, pero la camiseta no se la podía dar, si no, ¿qué me ponía el próximo partido? Por suerte, jamás me putearon. Es más, por ahí, en medio del partido me ponía a hablar con ellos. Quizás alguno me venía fuerte, pero después, cuando yo llevaba la pelota, los chocaba...

94 ¿Qué sentiste cuando llegaste al gol 100 en la Argentina? Fue muy lindo. No ocurrió en Primera, pero lo pude lograr en la institución que me dio la oportunidad de volver al fútbol: Dock Sud. El que me sorprendió fue un compañero, el Pelado Giuliano, que sacó un trapito que decía: “100 goles”. Yo no tenía ni idea. Y ni se me hubiera cruzado por la cabeza que fuera a hacer algo así.

95 ¿Qué te dijo tu nena cuando pudo verte jugar? Antes, ella veía partidos míos en video y nosotros le decíamos: “Mirá quién está allá”. Conmigo en el Doque, mi señora empezó a llevarla a la cancha porque la nena quería verme en directo. Mis hijos se parecen a mí, no son muy demostrativos, pero le gustó. Fue muy lindo para todos.

96 Villalba es hincha del Doque. ¿Te llegó a putear? El Luigi es un amigo y aunque es fanático, que yo sepa, no me puteó nunca. Nos llevamos bárbaro. Ahora él está en el Doque, pero hasta ahora no pude verlo mucho porque mi pibe está en las inferiores de El Porvenir...

97 ¿Y se parece al padre? Juega de delantero y es fuerte como yo, pero bien zurdo. Está en la Sexta, tiene 17 años y ha mejorado muchísimo. Como a mí, le encanta jugar a la pelota y sólo piensa en eso. Yo sólo le digo que juegue, que corra y que ayude a los compañeros. Igual, no puedo darle muchas indicaciones, porque después el técnico le dice otra cosa y... Eso sí, si sos delantero tenés que ir al roce y patear al arco. Si no, hay que cambiarle el apellido.

98 ¿Te entusiasma que pueda seguir tus pasos? Sí, pero no me vuelve loco. Hay chicos que pierden partidos y lloran porque los padres los presionan desde muy chicos. Yo no soy así. Para mí, lo más importante es que disfrute de jugar al fútbol como yo hice siempre.

99 ¿Qué hiciste durante los 857 días que estuviste lejos del fútbol entre tu ida de Talleres y tu llegada a Dock Sud? Disfruté más de la familia. Y, después de un tiempo, empecé a correr. Justamente yendo a Parque Dominico conocí a los pibes del Doque. Ahí, entre el entrenador y el Luigi, quien desde hacía un tiempo me estaba tratando de llevar, me convencieron. Al principio decidí empezar a entrenar y si me sentía bien, vería. La cuestión es que a los 15, 20 días, el DT me empezó a decir: “Mirá que vas a jugar”. Y así fue. Por suerte siempre me las rebusqué para seguir. Nunca quedé totalmente parado.
100 A los 35 años volviste porque “no podía vivir sin el fútbol”. ¿Te alcanza con lo que hacés hoy? Uno siempre se dedicó a esto, pero no es que me vuelvo loco si no estoy dentro del fútbol. En ese momento había pasado dos años lejos de las canchas y se dio el regreso. Nunca viví el fútbol con tanta locura como para no poder salir de ese entorno.