¡Habla memoria!

River 86

La hora de trascender fronteras había llegado. De la mano del Bambino y un equipazo, River se hacía mundial.

Por Redacción EG ·

25 de junio de 2008
Imagen Parados, de izquierda a derecha: Gordillo, Gallego, Pumpido, Nelson Gutiérrez, Ruggeri y Montenegro. Agachados: Alzamendi, Héctor Enrique, Fúnes, Alonso y Roque Alfaro.
Parados, de izquierda a derecha: Gordillo, Gallego, Pumpido, Nelson Gutiérrez, Ruggeri y Montenegro. Agachados: Alzamendi, Héctor Enrique, Fúnes, Alonso y Roque Alfaro.

A nivel doméstico ya era el equipo más ganador y había sumado un nuevo pergamino ese año. Le faltaba adueñarse de América y del mundo, más teniendo en cuenta que otros grandes, como Boca, Racing e Independiente, ya tenían la Libertadores y la Intercontinental en sus vitrinas. Veira supo conducir a un grupo pesado, armó un equipazo y se quedó con todo.
Aquella noche del miércoles 29 de octubre de 1986, la lluvia se hacía insoportable sobre Buenos Aires. Poco importaba, al menos para el pueblo riverplatense, que estaba dispuesto a convertir esa velada en una de las más importantes de su historia.
Y así fue, nomás. Porque aunque el América de Cali hizo fuerza e intentó por todos los medios revertir el 1-2 de la ida, esa edición de la Libertadores estaba definitivamente hecha para River. El golazo del Búfalo en el segundo tiempo aflojó todo tipo de tensiones, desató la locura en las 80.000 personas que colmaron el Monumental y se convirtió para siempre en leyenda.
Con ese tanto, River se aseguraba la bendita Copa que ya ostentaban Boca, Racing, Independiente y hasta Argentinos Juniors, y se sacaba así una espina clavada que a esa altura ya dolía bastante. Antes del duelo final con los colombianos, fueron quedando en el camino Boca, Wanderers, Peñarol (en la primera fase), Barcelona y Argentinos (en semifinales).
A todos los pasó con su estilo, con el sello que el Bambino había marcado a fuego en ese grupo de hombres que, en base a jugadores de renombre como Ruggeri, Gallego, Alonso o Alzamendi, se convirtió en un equipo que llegó a dar sensación de invencible.
Para completar un año mágico, faltaba la frutillita del postre, la Intercontinental que se disputaba en Japón ante el campeón de Europa. Enfrente estaba el Steaua de Bucarest, que venía de consagrarse en la por entonces Copa de campeones nada menos que frente al Barcelona.
El partido entre los reyes de América y Europa era parejo, trabado, cerrado. Digno de una final. El minuto 28 del primer tiempo marcó un antes y un después, no sólo para ese día sino para la historia de River: tras una falta a Fúnes en el mediocampo, Alonso se avivó y habilitó rápido a Alzamendi. El uruguayo recibió, pateó y luego de que la bola diera en el palo, la cabeceó al gol, a la gloria, a la cima del mundo.
Como lo requería su historia, River ya no tenía cuentas pendientes... 
 
Los días de las consagraciones
River (1): Pumpido; Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Enrique, Gallego, Alonso, Alfaro; Alzamendi y Fúnes. DT: Héctor Veira.
América de Cali (0): Falcioni; Valencia, Espinoza, Luna, Porras; Aquino, Ischia, Cabañas, Ortíz; Gareca y Battaglia. DT: Gabriel Ochoa Uribe.
Estadio: Monumental.
Arbitro: José Roberto Wright (Brasil)
Gol: ST 24' Fúnes (R).
Expulsados: ST 8' Gareca y Montenegro.
Jugado el 29 de octubre de 1986
River (1): Pumpido; Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro; Enrique, Gallego, Alonso, Alfaro (ST 42' Sperandio); Alzamendi y Fúnes. DT: Héctor Veira.
Steaua (0): Stingaciu; Iovan, Belodedici, Barbulescu, Weinserbauche; Balan, Bumbescu (ST 26' Majearu), Stoica, Balint; Lacatus y Piturca. DT: Anghel Iordanescu..
Estadio: Nacional de Tokio.
Arbitro: José Martínez Bazán (Uruguay)
Gol: PT 28 Alzamendi (R)
Jugado el 14 de diciembre de 1986

LA PALABRA DEL DT
"Este plantel de River tiene tres cosas fundamentales: es inteligente, son grandes profesionales y entienden al minuto las indicaciones. A mi los jugadores me creen porque tengo una gran virtud: cuando me paro frente a ellos, saben que está hablando un tipo sincero".