¡Habla memoria!

Newell's 1991

Un técnico joven, un esquema revolucionario, un plantel con mayoría de jugadores de las inferiores y un período que fue histórico.

Por Redacción EG ·

09 de abril de 2008
El famoso semillero Leproso volvió a dar sus frutos, en este caso de la mano de un entrenador también de la casa que tuvo su chance en Primera y que enseguida empezó a mostrar su capacidad y sus ganas de hacer ruido. Y vaya si lo hizo este Newell's: sumó dos títulos en dos años y estuvo muy cerca de ser rey de América. Una era brillante.

Jorge Griffa llegó al despacho del presidente de Newell's, Marío García Eyrea, con la idea fija: iba a plantearle, sin la posibilidad de un no como respuesta, que el hombre indicado para tomar el plantel de Primera era Marcelo Bielsa, el joven director técnico que venía pidiendo pista desde abajo.

El sí del mandatario fue el primer paso de un proyecto que se transformaría en una era histórica en el fútbol argentino y particularmente en la Lepra. El entrenador tomó las riendas y empezó a darle forma a su equipo, que en poco tiempo se convertiría en una maquinita con funcionamiento casi perfecto.

La mayoría de los jugadores ya conocía a Bielsa de inferiores, por eso tardaron poco y nada en incorporar su conceptos y en amoldarse a su esquema preferido, el por entonces revolucionario 3-3-1-3. Un dato marca claramente la importancia del semillero Rojinegro: de los 27 jugadores utilizados por Bielsa durante el Clausura 92, 24 eran surgidos de la cantera.

Pese a la oposición de más de uno, el Loco se la jugó por esos jóvenes a los que tan bien conocía. Se animó a formar la dupla central con Gamboa, de 20 años, y Pochettino, de 18. Franco, Berizzo, Garfagnoli, Ruffini, Saldaña y Zamora, todos ellos piezas clave en el ciclo, no superaban los 24 años. A esa juventud talentosa le agregó la experiencia de Martino y Scoponi y los resultados no tardaron en aparecer.

El Apertura 90 lo ganó tras 11 triunfos, seis empates y sólo dos derrotas. Tuvo que definir el título de la temporada con Boca, campeón del Clausura. La primera final la ganó en Rosario con tanto de Berizzo. La revancha, en La Bombonera, fue para el local por el mismo resultado. No hubo goles en el alargue y en los penales, gracias a la notable actuación de Scoponi -atajó dos-, llegó la primera alegría grande de la era Bielsa. El 4-3 a Central en Arroyito y una serie de cuatro triunfos seguidos en la parte final del certamen, fueron los momentos clave.

En el Clausura 92, después de una foljísima campaña en el Apertura 91 que sembró muchas dudas, el equipo reapareció con todo y arrasó. Los números marcaron 11 victorias, siete empates y apenas una caída. Otra vez ganó el clásico, en este caso con un equipo con muchos suplentes y gracias a un golazo de Domizi. El arranque con cuatro triunfos consecutivos fue vital para encaminar el campeonato.

Es cierto que la Libertadores, que se escapó por muy poco a manos del temible San Pablo de Telé Santana, hubiera sido la frutilla del postre, sin dudas. Pero quién podrá olvidar a este equipo dirigido por el Loco que marcó una era en Argentina.

LA PALABRA DEL DT
"Yudica puso en Primera a Saldaña, a Berizzo, a Pochettino, a Gamboa, a Franco. El Piojo sembró y a mí me tocó cosechar".