VICTORIA, VICTORIANO

Quienes han tenido el gusto de conocer muchas canchas del ascenso habrán visitado un campo de juego ubicado en una especie de península del Riachuelo, del lado de la provincia de Buenos Aires, partido de Lanús, al costado de una famosa fábrica de electrodomésticos. Viendo en un mapa el estadio Saturnino Moure, da la impresión de que si un zaguero rechaza fuerte, la pelota caerá inevitablemente en el hediondo afluente del río de la Plata. Por algo, algunos lo llaman “La Isla”.
 
Estamos hablando de Victoriano Arenas, club del que hace unos pocos días, más precisamente el 2 de enero, se cumplieron ochenta años de vida. El original club Juventud Obrera de Villa Victoriano Arenas tomó ese nombre de un cartel de venta de los lotes donde jugaban como local.
 
 Posteriormente lo acortaron y en 1963 se afiliaron a la Asociación del Fútbol Argentino. En el primer torneo alcanzó el séptimo lugar en la zona A. En 1974 ascendió a la C luego de obtener el segundo lugar tras Barracas Central y a un solo punto. En toda la temporada solo perdió un partido. Volverá a la D en 1978 y será desafiliado en la 1988/89 por un año hasta que en el torneo 1990/1991 gana el campeonato en una curiosa final: empata 1 a 1 con Puerto Italiano y en la revancha comienza perdiendo 1 a 0 para recuperarse y golear 5 a 1 en cancha de Arsenal de Sarandí.
 
Pronto retorna a la más chica de las categorías de AFA donde juega el torneo de 1993/94 y se mantiene hasta nuestros días, siendo el quinto equipo que más partidos jugó en esta divisional, solo precedido por Juventud Unida, Acassuso, Sacachispas y Central Español, según los jugosos datos de Carlos Yametti. Una rareza más: a fines del campeonato pasado (06/07) alcanzó su partido ganado número cuatrocientos.
 
En su estadio tuvo lugar otra curiosidad: en 1998 por primera vez en la historia del fútbol argentino dirigió un partido de fútbol profesional una mujer: se trató de Florencia Romano y el rival del CAVA era Muñiz.
 
Felicitaciones, entonces, al club Victoriano Arenas y sus ocho décadas de existencia con un equipo y una hinchada que saben lo que es recorrer los complicados estadios del ascenso y apasionarse por razones que solo el corazón entiende.
 
La foto de presentación es la del equipo campeón de Primera D de 1990. Arriba, desde la izquierda: Darío Cassineiro, Walter Lizarraga, Claudio Parra, Claudio Serra, Fernando Blanco y Roberto Herrera. Abajo: Rigoberto Luque, Marcelo Santín, pablo Venezia, Horacio Madeira y Pablo Cancino.

Néstor Saavedra