¡Habla memoria!

Argentina 86

Un grupo que creyó en lo que nadie, un técnico que supo imponer su particular estilo, un Diego extraplanetario y un título inolvidable.

Por Redacción EG ·

22 de julio de 2008
Imagen Parados, de izquierda a derecha: Batista, Cuciuffo, Olarticoechea, Pumpido, Brown, Ruggeri y Maradona. Agachados: Burruchaga, Giusti, Enrique y Valdano.
Parados, de izquierda a derecha: Batista, Cuciuffo, Olarticoechea, Pumpido, Brown, Ruggeri y Maradona. Agachados: Burruchaga, Giusti, Enrique y Valdano.

Partieron a México en un marco de indiferencia luego de que una gran mayoría pidiera la cabeza del técnico y varios de los referentes. Se juramentaron llegar a su gran objetivo y, apoyados en la genialidad en su máxima expresión de Maradona, volvieron con la Copa del Mundo en la valija. 
Partieron a México en un marco de indiferencia luego de que una gran mayoría pidiera la cabeza del técnico y varios de los referentes. Se juramentaron llegar a su gran objetivo y, apoyados en la genialidad en su máxima expresión de Maradona, volvieron con la Copa del Mundo en la valija. 
Bilardo había pedido que le den el tiempo necesario para trabajar con todos los jugadores antes de viajar. El equipo había clasificado por la ventana, no jugaba nada bien y en Argentina buena parte de la prensa y los hinchas no querían saber nada con el DT y sus decisiones. 
Ese descreimiento generalizado quizá haya sido la gran clave del fortalecimiento que forjó el grupo no bien se instaló en suelo mexicano. Así, con esa unión que prevaleció más allá de varias diferencias y hasta alguna pelea, con un equipo que entendió a la perfección el mensaje y los conceptos que les bajó el Narigón y conducidos en la cancha por la versión más esplendorosa de Diego Maradona, Argentina hizo camino al andar y después de un mes y siete partidos inolvidables, regresó a casa con la Copa del Mundo entre las manos.
 
La historia arrancó el 2 de junio en el estadio Olímpico, con un 3-1 ante Corea. Valdano, de derecha, marcó el primer gol del sueño. Ruggeri, de cabeza, puso el segundo del debut y otra vez Valdano, tras centro de Diego, cerró la cuenta luego del descuento de Park. Comienzo con el pie derecho.
 
En el segundo turno llegó Italia, campeón del mundo cuatro años antes en España. Altobelli abrió la cuenta tempranamente pero Maradona apareció con su primera gran genialidad del campeonato para sellar el 1-1. El equipo daba muestras de estar bien y se solidificaba día a día.
 
El primer puesto en el Grupo A se rubricó con un 2-0 a Bulgaria. Los delanteros del equipo, Valdano y Burruchaga, uno en cada tiempo y ambos de cabeza, señalaron el doblete. Invictos, totalmente afianzados y con ganas de mucho más…
 
La hora de la verdad había llegado. Desde entonces, era ganar y seguir o perder y volverse con la frustración a cuestas.
 
En octavos tocó el duro Uruguay, en un clásico rioplatense que, en mundiales, no se daba desde el primero, en 1930. Argentina fue muy superior y pudo golear, pero apenas ganó 1-0 con un tanto de Pasculli a los 42 minutos.
 
El domingo 22 fue el gran día, el que marcó un antes y un después en la historia del fútbol. Argentina, Inglaterra, la mano de dios, el pie angelical para la obra maestra y el equipo de Bilardo entre los cuatro mejores del mundo.
 
Frente a Bélgica, otra vez un Maradona excelso apareció con dos perlas inolvidables para sellar el 2-0 y meter a la Selección en la final, donde esperaba Alemania.
 
Fue un 29 de junio en un estadio Azteca repleto. La aparición del Tata Brown, la definición de Valdano, el susto que dieron los alemanes, la eterna corrida de Burruchaga para consolidar el sueño y todo el resto de la historia conocida.
 
Los que muy pocos creían tiempo atrás, se había hecho realidad. Argentina era reina del mundo por segunda vez en su historia. Inolvidable.


EL DIA DE LA CONSAGRACION

Argentina (3): Pumpido; Cuciuffo, Brown, Ruggieri, Olarticoechea, Giusti, Batista, Enrique, Burruchaga (ST 44' Trobbiani), Maradona y Valdano. DT: Carlos Bilardo.
Alemania Federal (2): Schumacher; Brehne, Forsters, Jakobs, Briegel, Matthaus, Berthold, Eder, Magath (ST 16' Hoeness), Rummenigge y Allofs (ST Voller). DT: Franz Beckenbauer.
Goles: PT 22' Brown (Ar), ST 11' Valdano (Ar), ST 29' Rummenigge (Al), ST 36' Voller (Al), ST 39' Burruchaga Ar).
Arbitro: Romualdo Arppi (Brasil)

Jugado el 29 de junio de 1986.

LA PALABRA DEL DT
Los partidos los ganan los jugadores en la cancha, pero detrás tiene que haber una maquinaria que funcione. Allí incluyo jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Si tiran todos en la misma dirección, se puede pensar en títulos. Eso fue lo que pasó en México '86".